Rosario – Mensaje ÚNICO
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Mensaje de La Santísima Virgen María a J. V.
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Habla La Santísima Virgen María
Hijitos Míos, Soy (Lenguas…) Soy vuestra Madre, La Siempre Virgen María. Os vengo a recordar, Mis pequeños, que un nuevo renacer, pronto tendréis, pero éste se dará para los hijos de Dios, los verdaderos hijos de Dios, que, a pesar de las tribulaciones, que a pesar de las tentaciones de satanás, que a pesar de todo el dolor que han padecido y padecerán, os habéis mantenido firmes en el Amor de Nuestro Dios y Señor.
Mis pequeños, son momentos difíciles para la humanidad, pero, sabéis vosotros, los que estáis en Dios, que esto tenía que suceder, para que el resto fiel se manifieste plenamente, para que satanás se dé cuenta que la Iglesia, que el Amor y las Enseñanzas, que os vino a traer Mi Hijo, no perecerán.
Yo os voy cuidando, Mis pequeños, Yo estoy con vosotros, sois hijos Míos también, Mis pequeños, y os cuidaré, porque satanás no puede con Mi Presencia, no puede con Mi Santo Nombre y, vosotros estáis cubiertos por Mi Manto y por Mi Amor.
Ciertamente, sucederán cosas tremendas en toda la humanidad. Muchas almas morirán, países enteros desaparecerán. El hombre se apartó de los Mandatos de Nuestro Dios y Señor, se os dio la obligación de cuidar todo lo creado y no lo hicisteis. Quisisteis hacer vuestra voluntad y, vosotros despreciasteis el Don de la vida que se os dio y, sobre todo, el gran gusto y derecho de servir a vuestro Creador y Señor. No aprovechasteis las grandes cosas que se os dieron y preferisteis servir a satanás, vuestro enemigo.
Se os dio el Don de Discernimiento y no lo quisisteis tomar ni querer entender, porque, quisisteis hacer vuestra voluntad, os repito.
¿Quiénes sois vosotros, Mis pequeños, que os creéis superiores a la Voluntad de vuestro Dios, que os creó? Ahora, padeceréis fuertemente, y hasta con vuestra vida, el haberos apartado del Don que se os dio, el Don de la vida. El Don precioso de la vida, que muchas almas no tienen y que quisieran tener.
Vosotros, los escogidos, ciertamente, padeceréis también, pero no al grado de aquellos que Le dieron la espalda a Nuestro Dios y Señor, que traicionaron y despreciaron lo que Mi Hijo os dio. Padeceréis, Mis pequeños, porque lo que se os va a dar, como premio a vuestra fidelidad, a vuestro amor hacia Nuestro Dios, es tan bello, tan grande, tan Santo, que vosotros mismos no estáis preparados para poder tomar ese regalo tan grande que se os dará. Por eso, lo que padeceréis, Mis pequeños, será para purificaros, y que, como dicen las Escrituras, necesitáis esto para tener el vestido de fiesta, para poder entrar a este regalo tan grande, que serán los Nuevos Cielos, las Nuevas Tierras, el Amor Verdadero que habéis desperdiciado y que no habéis querido tomar, aún vosotros. Pero estáis Conmigo y vuestra fidelidad y vuestro amor será premiado.
Gracias, Mis pequeños, por amar a Mi Hijo, por amar a Nuestro Dios, por amarMe a Mí, vuestra Madre, os cuidaré, Mis pequeños, y como se os ha dicho, los escogidos estáis ya marcados. Manteneos en ese estado de Amor, de Pureza, de Santidad, para que aún en los momentos de purificación, de tribulación éstos no sean tan pesados para vosotros, y el sufrimiento que tendréis, unidlo a los Méritos de Mi Hijo, para que entendáis todo lo que Él os dio y para que, al acercaros a Él, en esos momentos, podáis quitarLe tantos dolores que esta humanidad perversa Le han infringido.
Os bendigo, Mis pequeños y os llevo en Mi Corazón.
Gracias, Mis pequeños.