Sep 22_01 No escuchéis al que os hable con palabras… opuestas a las Leyes y Decretos de Dios.

Mensaje.

 

Mensaje de la Santísima Virgen María a J. V.

 

Habla la Santísima Virgen María,
Hijitos Míos, Yo, vuestra Madre Santísima, fui instituida, por Nuestro Padre Dios, para ser la Bienaventurada, que trajera a la Tierra a Su Hijo Jesucristo.

Mi Misión no sólo fue de Madre, sino también de apoyo total a la Tarea de Salvación de Mi Hijo.

Yo conocía Mi Misión y Mi Santo Esposo, el Santo Espíritu de Dios, Me indicó lo que habría de suceder. Me instruyó, Me guió, Me aconsejó, Me dió la fuerza necesaria para soportar tanto dolor y Me hizo depositaria de las Verdades de Mi Hijo, Señor y Dios Mío.

Nada se Me ocultó, lo supe con antelación lo acepté y AME ésta gran Misión para servir a Mi Dios y a todo el género humano.

Sí, la tarea iba a ser difícil, pero el Amor todo lo hace llevadero. Si alguien recibe un encargo, pero no tiene apoyo absoluto de quien se lo dá, la tarea se le hará difícil de llevar.

Sí, ciertamente Mi Tarea fue de mucho dolor, pero también de un gozo no terreno, de un gozo celestial, de un gozo divino. El l servir a Nuestro Dios nos alcanza bendiciones inconmensurables y ésto no sólo lo viví Yo sino todos aquellos que, a partir de la Venida de Mi Hijo, han vivido para Mi Señor en Su Santísima Trinidad.

¡Es una santa alegría la que Nuestro Dios regala al alma dadivosa!

Generalmente el alma se dá en determinada proporción a su Dios, pero a pesar de ello, Nuestro Padre le paga al alma, en forma desproporcionada, tal donación.

Si dais el 25, el 50, el 75 ó el 100%, Nuestro Dios os lo va a regresar al ciento por uno, por éso la alegría de los corazones es diferente en cada ser. Según se dé el alma al Amor, va a recibir de regreso en la misma proporción, pero siempre será muchísimo más de lo que disteis.

Ahora, en éstos difíciles tiempos, en donde todo está revuelto, en donde el pecado llama a cada alma en forma cruel, vil y despiadada, porque el pecado se os muestra “agradable al paladar” y en múltiples formas, Yo, vuestra Madre, os vengo a proteger bajo Mi Manto, bajo Mi Ayuda y Mi Guía Maternal.

Nuestro enemigo sabe también que este es el momento de la historia en donde su poder se desatará al máximo, pero también sabe que, aunque su soberbia no lo acepte, será vencido en breve, pero en ésa “brevedad de tiempo”, para cada uno de vosotros, Mis pequeños, puede llegar a ser fatal para vuestra alma.

El maligno ha ido preparando el terreno para ir destruyendo vuestra espiritualidad y con ello, la cercanía con vuestro Dios. Os ha presentado un mundo en donde podéis hacer todo lo que os plazca, en donde las pasiones desordenadas se puedan ejercer sin sentir el menor remordimiento, en donde no os sintáis pecadores a pesar de la perversidad de vuestras acciones y os resume todo en una frase, “si os sentís satisfechos con lo que estáis haciendo, todo está bien”.

iNo, Mis pequeños! Esta es una gran mentira, como mentiroso es él. Sed concientes que el pecado dañó vuestra naturaleza humana y espiritual y si no os acogéis a Nosotros no podréis salir adelante.

La falta de espiritualidad que reina ahora en el orbe es increíble, ya no se le hace caso a vuestro Dios ni a sus Leyes. Os ha hecho creer el maligno que no os debéis someter ante nada ni ante nadie, que sois dueños de vuestra vida y que tenéis la total libertad de obrar según vuestro “corazón os guíe”.

