Jun 14_07 DejadMe actuar con vosotros y veréis el Milagro de la conversión mundial, os lo prometo.

Rosario

Temas:

  • Yo debo Ser el Cristo que Viva nuevamente entre los hombres a través de vosotros.
  • Poco a poco iréis viendo, si no ponéis un remedio a vuestra vida, cómo satanás se irá manifestando cada vez más fuerte entre vosotros.
  • Estáis llamados a mover fuertemente a las multitudes con Mi Presencia en vosotros.
  • DejadMe actuar con vosotros y veréis el Milagro de la conversión mundial, os lo prometo, Mis pequeños.
  • Todo aquello que vosotros impongáis, de cualquier forma, no dará fruto.

Mensajes de Dios Padre y de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

Primer Misterio,
Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: Yo debo Ser el Cristo que Viva nuevamente entre los hombres a través de vosotros.

Hijitos Míos, algunos de vosotros tenéis el hábito del ahorro, ahorráis del dinero que ganáis para prever el tiempo difícil, las vacas flacas en vuestra vida económica. Quizá para un tiempo de enfermedad, para poder cubrir médico y enfermedades, medicinas, quizá para obtener un bien mayor, un coche, una casa, un viaje. Hay tantas, tantas cosas que tenéis en mente cuando ahorráis, pero es bueno hacerlo porque eso os evita de problemas mayores.

Mis pequeños, el ganarse Mi Reino también conlleva un ahorro de toda la vida. Vosotros vais haciendo buenas obras, vais cuidando vuestra espiritualidad, Me vais dando gusto en vuestros hermanos ayudándolos en sus necesidades materiales y espirituales. Todo esto, Mis pequeños, es un ahorro, es una monedita que vais poniendo en la alcancía día a día, para con ello ir comprando el Reino de los Cielos. Realmente el hábito en la bondad, el hábito en el Amor es lo que va a hacer que vosotros ganéis el Reino de los Cielos, mientras más amor deis, más cerca estaréis de Mí.

Por otro lado, si el hábito del ahorro es bueno y es conveniente, el saber utilizar Mis bienes, Mis dones, con sabiduría, con inteligencia, es un mejor hábito. Todos vosotros obtenéis de Mí, ya por el hecho de obtener el don de la vida, dones, virtudes, grandes bendiciones a lo largo de vuestra existencia y vosotros debéis distribuir de lo que obtenéis de Mí, gratuitamente, a vuestros hermanos. Además de que obtenéis un gusto en hacerlo, vais a ir ahorrando las gratificaciones que Yo le doy al alma por el bien que hacéis a vuestros hermanos. Si cada uno de vosotros hiciera su parte, si cada uno de vosotros actuara así, a través de las virtudes, del amor, transmitiendo bondad, en una sola palabra, que fuerais educados, bien educados en Mis Enseñanzas, que fuerais verdaderos testigos, vuestro mundo cambiaría.

Yo os pido, Mis pequeños, que así como tenéis el hábito del ahorro económico, también tengáis el hábito de portaros bien con vuestros hermanos, que se muestre a través de vuestros actos, a través de vuestra vida, que Yo ya habito en vuestro corazón y de ésta forma vuestro entorno, por vuestra presencia y buen ejemplo, irá cambiando. Cada uno deberá hacer su parte y así, el mundo que estáis viviendo ahora, lleno de obscuridad, de grosería, de maldad, de robo, de asesinato, de asesinato no solo de cuerpo, sino también de alma, lo iréis cambiando con vuestra presencia y con vuestro buen ejemplo.

Es una tarea ardua, difícil, pero que tenéis que llevar a cabo con Mi ayuda. Ciertamente, vosotros no la podréis hacer porque sois muy débiles y caéis fácilmente en lo que satanás os pone con tentación, vosotros deberéis vencer todas ésas tentaciones y deberéis mostrarMe ante los hombres y así es como Mi Reino irá triunfando sobre el mal entre todos vosotros.

No Soy Yo el que va a imponer el Bien sobre vosotros, sois vosotros los que os deberéis ganar ése bien, cambiando primeramente vuestro interior y así seréis verdaderos, no seréis hipócritas, mostrándoos solamente buenos ante quienes os convenga, sino que vuestra presencia debe ser la misma ante todos los hombres, siempre mostrándoMe ante los demás por vuestros actos, por vuestra vida, por vuestra presencia. Yo debo Ser el Cristo que Viva nuevamente entre los hombres a través de vosotros.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio,
Habla Dios Padre,
Sobre: Poco a poco iréis viendo, si no ponéis un remedio a vuestra vida, cómo satanás se irá manifestando cada vez más fuerte entre vosotros.

