Oct 24_10 Las inclemencias de los tiempos serán rigurosas, muchos moriréis por el tiempo.

Rosario vespertino

Temas:

  • Aprovechad todavía que tenéis a vuestros sacerdotes, ministros de Mi Iglesia, que os pueden perdonar vuestros pecados, porque llegará un tiempo en que será difícil tenerlos.
  • Cuando os sintáis desesperados, siempre hay una esperanza y Yo Soy Madre de ésa Esperanza y Yo Soy Madre de ésa Esperanza.
  • Cuando estéis en ésos momentos de sufrimiento, de dolor por los fríos extremos, recordad lo que pasó Mi Hijo por vosotros y uníos a Sus Dolores.
  • Es más fácil odiar al que el mal hace, es difícil amar a aquél que os ha hecho daño, pero ése es el Amor Divino.
  • Será lección para que entréis a altos niveles de santidad, porque vuestra donación os alcanzará inmediatamente el Reino de los Cielos.

 

 

Mensaje de Dios Padre, Nuestro Señor Jesucristo, y la Santísima Virgen María, a J. V. 

Primer Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: Aprovechad todavía que tenéis a vuestros sacerdotes, ministros de Mi Iglesia, que os pueden perdonar vuestros pecados, porque llegará un tiempo en que será difícil tenerlos.
(Lenguas…) Hijitos Míos, preparaos para vuestra resurrección. Sí, Mis pequeños, os suena raro esto, que os diga que os preparéis para vuestra resurrección y será así, tenéis que morir, morir al pecado, morir a la maldad del mundo, morir como Yo morí, en la Cruz, ciertamente, Yo, sin pecado, pero tomando todos los pecados del mundo y de todos los tiempos.

Ahora, Mis pequeños, entraréis al periodo de la purificación mundial en donde ésta os servirá para vuestra propia purificación. Moriréis al pecado, moriréis al mal y resucitaréis gloriosos para los Cielos Nuevos y las Tierras Nuevas. Será un nuevo renacer para las almas escogidas por Mi Amor, para las almas escogidas para empezar un Nuevo Reino aquí en la Tierra.

Os he pedido que abandonéis todo aquello que os detenga para crecimiento espiritual, para tener una vida espiritual grande y bella. Se os ha ido quitando todo aquello en lo cual confiáis, estáis sufriendo ahora de lo económico, estáis sufriendo grandes problemas sociales, estáis sufriendo en las familias, estáis sufriendo con los gobiernos que os aplastan, que os trituran; estáis sufriendo a todos niveles, porque ésta es vuestra purificación para que os deis cuenta, Mis pequeños que no es al mundo al que debéis seguir, para que veáis la debilidad del mundo, su fragilidad, para que veáis que no debéis poner vuestro ser y vuestros intereses en las cosas del mundo.

Ved con qué facilidad entráis en la problemática mundial, no es estable vuestro mundo, ahora os lo estoy enseñando, solamente lo Mío, lo Divino, lo Celestial es estable y esto es lo que quiero que veáis, Mis pequeños, que debéis venir a Mí, para que tengáis una situación estable y es vuestra alma la que debe estar arraigada completamente a Mí. No debéis poner vuestros intereses, vuestras metas, vuestros deseos en las cosas del mundo, éstas se están acabando, os las estoy quitando, para que vosotros os empecéis a arraigar en lo que es Mío, lo que es Divino.

Venid pues, Mis pequeños, arrepentíos de vuestros pecados, dejadMe que Yo os purifique, dejad ya todo ése arraigo del mundo para que empecéis a entrar en lo que es bueno para el alma, que es lo Divino, lo Celestial.

Venid pues, Mis pequeños, las puertas están abriéndose ya para éste Nuevo Reino. Mucha maldad aparecerá en el mundo todavía, mucho error, pero con vuestra oración y con vuestra donación, podréis ir venciendo fácilmente éstos ataques de satanás. Todavía él querrá mostraros bellezas aparentes del mundo, pero será pecado, será maldad, será destrucción para el alma si le seguís. Alejaos ya pues de todo aquello que es del mundo y que pueda hacer que vuestra alma se pierda eternamente.

Orad, entrad en vuestro interior, dejad el pecado, aprovechad todavía que tenéis a vuestros sacerdotes, ministros de Mi Iglesia, que os pueden perdonar vuestros pecados, porque llegará un tiempo en que será difícil tenerlos y, sobre todo, encontrarlos. 

