Nov 30_2020 Mi Sangre se dio por todos, Mi Sangre salvadora. Dejad que Mi Sangre os cubra, os purifique, y por ello podáis regresar, nuevamente, a vuestro Hogar Eterno.

Rosario matutino – Mensaje ÚNICO

===============================

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

===============================

Inicio del Rosario. Habla Nuestro Señor Jesucristo.

Hijitos Míos, Yo Soy el Buen Pastor y Soy Quien cuida Mis ovejas.

Mis pequeños, os he venido cuidando por mucho tiempo, pero no todos habéis respondido a Mi Llamado. El lobo está al acecho, os ataca, os mata y os lleva a la perdición eterna.

Sigo insistiendo alrededor del mundo para que regreséis a Mí, vuestro Dios, vuestro Salvador, pero vosotros tapáis vuestros oídos, y cerráis vuestra mente, y vuestro corazón ya no sabe amar ni agradecer lo que Yo os he dado.

¡Cuánto Amor se ha derramado sobre vosotros! Mi Madre, la Siempre Virgen María, se ha aparecido alrededor del mundo llamando a Mis ovejas, algunas responden, pero son muy pocas. El hombre sigue aferrado al mundo, el hombre no quiere regresar a su Hogar Eterno, al hombre le falta vivir más espiritualmente, no sabe entrar en su corazón y buscar la realidad de su existencia.

Perfectamente sabéis que el mundo no es vuestro Hogar, que vinisteis al mundo para la salvación de vuestros hermanos, siendo corredentores Conmigo, orando por ellos, intercediendo por su salvación, amándolos, como Yo os enseñé.

Mis pequeños, el hombre ha cerrado su corazón, no quiere amar como Yo os he amado, prefiere tener esos amoríos pecaminosos porque encienden su carne, la lujuria, y eso lo lleva a sentirse más del mundo, y aparentemente más amado y ¡cuánto error habéis dejado crecer en vuestro corazón! ¡Cuánta maldad se ha dado a lo largo de la existencia del hombre por haber dejado que la carne mande sobre el espíritu! Aun así, os sigo buscando, os sigo llamando para que regreséis a Mí.

Mi Sangre se dio por todos, Mi Sangre salvadora. Dejad que Mi Sangre os cubra, os purifique, y por ello podáis regresar, nuevamente, a vuestro Hogar Eterno.

Mis pequeños, os pido mucha oración por vuestros hermanos, por aquellos que no quieren entender que vinisteis a una misión pasajera. Repito: éste no es vuestro Hogar Eterno, el Reino de los Cielos es vuestro Hogar Eterno, no lo perdáis, Mis pequeños, no lo perdáis. Regresad a Mí, Mis pequeños, os amo.

Gracias, Mis pequeños.