Feb 11_11 Cuando os sintáis solos, abandonados, atribulados y no sepáis qué hacer, venid a Mí.

Rosario vespertino

Temas:

  • Cuando os sintáis solos, abandonados, atribulados y no sepáis qué hacer, venid a Mí, Mis pequeños y contádMelo todo, Yo quiero que tengáis una confianza plena en Mí.
  • Es una gran responsabilidad de los padres dar lo mejor a sus hijos y, especialmente en el ámbito de lo espiritual.
  • Veis el mal, pero no oráis por ellos, por vuestros hermanos que están causando y permitiendo ése mal a vuestro alrededor.
  • Debéis dar, Mis pequeños, como Yo Me doy, ciertamente, vuestro amor es pequeñito, pero os debéis dar a Mí y recibiréis muchísimo más de lo que esperáis.
  • Aún a pesar de que aquellos no quieran pedir por su conversión y salvación, si vosotros Me lo pedís, y lo hacéis con amor, os aseguro que éstas almas se salvarán.

 

Mensaje de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

Primer Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Cuando os sintáis solos, abandonados, atribulados y no sepáis qué hacer, venid a Mí, Mis pequeños y contádMelo todo, Yo quiero que tengáis una confianza plena en Mí.
Hijitos Míos, la vida espiritual es imprescindible en la vida del hombre. El hombre no puede vivir solamente vida humana, vida del cuerpo, el hombre lleva una parte espiritual, que es su alma y esta alma tiene que ser alimentada y de muy buen alimento, así como también le dais a vuestro cuerpo buen alimento.

¿Qué pasa si a vuestro cuerpo lo alimentáis con alimentos podridos, con alimentos que no os van a ayudar? éstos os van a enfermar, vosotros os vais a debilitar y, en un momento dado, si esos alimentos, hasta echados a perder están, os pueden llevar a la muerte. Lo mismo pasa con el alma, Mis pequeños.

El alma también necesita su alimento, como os dije, pero si ese alimento es de muy buena calidad, entonces vuestra alma crecerá, se robustecerá y esa alma dará mucho ejemplo y mucho fruto a todos vuestros hermanos y os ayudará a estar junto a Mí y así Yo os llevaré fácilmente a vuestra vida eterna, a vuestra salvación, a vuestro reposo, en Mi Corazón, eternamente.

Desgraciadamente, satanás, se ha dedicado a desviar a una buena parte de la humanidad hacia caminos equivocados. Ciertamente, él ha hecho que vosotros alimentéis vuestra alma, pero no correctamente y eso está llevando a muchos de vuestros hermanos a una gran destrucción espiritual.

Esto sucede, Mis pequeños, porque vosotros no estáis protegidos con el Verdadero Alimento. Si vosotros estuvierais Conmigo, si hubierais tenido ya de Mi Alimento, estaríais robustos, fuertes, para contraatacar a satanás, a sus obras y todo aquello que él utiliza como artimañas para destruiros espiritualmente.

Si vosotros solamente habéis llenado vuestro interior, vuestra alma, con cosas superfluas del mundo, o peor aún, con cosas satánicas, a donde él os está llevando, ninguna protección tendréis, Mis pequeños, y seréis fácil presa para que todos vosotros no lleguéis a Mí al fin de vuestro tiempo sobre la Tierra.

No os imagináis, Mis pequeños, cómo os necesito, quiero que todos vosotros regreséis a Mí, pero no lo vais a lograr si vosotros no hacéis crecer vuestra alma, si no le dedicáis el tiempo necesario durante vuestra vida para que ésa alma vuestra crezca y ayude a tantos y tantos de vuestros hermanos en su salvación eterna.

Cuando os sintáis solos, abandonados, atribulados y no sepáis qué hacer, venid a Mí, Mis pequeños y contádMelo todo, Yo quiero que tengáis una confianza plena en Mí, vuestro Dios, Yo que Soy Bondad Infinita.