Aprovechad, pues, estos momentos todavía que tenéis cierta paz, para poner a vuestra alma en un estado de Gracia, con la que Yo pueda ayudaros más fuertemente, porque si vivís en pecado, vosotros mismos Me estáis rechazando y no puedo acercarMe a las almas que están maleadas y que están prefiriendo vivir en el mal. Vuestro arrepentimiento es lo que va a hacer que Me acerque a vosotros y os ayude. Necesitaréis, pues, vuestra purificación, pero será más fácil sobrellevarla si vosotros estáis en estado de Gracia y os mantenéis en ése estado.

Luchad contra el pecado y la maldad que vendrá fuertemente sobre vosotros, no le hagáis caso a las tentaciones de satanás, os quiere destruir, quiere destruir vuestra alma, la quiere para él. Luchad, Mis pequeños, por mantener vuestra alma en lo alto, Yo ahí estoy, en lo alto y os protegeré si venís a Mí. Confiad en Mí, Mis pequeños, confiad en Mi Gracia y en Mi Amor.
Gracias, Mis pequeños

Segundo Misterio, Habla La Santísima Virgen María,
Sobre: Cuando os sintáis desesperados, siempre hay una esperanza y Yo Soy Madre de ésa Esperanza y Yo Soy Madre de ésa Esperanza.
Mucha desdicha habrá, Mis pequeños, Soy vuestra Madre, la Siempre Virgen María. Me duelen éstos momentos porque, Yo, como Madre, quiero lo mejor para Mis hijos, pero acepto de Corazón la Voluntad de Nuestro Dios. Pero estoy aquí, Mis pequeños, alrededor del mundo, cuidándoos y protegiéndoos, para que no os desesperéis en éstos momentos difíciles y podáis cometer algún error, algún error que os impida el poder vivir eternamente con Nuestro Dios.

Mis pequeños, acudid a Mí, en los momentos más difíciles. Cuando os sintáis desesperados, siempre hay una esperanza y Yo Soy Madre de ésa Esperanza, Soy vuestra Madre y voy a estar con vosotros en los momentos difíciles para que no os desesperéis.

La vida os la ha dado Nuestro Dios y vosotros no os podéis ni debéis quitar la vida, porque le pertenece a Nuestro Dios. No merecen las cosas del mundo que vosotros os desesperéis tanto como para que os quitéis la vida, cuando se os ha explicado tanto que vendrán momentos bellísimos en lo futuro.

Mis pequeños, Yo, como Madre vuestra, Madre de todo el género humano, os acompañaré en éstos momentos de vuestra cruz, así como acompañé a Mi Hijo en ésos terribles momentos de Su Pasión. Cuando Él llevaba vuestra Cruz, estaba llevando vuestros pecados, iba a morir por vosotros y Yo iba con Él, acompañándoLo y lo acompañé hasta los últimos momentos, todo el tiempo con Él y así he de estar con vosotros, Mis pequeños.

Ahora es vuestro tiempo, en donde recordaréis lo que Mi Hijo hizo por cada uno de vosotros, comprenderéis en éstos momentos lo que Mi Hijo hizo para salvaros. Él tomó vuestros pecados, ahora os toca a vosotros tomarlos en lo personal, pedir perdón por ellos. Con lo que sufriréis cada uno de vosotros, será vuestra purificación y, es así como Nuestro Padre y Nuestro Dios os perdonará.

Aunque sean momentos difíciles, serán llevaderos si estáis conmigo, porque Yo os llevaré a donde Mi Hijo está. Comprenderéis Su Dolor, porque vosotros estaréis también viviendo ésos momentos difíciles y Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor, os hará comprender todo lo que hizo Mi Hijo por vosotros y vosotros lloraréis vuestros pecados y ésa humildad y ésa aceptación de vuestros errores, es lo que os ayudará a vuestro perdón y a que vosotros podáis tener ésa resurrección que tendrán las almas buenas, las almas purificadas, las almas escogidas para poblar los Cielos Nuevos y las Tierras Nuevas.

Os vuelvo a repetir, Mis pequeños, Soy vuestra Madre y os acompaño como acompañé a Mi Hijo en Su Pasión Dolorosa, no desesperéis, respetad vuestra vida, amaos los unos a los otros, compartid vuestros dolores y juntos, unidos a Mi Hijo, orad por la salvación de tantas almas, porque Él en todo momento iba orando, iba ofreciendo Sus Dolores, Su Vida por la salvación de todos vosotros y especialmente por aquellas almas duras, difíciles, pecadoras, que no querían arrepentirse.

