Ene 27_00 Soy la Mujer Vestida de Sol con la Luna Bajo Sus Pies.

MENSAJE DE LA SANTISIMA VIRGEN MARIA A J.V.

Habla la Santísima Virgen María,
Sobre: “SOY LA MUJER VESTIDA DE SOL CON LA LUNA BAJO SUS PIES”
(Ap.12, 1 significado).

Hijitos Míos, Soy vuestra Madre Santísima, la Siempre Virgen María, la Mujer vestida de Sol con la Luna bajo Sus pies.


Hijitos Míos, hoy os quiero platicar sobre el significado de las milicias celestiales y el papá que vosotros tenéis en ésta lucha espiritual que actualmente se está llevando a cabo en la Tierra.


Desde el principio del Tiempo el maligno ha atacado la Obra Creadora de Nuestro Dios. El fue vencido por Mi Arcángel San Miguel y las huestes celestiales y al ser corrido del Cielo, él juró atacar toda la Obra de vuestro  Dios. Vosotros, hijitos Míos, sois la presa preferida del maligno, para ser eliminados de la herencia celestial.


Estáis viviendo una verdadera batalla campal. Sólo aquellos que no quieren ver no se dan cuenta de ésta batalla espiritual tan poderosa, en, la que todos vosotros estáis siendo afectados, de una u otra forma.


Mi Padre Me ha puesto al frente de las milicias celestiales, donde Mi Arcángel San Miguel es el jefe de ellas. Este es el Tiempo en el que Mi Dios y Señor Me ha concedido atacar al mal y liberaros a todos vosotros, a los que queráis seguir la Guía Divina dada en vuestros corazones y así llevar a cabo el Plan Divino de Salvación de todo el género humano. Este es ahora Mi Tiempo, en el que Yo, vuestra Madre Santísima, Guía y Protectora del Pueblo de Dios, he de contraatacar las fuerzas del mal.


Todos vosotros, Mis hijos, los que ahora vivís sobre la Tierra, los que estáis de parte del Bien Divino, sois Mis soldados, soldados que no tienen que ver en nada con la producción de muerte ni de violencia. Sois soldados de un Dios Divino, de un Dios de Paz, de un Dios de Bien.


Vuestra misión es pacificadora, de unión, de vida espiritual, de crecimiento en el Amor. Mis soldados son soldados de oración, luchan con la fuerza del Santa Rosario, con la donación total a Nuestro Dios, cómo Yo Misma Me doné a El.


Nuestra victoria será una victoria espiritual, sin derramamiento de sangre como Mi enemiga siempre ha actuado al provocar guerras entre pueblos hermanos entre familias, entre hermanos de sangre. El siempre ha provocado separación, odios, distanciamiento espiritual entre la creatura y su Dios. El ha provocado muerte física y muerte espiritual. El ha logrado quitar de muchos corazones la Palabra Divina, El ha causado mucho mal a la Obra de Creación de Nuestro Padre Dios.


Ahora son tiempos en los que la serpiente antigua tratará de morder Mi Calcañar, Mi talón, que sois todos vosotros. No podéis permanecer ya ciegos y sordos al mal que os rodea y menos, manteneros impávidos y estáticos al ataque tan fuerte que estáis sufriendo. Prácticamente todos vosotros habéis ya sido atacados, de una forma u otra, por las fuerzas del mal. Quienes con ataque física como asaltos o asesinatos, quienes con la destrucción espiritual, tanto personal como en familia al destruirles el núcleo familiar ó con la apostasía a la Fe Divina, prefiriendo sectas que os llevan a un relajamiento en las Verdades que Mi Hijo os vino a enseñar.


No podéis tapar ya el Sol con un dedo, todos vosotros estáis involucrados en ésta lucha tremenda de poderes espirituales. Vinisteis a la Tierra a ser servidores de vuestro Dios, a uniros a las huestes celestiales, para que bajo Mi Guía pudiéramos restaurar el Reino de Dios Padre caído por el pecado y por el constante ataque, siempre fuerte, de nuestro enemigo infernal.


Estáis viviendo una lucha real de poderes, donde parece que e! mal está ya venciendo, parque es más el mal el que ahora parece prevalecer a todos niveles de vuestro Mundo, pero lo que es de Dios siempre se desarrolla en la humildad, en la paz, en lo oculto de los corazones.


Yo os invito hijitos Míos, a reflexionar sobre estas verdades que estáis viviendo y que serán determinantes para lograr la paz en vuestro Mundo y para la realización del Plan Divino de Salvación y con ello, la preparación para todo el Mundo para recibir a Mi Hijo en Su Segunda Venida.