No despreciéis, Mis pequeños, todos estos consejos que os doy, porque quedaríais plenamente a merced de satanás, él no quiere vuestra salvación, no quiere el apoyo espiritual que Yo os puedo dar; una vida fuerte en el Amor.

Confiados, Mis pequeños, acercaos a Mí, y en vuestro corazón sabéis qué es lo que os falta, si sois sinceros con vosotros mismos y actuáis y vivís con la Verdad y con el Amor.

Os amo tanto, Mis pequeños, que volvería a mandaros a Mi Hijo a sufrir por vosotros para salvar a toda la humanidad.

Recibid Mis Bendiciones, Mis pequeños y tomad de Mí lo que necesitéis para vosotros mismos y para vuestros hermanos. Mi Gracia es abundante, no se termina y quiero que vosotros la esparzáis por todo el mundo, por el universo entero, pero venid a Mí y pedídMelo, Mis pequeños.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Es una gran responsabilidad de los padres dar lo mejor a sus hijos y, especialmente en el ámbito de lo espiritual.
Hijitos Míos, debéis de erradicar de vuestro corazón, todo temor, toda duda, todo aquello que os impida crecer espiritualmente y que os afiance en Mi Corazón.

Si vosotros confiáis en vuestros padres, desde que sois pequeñitos, porque sabéis que no os van a fallar y que quieren lo mejor para vosotros, ¿qué mejor que el que contéis Conmigo, que Soy el Verdadero Padre de toda la Creación y que Yo nunca os voy a fallar?

Mis pequeños, os dais cuenta que hay mucha maldad en el mundo y hay mucho engaño por todos lados, por eso debéis acudir continuamente a Mi Santo Espíritu, que habita en vosotros, para que vosotros no caigáis en las trampas de satanás y os lleve a todos esos caminos errados de maldad y de destrucción, tanto física como espiritual.

Estáis llamados a la perfección y con perfección quiero decir perfectamente unidos a Mí, porque Yo Soy el Perfecto, pero lo más bello que tenéis, Mis pequeños, es que os permito, y os pido, que estéis junto a Mí, con una confianza total, que no seáis como los integrantes del pueblo escogido que, ciertamente vivían como pueblo y Me escogieron a Mí como su Dios, pero Me temían, se agachaban para no ver Mi Rostro, no querían pronunciar Mi Nombre por temor; tantas y tantas cosas que hacían ellos, supuestamente por respeto y devoción cuando, realmente, todo lo que hacían los separaba más de Mí.

Por eso quiero, Mis pequeños, que seáis totalmente niños, confiados en Mí, vuestro Padre y vuestro Dios, para que vengáis a Mí fácilmente, como niños, os repito.

Cuando el hombre desconfía en Mí, vuestro Dios, todo se le cierra, se le pone difícil, no encuentra caminos por dónde ir, porque no quieren confiar en Mí. Cuando estáis Conmigo, Yo os doy múltiples soluciones a vuestras dificultades, si tenéis humildad y os reconocéis pequeñitos. Solamente así es como podréis tener grandes Bendiciones de Mí, porque aquellos que son soberbios, ellos mismos cierran sus puertas a Mi entrada a su corazón y a su vida.

Tened cuidado pues, Mis pequeños, con lo que hagáis, penséis y que enseñéis, porque es una gran responsabilidad de los padres dar lo mejor a sus hijos y, especialmente en el ámbito de lo espiritual, con ello, no solamente les estáis enseñando a amar, sino que les estáis abriendo las Puertas del Cielo.

Aquellos padres que abandonan a sus hijos, prácticamente los están condenando, porque no están haciendo hombres de bien y, sobre todo, con capacidades espirituales para poder regresar al Reino de los Cielos, además de haber hecho grandes cosas por sus hermanos.

