Rosario – Mensaje ÚNICO
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Mensaje de La Santísima Virgen María a J. V.
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Habla La Santísima Virgen María
Hijitos Míos, Soy vuestra Madre, La Siempre Virgen María. Estáis en tiempos bellos, recordando el Nacimiento de Mi Hijo, que no solamente fue una Alegría propia, fue una Alegría Universal.
Mis pequeños, por otro lado, se os han anunciado momentos difíciles que padeceréis para purificar también al Universo entero, pero ¿cómo vosotros os vais a entristecer, sabiendo que se va a eliminar el mal y renacerá el Bien?
Ciertamente, Yo veía cómo destruían a Mi Hijo, cómo Lo destruían física y moralmente; los gritos, las blasfemias, todo el horror a Su alrededor, pero Él llevaba una Alegría interna, y Yo también. Una Alegría interna en donde Mi Hijo Se daba por todos vosotros. La Alegría interna de estar obedeciendo a Nuestro Padre Dios, para reparar por todos los pecados, pasados, presentes y futuros. En Mí, la Alegría interna de estar ofreciendo a Mi Hijo al Padre, Una Sacerdotisa, en cierta forma, en donde estaba ofreciendo a Nuestro Padre Dios la Vida de Su Hijo.
Mis pequeños, mantened la alegría interna. Dejad que renazca en vuestro corazón la Vida de Mi Hijo en estos días que se dará y mantened esa alegría, a pesar de los acontecimientos que se han de venir. Hace varios años se os dijo que debierais mantener esa alegría y que no os fijarais en los acontecimientos que se darían, sino que pusierais vuestra atención, vuestra alegría en lo que se os iba a dar después de estos acontecimientos de Purificación.
Si realmente Mi Hijo Vive en vosotros, si realmente Me amáis a Mí, vuestra Madre, uníos a esa Alegría, que, a pesar de los tormentos que teníaMos Mi Hijo y Yo, esa Alegría Divina Nos mantenía unidos y, sobre todo, agradecidos con Nuestro Padre Dios, con lo que se os iba a dar a vosotros en los tiempos siguientes de la Redención.
Al tener la Alegría Divina y mantenerse en ella, podréis soportar lo que se venga, Mis pequeños, y la Alegría, también, debe darse sabiendo que, como se os ha dicho, que la maldad será erradicada de la Tierra y del Universo entero, por un tiempo, por un tiempo en que volverá a renacer una nueva generación, una nueva humanidad, en donde se vivirán las Virtudes, el Amor, las lecciones de vida que se os dieron a través del Antiguo Testamento, a través de la Vida de Mi Hijo en la Tierra y lo que se os dará en ese tiempo por venir.
Tiempo de Sabiduría, tiempo de Amor, tiempo de ese renacer Divino, el cual os debe mantener en una expectativa increíblemente grande y bella, porque no ha habido nada parecido anteriormente de lo que se os va a dar. Imaginad lo más bello que podáis imaginar, y todavía os quedaréis cortos porque, cuando Nuestro Padre Dios da regalos, los da de una manera en la que ni siquiera el hombre puede imaginar.
No tengáis temor, aunque es algo natural en el hombre, pero ese temor debe ser aplacado por la alegría que representará el aceptar Su Divina Voluntad, el aceptar la Divina Voluntad de Nuestro Padre Dios, es todo, es una belleza irradiante, una belleza inigualable, una Paz que solamente Él os puede dar.
Os repito, días vendrán de angustia, como las que tuviMos Nosotros, Mi Hijo y Yo en el momento de Su Donación, pero esa angustia debe ser aplacada con la alegría de lo Prometido para el bien de todos vosotros, de los escogidos, de los que aman de corazón a Mi Hijo y a Mí.
Gracias, Mis pequeños.