Rosario – Mensaje ÚNICO
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Mensaje de Dios Padre a J. V.
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Habla Dios Padre
(Lenguas…)
Hijitos Míos, no Soy Yo, ya el Dios del Antiguo Testamento, el Dios Vengador, el Dios Justiciero, el Dios que destruía pueblos completos porque no querían estar Conmigo, porque buscaban en los ídolos su apoyo. Ciertamente, ese tiempo pasó.
Le pedí a Mi Hijo que viniera a la Tierra, para que les mostrara Mi otra Cara, por decirlo así, o sea, que viniera a mostrarles a todos vosotros Mi Amor. Yo Soy un Dios de Amor y Soy un Dios Justo, porque busco el bien, no estoy buscando la maldad que vosotros tenéis.
Sí, os reprendo, porque Mi Amor no puede convivir con la maldad, fuisteis creados para vivir en el Amor, fuisteis creados para que fuerais como Mi Hijo, portadores de Mi Amor, para ir destruyendo la maldad, que ha venido haciendo tanto mal, a las almas y a todo lo creado por Mí, vuestro Dios.
Mi Hijo os enseñó a vivir en el Amor, a vivir en la Paz, a dar armonía a todos los hombres, y que esa armonía llevara de regreso al Reino de los Cielos.
No vivís en paz ya, vivís peleándoos los unos con los otros, no construís, no crecéis en Mi Amor, sino al contrario, le hacéis caso al enemigo, para ir destruyendo todo el amor o el poco amor que pudierais haber creado en algún momento, a lo largo de vuestra existencia.
Sed jueces vosotros mismos, de lo que habéis hecho en vuestra vida; sed honestos con lo que habéis hecho, con lo que habéis vivido, lo que habéis causado, lo que habéis evitado.
Si os he dicho que vinisteis a ayudar a crecer a las almas en Mi Amor, y en todo lo que Yo os di, en el Antiguo y el Nuevo Testamento, a través de Mi Hijo, ¿qué habéis hecho con ello?, ¿con esa cantidad de Sabiduría?, que muchos, muchos quisieran tener, y que vosotros no aprovecháis.
Ciertamente, estáis viviendo tiempos de reflexión, al ver los acontecimientos que están sucediéndose a vuestro alrededor. Todo eso os debe llevar a una reflexión profunda. Lo que estáis viviendo a vuestro alrededor, ¿acaso es causado por el Amor? Inmediatamente responderéis que no; el Amor no destruye, el Amor no causa guerras, no causa maldad, envidas, mentiras, errores, falsedades, el Amor es Virtuoso, crea, reconstruye, perdona, ama, ayuda. ¡Tanto, tanto lo que el Amor produce!, y vosotros os habéis dejado llevar por la maldad destructiva.
Pero para causar la maldad, quiere decir que vosotros mismos estáis destruidos por dentro, porque no podéis producir un bien, cuando en vuestro interior, habita el mal. ¿Os dais cuenta de ello?
¿Qué os mereceríais si en este momento murierais? Vuestro interior, ¿produce bienes? ¿Produce amor?, ¿produce paz? O todo lo contrario, produce error, maldad, destrucción, muertes, separación. Vosotros mismos, con esto que os digo, y siendo honestos, os podéis dar cuenta qué es lo que os merecéis u os mereceríais, si Yo Me presentara en este momento como Juez, y os pusiera en la balanza. ¿Cuántos de vosotros pereceríais en el fuego eterno?
No reflexionáis en vuestra vida, no queréis ver lo que habéis hecho, y no queréis daros cuenta de lo que vuestros actos han producido a vuestro alrededor. Sí, mucho mal, posiblemente habéis causado a vuestro alrededor y ese mal se os regresará a vosotros en el momento de vuestro Juicio.
Pero, en cambio, si vivisteis en el bien, produjisteis un bien a muchos de los que se acercaban a vosotros, sois almas buenas, almas que merecen seguir viviendo, para vivir en Mí, para que Yo os siga regalando grandes Bendiciones, pero sobre todo, Mi Amor.
