Jun 01_2020 Os pido obrar en el amor, transmitir Mi Amor, vencer vuestro propio ser. AlabadMe en todo momento, y agradecedMe porque Me he derramado en Gracias, en Bendiciones y Mi Presencia está en vosotros. CuidadMe en vuestro corazón, socorredMe salvando almas.

Rosario matutino – Mensaje ÚNICO

=====================

Mensaje de Dios Padre a J. V.

=====================

Primer Misterio. Habla Dios Padre.

(Lenguas…) Hijitos Míos, el Cielo está abierto para todos aquellos que quieren seguir la Vida de Mi Hijo. Él se dio hasta el final por vosotros, llevando una Vida de Virtud, de Amor, de Paciencia para con todos vosotros. Todo aquel que ve a Mi Hijo, que se acerca a Él, que pide perdón, Yo no le puedo cerrar las puertas del Cielo. Aquel que ama a Mi Hijo, Me ama a Mí, y Yo lo tendré conMigo en Mi Morada Celestial.

Mis pequeños, todos estáis llamados a una vida de Cielo, porque del Cielo salisteis a cumplir una misión. Sois los hijos pródigos que, ciertamente, llegasteis al mundo y os contaminasteis con el mundo, pero, así como el hijo pródigo regresó y pidió perdón a su padre, así también vosotros podéis regresar a Mí, vuestro Dios, y pidiendo perdón, arrepintiéndoos de vuestros pecados, y por los méritos de Mi Hijo que se dio por todos vosotros, por más pecadores que hayáis sido en la Tierra, recibiréis el regalo eterno.

Ciertamente hay almas que han sido engañadas por satanás, porque estas almas no tuvieron una educación religiosa de pequeños y temerosos están, porque todavía les hace ver Mi Presencia como aparezco en el Antiguo Testamento.

A Mí, como Yahvé en el Antiguo Testamento, Me veis como un Dios rudo, un Dios enojón, un Dios de ejércitos, de lucha, pero tenéis que tener en consideración que, en ese tiempo, los hombres eran rudos, todo lo arreglaban con guerras y con muerte, Yo Me manifestaba entonces también con cierta rudeza, pero también perdonaba, y por eso luego mandé a Mi Hijo para que conocieran Mi verdadero Ser: el Amor. Ciertamente todavía quedaban esos vestigios de rudeza en el pueblo escogido y por eso Lo mataron, porque arreglaban así todo: Todo aquel que les molestaba, que los exponía ante el pueblo, que era gente que buscaba justicia, buscaba la Verdad, era eliminado.

Al seguir los pasos de Mi Hijo, Mis pequeños, estáis asegurando vuestra entrada al Reino de los Cielos. Mucha maldad hay a vuestro alrededor, pero no por ello Yo le niego la entrada a las almas arrepentidas. Hay almas que no se acercan a Mí por temor, creyendo que hasta serán fulminadas por Mi Justicia, por el mal que han hecho, orad por ellas para que encuentren en Mí, vuestro Dios, esa otra Faz, la del Amor, Mi verdadera Faz, Mi Amor Santo, Mi Amor Divino, Mi Amor Eterno.

Yo quiero lo mejor para vosotros, busco lo mejor para vosotros. A través de Mi Hijo, y los que Le han seguido, os han mostrado Mi Amor. Las almas santas han llegado a ese grado, porque encontraron esa, Mi otra Faz, la del Amor, y la siguieron, eso es lo que debéis vosotros buscar con mucho afán y os debéis revestir con Mi Amor, que es perdurable. Aquellos que encuentran Mi Amor, que lo viven, os santifica y ya no podéis apartaros de él, porque no encontraréis otro tesoro más grande en la Tierra que Mi Amor Verdadero.

Sí, ciertamente Soy exigente porque quiero que Mi Amor anide en corazones bellos, en corazones sencillos, humildes, pero muy amorosos. Mi Amor todo lo puede, pero Mi Amor, al daros Gracias y Bendiciones inmensas, infinitas, debe anidar, como os dije, en corazones sencillos, humildes, para que no os llenéis de soberbia, porque inmediatamente perderíais Mis Gracias y Bendiciones.

Dejad que Mi Santo Espíritu aleje todo aquello que os puede llevar a la soberbia, a la vanidad espiritual. Vivir en Mí, vivir en Mi Amor y vivir con Mis Virtudes y Bendiciones, es vivir pendientes de un hilo de seda muy delgado, ya que con un movimiento fuerte, grave, se puede romper y, esto es, la soberbia, por eso vosotros debéis venceros a vosotros mismos, tenerMe siempre ante vosotros, que todos vuestros actos siempre estén precedidos de oración y pidiendo permiso a Mi Voluntad para que no obréis por vosotros mismos, porque vosotros no conocéis lo que necesitan las almas.

Deberéis siempre pedir permiso a Mi Santísima Trinidad para que os guíe, y así estéis plenamente seguros de lo que vosotros debéis hacer para el bien de vuestros hermanos.

Hay almas que necesitan padecer su dolor, hay almas que necesitan vivir su tribulación, hay almas que necesitan soledad para que puedan recapacitar, para que puedan entender el porqué están así, y generalmente será porque Me han hecho a un lado de su vida.

El meditar os va a llevar al arrepentimiento, y el arrepentimiento nuevamente os regresará al estado de Gracia, por eso hay almas que necesitan padecer para alcanzar Mi perdón y su salvación. Hay otras almas que, ciertamente, recibirán vuestros deseos de sanación, porque son almas que se lo merecen y su sanación dará Gloria a Mi Santo Nombre, por eso, Mis pequeños, como no sabéis cuál es Mi Voluntad, debéis orar y aceptar lo que suceda después de que Me pidáis permiso del cómo obrar, porque, os repito, Yo conozco el interior de las almas y vosotros no, pero siempre obrad en amor y eso os dará a vosotros un premio grande, porque todo lo que hagáis con amor, ese amor se regresará a vosotros y a los vuestros.

Vivid siempre en un ambiente de amor, procurad el amor, la paz, en todos aquellos que habiten con vosotros, que entren en contacto con vosotros. Mi Hijo es lo que os enseñó y se lo pidió a los Apóstoles, que llevaran la paz, Su paz, Su Amor, el perdón de los pecados y la recuperación de las enfermedades del cuerpo y del alma.

Sois los apóstoles de este tiempo, obrad según los designios de Mi Hijo, que es Mi Voluntad. Gozad de vuestra misión, gozad del bien que hacéis a vuestros hermanos a través de la oración. Ciertamente, ahora no os podréis asegurar de lo que vuestra oración hará con hermanos vuestros en la lejanía, pero lo conoceréis cuando regreséis al Reino de los Cielos. Muchas almas podéis salvar y lo conoceréis a vuestro regreso, y todas esas almas os agradecerán infinitamente el bien que les hicisteis.

En resumen a todo esto, Mis pequeños: Os pido obrar en el amor, transmitir Mi Amor, vencer vuestro propio ser. AlabadMe en todo momento, y agradecedMe porque Me he derramado en Gracias, en Bendiciones y Mi Presencia está en vosotros. CuidadMe en vuestro corazón, socorredMe salvando almas.

Confío en vosotros, no desperdiciéis las Bendiciones que se han derramado sobre vosotros. Obrad como otros Cristos en la Tierra.

Gracias, Mis pequeños.