Si lo veis de ésta forma, Mis pequeños, ya no serán tiempos de dolor, sino realmente serán tiempos de salvación para infinidad de almas. Gracias a vosotros, van a ser tiempos de vida y no de muerte, van a ser tiempos de salud espiritual y no de ésas almas enfermas, por las que vino Mi Hijo a salvar. Todos estáis enfermos, ahora os toca también aliviar las almas enfermas, uniéndoos a la Pasión Dolorosa de Mi Hijo.

Os amo, Mis pequeños y no despreciéis ni desperdiciéis éstos momentos que serán grandes para la historia de la humanidad y para la salvación de infinidad de almas. Os Bendigo, Mis pequeños, os Bendigo con Mi Corazón de Madre.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Cuando estéis en ésos momentos de sufrimiento, de dolor por los fríos extremos, recordad lo que pasó Mi Hijo por vosotros y uníos a Sus Dolores.

J. V. tiene una visión: Veo mucha nieve, pero hay obscuridad, no hay luces prendidas en las casas, la nieve cubre todo.

Hijitos Míos, las inclemencias de los tiempos serán rigurosas, muchos moriréis por el tiempo, por lo riguroso de los fríos. No tendréis con qué protegeros, recordaréis ésos momentos de Mi Hijo, ésa noche que padeció tanto dolor después de Su Flagelación. Estaba en la cárcel, se aprovechaban los verdugos de Él, mucha Sangre había perdido, la fiebre era muy alta, temblaba por la fiebre y aún así, los verdugos se seguían aprovechando de Él.

Mi Hijo lloró en ésos momentos, eran dolores terribles, pero más terrible era la maldad de sus verdugos. El mismo satanás se había metido en el corazón de ésos verdugos y trataba de desquitarse de su Dios y aún así aceptó Mi Hijo, sabiendo todo esto. ¡Cuánto dolor padeció por cada uno de vosotros!, ¡por la humanidad entera!, imaginad Su Dolor en Su Corazón, tomando todos vuestros pecados y además el dolor de Su Cuerpo, como Hombre, al ser azotado, blasfemado, escupido, golpeado por ésos esbirros de satanás.

Vosotros, cuando estéis en ésos momentos de sufrimiento, de dolor por los fríos extremos, recordad lo que pasó Mi Hijo por vosotros y uníos a Sus Dolores. Quitadle, a Él, Dolor con vuestros dolores, reparad con vuestras molestias, dolores y sufrimientos, sufrimientos de Mi Hijo que no se merecía, pero que los tomó por vuestra salvación.

Este tiempo de purificación es tiempo también de reparación, para que recordéis a Mi Hijo, para que recordéis todo lo que hizo por vosotros, para que no Le abandonéis, como Le abandonaron Sus mismos discípulos en el Huerto de los Olivos.

Deberéis estar más atentos de ahora en adelante de entregar vuestra vida, todas vuestras acciones, todo lo bueno que hagáis en reparación por vuestros pecados. Esto lo permito, Mis pequeños, Yo, vuestro Padre y vuestro Dios, para que vosotros os deis cuenta de todo lo que hizo Mi Hijo por vosotros, Él como Hermano Mayor de todos vosotros. Si antes lo olvidasteis, durante vuestra vida, y no tomasteis nada o casi nada de vuestro tiempo para reparar, durante vuestra vida, los Dolores de Mi Hijo, ahora permitiré éste tiempo de dolor para que os acordéis de Él y que reparéis lo que debisteis haber reparado a lo largo de vuestra vida. Mi Hijo no se merecía éste Dolor y lo tomó por vosotros.

Aceptando vosotros Mi Voluntad de Padre, aligeraréis Su Carga, Sus Dolores, Su Agonía, Su Pasión, Su Muerte a lo largo de vuestra vida, prácticamente en nada os habéis acordado de Mi Hijo para reparar lo que hizo por vosotros, no Le habéis ofrecido vuestros buenos momentos, no Le habéis ofrecido vuestras obras, vuestros triunfos, no habéis ofrecido vuestros dolores y sacrificios, no habéis ofrecido vuestra vida, como Él ofreció la Suya por vuestra salvación. Este tiempo será para ayudaros a vuestra santificación, primeramente, reparando por vuestros errores y uniéndoos a Mi Hijo para ganaros el Cielo.

