Jun 24_2020 Éstos son momentos difíciles los que estáis pasando y que son necesarios para que vosotros Me preguntéis en qué Me podéis servir y os vuelvo a repetir: Necesito almas.

Rosario matutino – Mensajes

======================================

Mensaje de Dios Padre y San Juan Bautista a J. V.

======================================

Primer Misterio. Habla Dios Padre.

Sobre: ¿Cuántas veces realmente Me preguntáis a Mí, vuestro Dios: “¿Qué es lo que necesitas, Padre?” ?

(Lenguas…) Hijitos Míos, al que más se le ama, más se le da. En una familia de varios hijos, siempre hay alguno más cercano al padre o a la madre, pero es porque existe esa comunicación profunda, amorosa, donde hay un entendimiento que os lleva a una unidad.

Vosotros, como hijos Míos, también tendéis a ello. Vuestro corazón está abierto a Mi Gracia, pero no todos buscáis estar conMigo continuamente, ni ver por lo Mío, generalmente estáis buscando que Yo os conceda lo que necesitáis, pero ¿cuántas veces realmente Me preguntáis a Mí, vuestro Dios: “¿Qué es lo que necesitas, Padre?”? Quizás se os haga rara esta pregunta, pero Yo necesito mucho de vosotros y especialmente que Me deis almas, como os lo pidió Mi Hijo en la Cruz.

Os he dicho que Yo podría llevaros a la conversión a todos en un momento, derramando Mis Gracias Divinas, e inmediatamente cambiaría vuestra mente, vuestro corazón, pero entonces no habría en vosotros el porqué del premio, puesto que prácticamente os estaría obligando a ser buenos. Vosotros tenéis que poner de vuestra parte para hacerMe feliz a Mí, vuestro Dios, y esto es empezando, primeramente, con vuestro amor hacia Mí.

Aquel que ama al padre o a la madre y los ve tristes, se acerca y pregunta si les puede ayudar en algo. Éstos son momentos difíciles los que estáis pasando y que son necesarios para que vosotros Me preguntéis en qué Me podéis servir y os vuelvo a repetir: Necesito almas.

Os he dicho que somos familia y, si realmente amáis a vuestros hermanos y, sobre todo, si Me amáis a Mí, vuestro Dios y Creador, os esforzaríais en buscar la forma de salvarMe almas de vuestros hermanos de la Tierra y del Universo entero. Son tantas, tantas las almas que se han desviado y os amo a todos, pero éstas no responden.

Dejad que Mi Santo Espíritu os dé la forma en la oración, en la penitencia o en el ayuno, que eso es muy particular para que Me deis almas, para que Me pidáis por ellas, para que Mi Santo Espíritu las pueda transformar.

Os he dicho que muchas de ellas, la gran mayoría, no Me van a pedir a Mí esa transformación, porque no Me buscan, porque no están conMigo, por eso vuestra intercesión en estos momentos es importantísima. La intercesión implica amor y os he dicho que todo se mueve en el amor, que el amor puede producir grandes milagros, que el amor es vida y vosotros estáis obligados, por Mi Amor, a dar vida en el amor a vuestros hermanos.

Ahora muchos hermanos vuestros no entienden lo que es el vivir en Mi Gracia, el vivir en Mí, para Mí, por eso vuestra intercesión, que es importantísima, los salvará y, cuando mueran y se salven, entenderán lo que vosotros hicisteis por ellas.

Un niño pequeño no sabe cómo hacer determinadas cosas y vosotros, como adultos, les ayudáis, así es como debéis actuar ahora, Mis pequeños, como almas adultas espiritualmente hablando. Ya habéis llevado una educación especial en el amor que os he dado y ahora es vuestra obligación de amor traerMe almas a Mi Corazón. No os imagináis cuántas almas están por caer al desfiladero y perderse eternamente en el infierno, y eso sí Me duele muchísimo, Mis pequeños, y el que Me salvéis almas Me da una alegría inmensa que os pagaré en el Reino de los Cielos en una forma muy especial.

Os repito esto continuamente, Mis pequeños, por vuestro bien, para que crezcáis espiritualmente amando a vuestros hermanos, porque con tanta maldad que hay a vuestro alrededor, os olvidáis de desearles el bien y salvarles; también esto es para que Me deis a Mí la alegría que Me debéis porque Me amáis y, mientras más almas Me deis, más alegría Me daréis.

Os quiero a todos en el Reino de los Cielos, os quiero a todos de regreso conMigo, pero necesito almas que amen a sus hermanos, que intercedan por ellas. Satanás Me quita muchas almas y más porque falta mucha oración de parte vuestra, no estáis amando como debéis, Mis pequeños, no estáis haciendo familia espiritual como debierais, no estáis buscando darMe alegría a Mí, vuestro Dios y Creador.

DadMe almas, os dijo Mi Hijo y os lo repito Yo nuevamente, y os lo seguiré repitiendo, dadMe almas y Me daréis una gran alegría al tenerlas nuevamente reunidas alrededor Mío, como en una familia.

PedidMe lo que necesitéis, Mis pequeños, pedidMe lo que os pueda dar Mi Santo Espíritu, para que vuestra oración sea agradable a Mis ojos y que podáis vosotros salvar muchas, muchas almas para Mí, para vuestro Dios.