Hijitos Míos, imaginad una lucha entre dos bandos, la batalla es fuerte, luchan cuerpo a cuerpo, sanguinariamente, hay maldad en los corazones, algunos de ellos estarán protegiendo sus bienes, quizá estarán pensando en quitárselos. La batalla es así siempre, unos queriendo tomar los bienes de los otros.

Mis pequeños, vosotros estáis en una verdadera batalla espiritual y siempre se ha dado, desde la caída de satanás. Estáis en una batalla real en donde satanás os quiere quitar lo más bello que tenéis, la Gracia de vuestra alma. Termina la batalla y ¿qué quedan?, de los dos bandos hay muertos, hay moribundos, hay heridos y hay vencedores. Otros estarán ya vencidos moralmente, porque son los que huyeron.

Mis pequeños, una batalla, siempre es muy fea, no debiera darse, pero la maldad existe entre vosotros y aún dentro de vosotros. La verdadera batalla espiritual en la que estáis ahora, en éstos momentos que os está tocando a vosotros, es una batalla cruenta, muy destructiva, que está destruyendo a muchas almas, las está matando, a otras las deja moribundas o heridas, ya no hay espiritualidad entre los hombres y la poca que tenéis, es la que os está tratando de arrebatar satanás. No estáis fuertes para vencer, porque no estáis Conmigo, con vuestro Dios, lucháis y lucháis, pero no tenéis la fuerza espiritual para vencerle. Mientras no os acerquéis a Mí, para que toméis de Mi Fuerza, de Mi Alimento y de Mi Vida, no podréis terminar con el mal, el mal de satanás, que está tratando de arrancar vuestro gran valer, el estado de Gracia, la vida espiritual, el amor.

Mis pequeños, poco a poco iréis viendo, si no ponéis un remedio a vuestra vida, cómo satanás se irá manifestando cada vez más fuerte entre vosotros y no solamente en lo físico, sino en lo espiritual, veréis su maldad. Ahora os asustáis de las cosas que suceden a vuestro alrededor, la forma en cómo vuestros hermanos actúan para destruir a sus hermanos, ya sea asesinando, robando, aprovechándose del hermano, pero también veréis manifestaciones espirituales que se irán dando, en donde os asustaréis emocionalmente, no tendréis paz interior. De ésa forma satanás os irá atacando por todos los medios que él tiene a su alcance para desestabilizar el cuerpo y el alma de vosotros. Si vosotros no entendéis lo que Yo os digo y no queréis poner remedio a todo ello, padeceréis fuertemente sus ataques.

Sois necios, tercos, no entendéis cuando se os quiere ayudar y os dejáis, no queréis crecer, no lucháis por los Bienes que tengo para vosotros, porque eso exige un esfuerzo de vuestra parte y os habéis vuelto flojos.

Los acontecimientos que se irán dando os harán entender la lección que os estoy explicando, sufriréis, porque así es el hombre, terco y necio, que hasta que no le suceden las cosas malas, es cuando entiende y se arrepiente y quiere reparar lo que ha destruido por su negligencia.

Los que entendáis, Mis pequeños, venid a Mí, pedidMe ayuda y protección, pedidMe discernimiento y vida espiritual para que podáis crecer y luego podáis ayudar a vuestros hermanos a entender todo lo que sucederá en su vida diaria.

¡Cómo Me dais tristeza, Mis pequeños!, Yo, todo un Padre Bondadoso, un Dios Infinito que os quiere ayudar abundantemente y vosotros no os dejáis, porque preferís manteneros en vuestra pobreza espiritual, en vuestra flojera espiritual y así, sufriréis.

Os amo, Mis pequeños y sabed que siempre, siempre estaré junto a vosotros y cuidaré de vosotros, aún en los momentos difíciles, en los que creáis que no estoy Yo. Estaré a vuestro lado, solamente llamadMe y acudiré a vosotros, Yo nunca os desprecio, nunca os saco del Corazón, siempre os protejo, os guío, os amo muchísimo, Mis pequeños, infinitamente os amo. Venid a Mí, venid a Mí, Mis pequeños y recibid Mis Bendiciones.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio,
Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: Estáis llamados a mover fuertemente a las multitudes con Mi Presencia en vosotros.

Hijitos Míos, tanto en las Obras de Misericordia, como en las Bienaventuranzas, os he dado una forma de vida. Sí, Mis pequeños, de vida, de movimiento, de práctica.

