Feb 11_01 Reflexiones e instrucción sobre los bienes materiales.

Mensaje de Dios Padre a J. V.

Habla Dios Padre,
Sobre: Reflexiones e instrucción sobre los bienes materiales.

¿Qué haréis vosotros, hijos de hombre, cuando se os sea quitado todo lo material?

Habéis fincado toda vuestra vida y vuestras esperanzas en los bienes de éste mundo, en un mundo que sólo es teatro, que sólo es error, que sólo es trampa para haceros olvidar lo que realmente vale.

      Habéis despreciado las ocasiones que vuestro Dios os ha concedido para volver a vuestro camino de servicio a vuestros hermanos.

Se os ha dado el tener de lo material para satisfacer las necesidades de vuestro cuerpo, envoltura pasajera que se os da para cumplir vuestra misión espiritual, en un mundo material.

Os he permitido tener cosas para gozar de los bienes que puse en el mundo, porque no todo lo que en él existe es malo. Se os permite gozar y tomar de un descanso bien merecido después de hacer vuestra “tarea”, pero muchos, muchos de vosotros preferís seguir en el descanso, os apropiáis del “recreo” y se os olvida regresar a vuestros deberes. Sois almas débiles porque os falta aplicaros en Mis necesidades. Apartáis de vuestra vida lo que os causa, en vuestras obligaciones “pena”, a vuestra manera de ver. Os apena ya ser catalogados como buenos católicos, como buenos hijos de Dios. Preferís acallar ésa verdad por pena y Me traicionáis negando, como Mi Pedro, Mi Presencia en vosotros y en vuestra vida.

Os mostráis como si fuerais buenos hijos Míos, aparentando con aquellos que verdaderamente están Conmigo y Me negáis, por pena, con aquellos que se pueden burlar de vosotros porque “todavía vais a Misa” ó “porque aún os confesáis” ó porque “tratáis de ser buenos cristianos”. Se amparan aquellos diciendo que los tiempos han cambiado y que Yo, vuestro Dios, tengo que comprenderlos, porque “ya no hay que ser tan exagerados como antes”.

Hijitos Míos, Yo Soy el mismo, ayer, hoy y lo seré siempre. El maligno va ganando la batalla y Me está quitando muchísimas almas que se han dejado embaucar con sus mentiras. Os seduce con el mundo y sus bienes y vosotros caéis fácilmente. Por vuestra falta de Fe os aferráis a lo que veis y tocáis y no confiáis más en lo que Yo, en vuestro corazón, os dicto.

Os queréis apropiar del mundo y de sus bienes para ser reconocidos por todos como gente prominente, sin daros cuenta de que mientras más os apropiáis del mundo, él se apropia más de vosotros y se volverá la lápida que os impida salir del lugar del fuego eterno. Mientras más poseéis del mundo, menos lugar hay para Mí y para vuestros hermanos en vuestro corazón. Mientras más os apropiáis del mundo, más os encadenáis para una muerte eterna.

Yo os dije por medio de Mi Hijo, “compartid de lo vuestro  a los demás y se os pagará al ciento por uno”, pero ya no confiáis en Mis Palabras. Yo Soy el Infinito y pago en forma infinita, al vivir del mundo y para el mundo, ya recibisteis su paga y ella es inservible para vuestra vida futura.

Los bienes del mundo son efímeros, los de vuestro Dios son eternos.

Os habéis cegado con las bellezas que el mundo os ofrece y ello sucede porque no Me conocéis a Mí, que Soy el Creador de todas las bellezas, visibles e invisibles, pero por vuestra falta de Fe y de confianza no Me buscáis y al no buscarMe y, por lo tanto no conocerMe, no tenéis punto de comparación como para buscar los verdaderos bienes que sólo Yo os puedo dar.

Mi seguimiento es espiritual. Mi Reino es espiritual. Mis regalos son espirituales. La vida eterna que os doy es espiritual. Vuestro Dios es espiritual y vosotros llegaréis, después de la muerte, a una vida espiritual, entonces, ¿por qué aferrarse a las cosas materiales de éste mundo?

¡Sois necios y ciegos! Os he anunciado por medio de profetas en la antigüedad, por medio de Mi Hijo hace 2000 años y por medio de profetas posteriores a Él, lo que Yo quiero de vosotros, pero, como lo que Yo quiero entra en los terrenos de la Fe, de lo espiritual, eso, para muchos, se les hace pérdida de tiempo.

Decís, “el tiempo es oro”, y significa que, a Mi tiempo, el tiempo que os concedí a cada uno de vosotros para servirMe, lo habéis usado para llenar vuestras arcas. Mi tiempo lo estáis mal usando y lo utilizáis para vuestros intereses egoístas y no para lo que fue creado. Ya no vivís según Mis intereses, sino para los vuestros y cuando acudís a Mí por ayuda, generalmente lo hacéis para pedirMe os llene de nuevo vuestras arcas ó para que os dé más y no se os terminen.

Me pedís que os ayude a conseguir cosas tontas las cuales os van a hundir más y no Me pedís lo que realmente os pueda servir para ganar vuestra Gloria Eterna.

Sois tontos, pregonáis, para presumir a todos, lo que en vuestras arcas hay, pero no os dais cuenta que ellas os están cerrando las puertas de Mi Reino Eterno, de vuestro Hogar Celestial.

Yo no estoy peleado con que tengáis, ni os amonesto por ello, porque a muchos de vosotros permito que tengáis, lo que Yo os reprocho es que hagáis de ello un dios y que así os deis totalmente a vuestro “dios” dinero, a vuestro dios “bienes”, a vuestro dios “viajes y distracciones”, a vuestro dios “mundo” y de que os olvidéis de que Yo os lo di para que cubrierais vuestras necesidades y COMPARTIERAS con los que no tienen.

Porque ellos no tienen y vosotros sí, os atrevéis a despreciarlos, humillarlos, apartáis vuestra vista para no verlos cuando os piden ó hasta cambiáis de rumbo para no ser “molestados” por Mis pequeños indigentes del mundo. ¡Qué tontos sois! Os doy la oportunidad de quitaros carga de encima que no os deja subir hacia Mí cuando hacéis una buena acción, compartiendo de lo vuestro y no la aprovecháis. Os pongo “pobres” en vuestro camino para enseñaros que los pobres sois realmente vosotros, porque tenéis y no compatis y con ello, al evitarlos, os estáis empobreciendo poco a poco y perdiendo vuestro regalo eterno.

Recordad y poned en vuestro corazón la parábola del rico Epulón y el pobre Lázaro. El primero gozó grandemente en la Tierra, el segundo sufrió fuertemente. El primero se condenó eternamente, el segundo gozó en Mi Reino. Ya conociendo su error, el rico pidió permiso para avisar a su familia en la Tierra que se enmendaran, pero se le contestó: “¿si no le hacéis caso a las enseñanzas de los profetas – lo que Mi Hijo enseñó -, a quién se lo haréis?

Os he dicho que los bienes mal usados de la Tierra, son lastre para vuestra salvación. La decisión es vuestra, sois libres para actuar, pero Yo os amo y os reprocho con la intención de que comprendáis vuestras actitudes egoístas, antes de que sea tarde. No sabéis qué día y a qué hora el ladrón llegará, estad preparados.

Yo os bendigo en Mi Santo Nombre, en el de Mi Hijo Jesucristo y en el Nombre de Mi Santo Espíritu de Amor.