Jul 04_2020 Orad, orad todo el tiempo, Mis pequeños, orad todo el tiempo que podáis, salvad cuantas almas podáis. Los desastres van a ser tremendos, no va a dar tiempo de que las almas se arrepientan, no están preparadas, ¡no están preparadas para bien morir!

Rosario matutino – Mensaje ÚNICO.

================================

Mensaje de la Santísima Virgen María a J. V.

================================

Primer Misterio. Habla la Santísima Virgen María.

Sobre: Sabéis que hay muchos tipos de pecado, pero hay uno el cual casi no le dais importancia, que es el pecado de omisión y ese va muy fuertemente en contra de la Caridad, contra el Amor.

(Lenguas…) Hijitos Míos, el Amor siempre va a uniros, el Amor nunca separa, el Amor soporta mucho, así como Yo he soportado tanto pecado de la humanidad y aún os sigo buscando. Así es el Amor, Mis pequeños, y así es lo que os pido también a vosotros, que tengáis Amor hacia vuestros hermanos, que haya un Amor profundo y sincero hacia todos aquellos que os rodean, hacia aquellos que conocéis y los que no conocéis, todos sois una familia y todos necesitáis de Mi Amor. Nadie puede entrar al Reino de los Cielos si no está purificado y santificado en el Amor que Yo os he dejado.

El pecado siempre os va a separar de Mí, Mis pequeños. Estáis viviendo momentos de la historia en los que al pecado ya no lo tomáis así como es, vuestro corazón se ha vuelto traicionero contra Mi Amor. El pecado va royendo, va destruyendo vuestro corazón y vais dejando, cada vez más y más, que éste entre en vuestra vida, en vuestra forma de ser.

Sabéis que hay muchos tipos de pecado, pero hay uno el cual casi no le dais importancia, que es el pecado de omisión y ese va muy fuertemente en contra de la Caridad, contra el Amor. El pecado de omisión es aquel en el cual vosotros no os dais por vuestros hermanos, no dais de lo que tenéis, tanto de lo espiritual como de lo material.

Estos tiempos van a ser tan graves que vosotros podréis ir reparando ese pecado de omisión, que habéis mantenido durante vuestra vida, porque vais a tener que dar con amor o casi por obligación a vuestros hermanos de lo que tenéis, pero eso os va a ir llevando poco a poco hacia la Virtud de compartir el Verdadero Amor a vuestros hermanos y eso es lo que quiere Mi Hijo, Mis pequeños, que vosotros compartáis de lo que tenéis y que hagáis la verdadera familia a la que estáis llamados, que debéis ser cada uno de vosotros, para que os podáis unir fácilmente, cuando dejéis esta Tierra, a la vida del Cielo, a vuestra familia que os está esperando, y no estoy hablando de la familia que tuvisteis en la Tierra, sino de la Familia Celestial porque en el Cielo todos sois hermanos en Cristo Jesús, Mi Hijo.

Así que, Mis pequeños, luchad contra ese pecado de omisión. Que la Caridad siempre esté con vosotros, que deis a vuestros hermanos de corazón lo que tengáis, puede ser un consejo, puede ser una ayuda material, puede ser el amor que muchos, muchos esperan, porque ya casi no hay amor entre los hombres, verdadero amor.

Que la bendición de vuestro Dios quede con vosotros y que la Luz del Espíritu Santo, Mi Esposo, os lleve hacia la unión fraterna con la que debéis llegar al final de vuestra existencia y que debéis dejar aquí también entre vuestros hermanos, ese amor fraterno, filial, un amor profundo como el que os enseñó Mi Hijo.

Gracias, Mis pequeños.


Tercer Misterio. Habla la Santísima Virgen María.

Sobre: Es un gran dolor el que se aproxima y la humanidad no lo toma en cuenta, no toma en cuenta su estado actual, por más que trataMos de que esta humanidad entienda, que esta humanidad se arrepienta, no quiere, ¡no quiere!

Visión: Cuando íbamos a empezar el Santo Rosario, estaba aquí la Santísima Virgen, Su Presencia era muy fuerte, duró un ratito. Se veía bellísima, pero duró poquito y luego veo a Dios Nuestro Señor crucificado, que baja al Purgatorio, entonces las almas, todas las almas querían como tocarlo, me imagino para que los perdonara y salieran del Purgatorio. A partir de ahí me hicieron sentir mucho dolor, el dolor que tienen en Su Corazón por tantas almas que se van a perder.

(Lenguas…)

Hijitos Míos, grandes, grandes desastres se acercan para toda la humanidad, grandes desastres se avecinan y la humanidad no está preparada para salvarse (empiezo a sollozar) ese es el dolor que teneMos, hijo Mío, que te heMos compartido.

Nos duele tanto ver este desastre espiritual que se aproxima, las almas no están preparadas porque no viven en estado de Gracia, y se van a perder millones de almas porque viven en estado de pecado grave (sigo sollozando). Es un gran dolor el que se aproxima y la humanidad no lo toma en cuenta, no toma en cuenta su estado actual, por más que trataMos de que esta humanidad entienda, que esta humanidad se arrepienta, no quiere, ¡no quiere!

Soy vuestra Madre, la Siempre Virgen María, y busco el bien de vuestras almas, como Me lo pidió Mi Hijo, pero no responden, no responden las almas, no quieren regresar a su Hogar Eterno. ¡Cuánta maldad hay en los corazones! ¡Cuánta ingratitud hay hacia Nuestro Dios y Señor! ¡Cuánta indolencia hay hacia el Sacrificio Eterno de Mi Hijo! ¡Cuánta traición hay hacia Su Cuerpo y Su Sangre Divinos! ¡Cuántos sacrilegios a diario se llevan a cabo contra el Cuerpo y Sangre de Mi Hijo, contra todo lo que es Divino, contra todo lo que viene del Cielo!

Orad, orad todo el tiempo, Mis pequeños, orad todo el tiempo que podáis, salvad cuantas almas podáis. Los desastres van a ser tremendos, no va a dar tiempo de que las almas se arrepientan, no están preparadas, ¡no están preparadas para bien morir!

El Cielo Eterno ora junto con vosotros, pero el hombre ha sellado su corazón y mantiene el mal dentro de él, no permite que el Bien Divino entre a sus corazones y les purifique de sus faltas. Orad, interceded, ayunad, haced sacrificios, penitencias, por vuestros hermanos para que su corazón se abra antes del tiempo señalado de las grandes catástrofes y se puedan arrepentir y salvar.

Pedid, pedid, Mis pequeños, al Cielo, que vuestra oración sea poderosa. Uníos a la Comunión de los Santos, vivid de ahora en adelante para salvar almas. ¡Cuánto dolor! ¡Cuánto dolor Nos causan estas almas que han cerrado su corazón a la Gracia!

AcompañadMe, Mis pequeños, a orar, a interceder. Amadlas, aunque no las conozcáis, son vuestros hermanos, orad por ellas.

Gracias, Mis pequeños.