La Religión que Yo os he dado es una Religión dinámica, en movimiento está, es el Amor que se mueve entre los hombres como Yo Me moví entre los hombres. Yo no os vine a dar solamente teoría, bien pude hacerlo, pero Me moví entre los hombres mostrando Mi Amor antes que Mi Divinidad, porque pude haber llegado como Rey que Soy, rodeado de Mis Ángeles, protegido por los Ejércitos Celestiales y no, Me mostré sencillo, pobre de las cosas del mundo, pero rico de las del Cielo, que son las que valen. Con eso os daba a entender que no buscarais el reino del mundo, el reino de satanás, el reino de la mentira, porque es mentira vivir con las cosas del mundo, son espejismos, que solamente os desvían de vuestra realidad espiritual.  Aquellos que solamente viven para sí, haciendo su propia religión, llenándose, aparentemente, de cosas buenas mediante la meditación y de la cual os presumen de hacer por horas y horas, pero no hacen nada por sus hermanos, no están viviendo el dinamismo del Amor.

Vosotros fuisteis llamados a vivir como Yo, ser dinámicos en el amor y con ello, salvando a muchas almas, haciéndolas crecer con lo que también os enseñé. ¡Cómo os he pedido el ser otros Cristos!, es el llenarse primeramente de Mí, ciertamente a través de la oración, de la meditación, de la lectura, para luego salir a la calle y llevar todo ése conocimiento, todo ése amor, todo ése crecimiento espiritual a vuestros hermanos.

Ciertamente, podréis tener buenos deseos en vuestro corazón y pedir por las almas, para que éstas se mejoren, cambien y eso es bueno y valedero, pero, como sabéis y se os ha dicho, la palabra mueve, pero el ejemplo arrastra y vosotros deberéis arrastrar almas a la conversión como Yo lo hice. Fue Mi Presencia Divina ante vosotros, primeramente con las Palabras, luego los actos y luego el Milagro.

Vosotros estáis llamados también a ello y os dejé ésa bendición, que aquellos que Me siguieran, no solamente harían lo Mío, sino más de lo que Yo hice, estáis llamados a mover fuertemente a las multitudes con Mi Presencia en vosotros. Si no acudís a Mí a buscar ésa Sabiduría, pero sobre todo, ése deseo de actuar, no podréis llevar a cabo vuestra misión. Es una misión de valientes y, esa valentía la obtenéis en la donación por el amor en vuestro corazón para la salvación de vuestros hermanos. La valentía os la da el ver la necesidad de vuestros hermanos y el saber que vosotros tenéis la respuesta a sus necesidades, porque las habéis obtenido de Mí. Dad pues, lo que gratuitamente habéis obtenido y alegraos Conmigo por la salvación de las almas de vuestros hermanos.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio,
Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: DejadMe actuar con vosotros y veréis el Milagro de la conversión mundial, os lo prometo, Mis pequeños.

Hijitos Míos, Mi Iglesia Ministerial calla, se ha vuelto sorda, ciega a Mi llamamiento, injusticias tenéis a vuestro alrededor y ella calla, cuando son los momentos en que debiera enarbolar Mi Bandera. Yo, Cristo Jesús vine en momentos difíciles también de la historia, para Mi pueblo, para la humanidad entera.

Yo tuve que decir y actuar lo que el Templo no quería hacer. Sus dirigentes ya solamente se veían a sí mismos, buscaban por su bien material, mundano y no buscaban ya los Bienes espirituales para enseñar al pueblo, hostigaban al pueblo con “sus” leyes humanas y no daban lo Divino, no alimentaban al pueblo con lo Divino, sino simplemente lo hacían para manipular, para su propio provecho, con Mis Palabras en las Escrituras.

Mi Iglesia duerme, hay maldad e injusticia dentro de ella, no quiere despertar a los momentos actuales que estáis viviendo y padeciendo, no quiere ayudar al hombre en sus necesidades espirituales, se ha vuelto indiferente en muchos casos. Mi Iglesia en muchos lugares ya no es ejemplo de vida, de vida recta, de vida santa y así muchos desertan de Mi Iglesia. Es Mía, no de los hombres, pero los hombres la han manipulado para su bien, por eso he dejado la Iglesia Ministerial, no Me manifiesto en ella ahora en estos tiempos, como Me estoy manifestando en vosotros, los laicos, que sois Mi Iglesia también,  Mi Iglesia actuante, Mi Iglesia con deseo de superación y de mejora, Mi Iglesia que busca la Verdad y la Justicia, Mi Iglesia que quiere el amor fraterno y la unión de todos los hombres.