El alma dañada tiende fácilmente hacia la soberbia, el demonio falló por causa de su soberbia y ahora está envolviendo a todo el género humano en lo mismo. El no necesita cambiar su táctica de ataque, puesto que ésta le ha dado muy buen resultado desde que él cayó a estado de demonio. La envidia que él os tiene, porque vé a vuestras almas capaces, todavía, de alcanzar todavía un gran premio que él perdió, lo vuelve más furioso contra vosotros.

Al ser la soberbia su arma preferida, si no os protegéis de virtud, de Fé y de Amor, podréis sucumbir fácilmente. La soberbia es muy destructiva, porque deleita a vuestro gusto, o sea, a todas las pasiones del hombre y os ciega a la Verdad. Os hace creer que tenéis derecho a todo, sin limitantes y ¡ésto no es así!, porque vano hubiera sido el Acto Divino de vuestro Dios, al darle a Moisés las Tablas de la Ley, las cuales se dieron para todo el género humano y para todos los tiempos.

Ya se os ha dicho que la Palabra de Dios y  Sus Designios son siempre ETERNOS y no se dieron sólo para una época de la humanidad. Cuando Dios,  Nuestro Padre, habla, es para todos en todos los tiempos, porque El no tiene principio ni tendrá fin, como le sucede al cuerpo humano, perno no al alma.

Las Leyes que os dio vuestro Padre Dios, son arma poderosa en su cumplimiento y os ayudan en la lucha contra las pasiones, que la soberbia del maligno, os pone. La carne tiende a buscar lo burdo que pertenece a la Tierra, en cambio, el alma tiende a la perfección de su Creador.

El hombre no se puede ni se debe dividir, es una entidad y no puede decir le voy a dar a mi cuerpo lo que quiera y no voy a afectar mi alma, ¡esto es imposible! Lo que vuestro cuerpo haga, lo padecerá vuestra alma. No podéis cometer una grave falta y solo culpar al cuerpo. El alma, de una u otra forma; quedará afectada con vuestro mal proceder. Esto es lo que logra provocar la soberbia en la mente del ser humano, le pretende quitar responsabilidades al alma, dejarla “tranquila”, a pesar de su mal actuar.

El demonio, el mentiroso por excelencia, siempre os va a presentar al pecado “agradable a vuestro paladar”, para que lo cometáis y no os sintáis culpables y si perseveráis en esa falta de Fe y de espiritualidad en la que ahora vivís, lo podrá lograr en un alto porcentaje. Pero, a pesar de la falta de espiritualidad en la que vivís, Mi Esposo Divino, el Santo Espíritu de Dios, quien habita en cada corazón, siempre le va a estar recordando al alma sus obligaciones y también aprobará ó desaprobará vuestras acciones.

Ya os hemos dicho que cada alma es una joya preciosa para vuestro Dios y no está dispuesto a perderos por ningún motivo. Aún al mayor pecador que exista, vuestro Dios, VUESTRO PADRE, siempre luchará por recuperarlo. Por ello, ésta es Mi Misión en  éstos tiempos, he sido constituida Corredentora y Madre Fiel de todo el género humano yestoy ahora luchando contra las fuerzas del mal para lograr regresar, al redil de Mi Hijo, a todos vosotros, no importando en dónde estéis y lo que penséis, ya que más tarde comprenderéis el Amor Infinito de vuestro Dios.

Lo que ahora importa muchísimo, es que recuperéis vuestra espiritualidad, que volváis al buen camino, que confiéis en vuestro Dios, pase lo que pase, veáis Lo que veáis.

La lucha actual va a desatar los Poderes Absolutos de Nuestro Padre Dios, para defenderos contra los poderes fortísimos del infierno. Sí, veréis cosas tremendas dentro de poco tiempo. La mente humana se maravillará de los poderes tremendos que veréis, tanto en lo bueno como en lo malo, por lo que será muy  importante que cada uno de vosotros pida a Mi Esposo, el Espíritu Santo, el Donde Discernimiento, para que no os confundáis a quién seguir, ya que podríais fácilmente seguir al espíritu del mal.

