Jun 14_99 No se vean a sí mismos. (Los Instrumentos al servicio de Dios).

Habla Dios Padre,
Sobre: No se vean a sí mismos.

Hijitos Míos, hoy os quiero explicar lo que quiero decir cuando digo: No se vean a sí mismos. Esto lo pido y lo pediré a los que están y estarán a Mi Servicio como mensajeros de Mi Amor.

Esta es una frase llena de humildad en la cuál Yo puedo hacer vida Mi Voluntad. No verse a si mismos significa el aceptar que todo lo que salga de vosotros, todo lo que viváis, todo lo que habléis, todo lo que actuéis, los milagros y conversiones que se den a través vuestro, sabréis, por humildad y que por libre donación a vuestro Dios, que no viene de vosotros sino que TODO viene de Mi.

Mis grandes elegidos, a través de la Historia Sagrada han sabido reconocer y aceptar lo que ésta frase significó en sus vidas. La humildad y la aceptación de Mi Voluntad en ellos era su vida, era su alimento espiritual y así tenemos a todos los profetas de la antigüedad. Lo podemos constatar con Abraham, padre de la Fé, quién, a través de él, os enseñé lo que es tener una Fé a toda prueba en Mí. Recordaréis que Yo le hice una promesa y ésta fue, que Yo le daría una descendencia más grande que las arenas de las playas y de las estrellas del Cielo. El, simplemente, creyó en su Dios y cuando le pedí que Me sacrificara a su único hijo, el siguió creyendo en Mí, en su Dios. No se vio a sí mismo, o sea que no antepuso sus intereses ni sus sentimientos antes que a Mi Voluntad y se dejó guiar como fiel instrumento. El resultado lo conocéis, al aceptar Mi Voluntad, sin dudar y por dejarMe habitar en él, como regalo he permitido se le reconozca y se le reconocerá por toda la Eternidad, como el Padre en la Fé.

Es Mi Persona, es Mi Fé, Soy Yo en él y por agradecimiento a su libre donación, al permitirMe vivir en él ó en cualquier persona, Yo permito que el instrumento reciba la presea del triunfo y no se Me dé a Mí. Realmente Soy Yo quién se merece la alabanza de vuestros hermanos ya que Yo moví a ésa alma a realizar la acción maravillosa que haya hecho y ya no es su voluntad sino la Mía la que véis trabajar a través de ellos. El instrumento goza en dos formas, por un lado, las alabanzas y agradecimientos de sus hermanos hacia él; por otro lado goza el saberse escogido por Mí, su Padre, para realizar acciones divinas y saber que al hacer Mi Voluntad en él, Me está haciendo feliz. ¿Os dais cuenta de cómo os proveo de grandes regalos al aceptar ser Mis Instrumentos?

Otro ejemplo maravilloso es el de vuestra Madre Santísima. NUNCA se vio a sí Misma. Desde la edad de tres años Ella pidió ser consagrada al Templo y vivir ahí para servir a Su Dios. Pudo haberse visto a sí Misma y pensar ¿Cómo, Yo tan pequeña, voy a dejar a Mis padres y a Mi hogar e irme a aislar al Templo? Ella no se vio a sí Misma, vio a Su Dios, a Su Creador, a Mi vida en Ella Misma. Ella se Me donó como instrumento fidelísimo y nunca hubo un no para Su Dios, sino todo el tiempo fueron Sus Palabras llenas de humildad y amor hacia Mí, acompañadas con el “hágase Tu Voluntad en Tu humilde sierva”. Palabras hechas obras en las que Yo era Primer lugar en Su Vida y en Sus actos. Vivía vida sobrenatural e íntima Conmigo y en toda Su Vida se transparentaba Mi Vida y Mi Voluntad y el regalo que le otorgué por ello es el que fue, es y será reconocida por todas las generaciones, Madre del Salvador del género humano, Madre de Su Dios Infinito y Todopoderoso.

No verse a sí mismos es el responder a vuestro Dios con agradecimiento infinito por los dones y Gracias que se obtienen al dejarMe hacer Mi Voluntad en vosotros. Los milagros que se hicieron y se siguen haciendo, primero, a través de Mi Hijo Jesucristo y posteriormente, a través de todas aquellas almas que Me dejan habitar en ellas, son obra Mía, pero a vosotros se os dá el reconocimiento y ése es el regalo, que obtenéis y se os recuerda así por siempre.

Ya os he explicado que vosotros sois muy pequeñitos y que por vosotros mismos no podéis hacer nada, pero ésa nada, así reconocida en humildad y donada a Quién todo lo puede, se vuelve conducto de vida, se vuelve vida en Mi Vida y por ello, conocéis los grandes milagros que, primero, pudieron hacer los apóstoles y discípulos de Mi Hijo y posteriormente los realizados por muchos santos, de los cuáles conocéis la vida de algunos de ellos. Digo, algunos de ellos porque hay muchos más que no conocéis, que han llevado vida oculta, vida de santidad, vida de entrega total, vida de humildad y donación perfecta a Mi, a vuestro Dios y Yo he podido manifestarMe a través de ellos para proseguir Mi Obra de Redención, siempre a través de actos totalmente envueltos de Amor. Esta palabra, AMOR es la palabra clave para los que son Míos y desean vivir en Mí, para que Yo Me manifieste a través de ellos. Es el Amor, en altos grados de manifestación, buscando la Perfección para agradarMe, lo que produce el olvido de sí mismos, el no verse a sí mismos, porque, cuando llegáis a éstos grados de amor, os dais plena cuenta de cómo Yo gozo al alma donada a Mí y a las obras que de ésas almas brotan, como bendiciones, para todos sus hermanos.

Toda Mi Vida, en vosotros, es donación y búsqueda de amor para vuestro propio crecimiento. El alma donada y que no se ve a sí misma, adquiere la necesidad de aprender a amar más, aprende a verse pequeña y necesitada de Mi Vida, aprende a apagar su sed al acercarse a Mí y así calmar su sed espiritual. El alma donada tiende a buscarMe más y a tratar de introducirse cada vez más en Mi Corazón, para que así, al conocerMe más, me pueda amar más y, al amar más, poder dar más a los demás y al dejar a un alma impregnada de Mi amor, sabe que Mi Alegría se desborda y ésto es lo que más alegra al alma entregada a Mí, el saber que Me hizo feliz, que hizo feliz a su Dios.

No hay nada más grande para una creaturita, como vosotros, que el hacerMe feliz, dejándoMe actuar en vosotros y Yo Mismo llevar Mi Amor a los demás a través vuestro.

Si os dais cuenta, si reflexionáis y entendéis éstas palabras, llegaréis a la conclusión de que todo se mueve en Mí y para Mí y al darMe alegría, haciendo Mi Voluntad, los que ganáis, al ciento por uno, sois vosotros. Os lo voy a explicar. Cuando vosotros tenéis a vuestros hijitos en la escuela y les dejan hacer un trabajo importante, como para un concurso, ya puede ser un dibujo, una composición o algo más en donde notáis que vuestros hijos aún no están tan capacitados como para hacer un trabajo de concurso, lo natural en vosotros, padres, es el de tratar de “ayudarles” y realmente lo que hacéis es una pequeña trampita, puesto que el trabajo debe ser de ellos, pero vosotros queréis que nuestros hijos sobresalgan, y así el trabajo termina siendo vuestro y no de ellos. Vuestros hijos se vuelven solamente instrumentos, se vuelve solamente el personaje que llevará vuestro conocimiento a su profesor ó a los jueces que decidirán quién hizo el mejor trabajo. Vosotros sabéis que vosotros mismos fuisteis los autores, pero es vuestro hijo el que hace acto de presencia ante quién juzgará el trabajo; vuestro hijo prácticamente no hizo nada. El premio ó el reconocimiento al mejor trabajo, lo recibirá vuestro hijo y vosotros gozaréis también éste triunfo y así cada quién goza en diferente proporción. Por el simple hecho de haberse presentado vuestro hijo con el trabajo y haber ganado, recibirá de manos del juez o del maestro, la medalla o el reconocimiento fijado y ante todos sus compañeritos; él sabe que el no hizo el trabajo pero alguien que lo quiere mucho lo hizo para ayudarle y esto no le quita el gozo del triunfo que está recibiendo. Vosotros padres gozáis el triunfo porque medisteis vuestro intelecto ante otros semejantes y ganasteis y por ello os sentís satisfechos. Pero, ¿Qué sentís, cuando es vuestro propio hijo, quién fue instrumento de vuestro intelecto, que llevó vuestro trabajo a triunfar, el que reconoce que el no fue autor y os agradece de corazón el triunfo, las ovaciones, el reconocimiento general, porque se reconoce incapaz de poder realizar lo que vosotros hicisteis?

