Feb 10_01 Vuestro Dios tiene el Poder y Misericordia para perdonar TODO mal y TODO pecado.

Mensaje.

Mensaje de Dios Padre a J. V.,

Habla Dios Padre,
Sobre: Su olvido de Mí, Me obligó a destruir con un Diluvio a casi toda la Creación.

Hijitos Míos, Yo vuestro Dios, vuestro Padre, reprendí a vuestros Primeros Padres de una manera fuerte y lo hice también con los pueblos que de ellos surgieron. Su testarudez y su olvido de Mí, su Dios, Me obligó a destruir con el Diluvio a casi toda la Creación.

A través  de éstos acontecimientos Me conocisteis como un Padre celoso de su Amor, porque, cuando Yo doy algo, lo doy en forma total y perfecta. Tuvieron el Paraíso y lo despreciaron. Tuvieron Mis cuidados como pueblo escogido y lo despreciaron. Ahora Me habéis tenido por el conocimiento que Mi Hijo os dio y Me seguís despreciando. Mi ira es grande, porque a nadie le gusta ser despreciado, especialmente cuando se da todo con Amor. Lo que detiene Mi justa Justicia, es el Amor que poseo y que se los mostré a través de la Vida y Enseñanzas de Mi Hijo Jesucristo. Esta generación no merece menos que la generación destruida por el Diluvio, pero Mi Promesa hecha a Noé y el Amor que os mostré a través de Mi Hijo, aplaca Mi Ira Santa.

¿No aprendéis Mis pequeños que lo único que deseo para vosotros es puro Amor? Yo Soy el Amor y si tengo una faceta de Justicia, el Amor la puede aplacar, pero vosotros parece que preferís que se manifieste Mi Justicia antes que Mi Amor. Habláis de desastres y hasta los alimentáis con vuestro pensamiento y con vuestras acciones, pero no procuráis Mi Amor, no lo queréis ni vivir ni alimentar para luego darlo a los demás.

Entended bien Mis pequeños que Yo no os creé para haceros sufrir ni para destruiros. Fuisteis creados para que aprendierais a vivir Mi Amor y que lo transmitierais a vuestros hermanos, así iríais modificando ésta Tierra de muerte y dolor, en Tierra de gozo y amor, de perdón y de salvación.

A través de Mi Hijo habéis conocido Mi Misericordia, Mi Perdón y Mi Amor. Os he mostrado Mi faceta de Amor a través de Mi Segunda Persona de la Santísima Trinidad y es a través de Ella que, tomándola de corazón, viviéndola y haciéndola vivir en la paz y en la libertad, debierais salvar a toda ésta generación.

Es a través de Mi Hijo Divino que os he descubierto los Secretos del Cielo y la forma de ganarlo. Es a través de Mi Hijo que os he dado las armas para vencer Mi justa Justicia, las cuales podéis hacer vuestras cuando así lo decidáis: el amor, la humildad y la donación total a Mi, vuestro Dios.
Mi Hijo, aceptando Mi Voluntad y dejándose guiar por ella, se constituyó como el más perfecto Instrumento del Amor de vuestro Dios.

Es a través de Mi Hijo Jesucristo que conocisteis que vuestro Padre Dios tiene el Poder y la Misericordia suficientes como para perdonar todo mal y todo pecado por más grave que parezcan.

Es a través de Mi Hijo Jesucristo que os he enseñado que el que confía con Fe plena, con Fe absoluta en Mí, puede obtener grandes milagros.

Cuando a Mi llegáis con espíritu humilde, con espíritu fuerte en la Fe, con espíritu lleno de Amor, cambios grandísimos podéis obtener. Todo lo podéis lograr estando Conmigo, con vuestro Dios. Vosotros sois Mis hijos, Yo Soy vuestro Padre y el hijo tiene derecho a que se les comparta de las cosas de su Padre, por eso, los que han entendido esto y lo han vivido, han sido considerados “especiales” entre vosotros. Yo os pido seáis todos “especiales” y más bien, que debierais ser todos “especiales”, porque el serlo quiere decir que habéis aprendido a ser hijos de Dios, porque estaréis confiando y viviendo lo que os he transmitido a través de Mi Hijo.

Si alguna persona hace milagros, es porque Yo, vuestro Padre, puedo actuar a través de ella. Si aquél otro tiene el don de la sabiduría es, porque Yo, vuestro Dios, Me manifiesto a través de él. Si aquél  más allá puede ser llamado otro Cristo, es porque Yo, vuestro Dios, vivo perfectamente en él.

Mientras más confianza tengáis en Mí, mientras más Me permitáis vivir y actuar a través vuestro, más grandes cosas haréis. Yo sólo deseo vuestro arrepentimiento y vuestra sincera donación para que se logre el cambio en vosotros y luego, a través de vosotros y con vosotros, hagamos el cambio en el mundo entero.

Os dije, primero conocisteis Mi Justicia en el Antiguo Testamento, luego conocisteis Mi Amor y Mi Misericordia a través de Mi Hijo y ahora os digo que estáis conociendo y conoceréis Mi Ternura a través de Mi Hija, la Siempre Virgen María.

