Jun 26_99 Muchos son los llamados, pocos son los elegidos.

Mensaje de Dios Padre a J.V.


Habla Dios Padre,

Sobre: Muchos son los llamados, pocos son los escogidos.

Hijitos Míos, hoy os quiero recordar las Palabras de Mi Hijo: “Muchos son los llamados, pocos son los escogidos”.


Yo os digo que todos vosotros habéis sido llamados. Por todos vosotros, Mi Hijo Jesucristo, dio Su Sangre Divina y para todos vosotros son Sus Palabras y Sus Enseñanzas.


Para todos vosotros es el llamado de Su Corazón. Para todos vosotros se abrieron Sus Heridas y especialmente, la de Su corazón. Para todos vosotros El dio Su Vida, para arrancaros de las garras de la muerte.


El es la Vida Verdadera. El es el Amor Perfecto, porque es Mi Hijo y El escuchó Mi Llamado, Mi necesidad de veros, a cada uno de vosotros, redimido.


Mi Hijo, dócil a Mis Palabras, se anonadó, se hizo pequeño como vosotros. Se hizo víctima de vuestros semejantes. Se dejó llevar al matadero como al más sanguinario asesino, siendo El, el más humilde y sincero servidor para cada uno de vosotros, al aceptar Mi Voluntad.


Mi Palabra, Mi Verbo, se encarnó en Mi Hijo y El Me mostró al Mundo. Vuestro Dios y Creador se hizo hombre, se hizo pequeño, como vosotros, para que entendierais mejor Mi voluntad, Mis Leyes y Enseñanzas. Yo Me hice pequeño para no quedarMe, cómo Me veían en la antigüedad, como al Dios inalcanzable y vengador, al contrario, vino Mi Hijo, pequeñito como vosotros, alcanzable para todos, que, a pesar de Nuestra Realeza, El se os mostró pobre y necesitado de sus congéneres del Mundo. En lugar de Nuestro Poder Omnipotente, El se os muestra pequeñito y humilde, El llega como contradicción a la soberbia, que introdujo el mal al Mundo y como contradicción a aquellos que se dejaron vencer por el mal y que sólo buscaban su bienestar económico, político y social.


Mi Hijo os viene a dar la lección máxima de un ser, la humildad en el Amor, aceptando completamente Mi Voluntad, naciendo, viviendo y muriendo para Mi.


Yo nací con El, viví con El, sufrí con El, morí con El y reviví con El. El y Yo somos uno, junto con el Santo Espíritu. Somos inseparables, como vosotros lo debierais ser para con Nosotros, ya que cada uno de vosotros tiene alma, que es parte de Mi Propia Esencia y así, cada uno de vosotros, es llamado por Mi corazón, que es el Corazón del Espíritu Santo. El llamado es para todos, el llamado no tiene fronteras ni límites. El llamado es para devolveros a la vida, cómo Mi Hijo se la devolvió a muchos en Su Tiempo de vida sobre la Tierra.


El ya os dio las bases la guía, el ejemplo, para que al recibir el llamado de Mi Corazón, todos pudiérais, basados en Su Ejemplo, donaros como El lo hizo.


El llamado es para todos vosotros, así como fue Su Vida, Su Muerte, Sus Enseñanzas, etc. Nadie puede venir a Mi, si antes su nombre no ha sido grabado en Mi Corazón y os puedo asegurar que todos vuestros nombres están en Mi Corazón, pero cuando alguno de vosotros, por vuestra soberbia y vuestro desamor hacen que vuestra alma tome derroteros diferentes y con ello se produzca vuestra perdición eterna,, Mi sufrimiento es grande.


Mi Llamado lo reciben buenos y malos, ricos y pobres, blancos y negros, etc.
Todos vosotros sois Mis hijos, pero no todos actuáis como verdaderos hijos.


Así como en una familia hay hijos que obedecen al primer llamado de los padres, los hay que tardan un poco más en responder a la orden de los padres, otros se tardan todavía más y unos últimos, hasta se rebelan a su llamado. Así sois también vosotros. Tengo a Mis hijitos consentidos que responden al primer llamado, otros a los que les tengo que estar insistiendo hasta que logro que reaccionen, hay otros a los que les faltan deseos de agradarMe y sólo responden cuando algo fuerte o adverso aparece en su vida y ello los lleva a unirse a Mi Voluntad, pero tan pronto desaparece su necesidad de Mi Intercesión Divina en sus vidas, que generalmente son necesidades materiales, vuelven a hacerse de oídos sordos a Mi Voz, Y los hay, también, de los que no sólo no responden a Mi Llamado, sino que hasta Me atacan, Me hacen olvidar en su familia y hasta prohiben que Mi Santo Nombre sea escuchado entre los suyos.


Todos habéis sido llamados, sois llamados durante vuestra vida y seréis llamados aún hasta en el último segundo de vuestra vida.


Pero, ¿cuántos de vosotros seréis escogidos? Vosotros podéis, durante vuestra vida terrena, tener la posibilidad de escoger de lo que tenéis a vuestro alrededor. Desde pequeños tenéis la posibilidad de escoger de entre vuestros juguetes, al preferido. Cuando vais creciendo, escogéis ropa, alimentos y de todo lo que os rodea. Generalmente todos vosotros escogéis de lo que se ve de mejor calidad y de lo que os pueda dar un mejor servicio, ya sea un coche, una lavadora, etc. Escogéis la mejor calidad para que os dure más el gusto por el servicio que esa cosa os dará. Ahora, por un momento poneos en Mi lugar. Mi Reino está por llegar a vosotros, será un Reino de Amor Pleno, en donde se vivirán Mis Virtudes y las Enseñanzas de Mi Hijo junto con el Amor Infinito de mi Santo Espíritu. Este Reino de Amor tiene que ser compartido con Mis hijitos en los que Yo pueda confiar y pueda Yo alegrarMe por ser verdaderos hijos Míos, propagadores de Mi Amor entre vosotros, ¿a quién escogeríais? ¿Estaríais vosotros incluidos entre los mejores hijitos Míos, dichosos de recibir éste regalo de Mi Amor, por ser obedientes hijos de familia y respetuosos cumplidores de Mi Voluntad? ¿Seríais merecedores de habitar éste Nuevo Mundo del Amor porque fuisteis capaces de olvidaros de vosotros mismos por ver Mis Intereses antes que a los vuestros? ¿Consideráis, honestamente, que podríais vivir ésta nueva vida viviéndoMe en vosotros mismos, transmitiéndoMe a vuestros hermanos con el ejemplo y con la palabra, enseñándoles con Mi Sabiduría y no la vuestra? ¿Os sentiríais como “pez en el agua”, viviendo en éste Reino Mío, con vuestros nuevos hermanos, una vida llena de Dios en vuestro corazón y que todos vuestros actos estuvieran llenos de una caridad fraterna hacia vuestros semejantes? ¿Os sentiríais a gusto de hablar de Mi en todo momento y de compartir, con sincera caridad, de todo lo que poseyerais con todos vuestros nuevos hermanos? ¿Podríais gozar plenamente del gozo que dá Mi Santo Espíritu en las almas, cuando se vive totalmente abandonados a Mi Voluntad y, sobre todo, cuando dejáis Mi Amor en los corazones de vuestros hermanos, al ser ejemplo vivo de Mis Enseñanzas y de Mi Amor? ¿Creéis que podríais ser fácilmente aceptados por todos vuestros semejantes de éste tiempo por venir, porque ya no os verían a vosotros, sino a Mi en vosotros?


Reflexionad éstas y otras interrogantes que Mi Santo Espíritu hará en vuestras almas, si es que Me buscáis y si lográis responder afirmativamente, al menos, a la mayoría de ellas, podéis estar seguros de que podríais pasar a formar parte de Mi Redil Escogido.


Yo no busco riquezas materiales sino humildad en vuestra alma. Yo no busco sabiduría terrena, Yo busco aceptación sincera de vuestra pequeñez. Yo no busco poder político ó militar, Yo busco abandono a Mi, vuestro Dios. Yo no busco la soberbia del que se creé superior, sino la inocencia del niño que sabe que sólo en sus padres puede confiar.