Os Bendigo, Mis pequeños, y que la Luz de Mi Santo Espíritu os dé la Sabiduría que necesitáis todos vosotros para corregir vuestra vida pasada y empezar ya, desde ahora, a caminar por esos caminos que os traerán a los Nuevos Cielos y Nuevas Tierras.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: Veis el mal, pero no oráis por ellos, por vuestros hermanos que están causando y permitiendo ése mal a vuestro alrededor.
Hijitos Míos, Yo, en Mi Predicación en la Tierra, os dije, “¿acaso un árbol malo puede producir buenos frutos?”

Vosotros estáis viendo a vuestro alrededor lo que sucede con muchos de vuestros hermanos. Cómo, a vuestro alrededor, la maldad os está rodeando y también está rodeando al mundo y, por lo general, el hombre ataca a aquellos que están obrando en el mal. Recibís un mal y contraatacáis con otro mal.

Tantos de vuestros hermanos que ahora están actuando mal en el mundo, destruyendo almas, destruyendo cuerpos, destruyendo naciones, destruyendo pueblos. Veis el mal, pero no oráis por ellos, por vuestros hermanos que están causando y permitiendo ése mal a vuestro alrededor. Vosotros sois parte de éste bien que Yo dejé como herencia y eso es lo que debéis enseñar a vuestros hermanos y contrarrestar el mal con el bien, Yo os enseñé cómo.

Yo os había dicho que si os golpeaban en una mejilla, pusierais la otra y esto para que vosotros no actuarais contraatacando, sino dando a entender con ello, que hay paz, humildad, serenidad en vuestro corazón.

¿Cómo queréis recibirMe, pues, en Mi Segunda Venida a la Tierra, si vosotros no estáis preparando el terreno, si vosotros todavía estáis actuando en el mal? Seríais como el pueblo judío que una semana antes de Mi Crucifixión, estaban cantando Hosannas y Aleluyas a su Mesías, gozando que Yo estuviera entre ellos, haciendo tantos Milagros y dándoles tantas Enseñanzas, pero su corazón estaba dividido, su corazón no estaba actuando plenamente en el Bien, eran corazones convenencieros, recibían de Mí grandes Bendiciones, buscaban solamente el alimento del cuerpo. Ellos querían seguir siendo consentidos como niños, que se les diera todo, pero querían solamente lo superficial y lo demostraron una semana después. Ellos querían solamente alimento de cuerpo y sanación de cuerpo, nunca lucharon por tener una sanación de alma, nunca dejaron que Mis Enseñanzas hicieran mella en su corazón y en su vida y la respuesta se dio una semana después gritando: “crucifícaLe, crucificaLe”. No estaban Conmigo, os repito, eran corazones convenencieros, no querían un cambio verdadero y eso es lo que no quiero de vosotros, Mis pequeños.

Os doy tanto, porque os amo tanto pero, os pido, no Me traicionéis como lo hizo ése pueblo al que Yo llegué para consentirle, para amarle, para tenerlo Conmigo eternamente. No Me crucifiquéis nuevamente, protegedMe, Mis pequeños, Soy vuestro Hermano, Soy vuestro Dios, Soy el Maestro y os enseño lo mejor que puede tener vuestra alma para tener nuevamente las Delicias del Cielo.

