Jun 24_99 La Indolencia y la Pasividad de vuestros Corazones.

Mensaje de Dios Padre a J.V.(Festividad de San Juan Bautista.)

Habla Dios Padre,
Sobre: La Indolencia y la Pasividad de vuestros Corazones.

Hijitos Míos, hoy os quiero hablar sobre la indolencia y la pasividad de vuestros corazones. Este mal ha existido siempre, pero se ha ido acrecentando hasta llegar a los niveles altísimos en los que estáis viviendo ahora.

Esta indolencia y ésta pasividad de vuestros corazones, le están dando fuerza al maligno para poder adueñarse más fácilmente de vuestro Mundo y de vuestras almas. Ya no actuáis contra sus fuerzas destructoras. Tiene ahora en su poder todo el orden mundial y con su descaro infernal se os muestra en diferentes formas y vosotros, no sólo no reaccionáis, sino que a veces hasta lo permitís.

Vuestra indolencia a actuar, protegiendo lo que es Mío, comenzando con vuestras almas y siguiendo con todos Mis intereses, como son: la educación en Mis Principios y Leyes, la Paz en vuestro Mundo, la lucha por conquistar y acrecentar la Fé en todos Mis hijos en el Mundo, la vida de Mi Iglesia y la protección de Mis sacerdotes, tanto en lo material como en lo espiritual, la guía y protección de la vida familiar, en su unión y en su vida espiritual, la preparación de los corazones para esperar la Venida de mi Reino, todo esto y más es en lo que deberíais poner vuestra atención, pero vuestra indolencia y pasividad, ante los hechos que se os están presentando, están produciendo una destrucción espiritual masiva.

Ahora que el mal camina por vuestras calles, que la necesidad material y espiritual se han acrecentado, ahora que la paz en vuestra sociedad y aún en vuestros hogares, se va perdiendo, vosotros no hacéis prácticamente nada. Podéis ver matar ó asaltar a una persona y vuestro corazón no se mueve en ayuda.
Podéis ver a semejantes vuestros pobres pidiendo en las calles ó en vuestras casas una ayuda y si no los evitáis con desprecio, simplemente, ni volteáis a verlos. Os decís, mientras no se metan conmigo ó con mi familia, no me importa lo que pase en el Mundo. Vuestra indolencia está terminando con la poca ó mucha caridad que teníais en vuestros corazones.

Ya os he hablado de cómo el maligno, ayudado por la bestia y sus secuaces, os están atacando a través de todos los medios de comunicación y no hacéis nada, ni para vosotros, ni para vuestros hijos. No os importa que vuestros hijitos, Mis pequeñines, los pongáis a ver “caricaturas” en la televisión y aún cosas peores, que les van destruyendo su almita y Mis valores, desde temprana edad. Todo esto lo hacéis para que no os molesten y podáis “hacer vuestras cosas”, cosas que tampoco os llevan a un crecimiento espiritual.

Véis a diario, no sólo a través de los medios de comunicación, ya manipulados por Mi enemigo, sino, también, entre vuestros semejantes directos, mucha necesidad espiritual y material y, ¿qué hacéis para ayudarlos? En lo espiritual, que es lo que más me interesa, poco ó casi nada, porque vuestra pasividad os ha mantenido en una escasa búsqueda para conocer Mis Enseñanzas y Mis Leyes y así poder ayudar a vuestros semejantes. No os importa ver la muerte espiritual de los que os rodean, porque, al fin y al cabo no afecta a vuestros intereses.

Yo os digo que, a causa de ésta indolencia y ésta pasividad por tratar de mejoraros y mejorar a los vuestros, poco a poco iréis perdiendo todo, desde vuestros bienes materiales que poco importan, hasta vuestros bienes espirituales, que son los que Me interesan.