Yo os colmo de muchos regalos, vosotros Me pedís infinidad de cosas y os consiento, ahora os toca a vosotros consentirMe. Lo único que os pido, es eso, amadMe, amadMe desde lo más profundo de vuestro corazón y, en ese amor, que también vengan muchas almas de hermanos vuestros que no están conMigo, que viven en el pecado y en la maldad. Vuestra intercesión hará grandes milagros, porque por el amor que Yo pongo en vuestro corazón y la forma en la que Mi Santo Espíritu os dé para que vosotros oréis y las salvéis, Me daréis gran alegría.

Os amo, Mis pequeños, dadMe almas.

Gracias, Mis pequeños.


Durante las Letanías a la Virgen. Habla San Juan el Bautista.

Sobre: Es tiempo de que vosotros también actuéis como Yo actué, Mis pequeños. Escrito está que volverá y vosotros sois precursores de Su Segunda Venida.

(Lenguas…) Hijitos Míos, soy Juan, Juan el Bautista, no quería perder esta oportunidad de agradecerle a Mi Dios y Señor, la Gracia tan grande que Me dio al ser el Precursor de Su llegada a la Tierra; una Gracia única con un Don inmenso que se desarrolló en Mí para anunciar al Salvador desde el seno materno en Mi madre.

Sentí Su Presencia cuando llegó María, la Santa, la Inmaculada, ¡qué alegría! ¡Qué alegría sentía ya desde ese momento!,aún pequeñito, de sentir de cerca a Mi Dios, al Salvador y se Me estaba dando a Mí la Gracia de anunciarlo. Por fin se cumplía la promesa, que el Salvador vendría para reparar los pecados del mundo y Yo lo anunciaría al mundo.

El Santo Espíritu obraba en Mí maravillas, como Profeta en ese tiempo, un Profeta muy especial. Me tomaban por loco porque no actuaba como los demás; Mi forma de oración, Mi forma de alimentarMe, Mi forma de vivir no coincidía con lo que el mundo está acostumbrado a ver, pero Me aceptaban por las palabras que Yo decía, por el Bautismo que Yo les daba y que los iba acercando a nuestro Dios y Señor.

Yo, Juan, el Precursor, ¡qué alegría al saber, primeramente, que Mis palabras eran las de Mi Dios! Iban acercando a la gente, las iban motivando y las iban preparando para que entendieran el Amor Infinito de Mi Dios y Señor, encarnado en Jesús, Mi primo Jesús. ¡Qué alegría el haber servido a Mi Señor y Mi Dios! ¡Cuánto amor se derramó sobre Mí!

Gran alegría tuve al verLo ya adulto, un joven adulto, bello en cuerpo y alma, verLo anunciando ya las Verdades del Cielo. En ese momento terminaba Mi obra y Él empezaba la Suya.

Es tiempo de que vosotros también actuéis como Yo actué, Mis pequeños. Escrito está que volverá y vosotros sois precursores de Su Segunda Venida. En cierta forma os toca esa tarea porque sois parte del Cielo, sois hijos escogidos del Cielo para que actuéis como precursores y ¿qué es ser precursor? Es enseñar las Verdades, que Él vendrá de nuevo y que las debéis vivir.

Vosotros tenéis ya una educación avanzada en el Amor y en Sus Leyes, y las debéis vivir y transmitir a vuestros hermanos y anunciarles que vendrá nuevamente el Salvador, pero para convivir entre los hombres y para que reine sobre toda la Creación.

También para vosotros es un gran honor, un inmenso honor, vivir estos momentos, antes de Su Segunda Venida, porque haréis lo mismo que hice Yo: Anunciar a los hombres que nuestro Dios y Señor volverá a estar entre los hombres.

Ciertamente, como no todos lo han aceptado, habrá una purificación previa, pero vosotros no sabéis quiénes quedarán y quiénes se irán, vuestra obligación es dar Sus Verdades a todos, para que los que queden tengan un aumento de Gracia en ellos, para que los que no queden, al menos vuestras palabras les sirvan a ellos para lograr su salvación.

Yo Me di por entero por anunciarlo. Hasta el momento de Mi muerte, todo fue Evangelización y donación para Mi Dios y Señor.

AmadLe, Mis pequeños, como Él os ama, como Él Me amó y Me sigue amando. Él es todo Amor, Él es toda ternura, Él es todo perdón, estando con Él no os faltará nada, os lo aseguro, confiad plenamente en lo que Él os pida y confiad plenamente en lo que tengáis que vivir, para que seáis ejemplo santo de vuestra vivencia en estos tiempos de cambio, de grandes milagros y de mucho amor.

Estoy con vosotros, Mis pequeños, estoy con vosotros los que queráis Mi apoyo, Mi Sabiduría, Mi entrega; os apoyo en vuestra acción también de Evangelizar y ser precursores de este tiempo. Evangelizad con vuestro ejemplo, con vuestra palabra, con vuestras obras; ciertamente ya el tiempo de evangelizar terminó, pero sed vosotros, como Yo fui, un hombre al cien por ciento hechura Divina, para servir a Mi Dios y Señor, que no haya nada ni nadie que os saque de esta obligación de amor. Ciertamente, con nuestro Dios no hay obligaciones, porque cuando se actúa en el amor, se goza servir a nuestro Dios y Señor.

Estoy con vosotros, no se os olvide invocarMe en cualquier momento que necesitéis. En estos tiempos que vendrán, llamadMe y estaré junto a vosotros, os apoyaré en todo momento.

Gracias, Mis hermanos, gracias a nuestro Dios por habernos dado esta oportunidad de servirLe aquí en la Tierra y que después lo gozaremos eternamente en el Reino de los Cielos.

Gracias.