Soy un Dios Bueno, un Dios Justo, un Dios que ama. Lo que Mi Hijo os enseñó, si no sois como Él, o si os volvisteis como los enemigos de ese tiempo, que Lo mandaron asesinar, entonces, no os merecéis una nueva vida, una nueva generación, el prolongar vuestros años en la Tierra, porque, solamente, esto es para los elegidos, los elegidos del Amor.
Esto es lo que va a ser ya, pronto, Mis pequeños. Una nueva generación que iniciará con un pleno Amor en vuestro corazón.
Gozaréis lo que Yo os daré, porque os lo merecéis, Mis pequeños, fuisteis fieles a Mi Palabra, fuisteis fieles a Mi Amor, actuasteis como Mi Hijo os enseñó, Él es el Maestro, vosotros, Sus seguidores, por eso gozaréis inmensamente, este tiempo nuevo que se les dará a todos aquellos que, realmente, Me tienen a Mí, como su Amor total. Yo, vuestro Dios, quiero lo mejor para vosotros, y lo tendréis, porque estáis Conmigo, os consentiré, porque escogisteis la mejor parte, viviréis enamorados unos de otros, con el Amor Purísimo que brota de Mi Ser, de Mi Esencia Divina.
Todo esto será un regalo para vosotros los elegidos, los que vivís y deseáis el bien, que mantuvisteis ese deseo grande, y lo actuabais, a pesar de que a vuestro alrededor, veíais muchos hermanos vuestros que no compartían vuestros sentimientos, vuestros deseos, vuestro ser, que estaba unido a Mí, vuestro Dios. Soportasteis los ataques de vuestros hermanos, que prefirieron tomar un camino ajeno al Amor. Ciertamente, sufristeis, porque no os amaban, os despreciaban, os veían como seres indefensos, inservibles, que no luchabais como ellos lo hacían, para quitarles a sus hermanos sus bienes, o simplemente, para molestar o destruir el bien que tenéis y que ellos no soportaban ver.
¿Ahora os dais cuenta, Mis pequeños, quiénes sois vosotros? Tenéis Mi Luz en vuestro ser, y estos hermanos vuestros, que prefirieron las tinieblas, no soportan la Luz que emana de vosotros, por eso os atacaban tanto, por eso os despreciaban, porque se sentían acusados, porque Mi Luz los señalaba, no querían veros, porque no permitían que Mi Perdón llegara a ellos.
Soy vuestro Dios, Soy la Excelsitud del Amor, y vosotros, los que Me seguís, después de estos acontecimientos de Purificación que estáis viviendo, gozaréis de estar Conmigo, gozaréis Mi Presencia en vosotros, seréis transfigurados, y Mi Amor se expandirá en vosotros y en vuestro alrededor. Todo cambiará, será un Nuevo Amanecer, una Nueva Vida, porque así Soy Yo, vuestro Dios, todo lo renuevo, todo lo Santifico, todo lo embellezco y eso como un regalo especial y grande, para los que os mantuvisteis Conmigo, aún a pesar de vuestro martirio que llevasteis a lo largo de vuestra vida, un martirio incruento, pero continuo, por ser diferentes a los que estaban a vuestro alrededor, viviendo para el mal.
Os amo, Mis pequeños, y bendecidos sois, por Mí, vuestro Dios. El tiempo es corto ya, y muy breve, para que vosotros podáis ya, estar en este Nuevo Reino que os daré.
Gozad pues, ya, desde ahora Mi Promesa, y esto os ayudará a sobrellevar la Purificación que se dará a vuestro alrededor.
Ciertamente, veréis cosas tremendas, dolorosas, pero mantened en vuestra mente y en vuestro corazón, la Esperanza de Mi Promesa, que será realidad y que gozaréis inmensamente.
Gracias, Mis pequeños.