Él lloró, Sus lágrimas cayeron en la tierra, por tanto dolor que vuestros pecados Le causaron en ésa agonía tan intensa que Él tuvo. Ahora vosotros lloraréis y también vuestras lágrimas caerán en el suelo y se unirán a las de Él. Desead desde ahora, que vuestras lágrimas de dolor y de penas que tendréis, lleguen a Él y Le curen tantos Dolores que vosotros Le causabais cuando Él tomó todos vuestros pecados, de toda vuestra vida y de cada uno de vosotros.

Es de almas caritativas acompañar a los hermanos en el dolor. Como os dije, realmente no serán tiempos de sufrimiento, si os unís a Mi Hijo, serán tiempos de reparación y tiempos en que Le daréis alivio a Mi Hijo, quitándoLe carga al retomar vuestros pecados y vuestros dolores, particularmente en éstos momentos de purificación personal y mundial, que permitiré para que purifiquéis vuestra vida y así os merezcáis el Nuevo Mundo que os daré.

Reparad ya desde ahora, Mis pequeños, con vuestra propia donación. Si vosotros, en vuestro libre albedrío, en vuestra libertad, empezáis a reparar con penitencias, ayunos, oraciones, donación, con esto podéis evitar que la purificación mundial, y aún personal, se os venga tan fuerte. Reparad por vosotros y por vuestros hermanos, como lo hizo Mi Hijo por toda la humanidad y en todos los tiempos. Por eso os he pedido ser otros Cristos, para que toméis ahora vuestra responsabilidad como hijos Míos, para aliviar las cargas, los pecados y los dolores de muchos de vuestros hermanos y así, también, podáis, vosotros mismos, ayudaros en lo personal, en vuestra purificación, ganar Mis regalos prometidos.

Venid a Mí y dejadMe a Mí que os aconseje, para que vosotros os podáis donar y así alcancéis vuestra Gracia eterna.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Es más fácil odiar al que el mal hace, es difícil amar a aquél que os ha hecho daño, pero ése es el Amor Divino.
Grandes desilusiones se llevarán aquellos que pactaron con el mal, creyendo que él los iba a consentir por todo el mal que han producido y con el que han atacado a sus propios hermanos. Grandes desilusiones tendrán éstos hermanos vuestros, creyendo que iban a poseer el mundo y que iban a tener a sus propios hermanos bajo sus pies, aprovechándose de ellos.

Ciertamente, Mis pequeños, estoy dejando que éstos hermanos vuestros lleven a cabo su misión, misión mala, misión satánica, porque pactaron con el mal. Los gobiernos han pactado con el mal, muchos hermanos vuestros, que ahora tienen el poder mundial, pactaron con el mal con tal de tener ése poder del mundo y ¿qué ganarán ellos?, nada, todo ése poder económico, político, social, ¿de qué les servirá?

Hacer pacto con satanás, Mis pequeños, es el error más grave que puede tener el hombre, porque él solamente os puede llevar al mal. Ya os he dicho que es traicionero, que él no cumple con sus promesas, os utiliza como instrumentos y acaba destruyéndoos sin cumplir completamente las promesas que os hizo, os expone ante el mundo y os destroza espiritualmente.

¿Por qué no entendéis, Mis pequeños, que Yo Soy vuestro Dios, que Yo Soy Creador, que Yo Soy la Vida del alma, que Yo Soy Dueño del Amor? Todos vosotros queréis vivir en el Amor, os gusta que os amen, que os consientan, que os quieran y hacéis todo lo contrario. Buscáis el dolor de vuestros hermanos, os aprovecháis de ellos, les quitáis lo poco que tienen y todo por querer tener más que los demás y por hacerlo, actuáis en maldad, dejáis a un lado la Caridad y el Amor, no les ayudáis, no vivís para que vuestro hermano goce de lo que le podéis dar para ayudarle.

Por eso permito también éstos tiempos de destrucción, de necesidades de alimentos, de casas, de tantas cosas que el hombre necesita para su buen sustento.

