Mayo 21_03 No esperéis a que lleguen los sufrimientos terribles ¡impedidlos!

Mensaje.

 

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo

 

Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Hijitos Míos, entre vosotros hay algunos que esperan un cambio en la humanidad, otros lo presienten, otros lo desean y otros Me lo piden insistentemente. Mis pequeños, como ya os he dicho y profetizado está; éste cambio se tiene que dar y se tiene que dar porque os amo.

El hombre sigue cayendo en el pecado por su debilidad.  El hombre sigue escuchando más a los consejos del mal que a lo que Yo os viene a enseñar.  El hombre ya no confía en su Dios, porque se ha creado su propio dios, su ego y cree más en todo aquello que pueda conseguir con sus propias fuerzas, en una palabra, Yo ya no cuento en la vida de millones de vosotros.

El hombre sigue siendo el niño malcriado y soberbio de la antigüedad. Queréis seguir haciendo vuestra voluntad a pesar de que la historia os ha enseñado que cuando el hombre se ha separado de las Leyes de vuestro Dios todo se os vuelve adverso.  ¿Por qué no aprendéis del error de vuestros hermanos en el pasado? ¿Todavía no os habéis dado cuenta de vuestra pequeñez? ¿Os seguís creyendo mejores que vuestro Dios? ¿Os sentís tan autosuficientes que creéis poder prescindir de vuestro Dios?

Los acontecimientos mundiales que se están ya dando para vuestra purificación os van a ir dando las enseñanzas que os irán apartando de vuestra soberbia.

¿Acaso vuestra ciencia avanzada y vuestra tecnología han evitado los múltiples desastres naturales alrededor del Mundo? ¿Acaso vuestros avances científicos están logrando controlar satisfactoriamente las nuevas enfermedades que están apareciendo? ¿Acaso, a pesar de vuestro reclamo mundial, pudisteis evitar la guerra que sufrió Irak?

Hijitos Míos, os vuelvo a recordar lo que ya os había dicho antes, las fuerzas del mal están manipulando a las fuerzas de la Naturaleza para destruiros y el demonio también está manipulando a sus instrumentos, jefes y altos gobernantes de varias naciones, para desestabilizar a todo el orbe a todos niveles y en lugar de volveros a Mi pidiendo Mi protección, Mi ayuda ó Mi Misericordia, sólo os quejáis ó simplemente no os agobiáis mucho si todavía no os aquejan gravemente los acontecimientos que os rodean.

Veis caminar el mal por vuestras calles y no hacéis nada ó ni tratáis de evitarlo por el temor de que se tomen represalias contra vosotros o contra vuestra familia y así seguís, impávidos, tibios a lo que sucede a vuestro alrededor y a veces os comportáis todavía peor, escondéis vuestra cabeza como las avestruces, para no ver ni escuchar de éste tipo de advertencias, que como Padre vuestro os tengo que dar, para que os prevengáis y podáis salvar vuestra alma de los ataques del mal.

Hijitos Míos, vosotros no vinisteis al la Tierra a servir al mal, ni a ser insensibles al mal que os aqueja ni a ser solo observadores de los acontecimientos que pasan a vuestro alrededor, se os permitió venir para que fuerais almas activas, almas corredentoras, almas intercesoras para la redención del mundo entero.  No estáis cumpliendo vuestra función espiritual para la que fuisteis llamados.  Se os confió una misión y no la estáis llevando a cabo y eso está dando como resultado que las fuerzas del mal vayan tomando la delantera porque vosotros no se lo estáis impidiendo.

Si los males que os aquejan cada vez se hacen más poderosos son porque, en lugar de voltear a Mi, os seguís apoyando en vuestras mundanas capacidades.  Las fuerzas destructivas que actualmente estáis padeciendo YA SE SALIERON DE VUESTRAS HUMANAS CAPACIDADES y si insistís en querer seguir poniendo remedio con ellas y no volteáis a Mi por ayuda, os van a acabar si Yo no lo impido antes, pero el hecho de que Yo tome riendas en el asunto, por Mi Amor Misericordioso y no por vuestras oraciones y muestras de humildad, os van a costar muchas lágrimas de dolor.  Mucho dolor y muchas lágrimas os quiero ahorrar pero vuestra autosuficiencia y vuestro olvido hacia Mi no os permiten regresar a Mi Corazón. ¡Cuánto ya hubierais remediado si hubierais volteado hacia Mi pidiendo ayuda y perdón!

¡Oh!, Mis pequeños, ¿Por qué sois tan testarudos y desconfiados? Os repito hasta el cansancio, aprended de vuestra historia, cierto es que no la vivisteis y que no vivisteis los terribles momentos de aquellos pueblos que Me dieron la espalda, pero por un momento tratad de poneos en su lugar y tratad de sentir el dolor y las penalidades que tuvieron, ¿Os gustaría padecer eso ahora y más, en éste, vuestro tiempo? Si sois inteligentes, obviamente diréis que no pero Yo os tengo que decir que lo que le está esperando a ésta generación, si no le ponéis remedio inmediato, es muchísimo más grave y destructivo de lo que podáis haber leído y aprendido de la historia de vuestros antepasados, en vosotros está el anular ó desminuir dichos acontecimientos.  La fuerza del mal es tremenda, su odio no tiene límites, salvo los que Yo le pongo, pero si no creáis amor entre vosotros y no impedís su obra al volveros a Mi, ¿Qué respaldo podréis tener para luchar contra él?

Yo Soy vuestro Dios y lo que menos quiero es vuestro dolor y vuestro llanto, sólo deseo que regreséis a Mi, como el hijo pródigo, para perdonar vuestros pecados e inmediatamente Yo arreglaré vuestra vida y vuestro entorno.  No esperéis a que lleguen los sufrimientos terribles ¡impedidlos! con vuestro sincero cambio espiritual, Yo os ayudaré a ello, dad el primer paso y os guiaré con los siguientes.  Os amo y deseo sólo vuestro bien.

Yo os bendigo en Mi Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo.