Rosario – Mensaje ÚNICO
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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.
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Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Hijitos Míos, alguna vez se os ha representado vuestra vida, como una vela encendida, ciertamente, los tamaños son diferentes de acuerdo al tiempo que habréis de vivir cada uno de vosotros. Pero lo más importante de todo, Mis pequeños, es que la vela se mantenga encendida, para que vosotros deis Luz entre los hombres.
Yo Soy vuestro Maestro, Yo Soy la Luz, Soy la Palabra, Soy el Verbo, Soy vuestro Dios. La Luz da Vida, da Alegría, da Conocimiento, pero sobre todo, doy Amor, y vosotros lo debéis dar.
Alguna vez te dije, Mi pequeño, cuando viste el Mundo completamente en tinieblas, y solamente veíais unas lucecitas, por un lado y por otro, muy separadas unas de otras, y que la Luz del Mundo, te decía, se iba a dar cuando todas se unieran y entonces, vendría la Luz a todo el Mundo.
A pesar de que lleváis Luz todos vosotros, no la dejáis salir de vuestro corazón. No puedo decir que la apagáis, porque es vuestra vida, pero no transmitís lo que debéis dar a vuestros hermanos. Todos vosotros, todos vosotros, sois importantes para Mí, vuestro Dios, todos tenéis una misión que cumplir, y esa misión hará un bien, primeramente, a vuestra alma, porque ese bien es lo que os ayudará a que regreséis al Reino de los Cielos, pero el bien que traéis como misión, se ha de unir al bien de todos vuestros hermanos, para que, unidos todos, podáis dar Fuerza de Amor, de Vida, al Mundo entero.
Nadie es más importante que los demás, todos vosotros tenéis una parte muy importante en estos momentos y en cada momento que ha habido, desde el nacer de cada uno de vosotros, porque esa misión que traéis, como os decía alguna vez, es como un rompecabezas, cada quien tiene una parte de Mis Verdades, y al unirse con lo que tienen vuestros hermanos, a vuestro alrededor, vais a ir reparando lo que se ha perdido por el pecado, primeramente, por el Pecado Original, y luego reparar por lo que vuestros propios pecados han causado a Mi Amor y a la salvación de las almas.
No os acabáis de dar cuenta, Mis pequeños, que cuando no estáis iluminando con Mi Amor, con Mi Sabiduría Divina, con la presencia, Mi Presencia en vuestro corazón, estáis deteniendo la renovación de esta pobre humanidad, estáis viendo cómo todo va cayendo, porque, como os dije, también, que al final de los tiempos, se abrirían las cloacas y se vería toda la maldad de satanás que os rodea, toda la maldad de satanás que ha movido a algunas almas de vuestros hermanos para llevar maldad por todos lados. Por eso os decía que la maldad está a vuestro alrededor, y esa maldad, esa obscuridad, entre los hombres, al tener vosotros Mi Luz en vuestro interior, y que Mi Luz representa, como os dije: Mi Fuerza, Mi Amor, puede destruir fácilmente, la maldad de satanás, pero debéis dejarla salir de vosotros.
Debéis vivir junto Conmigo, como Yo viví en la Tierra, y esto es, en oración, Vida de Ejemplo y obedeciendo a Nuestra Santísima Trinidad. Yo obedecí al Padre y hacía lo que el Padre Me decía que hiciera. Ahora vosotros debéis obedecerMe a Mí, para que, vosotros, llenos de Mi Vida, llenos de Mis Enseñanzas, llenos de Mi Amor, podáis vencer a satanás como Yo le vencía con los endemoniados y con todos aquellos que causaban tanto mal entre los hombres.
Sois Luz, Mis pequeños, sois Luz, recordad eso, y esa Luz Soy Yo en vosotros, y así, podréis vencer a satanás. No temáis a lo que veáis a vuestro alrededor, toda esa maldad de satanás, vosotros, si dejáis salir Mis Potencias a través de la Luz que irradiéis, lo vencereMos.
Confiad en Mí, Mis pequeños, Yo Soy vuestro Dios.
Gracias, Mis pequeños.