Rosario – Mensaje UNICO.
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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.
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Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Hijitos Míos, a todos vosotros se os ha dicho, que estáis llamados a ser Santos. Ved a Mis Apóstoles, tuvieron tres años de preparación Conmigo, el Maestro, pero la preparación, no solamente consistió en el conocimiento de la Palabra, sino de la acción de Mi Palabra sobre ellos, para actuarla, vivirla y transmitirla.
El conocimiento sin obras, no da la Santidad. Ciertamente, vosotros, si actuáis lo que Yo os he enseñado, porque lo tenéis en las Sagradas Escrituras, podréis llegar a la Santidad a la que estáis llamados. Tenéis, ya, Mi Palabra, como la tuvieron ellos, esos tres años de preparación, pero luego, fue la acción, el que fueran por todo el Mundo a enseñar lo que Yo les enseñé, sufrir por el enseñar, gozar, también, por el enseñar y lograr hacer milagros y grandes obras, al haber enseñado Mi Palabra, llevando a cabo Mi Promesa, de que podríais lograr lo mismo que se Me vio hacer a Mí, en Milagros y en grandes obras y aún mayores las podrían hacer. Todo eso junto, es lo que os lleva a la Santidad, Mis pequeños.
Ciertamente, muchos son estudiosos de Mi Palabra pero, si realmente, no se ve que la Palabra mueva al hombre, que le haga cambiar de su vida de pecado a una vida de Gracia y de amor, entonces, Mi Palabra no está actuando, realmente, bien en esa alma.
Mis Palabra son estériles en muchas almas. Aun a pesar de que digan que son estudiosos, que cumplen con lo que se les pide en la Iglesia, Mi Palabra sigue siendo estéril en ellos, porque no hay obras, porque Mi Palabra no les motiva a vivir como Yo viví para todos vosotros.
Soy vuestro Maestro, vosotros sois Mis alumnos en el amor, como lo fueron en aquél tiempo Mis Apóstoles y discípulos. Este es el tiempo, como os he dicho, de que vosotros seáis otros Cristos y debéis dejar que Mi Palabra os mueva y actúe sobre vuestros hermanos, porque son tiempos, ahorita, de gran confusión y de error por todos lados. Por eso es necesario que vosotros os dejéis mover, plenamente, por Mi Santo Espíritu, para que se haga Mi Voluntad, aquí con vosotros, en la Tierra, como se logra en el Cielo, como se Vive allá, y eso fue lo que Yo os enseñé.
Al actuar vosotros Mis Palabras, estáis viviendo el Cielo aquí en la Tierra y estáis dando, también, la oportunidad a aquellos que os escuchan, que vivan lo que en aquél tiempo vivieron aquellos que Me siguieron.
Mi Palabra transforma, Mi Palabra da Vida, Mi Palabra hace Milagros, y lo conocéis esto muy bien, Mis pequeños, porque ya tenéis más de dos mil años en que Yo vine a la Tierra para serviros, para darMe por vosotros para vuestra salvación.
Ahora es vuestro turno, estáis en momentos de cambio, estáis en momentos de un parteaguas, dejaréis el pasado de esta humanidad y veréis un nuevo tiempo para las almas escogidas, que iniciarán ese nuevo tiempo para los Santos de este tiempo, que serán escogidos para iniciar una nueva generación. Y lo recalco: los Santos de este tiempo, porque son aquellos que vivieron Mis Palabras, muchos de ellos, sufrieron por vivir Mis Palabras y se mantuvieron dando ejemplo, como Yo lo di en aquél tiempo para salvar a infinidad de almas y para sacarlas del error en el que vivían.
Así pues, Mis pequeños, dadMe ese gusto, como Me lo dieron en aquél tiempo Mis Apóstoles y discípulos: id y predicad y llevad Mis Palabras, Mis Obras, Mis Milagros y moved corazones hacia su salvación.
Os pedí que Me dierais almas, cuando estaba Yo en la Cruz: Tengo sed, dadMe almas, y es lo que necesito, Mis pequeños, de parte vuestra. DadMe almas, quiero ver muchas almas salvadas por vosotros, Mis Cristos de este tiempo.
Gracias, Mis pequeños.