Así es y así debe ser vuestra vida. Yo, actuar a través vuestro, haciendo el bien, llevando Mi Amor a los vuestros, levantando almas a la Vida de la Gracia y, sobre todo, que, sabiendo que Me hacéis feliz por vuestra libre donación, recibiréis grandes regalos, porque aceptasteis que Yo hiciera “trampitas” en vosotros y así recibiréis reconocimientos por parte de vuestros hermanos, quienes os reconocerán como verdaderos hijos Míos. Pero lo que más Me hace feliz es vuestro agradecimiento de corazón al haberos reconocido pequeños y sabiendo que todo se logró gracias a Mi intervención en vosotros y todo esto sólo se logra gracias a vuestra HUMILDAD.

PedídMe ésta virtud, que es de las más grandes, ya que sin ella Yo no puedo actuar en un alma. Podréis poseer el amor, que es la virtud por excelencia, pero si no va tomada de la mano de la humildad -no verse a sí mismo- pronto lo podréis perder. TODO lo podréis hacer y obtener a través del amor-humilde, al ver, primero, Mis intereses y luego los de los demás y al último los vuestros. Si no os véis a vosotros mismos, esto querrá decir que estáis viendo primero por los demás y así, al ver a los demás Me estaréis viendo a Mí, por consecuencia, ya que Mi Hijo Jesucristo os lo dijo: “Lo que hagáis a los demás, me lo  estaréis haciendo a Mí”.

DejadMe, hijitos Míos, vivir en vosotros, para que recibáis las ovaciones de la Tierra y del Cielo por toda la Eternidad y alcancéis gozos que jamás alcanzaríais con vuestras propias capacidades. Yo Soy vuestro Dios y deseo lo mejor para Mis hijos. Yo Soy Vuestro Padre Celestial, venid a Mí y os colmaré de todas vuestras necesidades y deseos de amor que tengáis en vuestro corazón, para servir a vuestro Dios en los demás. Buscad el bien, primeramente, para con vuestros hermanos y Yo os colmaré de Mi Bien.

Yo os bendigo en Mi Santo Nombre, en el de Mi Hijo Jesucristo y en el del Amor del Espíritu Santo.

Mensaje de Dios Padre a J.V.

Habla Dios Padre,
Sobre: No se vean a sí mismos.

Hijitos Míos, hoy os quiero explicar lo que quiero decir cuando digo: No se vean a sí mismos. Esto lo pido y lo pediré a los que están y estarán a Mi Servicio como mensajeros de Mi Amor.

Esta es una frase llena de humildad en la cuál Yo puedo hacer vida Mi Voluntad. No verse a si mismos significa el aceptar que todo lo que salga de vosotros, todo lo que viváis, todo lo que habléis, todo lo que actuéis, los milagros y conversiones que se den a través vuestro, sabréis, por humildad y que por libre donación a vuestro Dios, que no viene de vosotros sino que TODO viene de Mi.

Mis grandes elegidos, a través de la Historia Sagrada han sabido reconocer y aceptar lo que ésta frase significó en sus vidas. La humildad y la aceptación de Mi Voluntad en ellos era su vida, era su alimento espiritual y así tenemos a todos los profetas de la antigüedad. Lo podemos constatar con Abraham, padre de la Fé, quién, a través de él, os enseñé lo que es tener una Fé a toda prueba en Mí. Recordaréis que Yo le hice una promesa y ésta fue, que Yo le daría una descendencia más grande que las arenas de las playas y de las estrellas del Cielo. El, simplemente, creyó en su Dios y cuando le pedí que Me sacrificara a su único hijo, el siguió creyendo en Mí, en su Dios. No se vio a sí mismo, o sea que no antepuso sus intereses ni sus sentimientos antes que a Mi Voluntad y se dejó guiar como fiel instrumento. El resultado lo conocéis, al aceptar Mi Voluntad, sin dudar y por dejarMe habitar en él, como regalo he permitido se le reconozca y se le reconocerá por toda la Eternidad, como el Padre en la Fé.

