Sep 27_01 Estáis viviendo en los tiempos de la gran confusión.

Mensaje.

 

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

 

Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Hijitos Míos, estáis viviendo los tiempos profetizados de la gran confusión. Estos son los tiempos en los que la Verdad, Mi Verdad, ya no se busca ni se vive, son los tiempos en los que el mal ha lanzado su pestilencia a toda la humanidad y las almas han quedado cubiertas con su humo, impidiendo que Mi Luz llegue a ellas.

Ahora es el tiempo en el que escucháis, ¡”Dios está aquí ó está allá! y ésto no se refiere a Mi Omnipresencia, sino a que cada quién, ahora, está buscando a su propio dios, ya sea en otras religiones ó sectas ó haciendo dios a su propio yo.

Ahora son los tiempos de la gran confusión, aún para Mi Iglesia, en donde, ya para muchos de Mis sacerdotes, Mi Palabra y Mi Verdad no habitan en su corazón.
Ahora es el tiempo en el que la sociedad en general, ó busca lo espiritual que le agrada y que se “adapta” a sus necesidades, o simplemente no sigue ninguna espiritualidad.
Ahora es el tiempo en el que la obscuridad ha provocado que el Amor ya no se viva entre hermanos. Se hacen grupos de personas, pero para buscar más lo económico que lo espiritual y al buscar solamente lo material, lo único que se acaba ganando es la lucha desenfrenada por los bienes, el pleito por ellos y la separación posterior de los integrantes. Lo material NUNCA une a los seres humanos, porque la avaricia acaba destruyendo al prójimo, con tal de aumentar las arcas personales.

Ahora es el tiempo en el que la única ley que se respeta es la personal, de forma que ya no se respeta casi nada ni a nadie, ni en lo sacro ni en lo profano.

Hijitos Míos, al estar viviendo en tal confusión y en tales tinieblas para vuestra alma, no podréis avanzar si no Me buscáis de corazón.

Vosotros mismos, padres de familia, al no hacerMe vivir en vuestro hogar, estáis criando hijos con vendas en los ojos del alma. No los estáis preparando para que puedan luchar contra las fuerzas del mal, contra el error y la mentira, contra la impureza y la falta de Fé. Ya no os importa atender a vuestra tarea como padres y como tutores de Mi Ley. No los estáis alimentando con el alimento de la Verdad, de forma que, al no tener bases firmes en las Verdades de Mi Fé, ellos, errantes, van y buscan lo que pueden, cayendo la gran mayoría de ellos en el error y así, por culpa vuestra, voy perdiendo cada vez más los que deberían proseguir enseñando y viviendo la Fé de Mi Iglesia en el Mundo entero.

En éstos tiempos de obscuridad pocos son los que luchan por asomar su cabeza fuera de las tinieblas del error. El maligno ha difundido tanto su error porque lo ha “adaptado” a las necesidades de cada quién. Ya no os ofrece sólo una opción para alejaros de Mí, sino astutamente os ofrece todo un menú de opciones para que toméis lo que más le agrade a vuestras menguadas necesidades espirituales y así, poco a poco, os irá llevando hacia sus terrenos de muerte espiritual total.

Ahora es cuando el hombre debería luchar más por sus intereses de vida eterna, pero para lograrlo, una sincera humildad necesita su corazón para ver y aceptar que se está viviendo en el error.

A mucho mal os estáis enfrentando actualmente y si no lucháis contra él, con las armas de la Fe y del Amor, os derrotará.

No seáis ciegos e insensatos hijos Míos. Ved como el mal os está llevando a la pérdida de valores, a la pérdida de lo material y a la degradación total del ser humano. Hay que estar ciegos a la Verdad como para no darse cuenta cómo el maligno os está destruyendo poco a poco. ¿Acaso no os dais cuenta de que lo que estáis viviendo va en contra, totalmente, de lo que Yo os enseñé? ¿Acaso creéis que el Mundo actual es la belleza que Nuestro Padre creó para que vivierais en paz, en amor y en fraternidad? ¿Acaso no os dais cuenta de que ahora el mal cunde por todos lados en vez del Amor que existió en el Principio de los Tiempos?

Vosotros sois los que os debéis dar cuenta de que estáis alimentando al mal y le estáis permitiendo crecer y si no lo detenéis ya, os va a destruir completamente.

¡Abrid ya vuestros ojos del alma, buscándoMe para que os ayude! Sin Mi Amor y sin Mi Poder no podréis vencerlo. Yo os amo infinitamente y deseo todo vuestro bien.

Yo os bendigo en Nombre de Mi Padre, en Mi Nombre y en el del Amor de Mi Santo Espíritu.