Mensaje ÚNICO
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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.
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Habla Nuestro Señor Jesucristo
(Lenguas…)
Visión: Veo a Dios Nuestro Señor en la Cruz, ensangrentado, pero un momento después, Lo veo en Su Trono, pero sigue ensangrentado con la Corona de Espinas, y nos pregunta:
¿Por qué Me crucificáis de nuevo, Mis pequeños? ¿Por qué? Llegué a la Tierra en Obediencia al Padre, para que crecierais en Fe, en Amor, y para que agradecierais a Mi Padre Su Benevolencia sobre vosotros, perdonando vuestros pecados.
Os di Palabras de Vida, os di Mi Vida propia por vuestra salvación. Me dejé Crucificar por vosotros, para levantaros, así sea la Gracia. Yo fui levantado en la Cruz para levantaros y con Mi Dolor, con Mi Donación, os levanté a cada uno de vosotros, a vivir en la Presencia de Nuestra Santísima Trinidad. Y vosotros, ¿qué habéis hecho con todo esto que el Cielo os dio?
Lo habéis hecho a un lado, Me habéis traicionado, habéis traicionado las Bondades de Mi Padre sobre vosotros. ¡Tanto Amor desoído, destrozado! ¡Tanto Amor que os pudo haber salvado y que despreciasteis! Y ahora, los que seréis crucificados, seréis vosotros. Os quise salvar de todo esto que estáis padeciendo y que todavía padeceréis, mucho más gravemente. Se os avisó con premura, y no quisisteis entender ni agradecer.
Ahora estáis viendo las consecuencias de vuestra falta de Fe y de vuestra necedad. Os creísteis superiores a Nuestra Santísima Trinidad. Quisisteis hacer vuestra voluntad, ¡vuestra voluntad, que deja tanto que desear! Vuestra soberbia os está llevando a vuestra perdición eterna.
Ya no hay amor entre vosotros, sólo pequeños grupos alrededor de la Tierra, tratan de conservar la Herencia Divina que os traje, y serán los que reinarán en este tiempo por venir, después de la gran Purificación que tendréis.
Cuánto Me duele lo que os sucederá a vosotros, los necios, porque Yo también Me di por vosotros. Los grandes pecadores, los que están tratando de destruir Mi Obra y la Obra de Mi Padre. ¡Necios, tontos, que quisisteis, en vuestra soberbia, mostraros superiores a vuestro Dios!, y eso os está llevando a vuestra perdición eterna, al gran dolor, como nunca antes ha tenido la humanidad.
Veréis morir a tantos, tantos, miles y millones de almas, y es cuando os daréis cuenta de que os pudisteis haber ahorrado todo este dolor, pero por vuestra necedad, sufriréis y morirán infinidad de almas.
Estoy todavía con vosotros, esperando vuestro arrepentimiento, tratando de evitaros dolores, dolores en exceso, pero no queréis, no queréis entender lo que es el Verdadero Amor de vuestro Dios y Señor. Pudisteis tener Paz, Paz interior, Paz a vuestro alrededor, evitando las guerras, evitando el dolor, pero no quisisteis entender y poner de vuestra parte, para que eso no se llevara a cabo.
Tontamente, estáis sufriendo ahora con dolor, lo que pudisteis haber evitado con amor.
Los grandes acontecimientos ya están sobre vosotros, cada país sufrirá en forma diferente, según el amor que tomasteis y que vivisteis, eso, os ahorrará dolores; pero no todos, no todos de vosotros quisisteis tomar para vuestra existencia Mis Enseñanzas, no os quisisteis bañar con Mi Sangre Divina, para limpiaros de vuestros pecados, no quisisteis tomar lo que la Iglesia os daba a través de los Sacramentos, a través de Mi Presencia entre vosotros en la Sagrada Eucaristía.
Os habéis quedado solos por vuestra culpa, no os acostumbrasteis a orar de corazón. Pedíais y exigíais que se os dieran cosas necesarias para vuestra existencia, pero Yo no recibía, tampoco, los agradecimientos a vuestros favores.
Ahora, y ya tarde, os dais cuenta de ello, que errasteis el camino. El dolor, la Purificación, los acontecimientos que estáis viendo, ya no se detendrán, por más que hagáis. Se os dio un tiempo de Misericordia, y lo desperdiciasteis, ahora estáis en tiempo de Justicia y, cada vez, se agravarán más los acontecimientos.
Todo esto fue profetizado y anunciado meses y años antes, para que no sufrierais, pero no quisisteis hacer caso. Al menos, acudid a los Sacramentos, manteneos en estado de Gracia, para que podáis salvaros, para que podáis estar en el Reino de los Cielos.
Ved cómo os sigo insistiendo en que regreséis a Mí, vuestro Salvador, pero, la gran mayoría de vosotros, os seguís tapando los oídos, no queréis escuchar a Mi Santo Espíritu en vuestro corazón. Con eso, os dais cuenta de que pertenecéis al mundo, y es el mundo el que será destruido para vosotros, y para muchos de vosotros.
El cambio ya está, los escogidos gozarán, los que no entendieron la lección y traicionaron al Verdadero Amor, que Soy Yo, sucumbirán.
Pero os repito: acudid a los Sacramentos, al menos, para que os salvéis eternamente.
Gracias, Mis pequeños.