Habéis echado en saco roto todas las Enseñanzas de Mi Hijo Jesucristo.
Creéis que ellas se os dieron sólo para los tiempos antiguos y que ahora otras enseñanzas y leyes deben predominar y éste es el gran triunfo de Mi enemigo sobre vuestras escasas capacidades. Os ha hecho creer que podéis prescindir de Mí y de Mis Enseñanzas y Leyes y no os dais cuenta de que ellas son eternas.

Os ha llevado a conocer un mundo material en donde el que tiene más, vale más. Si se tiene dinero es mejor aceptado por “la sociedad” y por aquellos que venden sus servicios. No os importa pisotear al empleado que quiere subir de puesto honestamente, por sus mejores capacidades. No os importa pasar sobre aquellos que os están tratando de ayudar mostrándoos vuestros errores.

No os importa dejar pobres a familias que dependen de vosotros con tal de enriqueceros más. No os importa que vuestros conciudadanos estén en problemas graves, tanto de paz social como económicos, con tal de que vuestras riquezas aumenten en vuestras arcas bancarias. No os importa que Mi Iglesia se vaya quedando cada vez más vacía porque ya ni vosotros mismos, ni vivís ni tratáis de enseñar Mis Preceptos aún a los de vuestra propia familia.

Vuestra indolencia ante éstos hechos y muchos otros y vuestra pasividad para poner un “hasta aquí”, están destruyendo a vuestra alma y a vuestro mundo.

Yo os busco y os trato de proteger, a toda costa, ante el mal que ya os rodea y que no queréis aceptar que ni tratáis de ver y que realmente os está destruyendo. Yo os he mandado a Mi Hija Santísima a recordaros Mis Leyes. Preceptos y Enseñanzas, a través de múltiples apariciones por todo el Mundo y, ¿qué habéis hecho para permitir en vosotros un verdadero cambio de vida?

Ahora vengo suscitando profetas, hijos Míos, a los que muevo para llevaros Mi Voluntad y recordaros que tenéis un Padre que os ama infinitamente y que desea vuestro retorno a la Gracia y a Mi Verdadera Vida, y, ¿qué hacéis para mejorar? Yo os voy dando signos en el cielo y en la Tierra para que os deis cuenta que todo va cambiando, a mal, y que sólo vuestra voluntad, apoyada en la Mía, podrá poner un “hasta aquí” a la maldad de Mi enemigo y el vuestro.

Debéis dejar a un lado ésa indolencia y ésa pasividad, porque todos saldremos perjudicados, vosotros con vuestra posible condenación y Yo, por el dolor de Mi Corazón de perderos por toda la Eternidad.

Mi Corazón os busca y os provee en todo momento de ocasiones para que recapacitéis y entendáis que vuestras acciones indolentes y pasivas, no os van a dejar ningún bien. Tenéis que entender que para que Mi Reino venga a vosotros tendréis que hacer una recapitulación de vuestra vida y daros cuenta de la maldad que existe en vuestro corazón y de vuestro poco interés por cambiar, por que os interesa más vivir en un mundo materialista en donde se os alaba y se os consiente al tener más que los demás. Os conviene una vida de vanagloria y riqueza material que sólo os servirá de lastre para vuestro paso a la verdadera vida de Mi Reino, en vez de buscar la verdadera Vida Mía desde ahora, en la Tierra, al dejaros guiar por Mi Santo Espíritu y viviendo una vida de Amor entre vosotros y buscando los intereses de Mi Reino a través de las Enseñanzas que os dio Mi Hijo Jesucristo.

Hijitos Míos, el tiempo es corto para Mi Retorno. Ya no contáis con mucho tiempo para lograr un verdadero cambio en vuestra sociedad, pero pedid perdón por vuestra vida pasada y la de vuestros semejantes y en breves momentos de un verdadero arrepentimiento y sincero deseo de cambio futuro, os puede dar vuestra salvación eterna. Pedid de corazón y con deseo ferviente de ayudar a vuestros semejantes en su salvación, especialmente en aquellos que conocéis que están totalmente separados de Mis Leyes. Sus almas imploran vuestra ayuda. Sois hermanos todos y si en alguno de vosotros he puesto más bienes y dones espirituales, es para ayudar a vuestros hermanos y guiarlos a su salvación eterna.

