Rosario – Mensaje ÚNICO
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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.
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Habla Nuestro Señor Jesucristo
(Lenguas…) VéanMe, Mis pequeños, Me han destrozado los soldados con los latigazos, estoy junto a Pilatos, el pueblo grita, el pueblo aúlla, porque los mismos sacerdotes los han instigado para pedir Mi Crucifixión. Todo Mi Cuerpo, todo Mi Ser es una llaga, el dolor es insoportable, pero lo llevo por el bien de todos vosotros.
Ve, Mi pequeño, la gente gritando y el mismo Pilatos está nervioso, no sabe qué hacer. En ese momento, le grita al pueblo preguntando que a quién quiere que deje en libertad, a Mí o a Barrabás, y se alza más el pueblo, se alzan más los gritos; los mismos sacerdotes y los escribas, que tienen poder sobre el pueblo, por sus amenazas, hacen que la chusma, como ellos mismos les llamaban, griten para que suelten a Barrabás y no a Mí.
Todo esto estaba escrito, todo se tenía que dar para el bien de todos vosotros, Mis pequeños. Yo los estoy viendo a todos y veo a toda la humanidad representada ahí. Ciertamente, también, entre todos aquellos que gritan que Me crucifiquen, hay gente buena. Están los pastores, que Me fueron a ver en Mi Nacimiento. Hay gente buena, gente agradecida porque los curé de alguna enfermedad o saqué de ellos algún demonio. Los buenos, mira allá, al fondo, escondidos están, para que nadie los vea, hay gente buena y algunos Apóstoles escondidos entre la gente, para evitar ser vistos y que pasen por lo mismo que estoy pasando Yo.
¡Cuánto dolor en Mi Cuerpo! ¡Cuánto dolor en Mi Alma!, viendo por un lado cómo se Me traiciona, por otro lado, cómo se Me apoya con amor, pero es un amor que no lo pueden dar a conocer ante esa gente, temiendo que les vaya mal.
El Mundo está así, gente que Me ha hecho a un lado, gente que ha traicionado lo que Yo les he enseñado. ¡Cómo Me duele ver aquí a los mismos, a los que Yo instruí, no hacen nada por defenderMe! Entre los sacerdotes hay tantos que piden Mi crucifixión y son tan poquitos, tan poquitos los que están Conmigo, pero callan, no quieren ser vistos por los superiores, para que no les vayan a hacer algo o tengan alguna represalia hacia ellos.
Mi Madre llora, Mi Madre sufre inmensamente al verMe así. Pocos, pocos, muy pocos están Conmigo de corazón y la humanidad actual está así; algunos, piden Mi crucifixión porque no quieren venir Conmigo, no quieren tener ningún compromiso que les evite sus libertinajes. Otros, quieren vivir según su propia voluntad, porque no quieren vivir según Mis Mandamientos, según Mis Enseñanzas, no acaban de darse cuenta que vine a la Tierra a salvarlos, a santificarlos, a regresarlos al Hogar perdido por el Pecado Original.
Sigo sufriendo frente a todos ellos. VeMe, todo ensangrentado, pálido, doliente. Callo, porque no tengo ninguna opción para lograr que se muevan corazones hacia Mi Bien, como para que Me dejaran en libertad, pero acepto esto, porque escrito estaba y porque, en Obediencia a Mi Padre, Me he dado por vuestro Bien.
¿Cuántas veces vosotros habéis sufrido algún dolor grande y no tan grande, como el que ahora llevo, y rechazáis esos dolores?, rechazáis esas penas, dolores y penas, que aceptadas y ofrecidas, os quitarán muchos pecados y tiempo de penitencia en el Purgatorio.
Cuando vosotros compartís vuestros dolores y penas, y os ponéis junto a Mí, como Pilatos estaba, Yo tomo vuestros dolores, los uno a los Míos y como Mis Dolores y Penas son salvíficos, también los vuestros se vuelven salvíficos. No desperdiciéis, Mis pequeños, ningún tipo de dolor y pena, para que podáis salvar almas, como las que Yo estoy salvando en estos momentos. Recordad que en Mí, todo es un eterno presente, el sufrimiento que os estoy dejando saber, que Me está pasando, es actual, vosotros lo tomaréis como que fue hace más de dos mil años, pero no, Mis pequeños, en Mí no hay tiempo y podéis acompañarMe en estos momentos de gran dolor para Mí, de gran tribulación, porque hay tantos que están en contra Mía.
Acabáis de celebrar Mi Nacimiento, y ahora os estoy mostrando Mi Donación por vuestra salvación, dentro de otro tiempo, será Mi Muerte, pero recordad, Mis pequeños, que todo es actual. En el momento en que penséis en algo que Yo permita que vosotros penséis sobre Mi Vida, se vuelve actual en la vuestra y lo permito, para que vosotros os unáis en esos momentos a Mi Vida sobre la Tierra y Me compartáis dolores, penas, alegrías, sufrimientos, deseos buenos, intercesiones, todo lo que podáis para el bien de los vuestros, pero sobre todo, para acompañarMe a Mí, que tan solo estoy; pocos se acuerdan de Mí, Vivo en tanta soledad. Os acordáis de Mí en tan pocos momentos a lo largo del día, y el resto del día y de la noche la paso solo, solo.
Os pido Piedad para Mí, Mis pequeños, necesito de vuestro amor, necesito de vuestro apoyo, vedMe aquí, nuevamente, os repito, junto a Poncio Pilatos, frente a toda esta chusma, frente a toda esta maldad.
AcompañadMe, decidMe, por favor, Mis pequeños, palabras bonitas, palabras de aliento, de agradecimiento, por el Bien que estoy haciendo para vuestra alma. DadMe todo lo que podáis, para que Me reconfortéis, para que Me deis fuerzas para seguir adelante, y así, terminar la Misión que Me pidió Mi Padre para Bien vuestro.
Gracias, Mis pequeños.