Vosotros, Mis pequeños, que sois Mi Iglesia verdadera, debéis ser buen ejemplo, no solamente entre vuestros hermanos que están en Mi Misma Iglesia, sino de aquellos que están en otras religiones, sectas o ideologías religiosas, vosotros debéis ser fermento para que muchos se acerquen a Mí.

Mi Iglesia calla ante las injusticias que se dan a vuestro alrededor. No lucha contra el pecado, se hace sorda ante el pecado que se está dando alrededor. Vosotros, Mis pequeños, debéis de dar el buen ejemplo que no lo están dando Mis ministros.

Ha sido Mi Promesa y Mi Iglesia se mantendrá hasta el fin del mundo y así será. Mi Iglesia ministerial tendrá que sufrir una purificación fuerte y un crecimiento grande. Vosotros, Mis pequeños, Iglesia militante, deberéis seguir adelante pidiendo ayuda a Mi Santo Espíritu para que podáis crecer y dar buen ejemplo e ir cambiando toda la maldad que os rodea, destruyéndola con vuestro amor, cambiando, con vuestro buen ejemplo.

De vosotros depende el cambio, Mis pequeños, dejadMe actuar con vosotros y veréis el Milagro de la conversión mundial, os lo prometo, Mis pequeños.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio,
Habla Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: Todo aquello que vosotros impongáis, de cualquier forma, no dará fruto.

Hijitos Míos, sabéis que Yo, vuestro Padre y vuestro Dios, siendo el Amor Infinito, llevo la vida de cada uno de vosotros en forma sencilla, no os presiono, no os obligo, os voy llevando de la mano, de poco a poco, paso a pasito. Sabéis que cuando algo se obliga o se castiga, esto se odia, porque entró ésa enseñanza con sangre, con dolor y no con Amor. Cuando se os educa con Amor, con inteligencia y sabiduría, eso permanece por siempre, porque se implanta en lo más profundo de su corazón y así os he llevado a cada uno de vosotros.

Ciertamente tenéis durante vuestra vida momentos difíciles, momentos dolorosos que también marcan vuestra vida y se van quedando ahí, en lo profundo de vuestro corazón, pero que si los aceptáis con sabiduría, con inteligencia y reconocéis que eso se os dio, quizá porque vosotros mismos, por vuestra negligencia os los ganasteis, entonces, ésos momentos no serán tan negativos en vuestra vida y le sacaréis lo bueno, la parte positiva, para normar vuestra vida y la de vuestros hermanos.

Mis pequeños, la Evangelización de Mi Hijo así fue, sencilla, amorosa, sin ningún tipo de presión, se os dio en el Amor, consintiéndoos. Él les dio pan de comer, les dio pescados, les dio Milagros, dio vida a los muertos, curó a los enfermos y todo ello junto con una Evangelización de Amor y crecimiento y por eso se mantiene Su Palabra y Su Vida hasta estos tiempos.

Ved cómo otros pueblos quisieron conquistar con la fuerza y con la sangre, eso se acabó, el hombre busca el amor, busca la paz, busca una vida espiritual, hecha por algunos a su  manera, otros hechos a Mi manera, pero buscan ésa paz interior. Por eso os he pedido que al ser discípulos Míos de éstos tiempos, sigáis los pasos de Mi Hijo, no imponiendo, aún a pesar de que tengáis los Diez Mandamientos, que los Diez Mandamientos en sí, son para perfeccionaros en el Amor, no exigir lo que vosotros mismos no podéis dar y no podéis vivir.

Vivid sencillos como Mi Hijo Vivió y sigue Viviendo en el corazón de muchos.  Dad amor a manos llenas, abrid vuestro corazón, haced a un lado vuestro corazón y dejad que se implante el Corazón de Mi Hijo en vosotros. Dejad que el Amor os cambie y así vosotros podáis cambiar el corazón de muchos. Es la sencillez, la humildad, el respeto y el Amor, a los demás lo que va a hacer que vuestra evangelización se implante en los corazones.

Os vuelvo a repetir, todo aquello que vosotros impongáis, de cualquier forma, no dará fruto. Orad íntimamente Conmigo, con vuestro Dios, platicadMe de vuestras necesidades, de vuestros logros, de vuestro amor, para que Yo os acompañe en todo momento y así juntos trabajemos en la renovación de éste pueblo, de éste pueblo mundial que tiene que darse con todos vosotros el Reino, el Reino de Mi Padre, el Reino del Amor.
Gracias, Mis pequeños.