Mi Hijo Jesucristo fue Mi Instrumento Divino consustancial, Yo en el Él Me mostré al mundo. Mi Hija María es Mi Instrumento Bendito por voluntad y donación. Ella, conociéndoMe, Me aceptó y se donó en totalidad, sin restricciones de ninguna especie. Es vuestro ejemplo a seguir, creatura perfecta creada por la Santísima Trinidad, pero con libre albedrío, para aceptar ó no, la Voluntad de Su Dios.

Ella, viendo Su Perfección, pudo haber escogido, con la libertad que tenía, mantenerse aparte de la Redención del hombre. Conoció de antemano lo que significaría para Ella el ser la Madre de Su Dios y Señor. Conoció de antemano el sufrimiento Divino que iba a tener que padecer, el cual iba a ser infinitamente más fuerte que lo que humanamente se pueda soportar. El sacrificio de Corredención la iba a llevar a que se Le atravesara Su Corazón de Madre y de Hija de Su Dios.

Los sufrimientos a nivel Divino, siempre son muchísimo más fuertes que lo que humanamente podéis soportar, porque son infinitos, entran a la esfera de lo eterno, de la Vida Divina de vuestro Dios.

Esto aún no lo podéis comprender porque vuestra carne os limita, carne que impide que vuestra alma pueda utilizar las capacidades totales que os da el Espíritu, pero pronto comprenderéis todo esto cuando Mi Santo Espíritu os envuelva en Su Abrazo de Amor.

Cuando esto suceda conoceréis todos aquello que Mi Hijo os reveló, pero que no habéis querido entender por vuestra testarudez y porque no queréis perder vuestra “comodidad” del mundo, por atender las cosas de vuestro Padre.

Mi Hija Santísima, al aceptar libremente y con total convicción, el ser madre del Salvador, se convierte en pieza vital para vuestra redención. Sin Su consentimiento Yo no hubiera podido haber mandado a Mi Hijo a la Tierra. Fue la total donación que hizo de Su Voluntad lo que dio lugar a principiar la redención del género humano, por eso Ella NO debe ser considerada como una mujer más ó una “buena mujer”, Madre del Salvador ó una mujer “abnegada”, lo cual suena más a sufrimiento que a amor. Su total donación fue porque entendió lo que la palabra AMOR  significa y que vosotros debéis, también aprender a considerar mejor en vuestra vida.

El Amor, Mi Amor, no persigue intereses personales, busca el que aceptéis ser instrumentos perfectos de vuestro Dios, por eso, las almas que han aprendido esto, son almas privilegiadas, porque han despreciado al mundo y han empezado a vivir el Cielo en su corazón, al dejar vivir a su Dios en él. En esto consiste el ser alma privilegiada, el ser alma “especial”, el ser “diferente” a los demás, ya no vivís del mundo, sino que ya vivís el Cielo en el mundo.

Vuestros hermanos ven raro y diferentes a los que viven el Cielo en el mundo y os digo que así debierais ser todos vosotros. Vinisteis al mundo para atender una necesidad de vuestro Dios en la redención del género humano, no vinisteis a gozar ó más bien, a dejaros engañar de las cosas del mundo, estáis de paso, estáis de tarea, estáis trabajando para vuestro Dios aquí en el mundo y posteriormente cada cual va regresando a darMe cuentas cuando así lo deseo. Le llamáis muerte al hecho de regresar a contarMe lo que hicisteis, en el mundo, para Mi en vuestros hermanos y eso os debiera llenar de alegría. El saber que regresaréis a vuestro hogar y que con gran orgullo le vais a contar a vuestro Padre lo que hicisteis de bueno por vuestros hermanos, por su salvación, por su crecimiento espiritual, eso os debiera de llenar de intensa alegría, pero le tenéis miedo a ése paso, porque no os portáis como debéis. Queréis olvidaros de vuestra tarea y preferís manteneros en el “recreo” pecaminoso que el maligno os ofrece. Os desviáis y os olvidáis de vuestro principal objetivo del estar en la Tierra, por ello se os vuelve temor, se os vuelve preocupación, se os vuelve persecución el momento de regresar a Mi, cuando ello debiera ser un paso bello, un paso deseado, un paso anhelado el regresar a dar cuentas, el platicar de vuestra tarea realizada, con vuestro Padre y Creador.

No Soy Yo el que provoca  ésta inquietud en vuestro corazón, son vuestros actos los que se vuelven jueces en vuestro interior. Aún así, no temáis, Yo conozco vuestra fragilidad, vuestra pequeñez y sólo Me importa el teneros de regreso para abrazaros y besaros. TenedMe confianza y Yo os aliviaré de todos vuestros temores.

Ya conocéis Mi Justicia, la cual es derrotada por Mi Amor, el cual os enseñó Mi Hijo Jesucristo, y éste es potencializado por la Ternura que Mi Hija posee y que la utiliza para interceder y para insistir por vuestra salvación, cuando ésta se pueda volver muy difícil ó casi imposible. No temáis de vuestro Dios, porque el Amor y la Ternura vencen a Su Justicia, usadlas para vuestra salvación y para la de todos vuestros hermanos.

Yo os bendigo en Mi Santo Nombre, en el de Mi Hijo-Amor, Jesucristo, en el del Amor de Mi Santo Espíritu y en el del Amor-Ternura de Mi Santísima Hija,
María Inmaculada.