Es Mi Persona, es Mi Fé, Soy Yo en él y por agradecimiento a su libre donación, al permitirMe vivir en él ó en cualquier persona, Yo permito que el instrumento reciba la presea del triunfo y no se Me dé a Mí. Realmente Soy Yo quién se merece la alabanza de vuestros hermanos ya que Yo moví a ésa alma a realizar la acción maravillosa que haya hecho y ya no es su voluntad sino la Mía la que véis trabajar a través de ellos. El instrumento goza en dos formas, por un lado, las alabanzas y agradecimientos de sus hermanos hacia él; por otro lado goza el saberse escogido por Mí, su Padre, para realizar acciones divinas y saber que al hacer Mi Voluntad en él, Me está haciendo feliz. ¿Os dais cuenta de cómo os proveo de grandes regalos al aceptar ser Mis Instrumentos?

Otro ejemplo maravilloso es el de vuestra Madre Santísima. NUNCA se vio a sí Misma. Desde la edad de tres años Ella pidió ser consagrada al Templo y vivir ahí para servir a Su Dios. Pudo haberse visto a sí Misma y pensar ¿Cómo, Yo tan pequeña, voy a dejar a Mis padres y a Mi hogar e irme a aislar al Templo? Ella no se vio a sí Misma, vio a Su Dios, a Su Creador, a Mi vida en Ella Misma. Ella se Me donó como instrumento fidelísimo y nunca hubo un no para Su Dios, sino todo el tiempo fueron Sus Palabras llenas de humildad y amor hacia Mí, acompañadas con el “hágase Tu Voluntad en Tu humilde sierva”. Palabras hechas obras en las que Yo era Primer lugar en Su Vida y en Sus actos. Vivía vida sobrenatural e íntima Conmigo y en toda Su Vida se transparentaba Mi Vida y Mi Voluntad y el regalo que le otorgué por ello es el que fue, es y será reconocida por todas las generaciones, Madre del Salvador del género humano, Madre de Su Dios Infinito y Todopoderoso.

No verse a sí mismos es el responder a vuestro Dios con agradecimiento infinito por los dones y Gracias que se obtienen al dejarMe hacer Mi Voluntad en vosotros. Los milagros que se hicieron y se siguen haciendo, primero, a través de Mi Hijo Jesucristo y posteriormente, a través de todas aquellas almas que Me dejan habitar en ellas, son obra Mía, pero a vosotros se os dá el reconocimiento y ése es el regalo, que obtenéis y se os recuerda así por siempre.

Ya os he explicado que vosotros sois muy pequeñitos y que por vosotros mismos no podéis hacer nada, pero ésa nada, así reconocida en humildad y donada a Quién todo lo puede, se vuelve conducto de vida, se vuelve vida en Mi Vida y por ello, conocéis los grandes milagros que, primero, pudieron hacer los apóstoles y discípulos de Mi Hijo y posteriormente los realizados por muchos santos, de los cuáles conocéis la vida de algunos de ellos. Digo, algunos de ellos porque hay muchos más que no conocéis, que han llevado vida oculta, vida de santidad, vida de entrega total, vida de humildad y donación perfecta a Mi, a vuestro Dios y Yo he podido manifestarMe a través de ellos para proseguir Mi Obra de Redención, siempre a través de actos totalmente envueltos de Amor. Esta palabra, AMOR es la palabra clave para los que son Míos y desean vivir en Mí, para que Yo Me manifieste a través de ellos. Es el Amor, en altos grados de manifestación, buscando la Perfección para agradarMe, lo que produce el olvido de sí mismos, el no verse a sí mismos, porque, cuando llegáis a éstos grados de amor, os dais plena cuenta de cómo Yo gozo al alma donada a Mí y a las obras que de ésas almas brotan, como bendiciones, para todos sus hermanos.

