Jun 14_2020 Vuestros sacrificios, penitencias, unidos a los Méritos de Mi Hijo, valen muchísimo, Mis pequeños; podéis salvar muchas almas y ayudar a que vuestra propia alma pase por el Purgatorio rápidamente.

Rosario matutino – Mensaje ÚNICO.

=====================

Mensaje de Dios Padre a J. V.

=====================

Primer Misterio. Habla Dios Padre.

Hijitos Míos, os he pedido la conversión. Ciertamente, muchos Me podréis decir: “Creo, estoy convertido”, pero, Mis pequeños, una cosa es creer y otra cosa es hacer; tanto vuestra creencia en Mí como los hechos que debieran brotar de vosotros por creer en Mí, dejan mucho que desear.

Por eso os he pedido la perfección. Las almas entran al Cielo en un estado de perfección en el amor y en el actuar en ese amor. Vosotros estáis llamados a la perfección, como Yo, vuestro Padre y vuestro Dios, Soy Perfecto.

Un padre, una madre, en una familia, les gusta tener en su hogar todo en orden, y especialmente con los hijos; os gusta que vuestros hijos sean obedientes, sean buenos, sean hombres de bien, trabajadores, o sea, con todas las Virtudes que vosotros quisierais en una persona, que ciertamente vosotros mismos debéis buscarlas primero, porque no podéis exigir a los demás lo que vosotros no tenéis en vosotros.

La perfección se va logrando también con la eliminación de toda la maldad que traéis en vosotros, y eso se va realizando al vivir en las Virtudes y, sobre todo, en el amor. Satanás os está atacando continuamente para impediros la entrada al Reino de los Cielos; Yo le permito que actúe sobre vosotros, y no en total libertad, siempre está limitado, porque con el poder satánico que tiene, si os atacara en total libertad y fuerza, os destrozaría, pero en ese actuar contra vosotros, que Yo permito, es para que de ahí surja un bien, y esto lo debéis entender perfectamente, Mis pequeños, por lo que os voy a decir: Todos vosotros, salvo unos cuantos que mueren en una situación especial, como el martirio, tendréis que pasar por el Purgatorio.

El Purgatorio es un lugar tremendo de purificación, ciertamente tendréis la esperanza de salir en algún tiempo para llegar purificados y santificados al Reino de los Cielos, pero mientras tanto, en el Purgatorio sufriréis, a veces mucho, dependiendo de vuestros pecados, a veces menos, dependiendo también de lo que hayáis logrado en la Tierra para evitar ese sufrimiento y en eso Me quiero centrar en estos momentos.

Debéis utilizar todo lo que suceda durante vuestra vida para que lo toméis para reparar vuestros pecados, porque tenéis muchos cada uno de vosotros, y tenéis que limpiaros para poder entrar al Reino de los Cielos.

Por eso os he dado la oportunidad de que ofrezcáis todo sufrimiento mientras viváis. Estos sufrimientos pueden ser los que Yo permita en vosotros, que serán mayores con los que satanás os ataque, porque él en su maldad, y sabiendo vuestras flaquezas, os va a atacar donde más os duela, y ese sufrimiento será mayor que el que vosotros mismos os impongáis como penitencias. Esto es algo muy importante, Mis pequeños: Aquel dolor que vosotros os impongáis libremente para ofrecérMelo y que lo unáis a los méritos de Mi Hijo, que con ello le quitáis a Él dolores, los dolores que Él aceptó por vuestra salvación, tendrá más mérito, repito, porque iréis contra vosotros mismos.

A nadie, a ninguno de vosotros, os gusta sufrir, siempre queréis estar en una situación agradable y óptima, de ahí radica precisamente el mayor valor de vuestra penitencia: Vais a sacrificar vuestra estabilidad, vuestro gozo diario, vuestra vida sin molestias, a Mí, vuestro Dios, para el bien de las almas, para vuestro propio bien. Esa molestia o dolor que os impongáis, porque es hecho con amor, va a valer muchísimo más que el dolor que Yo permita en vosotros, como lo que está pasando en estos momentos.

Este confinamiento al cual os llevan los gobiernos, es un dolor que viene de fuera, que no os lo esperabais y tenéis que padecerlo, y lo padecéis con coraje, con grosería hacia aquellos que os lo están obligando, y con dolor, porque os quitan vuestra estabilidad, tanto económica como anímica, y tenéis que soportarlo a fuerza, pero al decir “a fuerza” quisierais evitarlo a toda costa. En cambio, la penitencia y el sacrifico propio que os impongáis, y aunque sea más pequeño que lo que estáis padeciendo, va a valer mucho más para vuestro bien y para todas aquellas almas para quien queráis vosotros ofrecerlo.

Ese es el ejemplo que os dio Mi Hijo Jesucristo: Yo le pedí que se ofreciera por vosotros, por vuestra salvación, por vuestro bien espiritual, temporal y futuro, Él aceptó Mi Palabra, Él aceptó el Dolor que le imponían, pero fue aceptado. Él mismo se dio por vosotros, abrazó la Cruz por vuestro Bien y, con ese Amor ofrecido, con ese Dolor ofrecido, ganó para todos vosotros vuestra salvación y vuestra entrada nuevamente al Reino de los Cielos.

Quiero que esto lo entendáis perfectamente, Mis pequeños, y que todo momento de vuestra existencia sea ofrecido por vuestro bien y por el de vuestros hermanos pasados, presentes, futuros. Recordad que, para Mí, vuestro Dios, todo es un eterno presente y lo que vosotros ofrezcáis, con ello lograréis el bien para muchas almas. Vuestros sacrificios, penitencias, unidos a los Méritos de Mi Hijo, valen muchísimo, Mis pequeños; podéis salvar muchas almas y ayudar a que vuestra propia alma pase por el Purgatorio rápidamente, porque ya vosotros mismos os estáis purificando con vuestra donación particular al ofrecer vuestros sacrificios, penitencias, por el bien de vuestros hermanos y por vuestro propio bien.

Por eso os pido, Mis pequeños, que aprovechéis estos momentos en los que os está atacando satanás. Estas molestias que tenéis en vuestro cuerpo, en vuestra familia, en vuestra economía, tomadlos y abrazad ese sufrimiento que ahora tenéis, como Mi Hijo abrazó la Cruz por vuestra salvación. Abrazad estos momentos y los que vendrán con gusto, porque os evitarán mucho dolor, mucho dolor en el Purgatorio.

Quiero que tengáis esto bien presente: El dolor del Purgatorio es tremendo. Sois Mis hijos y os amo infinitamente y lo que menos quiero para vosotros es que sufráis, por eso os pido que toméis estos consejos que os doy.

Como os dije, satanás os ataca y os atacará todavía más fuerte, aprovechad ese ataque de maldad y sacadle un bien, tanto para vosotros como para todos vuestros hermanos que, aunque no los conocéis, recibirán vuestra donación, también para su propio bien.

Gracias, Mis pequeños.