Mensaje de Dios Padre a J.V.
Habla Dios Padre,
Sobre: La Ingratitud del hombre.
Hijitos Míos, hoy os quiero volver a remarcar un tema que Me duele mucho, el de la ingratitud del hombre.
Mis Dones. Me he dado por completo en Mi Hijo Jesucristo y vuestra frialdad limita el que podáis recibir todos Mis favores. Me sigo dando día a día, siempre actuando con Amor verdadero, a diferencia de vosotros que os enconcháis después de sentir la traición del ser querido y, ¿qué recibo por ello?, desprecios, olvidos, ataques, frialdad e ingratitud nuevamente. Hijitos Míos, esto ya no puede seguir así. Fuisteis creados para llevar Mi Amor, compartirlo y agradecerlo a vuestro Dios y Creador y en lugar de ello actuáis como verdaderos traidores para con vuestro Dios y para con vuestros hermanos. Aún entre vosotros os dañáis mutuamente, sin importaros destruir la vida física, la que sí véis, ni la espiritual, que no véis y que ni os interesa ver. Vuestra vida se ha llenado de un materialismo mortal, aún entre vosotros ya no os dais verdadera vida, ya no buscáis el crecimiento espiritual de vuestros hermanos ni el vuestro. Permitís que Mi enemigo Os siga atacando a través de programas, revistas y otras publicaciones destructivas, tanto para vuestro cuerpo, como para vuestra alma. Ahora os habéis enconchado pero no para no dejar entrar el mal a vuestro corazón, sino para no permitir que Mi Gracia entre a él. Os habéis vuelto refractarios al Amor y a la Pureza de vuestras almas. Dejáis ya, que libremente el maligno actúe en vuestras vidas, llevándolas a un sonambulismo espiritual. Os movéis porque os tenéis que mover y sólo para llenar vuestras primarias necesidades, pero ya no queréis mover vuestra voluntad hacia la búsqueda de Mi Bien, hacia la búsqueda de la Verdad hacia la búsqueda de la Luz que os guiará hacia Mi Reino Eterno. Vivís enconchados en Vuestro propio egoísmo y en vuestra propia pequeñez. Ya no tenéis metas santas, metas altas, metas divinas por alcanzar. Ya os habéis acostumbrado a dar lo mínimo necesario para poder obtener, tanto de Mí como de vuestros semejantes, lo que necesitáis. Ya no tenéis afán de lucha, porque os habéis acobardado ante la propia maldad de la vida, vida que habéis permitido que Mi enemigo os diera. Ya no deseáis ni usar de vuestra razón interior, que os dá Mi Santo Espíritu, para no crearos problemas con los demás ó con las autoridades cuando sabéis que se está actuando con injusticia. Ya no les llamáis la atención, con justa y respaldada razón basada en Mis Leyes y Mandamientos, a aquellos hijos Míos, servidores públicos y a Mis servidores en el sacerdocio, que os están llevando a una muerte progresiva, tanto en lo material como en lo espiritual. Os estáis acostumbrando a vivir en las pocilgas, cuando fuisteis creados para vivir en el Paraíso. Permitís que os sigan matando y sacando provecho, tanto material como espiritual, al permitir que hermanos vuestros os vendan pornografía, drogas y muerte, muerte que ahora podéis ordenar se ejecute pagando a un hermano vuestro para que destruya la vida de otro hermano vuestro. Habéis vuelto al Principio de los Tiempos cuando Caín mata a su hermano Abel. Hijitos Míos, ¿no os dais plena cuenta hasta donde habéis llegado? ¿Hasta que degradación espiritual y humana os ha llevado Mi enemigo y el vuestro? ¿No tenéis el interés de ser nuevamente hijos de MI Reino y no hijos pródigos comiendo sobras en las porquerizas? ¿No desea, acaso, vuestro corazón, regresar a la Casa Paterna y pedir perdón, para comer, aunque sea, lo que los sirvientes del Padre comen? ¿No deseáis acaso terminar con todo esto, que no ha sido creado para los hijos del Rey, quienes sois todos vosotros? Sois de estirpe real, porque venís de Mí, vuestro