Muchos son los llamados, pocos los escogidos. Esta es una frase tremenda y justa en la que cada uno de vosotros debéis reflexionar. Yo no seré Juez, vosotros seréis vuestros propios jueces, porque Yo, el Justo, el Santísimo, el Unico dios Verdadero, os dio, os dá y os dará siempre la oportunidad de conocer la Verdad, de una u otra forma y sóis vosotros mismos los que la aceptáis o la rechazáis, por vuestro libre albedrío. Yo no Soy el que condenará vuestras obras, sino vosotros mismos o haréis cuando al presentaros ante Mi Amor, abierto de par en par, las podréis comparar con las enseñadas y vividas por Mi Hijo Jesucristo. Vosotros mismos tomaréis el camino por el que deberéis ir, después de presentaros ante el Amor Infinito. Yo no condeno, Yo no os creé para destruiros. Yo no creé la muerte, Yo creé la Vida y cuando ésta se perdió por el pecado, Yo mismo, en Mi Hijo Jesucristo, la restauré. Así que no Me veáis como a un Dios vengador y justiciero, que sólo quiere la muerte del pecador. Yo os dí la vida os he guiado durante toda vuestra vida terrena para que deis Mi Vida a los vuestros aceptándola primero en vosotros.


Yo Soy la Verdadera Vida y Yo escojo a los que pueden seguir dando vida en Mi Vida a los demás. Todos vosotros sois llamados en todo momento, pero no todos habéis aprendido a escuchar Mi Voz en vuestro corazón. Tenéis ya que hacer una parada inminente en vuestra vida, porque el tiempo es corto ya y si vuestro cambio es afirmativo y definitivo, podréis ser de los escogidos, esto sólo depende de vuestra voluntad. Yo no os puedo forzar, pero si os puedo seguir llamando hasta que Yo pueda lograr vuestro cambio, si aceptáis seguirMe. En Mi Reino hay cabida para todos, buenos y malos, ya arrepentidos. TODOS sois Míos y a todos os quiero de regreso. No temáis, que no encontraréis, al final del camino, a un Dios severo y justiciero, sino a un Dios benévolo y amoroso con aquellos que se hayan reconocido pequeños y arrepentidos. Para los que Me atacaron y para los soberbios, sí seré Juez severo, porque no escucharon Mis súplicas ni Mis lamentos, lamentos de un Dios amoroso, que en lugar de recibir comprensión, recibí burlas, rechazos y ataques. Para ellos sí seré Juez severo, pero antes de que ellos lleguen a MI Presencia, os imploro, los que os consideráis Mis hijos verdaderos que oréis, que ayunéis, que os deis en penitencia y sacrificio por todos ellos y así Me salvéis almas, prácticamente condenadas y el gozo que Me deis con ello, se os pagará, como sólo Yo, vuestro Padre os lo puede pagar, con un aumento de gozo infinito, el cuál nos podéis imaginar, pero que os aseguro, Me agradeceréis con sincero corazón.


Yo Me dí, en Mi Hijo, por todos vosotros, Ahora es tiempo, en éste vuestro difícil tiempo, de entregarMe almas necesitadas de salvación. ¡DádMe hijitos Míos, dádMe almas! Mi sed aún no ha sido saciada, Mi sed de almas que día a día se pierden más por no escuchar ya Mi llamado. El tiempo es corto, la mies es mucha, pero la oración sincera y amorosa lo puede lograr todo, viviendo bajo la moción de mi Santo Espíritu y uniendo vuestros deseos y méritos a los de Mi Hijo Jesucristo. Haced vida de amor, vivid Mi Vida de Amor, morid para dar vida en el Amor y así ganaréis Mi Reino de Amor.


Yo os bendigo y deseo de corazón deseéis escuchar Mi llamado y poder ser fácilmente elegidos.


Mi Reino, un Reino de Amor Divino os espera. No os podéis, siquiera, imaginar las bellezas que vuestra alma os puede compartir, si escucháis a Mi Santo Espíritu que os habita. Os están esperando. Confiad plenamente en Mi Amor y lograréis fácilmente obtener Mi Vida Eterna.