Oct 14_2021 ¿Qué fui a pedirles a los Apóstoles, que estaban a unos cuantos metros de Mí, mientras Yo oraba? Les pedí oración. Ellos se durmieron.

Rosario vespertino – Mensaje ÚNICO.

.

===============================

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

===============================

.

Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.

Hijitos Míos, os he dicho ya, anteriormente, que la humanidad tiene que pasar por lo mismo que Yo pasé. Vayamos un poco atrás:

Estuve en la Última Cena con Mis Apóstoles, compartiMos el alimento, compartiMos el vino, hubo alegría, pero también una gran tristeza con Judas, se levantó, nos dejó y fue a traicionarMe, Me vendió por treinta monedas.  Mis Apóstoles no se dieron cuenta de ese detalle, pero el Dolor Me invadió, era también un Apóstol Mío, pero traidor, porque le interesaban solamente los bienes del mundo. Y eso está sucediendo también ahora, Mis pequeños, y ha sucedido, también, en el pasado; cómo la traición fuerte ha salido de dentro de la Iglesia y ahorita se está viviendo esa gran traición.

Después de cenar, fuimos al Huerto de los Olivos y aquí hay algo importante, que quiero con ello, llamaros la atención: ¿qué fui a pedirles a los Apóstoles, que estaban a unos cuantos metros de Mí, mientras Yo oraba? Les pedí oración. Ellos se durmieron, pero era muy importante la oración, sobre todo, que eran los primeros Apóstoles, los primeros integrantes de la Iglesia, y se durmieron. Yo sabía, perfectamente, cómo se iban a dar todos los acontecimientos en donde Yo sufriría y Me daría por todos vosotros.

Ellos dejaron de orar, y Yo seguía orando por la humanidad de todos los tiempos. Oraba por las almas del pasado, de las de ese momento y de los que estáis ahorita viviendo y de los que vivirán todavía.

¡Oración, oración os he pedido!, en todo momento y de múltiples formas. La oración, es el acercamiento a Mi Corazón. Cuando oráis de corazón, os unís Conmigo, con vuestro Salvador, con vuestro Dios, Yo, El que vine a serviros, vine a darMe por vosotros, vine a Morir, para daros Vida, para abrir, nuevamente, las Puertas del Cielo.

Meditáis muy poco, Mis pequeños, por todo lo que sucede actualmente, por lo que sucedió en Mi tiempo y podéis ver muchas similitudes de lo que está sucediendo en Mi Iglesia y cómo Me tienen, tanto la Iglesia, como los que son los apóstoles de estos tiempos.

Ciertamente, en ese momento, no habían sido ungidos con El Espíritu Santo, no tenían la Fuerza del Espíritu Santo, que la tendrían después en Pentecostés. Si hubieran tenido esa Unción del Espíritu Santo, ciertamente Me hubieran acompañado a orar y a estar Conmigo, no Me abandonarían, como lo hicieron ellos.

En este tiempo, si representamos a esta humanidad con los Apóstoles que estuvieron presentes en el Huerto, esos once Apóstoles, vemos que esta humanidad, esta actual humanidad, tampoco ora, se ha olvidado de Mí. Me di también para la generación de este tiempo y ¿qué haceis ahora, todos vosotros, la gran mayoría?, ¿qué hacen? Me han olvidado, como se olvidaron Mis Apóstoles y Me dejaron Solo orando.

La oración, Mis pequeños, os va a dar una gran Fuerza, una gran Fuerza espiritual, porque al estar orando, estáis Conmigo, y si oráis continuamente, Yo estoy Presente en vosotros y entonces la lucha contra el mal, va a ser contra Nosotros dos: cada uno de vosotros y Yo, vuestro Dios, ya no estaréis solos, la oración Nos une, la oración os da la Fuerza, porque Yo estoy con vosotros.

Los Apóstoles se durmieron, y veis inmediatamente la reacción, cuando llegó Judas con los soldados, el temor los invadió, atacaron, pero huyeron rápidamente cuando los soldados quisieron tomarlos también. No estaban orando, eran débiles, huyeron.

¿Cómo estáis ahora, cada uno de vosotros? ¿Os sentís fuertes como para enfrentar lo que tanto os he dicho que vendrá? Os he dicho que los acontecimientos más fuertes todavía faltan de llegar. ¿Cómo os sentís como para poder vencerlos? ¿Podréis contra el enemigo, sin orar?, ¿sin contar Conmigo, con Mi Presencia en todo lo que haréis?, y si estáis orando y estáis Conmigo, ¿cómo os sentís? Ciertamente, habrá seguridad, no habrá temor, aceptaréis Mi Voluntad en vuestra vida y Conmigo, a vuestro lado, podréis vencer fácilmente al enemigo. Porque cuando hay temor, cuando no estáis orando y no os habéis preparado con la oración, con Mi Alimento que os da Vida, con los Sacramentos, si no estáis preparados así, huiréis, también. Pero si estáis preparados, habrá Paz en vuestro corazón, no habrá ese temor de huir, que es lo que ha sucedido en estos tiempos, con los ministros de Mi Iglesia, ya no oran, huyeron en el momento de la prueba, no se dieron por vosotros, os dejaron abandonados en el momento en el que más los necesitabais. Su Juicio, será severo, porque nacieron para ello, para darse, como Yo Me di por vosotros, y por ellos, también.

Os he dado toda una lección de vida, que vosotros, -si queréis, porque respeto vuestra voluntad-, podéis seguirla y si la seguís, el Cielo eterno será vuestro. Pero debéis orar, Mis pequeños, debéis estar junto a Mí, Yo os protegeré, os guiaré, os alivianaré los problemas que se os presenten y daré seguridad en vuestros pasos, para que no caigáis, os defenderé de los ataques de satanás.

Cuando no oráis, sentís que satanás tiene mucha fuerza y que os puede aplastar, cuando estáis Conmigo y oráis, le dais el lugar que tiene satanás, que es ínfimo, es pequeñito, tan pequeño, que Mi Madre le pisará la cabeza y acabará con él.

¿Entendéis ahora, por qué le pedí tanto a Mis Apóstoles el orar? Y necesito que estéis también vosotros, en estos tiempos, estáis ya, a un momento en que seréis perseguidos, ¿aceptaréis esos momentos?, ¿los podréis enfrentar?, si estáis Conmigo, lograréis salir adelante, si no estáis Conmigo, el miedo, nuevamente, os vencerá.

Gracias, Mis pequeños