Nada queda oculto a los Ojos de Nuestro Dios, todo lo conoce, todo lo ve y por ello, todo lo guía para un destino final con el Triunfo de Su Amor Divino.


Hijitos Míos, uníos a vuestra Madre acompañándoMe a destruir el mal que os rodea, por medio de la donación voluntaria y perfecta, cómo Yo lo hice, a nuestro Dios. Con las armas Divinas pronto podremos vencer al mal, sólo necesito vuestra libre donación para que Me acompañéis en la oración, en el sacrificio, en la penitencia, en el ayuno, en la compañía íntima y constante de la Voluntad Divina de Nuestro Dios y Creador.


TODOS vosotros debéis y podéis hacer algo para vuestro Dios. Quienes más, quienes menos, según hayáis recibido y según el amor con el que queráis agradar a vuestro Dios. Una pequeña jaculatoria recitada una o varias veces al día o el ofrecimiento de una Santa Misa o el rezo de uno o varios Rosarios al día o una pequeña penitencia o un gran sacrificio, etc. todo será tomado por Mi Corazón para ser ofrecido a Nuestro Dios y así poder contrarrestar las fuerzas del mal.


Sólo os pido que, para ir en contra del mal que os rodea, produzcáis AMOR en vuestros corazones y que éste se traduzca en buenas obras para con vuestros hermanos. De ésta forma estaréis venciendo al mal, el cuál ataca la vida física y espiritual de todos vosotros. Haced el bien y vuestro Padre Dios os lo recompensará con creces.


Esta tremenda lucha pronto verá su fin, pero antes, el maligno, dará su coletazo final, fuerte, tremendo, nunca antes visto por el ser humano. No temáis, que Mi Hijo, vuestro Dios y Yo, vuestra Madre, acompañada por las huestes angelicales, estaremos prontos a protegeros. Sólo os pido que pidáis una Fé inmutable, firme y confiada en vuestro Dios.


Vamos a vencer, hijitos Míos, vamos a vencer, unidos en el amor de Nuestro Dios y no temáis, que vuestro Dios nunca os pediría sufrir más de lo que podríais soportar. Recordad que El os ha prometido tomar el dolor, para que no sufráis en la prueba final.


Acercaos a Mi Corazón, venid confiados en Mí, vuestra Madre, para que Yo os revista, a cada uno de vosotros, con las armas que necesitaréis para luchar contra el dragón poderoso. Vuestras armas son espirituales, Divinas, envueltas con el Amor de vuestro Dios.


No busquéis ni provoquéis desorden, guerra, odios, rencores, traición. Yo os voy a guiar, Yo voy a guiar a Mis hijos, los que Me ayudarán a vencer a la serpiente antigua, al mal, que va destruyendo a la Obra Divina. Confiad totalmente en Mi, hijitos Míos, porque ya as puedo decir, desde ahora, que el mal será vencido, porque Nuestro Dios es Omnipotente y no hay nada ni nadie sobre El y Su Poder. Si estáis con vuestro Dios y Conmigo, estáis del lado de los vencedores y esto os dará un gozo eterno en el Reino de los Cielos.


Desde ahora agradeced a vuestro Dios la Gracia tan grande que os ha concedido al permitiros bajar a la Tierra a servirLe y para ayudar, en éstos tiempos de cambio, al logro definitivo de la Paz Celestial en la Tierra, logro que dará como resultado el que Mi Hijo pueda vivir entre vosotros una vez más.


Os amo y os bendigo en el Santo Nombre de Mi Dios, en el de Mi Hijo y en el de Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor. Yo, vuestra Madre Celestial, la Siempre Virgen María, he de vencer a la bestia con vuestra ayuda, ¡acompañádMe, hijitos Míos, acompañádMe!


(Momentos después, al seguir rezando el Santo Rosario, tengo una visión: Veo al Señor San José, cargando con el brazo izquierdo al Niñito Jesús y teniendo su brazo extendido hacia adelante, está sosteniendo una cruz de su tamaño y me dice: Esta cruz que fue hecha para Mi Hijo, no le dio muerte, sino que produjo vida, vida para todos vosotros y la cruz  que ahora lleváis todos vosotros, no dará tampoco muerte, sino dará vida a todo el género humano.


Yo también estaré con vosotros en este tiempo de cambio, junto con Mi Hijo Jesús y Mi Amada Esposa María.