Toda Mi Vida, en vosotros, es donación y búsqueda de amor para vuestro propio crecimiento. El alma donada y que no se ve a sí misma, adquiere la necesidad de aprender a amar más, aprende a verse pequeña y necesitada de Mi Vida, aprende a apagar su sed al acercarse a Mí y así calmar su sed espiritual. El alma donada tiende a buscarMe más y a tratar de introducirse cada vez más en Mi Corazón, para que así, al conocerMe más, me pueda amar más y, al amar más, poder dar más a los demás y al dejar a un alma impregnada de Mi amor, sabe que Mi Alegría se desborda y ésto es lo que más alegra al alma entregada a Mí, el saber que Me hizo feliz, que hizo feliz a su Dios.

No hay nada más grande para una creaturita, como vosotros, que el hacerMe feliz, dejándoMe actuar en vosotros y Yo Mismo llevar Mi Amor a los demás a través vuestro.

Si os dais cuenta, si reflexionáis y entendéis éstas palabras, llegaréis a la conclusión de que todo se mueve en Mí y para Mí y al darMe alegría, haciendo Mi Voluntad, los que ganáis, al ciento por uno, sois vosotros. Os lo voy a explicar. Cuando vosotros tenéis a vuestros hijitos en la escuela y les dejan hacer un trabajo importante, como para un concurso, ya puede ser un dibujo, una composición o algo más en donde notáis que vuestros hijos aún no están tan capacitados como para hacer un trabajo de concurso, lo natural en vosotros, padres, es el de tratar de “ayudarles” y realmente lo que hacéis es una pequeña trampita, puesto que el trabajo debe ser de ellos, pero vosotros queréis que nuestros hijos sobresalgan, y así el trabajo termina siendo vuestro y no de ellos. Vuestros hijos se vuelven solamente instrumentos, se vuelve solamente el personaje que llevará vuestro conocimiento a su profesor ó a los jueces que decidirán quién hizo el mejor trabajo. Vosotros sabéis que vosotros mismos fuisteis los autores, pero es vuestro hijo el que hace acto de presencia ante quién juzgará el trabajo; vuestro hijo prácticamente no hizo nada. El premio ó el reconocimiento al mejor trabajo, lo recibirá vuestro hijo y vosotros gozaréis también éste triunfo y así cada quién goza en diferente proporción. Por el simple hecho de haberse presentado vuestro hijo con el trabajo y haber ganado, recibirá de manos del juez o del maestro, la medalla o el reconocimiento fijado y ante todos sus compañeritos; él sabe que el no hizo el trabajo pero alguien que lo quiere mucho lo hizo para ayudarle y esto no le quita el gozo del triunfo que está recibiendo. Vosotros padres gozáis el triunfo porque medisteis vuestro intelecto ante otros semejantes y ganasteis y por ello os sentís satisfechos. Pero, ¿Qué sentís, cuando es vuestro propio hijo, quién fue instrumento de vuestro intelecto, que llevó vuestro trabajo a triunfar, el que reconoce que el no fue autor y os agradece de corazón el triunfo, las ovaciones, el reconocimiento general, porque se reconoce incapaz de poder realizar lo que vosotros hicisteis?

Así es y así debe ser vuestra vida. Yo, actuar a través vuestro, haciendo el bien, llevando Mi Amor a los vuestros, levantando almas a la Vida de la Gracia y, sobre todo, que, sabiendo que Me hacéis feliz por vuestra libre donación, recibiréis grandes regalos, porque aceptasteis que Yo hiciera “trampitas” en vosotros y así recibiréis reconocimientos por parte de vuestros hermanos, quienes os reconocerán como verdaderos hijos Míos. Pero lo que más Me hace feliz es vuestro agradecimiento de corazón al haberos reconocido pequeños y sabiendo que todo se logró gracias a Mi intervención en vosotros y todo esto sólo se logra gracias a vuestra HUMILDAD.

