Feb 1°_2022 Si vosotros no ofrecéis vuestros dolores, como los ofreciMos Mi Hijo y Yo por vosotros, esos dolores que podrían ser salvíficos, se pierden.

Rosario – Mensaje ÚNICO

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Mensaje de La Santísima Virgen María a J. V.

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Primer Misterio. Habla La Santísima Virgen María.

Hijitos Míos, Soy vuestra Madre, La Siempre Virgen María. Comprendo el dolor que se está dando en estos momentos en toda la Tierra, unid vuestros dolores a los Míos, que momentos difíciles y terribles viví Yo, al ver la Pasión de Mi Hijo, vuestro Salvador.

Se habla de que los dolores de una madre son los más fuertes, al ver al hijo que muere. Imaginad, Yo, la Madre del Salvador, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, que se Nos fue encomendado a Mí y a José, Mi esposo para Su cuidado, ver morir Al que os dio vida, es algo que una Madre solamente puede soportar, Dolores tremendos. Ciertamente, estuviMos siempre unidos a lo largo de esos treinta y tres años, desde  Mi Vientre, unida Yo con Mi Hijo, Mi Dios, Mi Salvador, vuestro Salvador, que Me di, también, por todos vosotros.

Ciertamente, hubo momentos muy bellos, pero, también, hubo momentos difíciles, momentos que en todo ser humano suceden y, que si no estáis unidos, íntimamente al Amor de Nuestro Dios, en Su Santísima Trinidad, no comprendéis y sufrís en vano, y lo digo así, porque si vosotros no ofrecéis vuestros dolores, como los ofreciMos Mi Hijo y Yo por vosotros, esos dolores que podrían ser salvíficos, se pierden.

Estáis viendo sufrir a las familias, en todas las familias, prácticamente, alrededor del mundo, sufriendo por lo que satanás está provocando y que no es la Voluntad del Padre. Pero, todas estas muertes, llevan también un destino de salvación, para aquellas almas que no están bien preparadas para morir en Vida de Dios.

Mucho dolor, muchas lágrimas se están derramando por todos lados, uníos, pues, a Mis Dolores, Mis pequeños, a los Dolores de esta Madre que os ama tanto. Uníos, Mis pequeños, a esos momentos de Dolor, pero que también fueron de salvación. Él sufría, pero también amaba, mientras sufría, Su Amor iba levantando almas hacia su conversión y su salvación.

El dolor de la pérdida de un ser querido, debe ser tomado para salvar a otras almas, especialmente, a los más allegados y también, hacia aquellas almas que no conocéis, pero que necesitan la ayuda, la oración de almas buenas, de almas que saben vivir y morir como Mi Hijo Jesucristo.

El Amor de Mi Hijo se esparció, no solamente por todo el Mundo, sin por el Universo entero, y así, si os unís a lo que sucedió en esos momentos, vuestros dolores, van a estar siempre unidos a los de Mi Hijo, y como no hay tiempo en el Cielo, ese pasado se hace presente inmediatamente. Vuestros sufrimientos o vuestras alegrías, las toma Mi Hijo, porque no hay tiempo en el Cielo para ello. Todo es un eterno presente y sigue sufriendo Mi Hijo y sigo sufriendo Yo, vuestra Madre, la Madre del Salvador, por todo lo que sucede en el Mundo, por todas las injusticias, las maldades a donde os está llevando satanás, a la destrucción, la infinidad de hermanos vuestros, y es vuestra obligación que haya salvación de almas.

No veáis solamente a la persona, ved a su alma y pedid por las almas de éstos hermanos vuestros que mueren a diario a causa de la maldad de satanás, que quiere terminar con toda la obra de Creación de Nuestro Padre Dios.

¡Muchas muertes habrá todavía, muchas!, ¡pero que no sean muertes de alma!, el cuerpo, tarde o temprano, se tiene que quedar aquí, el alma regresará ante la Presencia Divina para ser juzgada.

Debéis pensar más allá de lo que veis y tocáis. Estáis viviendo una guerra espiritual tremenda, y es el alma de cada uno de vosotros, la que está en juego y satanás quiere destruirlas, en su envidia, porque él ya no puede regresar al Reino de los Cielos, quiere quitaros ese regalo tan grande que ganó Mi Hijo con Su Donación para cada uno de vosotros.

No traicionéis el Amor de Mi Hijo por vosotros, no despreciéis Su Donación por cada uno de vosotros, agradeced, Mis pequeños, Su Donación por vuestra salvación.

Orad intensamente, porque así como pasa el tiempo, las muertes aumentarán y está en vosotros pedir, día y noche, por todos vuestros hermanos, que alrededor del Mundo, morirán, pero no dejéis que el alma muera.

Venid a Mí, Mis pequeños, para que Yo os aconseje cómo debéis vivir estos momentos tan tremendos. Uníos, nuevamente os pido, al Dolor de Mi Hijo y unid vuestro dolor a Mi Hijo, dejándoLo a Él, que salve el alma de vuestros seres queridos.

Regresad a los Sacramentos, vivid en agradecimiento, dejad ya el pecado por un lado, son momentos de vida o muerte espiritual, de ganar el Cielo, vuestro Hogar Eterno o acabar destrozados eternamente, en el Infierno. En vosotros está el ganar o perder el Bien de vuestra alma, no traicionéis todo lo que se os ha dado para vuestro Bien.

Os amo, Mis pequeños, y os bendigo, en Nombre de Nuestro Padre Dios, en el Nombre de Mi Hijo, vuestro Salvador, en el Nombre de Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor.

Gracias, Mis pequeños.