Sí, una gran confusión de mentes y de corazón se avecina. El mal se presentará como ángel de bien, quién luego traicionará a todos aquellos que fielmente lo sigan, porque os seducirá con su palabra y sus acciones. Os presentará el fruto prohibido por vuestro Dios, de una forma agradable al paladar y todos aquellos que no se hayan protegido con una Fé viva, con el Amor Infinito y con la esperanza de obtener algo mucho mejor de lo que él os prometerá, sucumbiréis para la Vida Eterna.

Yo Soy vuestra Madre Santísima, vuestra Guía y Protectora. Este es Mi Tiempo, un tiempo divino que Mi Padre Me concedió para venir a ayudaros. Qué más confianza puede tener un hijo, que en los consejos de su madre. Una madre puede dar su vida con tal de salvar al hijo de un peligro mortal.

Yo estoy aquí, dando todo lo que puedo, para tocar las fibras más sensibles de vuestro corazón y así llevaros al lugar más seguro para vuestra alma, el Corazón de Mi Hijo Jesucristo; quién os tomará dulcemente para presentaros a Dios Padre y con Él, gozar eternamente en Su Amor.

Hijitos Míos, ved como los acontecimientos ya se están dando a nivel mundial. Observad con los ojos del alma y no con los del cuerpo éstos acontecimientos y así os daréis plena cuenta de la lucha real espiritual que se está dando. No es lucha de nación contra nación, de pueblo contra pueblo, de hermano contra hermano; sino que, es la lucha de las diabólicas fuerzas del mal contra las Bondadosas fuerzas de vuestro Dios.

No veáis los edificios derrumbados, sino ved las almas que llevaban vida de pecado ó de virtud. Ved como el mal destruye con su sanguinaria crueldad la inocencia total de un bebé, en el aborto ó a aquellas almas que se han donado en totalidad a su Dios.

Estad concientes de que todo ésto se os ha avisado con antelación, desde la antigüedad, en las Sagradas Escrituras y actualmente con Mis Apariciones, en donde os lo vengo todo a recordar.

Todo se llevará a cabo como Nuestro Padre os lo profetizó, pero la magnitud de los acontecimientos, el dolor y la confusión que se vivirán durante ellos, podrá ser disminuida con vuestras oraciones, sacrificios, ROSARIOS, MISAS y con vuestra sincera respuesta en el vivir lo que Mi Hijo os predicó.

Yo vengo, a recordaros lo que Mi Hijo os enseñó, para protegeros, alimentaros y apoyaros en éste difícil momento para el Cielo y para la humanidad entera.

Os quiero hacer una grave advertencia para que estéis muy atentos: Aquél que os hable con palabras bellas, que agraden a vuestros oídos o a vuestro débil corazón, pero que se oponga a las Leyes y Decretos de vuestro Dios, no le escuchéis, porque NO VIENE DE DIOS.

Nosotros no os vamos a dejar solos ni un momento.¿Puede un padre o una madre olvidar al hijo, fruto de su amor? Si no os separáis de Nosotros, si os cubrís con Nuestro Amor, las fuerzas del mal no os podrán hacer sucumbir.

El Amor purificará todo, así es que, hijitos Míos. empezad a vivirlo con mayor magnitud, que no os importe aparecer raros ante el Mundo entero, porque los “raros” llenos del Amor de Dios, serán los que habitarán el Nuevo Mundo por venir, donde Cielos Nuevos y Tierra Nueva darán la bienvenida a la Nueva Estirpe del Señor, la Estirpe del Amor.

Yo os bendigo en el Santo Nombre de Nuestro Padre Dios, en el Santo Nombre de Mi Hijo Jesucristo, en el Santo Nombre de Mi esposo y en Mi Nombre, de Madre vuestra y Sierva del Señor, Mi Dios.