Os pido pues, Mis pequeños que, si estáis Conmigo, seáis verdaderos hermanos Míos y Me protejáis como un hermano lo hace con el otro, cuando verdaderamente se aman. Soy vuestro Dios, vosotros Mis creaturas y, así como Yo os doy lo mejor que tengo, también dadMe, Mis pequeños, lo mejor que tengáis. Preparad el terreno de Mi Llegada nuevamente y, para ello, debéis pedir a Mi Santo Espíritu que os prepare en cuerpo y alma, para ése recibimiento, que deseo Me deis todos vosotros. Serán momentos bellísimos después de una temporada de tribulación para vuestra purificación, pero al final gozaréis plenamente todo lo que Yo os dé y recordaréis éstas Palabras, para que os comportéis debidamente como hermanos Míos, hijos de todo un Dios.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: Debéis dar, Mis pequeños, como Yo Me doy, ciertamente, vuestro amor es pequeñito, pero os debéis dar a Mí y recibiréis muchísimo más de lo que esperáis.
Hijitos Míos, el Amor, os he dicho que tiene muchas facetas. Cuando hay un verdadero amor entre un hombre y una mujer, entre los padres y los hijos, entre hermanos, dais hasta vuestra vida por ellos. Y así tenéis tantos casos que habréis escuchado, a lo largo de vuestra vida, de cómo, amores verdaderos, han tenido que sufrir, quizá hasta la muerte, por salvar a la persona amada.

Cuando un corazón aprende a amar, de verdad, busca lo mejor para el ser amado, trata de agradarle en todo momento y en todo lo que puede, porque le ama y no se cansa de darse y de dar por el ser amado.

Ciertamente, en los amores humanos, hay un tiempo, se podría decir de euforia, cuando apenas se conocen, que se enamoran y que hay correspondencia mutua. Se sienten vivir en las nubes, son momentos realmente bellos, que Yo he permitido que viváis cuando compartís vuestro amor, y eso que vuestro amor no es perfecto, es imperfecto, pero aún así, dais mucho, por querer tener el amor del ser amado.

Ahora poneos en Mi lugar. Yo, como Hermano vuestro Jesucristo, que siendo Dios, Mi Amor es Perfecto, Mi Amor se da en totalidad. Me di por vosotros, porque os amo, Mi Padre, vuestro Padre, vuestro Dios, Me pidió Mi donación total por vosotros, y esto solamente se puede dar en el Amor Verdadero, aún sabiendo que muchas almas, en el presente, en el pasado y en el futuro, no Me amarían. Eso me producía un dolor grandísimo, porque no hay correspondencia de amor, no hay un enamoramiento mutuo, son almas que solamente están esperando recibir, pero no desean dar ni darse.

Entre vosotros os desanimáis, cuando veis que la persona que amáis, no os corresponde como vosotros os estáis dando y veis que esa persona, además, se está aprovechando de vuestro amor para obtener cosas materiales, entonces llega un desánimo y un rompimiento, porque no hubo correspondencia y, es más, hasta hubo traición.

Cuando vosotros venís a Mí, amándoMe, respetándoMe, tratándoMe como lo que Soy, vuestro Dios, entonces recibís grandes Bendiciones, si lucháis por mantener una relación bella.

Debéis dar, Mis pequeños, como Yo Me doy, ciertamente, vuestro amor es pequeñito, pero os debéis dar a Mí y recibiréis muchísimo más de lo que esperáis porque, como os dije, Mi Amor es Perfecto.

Vosotros habéis sido creados para amar y corresponder al Amor de vuestro Dios y esto es lo que debéis ir dando a vuestros hermanos, para que ellos se impregnen del Amor Verdadero que brota de Mí y que Yo pongo en vuestro corazón, porque así Me lo pedís. Mi Esencia es el Amor y deseo que vuestra esencia también lo sea porque, si no, no podréis entrar al Reino de los Cielos.

En el Reino de los Cielos se vive el Amor pleno y honesto, no convenenciero. Aprended ya pues, Mis pequeños, a practicar el Verdadero Amor mutuo, de donación y no convenenciero, que es egoísta y que tarde o temprano producirá un rompimiento muy fuerte y doloroso.

Aunque vosotros Me traicionéis, Yo nunca voy a responder con ataque o traición ni produciéndoos dolor, porque entonces Yo no sería vuestro Dios, el Dios del Amor, pero en Justicia Yo tampoco permito que os burléis de Mí. Yo doy, Yo sigo dando, pero si vosotros no respondéis y no queréis vivir en el Amor, tampoco tendréis derecho a entrar al Reino de los Cielos, donde se vive el Amor, el Amor que vosotros estáis negando y estáis traicionando.

