Rosario – Mensaje ÚNICO
.
===================
Mensaje de Dios Padre a J. V.
====================
.
Habla Dios Padre.
Hijitos Míos, ya os he dicho varias veces, que la Verdad es una, y es la que viene de Mí, vuestro Dios.
Sí, Soy un Dios Amoroso, soporto vuestros dolores, vuestros pecados, los dolores que vosotros Me causáis a Mí con vuestros pecados. Soy un Dios Paciente, pero, también, Justiciero, Mi Justicia, cuando se da, es tremenda, pero es porque ya habéis sobrepasado los límites de la Paciencia de Mi Amor.
Mis pequeños, estáis en tiempo de Purificación, y todos aquellos que no han seguido, que no han vivido Mi Verdad, la Verdad que se os ha dado desde el Antiguo Testamento, la Verdad que os vino a dar Personalmente, Mi Hijo, la Verdad con la que os guía Mi Santo Espíritu en vuestro interior, no habéis sabido aprovechar todo lo que se os ha dado.
Al Cielo no entra nadie que no viva en la Verdad. La Verdad siempre os traerá Paz, Armonía, Amor, Sabiduría y, ¿qué es lo que os falta, precisamente, para vivir correctamente? La Sabiduría Divina. Estáis viviendo según los lineamientos que os ha dado satanás. Vivís en el error y en el terror, en pecados que agravan más vuestra presencia ante Mí.
Vivís en mucha maldad, todo lo que estáis viviendo, os está llevando a un caos mundial. Eso no es vivir en Mis Verdades ni en Mi Amor. ¿Qué es lo que os vino a traer Mi Hijo principalmente? Amor. Y de ahí, se deriva todo lo demás, Mis pequeños.
Vuestra perfección en el alma, la perfección a la que debéis vosotros llegar, es esa vida en el Amor y el Amor tiene muchas facetas, pero todas llevan esa armonía, esa Paz, ese silencio íntimo, que es el vivir Conmigo. Podéis, vosotros mismos, podré Yo decir, inventar, múltiples formas en que se manifiesta Mi Amor en vosotros, pero siempre os va a dejar Paz, os va a llevar a esos estadios místicos, amorosos Conmigo, vuestro Dios. A eso es a lo que debéis llegar, Mis pequeños.
Si tuvierais, realmente, ese deseo grande, de vivir en Mi Amor, en Mi Sabiduría, en Santidad, podríais tomaros un tiempo en algún momento del día y, como dicen las Escrituras, encerrados en vuestro cuarto, en vuestra habitación, platicando Conmigo, olvidándoos del Mundo, en pocas palabras, porque Yo Soy más que el Mundo entero.
Mi Sabiduría es lo que vosotros necesitáis, Mis pequeños, para vivir, realmente, como Yo deseo que viváis, ya desde ahora, porque así se vive en el Reino de los Cielos.
En el Cielo, todo es armonía, todo es belleza, todo es Amor, todo es Luz (Lenguas…) Los Ángeles, los Santos, gozan de Mi Presencia, los éxtasis de Amor son abundantes, Soy vuestro Dios y así consiento a las almas, con éxtasis amorosos, que gozáis, algunos, ya desde ahora en la Tierra, pero que gozaréis, eternamente, en el Reino de los Cielos.
Poned, Mis pequeños, ya, vuestro deseo de estar Conmigo en el Reino de los Cielos y pedidMe que ya desde ahora, os vaya preparando para llegar a vuestro destino eterno, que es el Reino de los Cielos. Haced todo lo posible, antes de llegar a Mí, de salvar muchas almas, que eso os va a dar mucho más gusto, porque os acompañarán estas almas ante Mí, y pedirán por vosotros para obtener un lugar más bello y más cerca de Mi Corazón.
¡Tengo tantas cosas tan bellas por daros, Mis pequeños! Buscadlas, acudid a Mi Santo Espíritu, para que os vaya llevando por el camino correcto, perfecto, el camino que va directamente a Mi Corazón, Mis pequeños.
Es tanto, tanto el Amor que quiero derramar sobre vosotros, porque los que Me buscáis, tendréis, al final, ese encuentro, pero no quiero que sea al final.
Ese será vuestro premio eterno, pero pedidMe y pedidLe a Mi Santo Espíritu, que os vaya ya, llevando a ese gozo desde ahora, y que, al verlo todos los que os rodean, y que os vean teniendo ese gozo, a pesar de todo lo que sucede a vuestro alrededor, deseen tener también, ese gozo y vosotros podáis darles, el camino, explicarles cómo llegar a Mí, y gozaréis, Mis pequeños, en la salvación de muchas almas que Me daréis.
Os he pedido muchas veces, “dadMe almas, tengo sed de almas”, dadMe, por favor, Mis pequeños, ese gusto; porque Yo os he dado tantos gustos, tantos deseos, he cumplido muchos, muchos de vuestros gustos terrenos, os he sacado de problemáticas muy fuertes, dadMe, pues, al menos, un poquito de lo que Yo os pido, que son almas, almas para su salvación.
Gracias, Mis pequeños.