Así, como en una familia, hay hermanos mayores y hermanos menores, en Mi familia del Mundo, entre vosotros, es lo mismo. Los mayores, que han alcanzado un mayor crecimiento espiritual, deben, por amor a Mí y a sus semejantes, interceder, ayudando como Mi Santo Espíritu les indique en sus corazones, para la salvación de TODOS Mis Hijos.

Ahora son tiempos de oración intensa y de la transmisión de Mis Enseñanzas, hechas vida en cada uno de aquellos que son Mis Verdaderos Hijos.

Debéis daros cuenta del enemigo común que todos tenéis y que no va a respetar a nadie ni a nada, porque su desamor a Mi, su Dios, es total. El maligno no tiene sentimientos benévolos en lo absoluto. Aquellos que han pactado con él, lo creen así, porque les ha dado riquezas y bienestar económico en éste, su reino, pero tan pronto puede, los traiciona y rompe todo trato hecho con ellos después de que los ha utilizado para sus planes destructivos contra Mi Obra de Creación, en donde todos vosotros estáis incluidos.

Si el maligno ha tomado tanto poder actual, es por vuestra culpa. Os habéis apartado de la oración, tanto personal como en familia. Os habéis apartado de los Sacramentos. Os habéis apartado del Amor. Ya no hay caridad en vuestros corazones, ni para los vuestros ni para vosotros mismos. “Ayudáis” a algunos de vuestros semejantes, cuando sabéis que les podéis sacar algún provecho material posterior, como el que os puedan ayudar a colocaros en algún puesto político, público ó comercial que os ayude a acrecentar vuestro caudal de riquezas. Recapacitad hijitos Míos y ved cómo habéis permitido que vuestro Mundo ahora se desenvuelva en la mugre del pecado y de la corrupción de las almas.

Vosotros podéis lograr el cambio si Me permitís vivir en vuestro corazón.

¡Dejad esa indolencia y pasividad, volved a la verdadera caridad y sed activos para la transmisión de Mi Vida! TomadMe en vuestras vidas y permitidMe guiar vuestro corazón y vuestros pasos a la Verdadera Vida, Mi Vida, en donde la Paz y el Amor todo lo cura, todo lo provee, todo lo ordena.

Venid a Mí, hijos Míos, volved a Mi Corazón Paternal, que todo lo conoce, que todo lo disculpa, que todo lo perdona, si vuestro corazón se presenta ante Mí, verdaderamente arrepentido.

Hijitos Míos, los mayores de Mi Familia terrena, traedMe almas, interceded por su salvación, Yo los quiero a todos, aún a los más malos, que se hacen odiar entre vosotros. Un verdadero acto de amor, de compasión hacia ellos, salido de vuestro corazón, puede lograr su conversión. No limitéis Mi Poder de Salvación, Yo puedo lograr que un alma, prácticamente perdida, vuelva a la vida, sin vosotros Me lo pedís de corazón. Sabed que un corazón sincero y amoroso puede producir grandes milagros por el amor que se desprende de él, al ver la necesidad de un semejante muerto a la Gracia. El amor pequeñito y sincero de vosotros, mueve a Mi Amor Omnipotente, a obtener Gracias inconmensurables, que producen frutos de poder infinito.

Daos cuenta que vosotros tenéis un poder muy grande hacia Mí y ése es el poder del amor, del amor humilde y sincero que sólo busca el Bien Mío y el de los demás, al interceder por el crecimiento espiritual y salvación de vuestros semejantes.

Hijitos Míos, conocédMe más y hacédMe conocer a los demás. Dejad que Mi Amor os cubra y os proteja y os lleve por caminos seguros en vuestro paso por la Tierra y de regreso a vuestra casa eterna, Mi Reino Celestial.

Yo os bendigo en Mi Santo Nombre, en el de Mi Hijo Jesucristo y en el del Amor Infinito de Mi Santo Espíritu.