Entendedlo muy bien, Mis pequeños, para que luego no Me salgáis con que Soy injusto.
Os amo, Mis pequeños, y os pido viváis plenamente Mi Amor en vuestro corazón.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Aún a pesar de que aquellos no quieran pedir por su conversión y salvación, si vosotros Me lo pedís, y lo hacéis con amor, os aseguro que éstas almas se salvarán.
Todos vosotros, Mis pequeños o la gran mayoría de vosotros, lloráis a vuestros muertos. Lloráis cuando un ser querido muere, porque ya no lo tendréis entre vosotros.

Ahora Yo os pregunto, Mis pequeños, vosotros le lloráis a vuestros muertos, pero es el principio de una vida nueva para ellos, una vida espiritual en Mi Reino, si fueron buenos o, si no fueron tan buenos, una vida de purificación en el Purgatorio, pero os pido, Mis pequeños, que meditéis esto, porque os esperáis a llorar a vuestros seres queridos cuando ya no están con vosotros y no les lloráis a aquellos de vuestros hermanos que están muertos en vida, que de ellos hay muchos alrededor del mundo. Hay tantos hermanos vuestros por los que debéis vosotros llorar, porque viven en pecado grave, que si los llamara Yo en ése momento, morirían eternamente y que es algo que Yo no quiero hacer a vosotros.

Llorad, porque esos que viven en el mal, que viven en pecado, están destruyendo, también, muchas otras almas con el mal que producen, con el mal que crean a su alrededor.

Debéis pedir por ellos, porque ellos realmente sí están haciendo daño, os están causando daño y se están causando mucho daño a sí mismos. A donde volteéis hay muchos hermanos vuestros que ya no acuden a los Sacramentos, que no buscan tener una vida en la Gracia, que Me han sacado de su corazón y de su vida, ¿qué pueden pues esperar estas almas?

Por eso, vuestra oración es tan importante y necesaria en estos tiempos. Orad por vuestros muertos, pero no esperéis que ya hayan dado su último suspiro. Orad por vuestros hermanos muertos que no Me aman y que no os aman tampoco a vosotros. Veis estas almas cómo destruyen hogares, cómo destruyen pueblos, cómo destruyen Mi Iglesia, cómo se destruyen a sí mismas. Estas son las almas por las que realmente debéis orar y debéis pasar más tiempo intercediendo por ellas y sacrificándoos por ellas. Ellas realmente necesitan de Mi Misericordia, salvadlas, Mis pequeños, dadles todo lo necesario de parte vuestra, para su salvación eterna. No las dejéis morir, aún cuando veáis que se han comportado muy, muy mal.

Tratad de comprenderlas y ahí habrá Caridad de vuestra parte, porque si juzgáis, podréis caer en el error de no ser justos en vuestro juicio, porque no conocéis su vida, su historia, el por qué de su actuación negativa. Vosotros orad, orad fuertemente por estas almas que os están dañando tanto y Me están dañando a Mí, vuestro Dios. TraédMelos a Mi Corazón, platicadMe de ellos, pedidMe Mi ayuda para que se puedan salvar.

Prácticamente en toda familia conocéis a estos hermanos vuestros muertos en vida, venid a Mí y pedidMe que los salve, que escuche vuestra oración y contento iré hacia ésas almas a salvarlas, porque vosotros Me lo estaréis pidiendo. Por eso es tan importante vuestra oración, porque Yo no puedo obrar si vosotros no Me lo pedís, porque respeto vuestro libre albedrío, vuestra libertad de actuación. Aún a pesar de que aquellos no quieran pedir por su conversión y salvación, si vosotros Me lo pedís, y lo hacéis con amor, os aseguro que éstas almas se salvarán.
Gracias, Mis pequeños.