Ahora será el tiempo en que vosotros, si realmente tenéis amor en vuestro corazón, compartiréis de lo que tenéis y de esta forma os iréis ganando el gran premio que os tengo prometido, que prometo a las almas buenas, a las almas que tratan de mantener el bien de sus hermanos, aún a pesar de que ellos puedan sufrir por el sacrificio de dar de lo que tienen y que se les acabe, pero nada os faltará si realmente actuáis en amor y en donación. Vuestra alma empezará a recordar pasajes Bíblicos, que éstos os llevarán a meditar en lo profundo de vuestro corazón lo que teníais olvidado a lo largo de vuestra vida, lo empezaréis a retomar, porque estaréis viviendo momentos de prueba, de reflexión, que os llevarán a la humildad, a la aceptación de que vosotros sois nada sin Mí. Vuestra soberbia será aplastada, porque creíais que al tener mucho de lo material, no necesitaríais de Mí y os podríais aprovechar de vuestros hermanos que tenían menos que vosotros.

Todo esto os llevará a la humildad, al reconocimiento de vuestras faltas, al arrepentimiento de corazón y, así, os ganaréis vuestra salvación eterna.

Ciertamente todavía habrá almas soberbias, malas, satanizadas que aún a pesar del dolor, a pesar de la prueba, en vez de arrepentirse, blasfemarán Mi Santo Nombre y se pondrán en contra Mía. Querrán aprovecharse de lo poco que todavía les quedará a vuestros hermanos buenos y hasta los asesinarán para quitarles ese poco. Son almas perversas, que merecen ser arrojadas al fuego eterno, pero Yo Soy vuestro Padre y vuestro Dios y Yo quiero a ésas almas, quiero su salvación eterna. Si Mi Hijo ofreció Su Dolor, Se ofreció en totalidad por ésas almas perversas, por ésas almas enfermas en el pecado, también os pido que oréis por ellas.

Ciertamente es fácil orar por las almas buenas, las almas que no llevan gran carga de pecado, por ellas es fácil orar, pero Mi Hijo os enseñó que debierais orar por las almas muy enfermas y Yo las quiero para Mí, salvadas por vuestra donación. Es difícil, Mis pequeños, hacer esto, porque es más fácil odiar al que el mal hace, es difícil amar a aquél que os ha hecho daño, pero ése es el Amor Divino, amar a quien hace el mal, amar a aquél que trata de destruir vidas, a amar a aquél que no Me ama y que no os ama a vosotros. Eso os enseñó Mi Hijo y este es vuestro tiempo para ser como Mi Hijo. Él os dijo “amaos los unos a los otros” y esto era general y no era para que escogieras solamente a algunos, sino es una regla general y necesito que vosotros lo entendáis perfectamente, porque muchas almas se pueden salvar por vuestra intercesión.

Se os ha dicho también que odiéis al pecado, más no al pecador y estos son los momentos en que lo deberéis hacer, Mis pequeños.

Mucho Bien tenéis, Yo estoy con vosotros, el Cielo entero está con vosotros, Mi Hija, la Siempre Virgen María está con vosotros, los ángeles os cuidan, las oraciones del Cielo os protegen, tenéis todo a vuestro favor, solamente quiero vuestra donación, sencilla, dócil, pero entregada totalmente a Mí, por la salvación de vuestros hermanos.

Os lo pido, Mis pequeños, éste es el tiempo en que deberéis pagarle a Mi Hijo lo que hizo por cada uno de vosotros. Ciertamente de muchos de vosotros debierais, quizá, ganaros la condenación eterna, por vuestros pecados pero, por la donación de Mi Hijo, habéis tenido la oportunidad de ser salvados, vuestro corazón fue tocado para vuestra conversión y esto es gracias a la donación de Mi Hijo. Pudierais haber mantenido vuestra vida en el mal y en el mundo, pero gracias a la donación de Mi Hijo, tuvisteis la oportunidad de reconoceros pecadores y necesitados de Su Gracia, ciertamente hubo humildad en vuestro corazón, pero también es por Gracia de Mi Hijo.

Todo esto os lo digo, Mis pequeños, para que apreciéis la donación de Mi Hijo por cada uno de vosotros y que le debéis vuestra sanación entera a Su Donación Divina. Por eso os pido que seáis agradecidos Conmigo, con vuestro Dios, en Mi Santísima Trinidad, por tantas Bendiciones que recibís en cada momento de vuestra vida, porque mucho se os ha dado y poco habéis agradecido.