PedídMe ésta virtud, que es de las más grandes, ya que sin ella Yo no puedo actuar en un alma. Podréis poseer el amor, que es la virtud por excelencia, pero si no va tomada de la mano de la humildad -no verse a sí mismo- pronto lo podréis perder. TODO lo podréis hacer y obtener a través del amor-humilde, al ver, primero, Mis intereses y luego los de los demás y al último los vuestros. Si no os véis a vosotros mismos, esto querrá decir que estáis viendo primero por los demás y así, al ver a los demás Me estaréis viendo a Mí, por consecuencia, ya que Mi Hijo Jesucristo os lo dijo: “Lo que hagáis a los demás, me lo  estaréis haciendo a Mí”.

DejadMe, hijitos Míos, vivir en vosotros, para que recibáis las ovaciones de la Tierra y del Cielo por toda la Eternidad y alcancéis gozos que jamás alcanzaríais con vuestras propias capacidades. Yo Soy vuestro Dios y deseo lo mejor para Mis hijos. Yo Soy Vuestro Padre Celestial, venid a Mí y os colmaré de todas vuestras necesidades y deseos de amor que tengáis en vuestro corazón, para servir a vuestro Dios en los demás. Buscad el bien, primeramente, para con vuestros hermanos y Yo os colmaré de Mi Bien.

Yo os bendigo en Mi Santo Nombre, en el de Mi Hijo Jesucristo y en el del Amor del Espíritu Santo.

Mensaje de Dios Padre a J.V.

Habla Dios Padre,
Sobre: No se vean a sí mismos.

Hijitos Míos, hoy os quiero explicar lo que quiero decir cuando digo: No se vean a sí mismos. Esto lo pido y lo pediré a los que están y estarán a Mi Servicio como mensajeros de Mi Amor.

Esta es una frase llena de humildad en la cuál Yo puedo hacer vida Mi Voluntad. No verse a si mismos significa el aceptar que todo lo que salga de vosotros, todo lo que viváis, todo lo que habléis, todo lo que actuéis, los milagros y conversiones que se den a través vuestro, sabréis, por humildad y que por libre donación a vuestro Dios, que no viene de vosotros sino que TODO viene de Mi.

Mis grandes elegidos, a través de la Historia Sagrada han sabido reconocer y aceptar lo que ésta frase significó en sus vidas. La humildad y la aceptación de Mi Voluntad en ellos era su vida, era su alimento espiritual y así tenemos a todos los profetas de la antigüedad. Lo podemos constatar con Abraham, padre de la Fé, quién, a través de él, os enseñé lo que es tener una Fé a toda prueba en Mí. Recordaréis que Yo le hice una promesa y ésta fue, que Yo le daría una descendencia más grande que las arenas de las playas y de las estrellas del Cielo. El, simplemente, creyó en su Dios y cuando le pedí que Me sacrificara a su único hijo, el siguió creyendo en Mí, en su Dios. No se vio a sí mismo, o sea que no antepuso sus intereses ni sus sentimientos antes que a Mi Voluntad y se dejó guiar como fiel instrumento. El resultado lo conocéis, al aceptar Mi Voluntad, sin dudar y por dejarMe habitar en él, como regalo he permitido se le reconozca y se le reconocerá por toda la Eternidad, como el Padre en la Fé.

Es Mi Persona, es Mi Fé, Soy Yo en él y por agradecimiento a su libre donación, al permitirMe vivir en él ó en cualquier persona, Yo permito que el instrumento reciba la presea del triunfo y no se Me dé a Mí. Realmente Soy Yo quién se merece la alabanza de vuestros hermanos ya que Yo moví a ésa alma a realizar la acción maravillosa que haya hecho y ya no es su voluntad sino la Mía la que véis trabajar a través de ellos. El instrumento goza en dos formas, por un lado, las alabanzas y agradecimientos de sus hermanos hacia él; por otro lado goza el saberse escogido por Mí, su Padre, para realizar acciones divinas y saber que al hacer Mi Voluntad en él, Me está haciendo feliz. ¿Os dais cuenta de cómo os proveo de grandes regalos al aceptar ser Mis Instrumentos?

