Ago 11_98 La Fraternidad.

Mensaje.

  

Mensaje de Dios Padre a JV

 

Habla Dios Padre,
Mensaje de Dios Padre sobre la Fraternidad. Hijitos Míos, muchas veces os he hablado a través de Mi Hijo Jesucristo y de Mis Profetas sobre la fraternidad que debe existir entre todos vosotros. Todos vosotros descendéis de un tronco común, tanto espiritual como humano y ya sea que lo veáis de una forma u otra, todos vosotros sois hermanos.

He hablado mucho de éste tema porque Me importa mucho. ¿A qué padre la gusta ver a sus hijos peleando o teniendo discusiones o riñas? Y peor todavía, ¿A qué padre le gustaría ver a sus hijos matándose, tanto espiritualmente, por el mal ejemplo dado ó físicamente, con el asesinato o las guerras?

Poned vuestro corazón en el Mío y Me comprenderéis. Vivís rodeados de odio, incomprensión, robo, ataques de muchas índoles y ya hasta se os hace natural el escuchar sobre muertes, asaltos, persecuciones, destrucción moral, abortos, destrucción familiar y cosas peores. ¿Hasta dónde queréis llegar? Os he dicho ya que vivís, en estos tiempos, peor que Sodoma y Gomorra y ¿qué hacéis para remediarlo? Os contentáis con decir, ¡Cuánto mal hay en éste mundo actual! ó, ¡Dios tiene que hacer algo porque esto ya no es posible! ó, ¡Yo creo que Dios ya se olvidó de nosotros! Y así os seguís quejando, pero Yo os pregunto nuevamente, ¿Y qué hacéis vosotros para remediar ésta situación?

La mayoría de vosotros, en vez de luchar contra ésta ola tremenda y maléfica que promete destruir todo lo creado, os dejáis llevar por vuestra supuesta impotencia para hacerle frente, porque confiáis en vuestras pobres fuerzas espirituales. En lugar de uniros con vuestros hermanos y humildemente os volváis a Mí a pedir Mi ayuda Omnipotente, os mantenéis aislados en donde el maligno os puede atacar fácilmente porque os falta la fuerza de grupo, la fuerza fraterna.

Si os unierais como hermanos, consientes de la realidad y lucharais con MI ayuda, haciendo frente común al ataque maligno, éste no podría haceros nada y poco a poco iríais destruyendo su poder destructivo y maléfico, cambiándolo con Mi Poder amoroso y pacificante.

Vosotros tenéis un poder muy grande sobre Mí y es el de la oración y si ésta oración va acompañada con el ayuno, podréis lograr de Mí grandes milagros. Y si vuestra oración y ayuno lo hacéis entre varios y Me pedís la unión de los méritos de Mi Hijo con los vuestros, vuestra victoria será dada en muy poco tiempo. Además, contáis con vuestros hermanos ya glorificados del Cielo, ellos están entre vosotros y también oran, os acompañan y os apoyan cuando se lo pedís. Lo mismo sucede con vuestros hermanos del Purgatorio, ellos pueden orar por vosotros y ayudaros en la lucha espiritual por la que ya pasaron. Tenéis las oraciones y sacrificios de Mis almas buenas religiosas que Me piden día y noche Mi Triunfo sobre el mal. Tenéis la fuerza del Santo Rosario, arma poderosísima con la que podéis vencer cualquier ataque espiritual. Y, sobre todo, contáis con los Méritos de Mi Hijo Jesucristo y la Intercesión de Vuestra Madre Celestial, para que tomando sus Méritos y Su Intercesión, podáis cubriros con ellos para triunfar.

Hijos Míos, tenéis todo en la ayuda fraterna, de todos vuestros hermanos del Cielo, Santos y Ángeles, del Purgatorio, de la Tierra y sobre todo, de la Mía. Tenéis todo y si no lo tomáis, ya es negligencia vuestra el no querer aceptar ésta ayuda.
No Me echéis la culpa de que Yo no os escucho, vosotros sois los que no escucháis ni tomáis todo lo que os ofrezco por falta de humildad y de unidad, de vuestra parte, al no querer uniros en oración a vuestros hermanos.

Hasta que no os unáis en una sola oración y en una sola intención, que es la que Mi Reino venga a la Tierra, entonces será cuando todo éste mal termine para vosotros. No depende de Mi el cambio, porque no os puedo forzar a la oración, ni a la penitencia, ni al ayuno, depende de vosotros que queráis tomar éstas armas poderosísimas contra las fuerzas del mal, para que podáis vosotros mismos lograrlo. Cuando vuestra intención está llena de amor, podéis obtener todo de Mí. Es vuestra moción de vuestro corazón a pedir la ayuda por vuestros hermanos, lo que produce en Mí la Gracia de conceder lo que Me pidáis.

Yo dependo de vosotros para el cambio verdadero, porque ya viviendo esa necesidad en la hermandad caritativa, lograréis el Mundo que Yo os creé desde el Principio de los Tiempos.

No viváis aislados, uníos en el verdadero amor, en Mi Verdadero Amor, para que Yo os pueda derramar todas Mis Bendiciones, las cuáles no derramo ahora por vuestra falta de Fé y Confianza en Mi, Vuestro Padre.

Recordad que tenéis un tronco común de vida y ésa es Mi Vida y si queréis uniros a ésta Mi Vida, tendréis que vivir Mis Preceptos de Amor y están claros cuando os digo: “Amarás a tú Dios sobre todas las cosas y a tú prójimo, a tú hermano como a ti mismo”.

Yo os bendigo en Mi Santo Nombre, en el de Mi Hijo y en el del Espíritu de Amor. Recibid también, las bendiciones, intercesión y protección de Mi Hija, la Siempre Virgen María y pedid siempre la protección de vuestros hermanos espirituales, los Santos Ángeles de Mi Amor.