Dios. Vuestra alma está constituida de Mi Esencia Divina y no merece ni la ingratitud ni la degradación con la que Me pagáis y en la que vivís ahora. Debéis entender que Yo estoy con vosotros aún en los casos en que vuestro ó vuestros pecados, sean de los más deplorables en la humanidad. Recordad que, aún el más grave pecado que se ha cometido en toda la Historia de la Humanidad, como fue el deicidio cometido por Judas Iscariote, Yo lo hubiera perdonado si él se hubiera arrepentido, pero su temor y su soberbia no le permitieron confiar en la Omnipotencia de Mi Misericordia. Mi Misericordia es Omnipotente, es Infinita y no hay Pecado, por más grave que vosotros consideréis, que Yo no pueda perdonar. A pesar de vuestras ingratitudes Yo no Me enconcho, Yo no cierro ni detengo los caudales de Amor que se derraman de Mi Misericordia. TODOS, todos vosotros, habéis sido llamados y cubiertos por los Méritos de la Redención de Mi Hijo Jesucristo. TODOS tenéis el derecho de recibir Mis Bendiciones, aún vosotros, los que habéis asesinado cuerpos y almas, aún vosotros, los que consideráis que vuestro pecado contra Mí, vuestro Dios, sea imperdonable. Todos tenéis el derecho de vuestra salvación, porque la Sangre de Mi Hijo se dio para todas las almas y para todos los tiempos. No permitáis, ya más que el maligno os engañe haciéndoos creer que vuestro pecado no tiene reparación. ¡No, hijitos Míos, sois Míos y Mi Misericordia TODO lo repara! Venid arrepentidos, venid con corazón contrito, venid con corazón agradecido, al saber con toda seguridad, que vuestro Padre os recibirá, os abrazará, os vestirá con ropas dignas por ser Sus hijos, para vivir en Su Reino, porque Su Misericordia es Eterna y Su Misericordia os permitirá el que volváis a ser hijos verdaderos del Dios Verdadero, en el Reino de los Cielos. Confiad en vuestro Dios, que NUNCA se aparta de Sus hijos, a pesar de vuestra ingratitud. Vuestra pequeñez y vuestro pecado no os permiten ver Mi Bondad, pero confiad en la Fé que Yo he puesto en vuestros corazones y ella os dirá la Verdad y ésta es, que Yo os amo a pesar de vuestra frialdad y de vuestros pecados, aún de los más graves. Recordad, hijitos Míos, que Mi Misericordia es Infinita. Recordad que vosotros sois finitos, sois limitados, así que, vuestras faltas, por más graves que sean, nunca, pero, nunca, vana poder ser tan malas como para que Mi Poder de Bondad Infinito sea contrarrestado por la maldad de vuestras obras. Mi Amor aniquila todo acto del mal., pero debéis dejar que Mi Amor fluya a través de vosotros, al arrepentiros de vuestra vida pasada y os volquéis a Mi Voluntad, para que Yo, a través vuestro, aniquile éste mal que ahora os circunda y que poco a poco os está ahogando. Hijitos Míos, tenéis ahora, en vuestras manos, en vuestra mente y en vuestro corazón, la llave de la Verdad y sólo vosotros podréis decidir si queréis que vuestro Mundo cambie, permitiéndoMe a Mí, habitar en vuestro corazón; ó podéis permitirle a vuestra ingratitud y rechazo contra vuestro Dios, el que el enemigo os siga aniquilando poco a poco. Vosotros decidiréis vuestro destino. Yo ya he puesto un hasta aquí al maligno y él lo sabe, pero el tiempo que le queda para atacaros se pude disminuir o cancelar, dependiendo de vuestra donación a Mi Voluntad y a la búsqueda y donación del Amor que Me permitáis que Yo deposite en vuestros corazones. La decisión es vuestra. Tenéis el libre albedrío, pero no tenéis la Sabiduría para usarlo correctamente si no os acercáis a Mí, a vuestro Dios, que os ama infinitamente. Yo os bendigo y derramaré Mi Santo Espíritu sobre todos aquellos que Me lo pidáis. El os guiará hacia la Verdad de Mi Corazón y hacia el retorno seguro a la Casa Paterna que tanto os añora.