Otro ejemplo maravilloso es el de vuestra Madre Santísima. NUNCA se vio a sí Misma. Desde la edad de tres años Ella pidió ser consagrada al Templo y vivir ahí para servir a Su Dios. Pudo haberse visto a sí Misma y pensar ¿Cómo, Yo tan pequeña, voy a dejar a Mis padres y a Mi hogar e irme a aislar al Templo? Ella no se vio a sí Misma, vio a Su Dios, a Su Creador, a Mi vida en Ella Misma. Ella se Me donó como instrumento fidelísimo y nunca hubo un no para Su Dios, sino todo el tiempo fueron Sus Palabras llenas de humildad y amor hacia Mí, acompañadas con el “hágase Tu Voluntad en Tu humilde sierva”. Palabras hechas obras en las que Yo era Primer lugar en Su Vida y en Sus actos. Vivía vida sobrenatural e íntima Conmigo y en toda Su Vida se transparentaba Mi Vida y Mi Voluntad y el regalo que le otorgué por ello es el que fue, es y será reconocida por todas las generaciones, Madre del Salvador del género humano, Madre de Su Dios Infinito y Todopoderoso.

No verse a sí mismos es el responder a vuestro Dios con agradecimiento infinito por los dones y Gracias que se obtienen al dejarMe hacer Mi Voluntad en vosotros. Los milagros que se hicieron y se siguen haciendo, primero, a través de Mi Hijo Jesucristo y posteriormente, a través de todas aquellas almas que Me dejan habitar en ellas, son obra Mía, pero a vosotros se os dá el reconocimiento y ése es el regalo, que obtenéis y se os recuerda así por siempre.

Ya os he explicado que vosotros sois muy pequeñitos y que por vosotros mismos no podéis hacer nada, pero ésa nada, así reconocida en humildad y donada a Quién todo lo puede, se vuelve conducto de vida, se vuelve vida en Mi Vida y por ello, conocéis los grandes milagros que, primero, pudieron hacer los apóstoles y discípulos de Mi Hijo y posteriormente los realizados por muchos santos, de los cuáles conocéis la vida de algunos de ellos. Digo, algunos de ellos porque hay muchos más que no conocéis, que han llevado vida oculta, vida de santidad, vida de entrega total, vida de humildad y donación perfecta a Mi, a vuestro Dios y Yo he podido manifestarMe a través de ellos para proseguir Mi Obra de Redención, siempre a través de actos totalmente envueltos de Amor. Esta palabra, AMOR es la palabra clave para los que son Míos y desean vivir en Mí, para que Yo Me manifieste a través de ellos. Es el Amor, en altos grados de manifestación, buscando la Perfección para agradarMe, lo que produce el olvido de sí mismos, el no verse a sí mismos, porque, cuando llegáis a éstos grados de amor, os dais plena cuenta de cómo Yo gozo al alma donada a Mí y a las obras que de ésas almas brotan, como bendiciones, para todos sus hermanos.

Toda Mi Vida, en vosotros, es donación y búsqueda de amor para vuestro propio crecimiento. El alma donada y que no se ve a sí misma, adquiere la necesidad de aprender a amar más, aprende a verse pequeña y necesitada de Mi Vida, aprende a apagar su sed al acercarse a Mí y así calmar su sed espiritual. El alma donada tiende a buscarMe más y a tratar de introducirse cada vez más en Mi Corazón, para que así, al conocerMe más, me pueda amar más y, al amar más, poder dar más a los demás y al dejar a un alma impregnada de Mi amor, sabe que Mi Alegría se desborda y ésto es lo que más alegra al alma entregada a Mí, el saber que Me hizo feliz, que hizo feliz a su Dios.

No hay nada más grande para una creaturita, como vosotros, que el hacerMe feliz, dejándoMe actuar en vosotros y Yo Mismo llevar Mi Amor a los demás a través vuestro.

