Ene 13_01 Yo no he venido a curar a los sanos, sino a los enfermos.

Mensaje.
Mensaje dado por Nuestro Señor Jesucristo a J. V.


Hijitos Míos, la salvación no es para unos cuantos, sino para TODOS, como se os recuerda hoy en la Escritura, cuando os digo: “Yo no he venido a curar a los sanos, sino a los enfermos”.
La salvación es para todos porque Mi padre no hace excepciones. El Me mandó a Mí para que diera Mi Cuerpo y Mi Sangre, Mis Enseñanzas, Mi ejemplo de Vida, por todo el género humano y de todos los tiempos.


La salvación es para todos, porque si todos vosotros sois hijos de un mismo Padre, todos, como hermanos, tenéis los mismos derechos.
La salvación es para todos, creyentes y no creyentes, justos y pecadores, sanos y enfermos, todos fuisteis creados por el Amor de un mismo Padre.


Si en una familia casi siempre existe la “oveja negra” y aún así sus padres los aman, por ser hijos y poseedores de su misma sangre, ¿con qué tanto Amor no os amará más vuestro Padre Dios que es perfecto?


Existen muchas “ovejas negras” en el redil del mundo y por ellas he bajado Yo, vuestro Cristo Jesús. No son los sanos –los soberbios- los necesitados, sino las ovejas negras –los sencillos, los humildes, los incultos- los que necesitan de Mí. Los “sabios”, que realmente son los más ignorantes, porque les falta la humildad para entender Mis sencillas Palabras, son los que, al creerse superiores a sus hermanos porque, “ya no necesitan de más estudios, porque ya entendieron los “misterios escondidos” en la Palabra de Dios ó porque no hay que ser mochos ni exagerados, porque llevar la Religión como lo prescribe la Santa Iglesia, se les hace demasiado, son los que más Me necesitan y son los que luego hacen su propia religión y así se vuelven sectarios ó protestantes, porque acomodan Mis Palabras, Leyes y Enseñanzas a su humana conveniencia.


Al pecador, al “enfermo”, su humildad lo salva, porque acepta, de corazón, el verse necesitado de ésa Palabra Divina, de ésa Guía Santa, de ésa comprensión superior, que sólo la puede dar Mi Perdón Divino y ésos sí alcanzan salvación eterna.


Los “sabios y entendidos” son los que más problemas causan a Mi Iglesia, porque se meten tanto a estudiar Mis Palabras, que se imaginan que hay un “lenguaje secreto” que sólo ellos pueden comprender, por tener grandes estudios, pero, hijitos Míos, ¡a cuánto error llegan y en cuánto error envuelven a los que los escuchan!


Entre los “sabios y entendidos” no sólo están algunos de Mis sacerdotes ó religiosas, sino también muchos otros que apostataron de su Fe Católica, porque su sabiduría humana les indicaba que era “demasiado” lo que Yo pido para llevar, verdaderamente, Mi Vida, Mi Ejemplo en ellos mismos y así, por conveniencia, formaron “grupos religiosos” ó sectas para hacerse una vida “más cómoda”, llena de errores.


Hijitos Míos, Yo os traje Sabiduría Divina y ¿queréis anteponer la vuestra, pequeña, insignificante e imperfecta a la de vuestro Dios?
¡Cuánta necedad hay en vuestros corazones, cuánta frialdad, cuánta soberbia! Ni aún en lo mismo que creen lo predican de corazón. Como ya modificaron Mis Palabras y Enseñanzas una vez, las siguen alterando toda una vida para hacerse una vida libertina y a su gusto pecador.


Si Yo os he dado reglas, Mandamientos, Enseñanzas de Vida, es, porque como Dios, conozco la naturaleza humana caída en el pecado y los alcances que puede tener vuestra debilidad espiritual. Si os estoy acompañando constantemente en el transcurso de vuestra vida y os concedo múltiples ocasiones para que retoméis el buen camino, es porque os conozco y porque os amo. Conozco perfectamente hasta donde un ser humano puede caer, cuando se deja llevar en manos de Mi enemigo, satanás, y, si constantemente os instruyo y os recuerdo lo que debéis hacer, es porque sé perfectamente, hasta donde, con vuestro mal ejemplo, podéis afectar a otras almas.


Los “sanos, los sabios y entendidos”, causan mucho mal a Mi Iglesia y a sus hermanos. Su ejemplo, si fueran sabios, debiera ser como la del Sabio, que Soy Yo, vuestro Dios-Jesús, pero no es así, ya no se vuelven servidores de su Dios ni de sus hermanos, se vuelven servidores de sus errores y mentiras, su sapiencia los lleva a la obscuridad de pensamiento. Ya no alcanzan a ver la Luz Poderosa que Mi Vida y enseñanzas irradian, la cuál sí alcanzan a ver los pequeños y humildes.


Yo os dije: “Dejad que los niños se acerquen a Mí, porque de ellos es el Reino de los Cielos”, “Si os volvéis como niños alcanzaréis fácilmente la Vida Eterna”. ¡Eso es lo que Yo busco, niños!, almas sencillas y humildes quienes aceptan fácilmente Mis Palabras sin ponerles un pero, simplemente las dejan entrar a su corazón, la dejan germinar, la riegan con la Fe que tienen en su Dios y dan fruto abundante.


En cambio, el “sabio y entendido”, el que no necesita de ir a Misa a tomar de Mi Alimento ó el que no necesita seguir Mis Enseñanzas por considerarlas “exageradas” u obsoletas, Mi Palabra entera, pero no encuentra tierra fértil ni alimento para que crezca en su interior porque no hay humildad ni Fe, sólo hay conveniencias humanas y dudas de que Mi Palabra sea cierta, porque se dio “hace muchos años” y ya no es posible llevarla ahora, “porque los tiempos han cambiado”. Me creen obsoleto a Mi y a Mi Palabra, ¡necios!, Yo Soy el Eterno y así son Mis Palabras, las vuestras no.


Mi Ley es para TODOS los tiempos, para vuestro tiempo. Yo Vivo en la Eternidad. Vuestra soberbia os ciega y no alcanzáis a comprender Mis Misterios, los cuáles sí son comprendidos por los sencillos y humildes. Recordad que cuanto más alto subáis por vuestra soberbia, más fuerte será el golpe que vuestra alma recibirá cuando, por fin, se enfrente a la Verdad.


Al humilde y sencillo no le interesan los pedestales, a ellos les interesa bajar a caminar y ayudar a sus hermanos necesitados  de Vida y de Amor.


A los sabios les interesa ser adorados, porque tienen y se han hecho de una gran “sabiduría”. Les interesa ocupar los primeros puestos y ver su nombre en letras de oro.
Yo les pregunto, ¿de qué les va a servir esto cuando sean llamados a dar cuentas ante Mi Padre, al final de su misión terrena? Sólo será lastre que los hundirá más en el fango del infierno.


Sed sencillos y humildes, sed como niños, pedid tener siempre sed de Mis Palabras y Enseñanzas y pedid poder daros a vuestros hermanos y con ello estaréis asegurando vuestra vida eterna.


Entended, hijitos Míos, entended, porque el tiempo es corto.
Yo os bendigo en Nombre de Mi Padre, en Mi Nombre y en el del Santo Espíritu de Amor.