Mayo 04_01 La Gracia de la Ancianidad.

Mensaje.

 

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J.V.

 

Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: La Gracia de la Ancianidad
Hijitos Míos, ¿por qué buscáis la Verdad fuera de vosotros si la tenéis dentro de vuestro corazón? Yo Soy la Verdad y ella os ha acompañado desde que fuisteis concebidos.

La Verdad, que se da en Nuestra Santísima Trinidad, nunca abandona al alma creada. Ya en el Cielo vive en el Amor, llega a la Tierra a transmitirla y regresa al Cielo a vivirla más intensamente.

Mi Santo Espíritu es quien os guía, seáis cristianos o no, pero los que no lo son tienen más dificultad para encontrarla, porque les falta el “complemento” que son Mí Palabra y Mis Enseñanzas.

El alma buena, esté en donde esté, siempre me encontrará y dará testimonio de Mí Amor y de Mí Verdad.

No hay almas creadas en la mentira. La mentira la adquirís de fuera, al llegar a la Tierra, al aceptar el dejaros guiar por el error que el mal os propone.

¿Por qué os pedí ser sencillos como niños? El niño no se pregunta muchas cosas como el adulto lo hace.

El niño vive en la sencillez del amor y “presiente” siempre lo que es bueno o malo, porque Mí Santo Espíritu, que habita en vosotros, los va cuidando.

Yo también os dije: “Buscad el Reino de Dios que habita en vuestro corazón” y así es. Al niño a veces se le tacha de tener “mucha imaginación”, porque llegan a ver y a oír cosas que los adultos ya no pueden o que, simplemente, ya no creen en ellas. Muchas de las “fantasías” de Mis pequeñitos son vida real de Cielo, son vida íntima preciosa Conmigo y con Mis Ángeles. Por eso la vida del niño debe ser ejemplo para el adulto, por ser lección de humildad y abandono que el adulto ha perdido, porque ya no necesita de esas “fantasías” en el mundo real en el que vive.

El mundo real del que habláis se hace más pesado porque perdéis la fantasía, como decís, pero que es la espiritualidad que Yo os regalé, para que os sintierais siempre acompañados de vuestro Dios y para que supierais que contáis con el apoyo del Cielo entero mientras cumplís con vuestra misión aquí en la Tierra.

Los niños os dan muchas lecciones y viven mejor que vosotros, porque todavía viven Vida de Cielo y al mismo tiempo están recibiendo el amor de la Tierra que obtienen de sus seres queridos.

¡Crecéis y perdéis tanto! Vuestro principal enemigo es la soberbia al sentiros autosuficientes, empezáis a perder lo Divino. Creéis que el conocimiento que empezáis a adquirir de las ciencias de la Tierra es más importante que las del Cielo. Vuestra materia os pierde, el mal os abraza y relegáis vuestro verdadero tesoro, que lleváis en vuestro interior y que no necesitáis buscar fuera, por atesorar los bienes terrenos.

Ser como niños es vivir tomados de Mí Mano. Es saberse guiados con toda confianza y seguridad del que sí sabe lo que hace. Es sentirse amados del que es todo Amor. Es el sentirse seguros en el que nunca los va a traicionar porque sólo quiere vuestro bien.

El “adulto” pierde mucho por volverse del mundo y olvidar su origen. Os olvidáis de vuestra Familia y de vuestro Hogar. Os volvéis huérfanos por vuestra propia iniciativa, porque Yo nunca os abandono.

Si fuerais como niños en cuerpo de adultos, haríais más que lo que normalmente hacéis. Por eso os doy la Gracia de la ancianidad, para que tengáis el tiempo para reflexionar sobre vuestra vida pasada y volváis a ser como niños. Así, cuando vuestra alma me vuelve a encontrar, Yo la vengo a recoger.

Mí Reino es para los niños o para los que sean como niños.

Yo os espero y mientras tanto os bendigo para que podáis recibir de los Dones de Mí Santo Espíritu y os dé claridad en vuestro interior y, así como niños, me podáis encontrar pronto y regreséis a Mí.