Reparad pues vuestra vida de necedad, de pecado, pero también de ingratitud. Recordad los momentos bellos que habéis tenido y ofrecédMelos, dejadMe también a Mí gozar de lo bueno que habéis hecho pero que no Me habéis ofrecido. TraedMe almas, muchas almas, Mis pequeños, traédMelas con vuestra donación y deseando su salvación eterna y ya no deseéis el mal a vuestros hermanos, aún a pesar de el mal que veáis que ellos hacen, eso no viene de hijos Míos; vosotros desead el Bien en todo momento y deseadles el Bien aún a aquellos que hacen el mal.
Gracias, Mis pequeños.

Quinto Misterio, Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Sobre: Será lección para que entréis a altos niveles de santidad, porque vuestra donación os alcanzará inmediatamente el Reino de los Cielos.
Hijitos Míos, os he dicho Yo, Cristo Jesús, que lo más grande entre hermanos es el dar la vida por el hermano. Yo Me di por cada uno de vosotros, Me di para que vivierais, Mi Muerte os trajo Vida a vosotros, las Puertas del Cielo estaban cerradas y Mi Muerte, que es Mi donación por vosotros, las abrió nuevamente. Abrí las Puertas de la Gracia para que vosotros pudierais tener nuevamente la Vida del Cielo con vosotros.

Habéis recibido los Sacramentos, habéis recibido con ello la Vida del Cielo para la Tierra. Muchas Bendiciones os traje Yo a la Tierra, toda una Evangelización de Amor, una Vida de Ejemplo, una Vida de donación.

Os dije que el ejemplo vale más que mil palabras y, por eso, Mi Ejemplo es el que mueve a los hombres ahora a seguirMe, a buscarMe, a crecer a través Mío, en Gracia y en santidad. Os dije que aquél que deja el mundo y Me sigue, ése ha escogido lo verdadero, lo que vale para su alma y, sobre todo, es el gozo del alma por darse por sus hermanos, pero además tendréis en éste tiempo la donación personal, en diferentes casos y situaciones. A veces os quitaréis el bocado para dárselo al hermano, a veces daréis vuestra vida para salvar la de otro, a veces os quitaréis algo de vuestra ropa para dársela al afligido y tembloroso, a veces acompañaréis al moribundo con palabras bellas, con oraciones para su buena muerte, a veces protegeréis al desvalido contra los ataques del mal. Otras veces ayudaréis a los pequeños, a los niños, contra aquellos que se quieran aprovechar de su pequeñez y de su inocencia, tantas oportunidades que os daré para que vosotros reparéis la maldad que hicisteis durante vuestra vida o la omisión de lo que no quisisteis hacer, también a lo largo de vuestra vida.

Ésos pecados de omisión, cosas bellas que pudisteis haber hecho por vuestros hermanos y que no hicisteis por negligencia, por maldad, porque no os quitaran vuestra comodidad. No queríais ver al desvalido que os pedía limosna, solo un poquito de lo vuestro para poder comer ése día, para poder cubrir su cuerpo, su desnudez, su frío.

Este va a ser tiempo, Mis pequeños, de reflexión y de reparación de ésos pecados de omisión, de todo aquello que pudisteis hacer de bueno y no lo hicisteis. Tomad todo esto, Mis pequeños, con humildad, como recordatorio a vuestros pecados, a vuestra maldad, a vuestra negligencia y tomadlo para reparar y ser perdonados por Mi Misericordia Infinita.

Os he dicho que Yo perdono todo pecado y así será pero esto, que tendréis en estos tiempos, será lección para que entréis a altos niveles de santidad, porque vuestra donación os alcanzará inmediatamente el Reino de los Cielos, como al buen ladrón. Ganaréis innumerables indulgencias plenarias, por el perdón de vuestros pecados, por vuestra donación y, sobre todo, por defender Mi Reino y Mi Amor sobre la Tierra. Serán tiempos de grandes santos mártires, porque al comprender todas estas Verdades que os he dicho, os ganaréis inmediatamente el Reino de los Cielos por vuestra donación.

Ved Mis pequeños, hasta donde llega Mi Misericordia, muchos podrán ver estos tiempos como de desastre, de maldad, de destrucción, cuando realmente son de crecimiento espiritual, de salvación de infinidad de almas por vuestra intercesión, de la salvación de muchas almas por su donación y de la santificación, también, de muchas otras, al defender lo que es Mío.

Esto es Mi Amor, agradecedlo, Mis pequeños y agradeced este tiempo que estáis viviendo, porque será para vuestro bien y para el bien de muchos otros.
Gracias, Mis pequeños.