Si os dais cuenta, si reflexionáis y entendéis éstas palabras, llegaréis a la conclusión de que todo se mueve en Mí y para Mí y al darMe alegría, haciendo Mi Voluntad, los que ganáis, al ciento por uno, sois vosotros. Os lo voy a explicar. Cuando vosotros tenéis a vuestros hijitos en la escuela y les dejan hacer un trabajo importante, como para un concurso, ya puede ser un dibujo, una composición o algo más en donde notáis que vuestros hijos aún no están tan capacitados como para hacer un trabajo de concurso, lo natural en vosotros, padres, es el de tratar de “ayudarles” y realmente lo que hacéis es una pequeña trampita, puesto que el trabajo debe ser de ellos, pero vosotros queréis que nuestros hijos sobresalgan, y así el trabajo termina siendo vuestro y no de ellos. Vuestros hijos se vuelven solamente instrumentos, se vuelve solamente el personaje que llevará vuestro conocimiento a su profesor ó a los jueces que decidirán quién hizo el mejor trabajo. Vosotros sabéis que vosotros mismos fuisteis los autores, pero es vuestro hijo el que hace acto de presencia ante quién juzgará el trabajo; vuestro hijo prácticamente no hizo nada. El premio ó el reconocimiento al mejor trabajo, lo recibirá vuestro hijo y vosotros gozaréis también éste triunfo y así cada quién goza en diferente proporción. Por el simple hecho de haberse presentado vuestro hijo con el trabajo y haber ganado, recibirá de manos del juez o del maestro, la medalla o el reconocimiento fijado y ante todos sus compañeritos; él sabe que el no hizo el trabajo pero alguien que lo quiere mucho lo hizo para ayudarle y esto no le quita el gozo del triunfo que está recibiendo. Vosotros padres gozáis el triunfo porque medisteis vuestro intelecto ante otros semejantes y ganasteis y por ello os sentís satisfechos. Pero, ¿Qué sentís, cuando es vuestro propio hijo, quién fue instrumento de vuestro intelecto, que llevó vuestro trabajo a triunfar, el que reconoce que el no fue autor y os agradece de corazón el triunfo, las ovaciones, el reconocimiento general, porque se reconoce incapaz de poder realizar lo que vosotros hicisteis?

Así es y así debe ser vuestra vida. Yo, actuar a través vuestro, haciendo el bien, llevando Mi Amor a los vuestros, levantando almas a la Vida de la Gracia y, sobre todo, que, sabiendo que Me hacéis feliz por vuestra libre donación, recibiréis grandes regalos, porque aceptasteis que Yo hiciera “trampitas” en vosotros y así recibiréis reconocimientos por parte de vuestros hermanos, quienes os reconocerán como verdaderos hijos Míos. Pero lo que más Me hace feliz es vuestro agradecimiento de corazón al haberos reconocido pequeños y sabiendo que todo se logró gracias a Mi intervención en vosotros y todo esto sólo se logra gracias a vuestra HUMILDAD.

PedídMe ésta virtud, que es de las más grandes, ya que sin ella Yo no puedo actuar en un alma. Podréis poseer el amor, que es la virtud por excelencia, pero si no va tomada de la mano de la humildad -no verse a sí mismo- pronto lo podréis perder. TODO lo podréis hacer y obtener a través del amor-humilde, al ver, primero, Mis intereses y luego los de los demás y al último los vuestros. Si no os véis a vosotros mismos, esto querrá decir que estáis viendo primero por los demás y así, al ver a los demás Me estaréis viendo a Mí, por consecuencia, ya que Mi Hijo Jesucristo os lo dijo: “Lo que hagáis a los demás, me lo  estaréis haciendo a Mí”.

DejadMe, hijitos Míos, vivir en vosotros, para que recibáis las ovaciones de la Tierra y del Cielo por toda la Eternidad y alcancéis gozos que jamás alcanzaríais con vuestras propias capacidades. Yo Soy vuestro Dios y deseo lo mejor para Mis hijos. Yo Soy Vuestro Padre Celestial, venid a Mí y os colmaré de todas vuestras necesidades y deseos de amor que tengáis en vuestro corazón, para servir a vuestro Dios en los demás. Buscad el bien, primeramente, para con vuestros hermanos y Yo os colmaré de Mi Bien.

Yo os bendigo en Mi Santo Nombre, en el de Mi Hijo Jesucristo y en el del Amor del Espíritu Santo.