Nov 08_01 Es más fácil que un pecador entre en Mi Reino, que uno sano.

Mensaje.

 

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

 

Habla Nuestro Señor Jesucristo,
Hijitos Míos, con todo lo que os he dicho en Mis Mensajes alrededor del Mundo, que es lo mismo que ya os había dicho, cuando personalmente prediqué en la antigüedad, algunos de vosotros podríais decir que ya no habría tiempo para vuestra conversión, ya que vuestra alma muy alejada se encuentra de Mí.

Yo prediqué en la antigüedad que Yo no venía a curar a los sanos sino a los enfermos, esto para haceros notar que el “enfermo” muchas veces es despreciado, es abandonado, es alejado de la sociedad, por sus pecados. Se les margina porque los “sanos” se sienten sin mancha y no desean ver, en los pecadores, su propia imagen, su soberbia no les permite aceptar su enfermedad.

Por eso os dije que es más fácil que un pecador que se arrepienta entre a Mi Reino que aquel que se siente sano pueda entrar, ya que, por sentirse así, nunca acepta sus pecados y por lo tanto no se arrepiente.

“Es más fácil que entre un pecador a Mi Reino que uno sano”. ¿Cuántos de vosotros, Mis pequeños, os sentís realmente sanos, o sea, sin pecado alguno?

Aún los que están, realmente, más cerca dé Mi, pecan varias veces al día.

Recordad lo que les dije a los que querían apedrear a la mujer adúltera: “aquel” que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra”, nadie lo hizo, ni aún los mismos escribas y fariseos, que eran consagrados al Templo, pudieron hacerlo, ¿por qué?

El pecado toca a todos los corazones, de una forma u otra, la debilidad de las almas es mucha y a todos afecta en mayor o en menor grado. Por el contrario, lo que si no toca Mi Gracia son todos aquellos corazones soberbios, que al no aceptar su culpa, no le abren su corazón a Mi Perdón.

Sí, os he dicho que el tiempo es corto y que pronto he de venir rodeado de Mi Gloria, pero recordad cómo también os puse la Parábola del hacendado que va dando trabajo a algunos peones. Algunos trabajaron toda la jornada, otros media jornada y al final hizo tratos con otros quienes solo trabajaron 1 ó 2 horas. A todos se les prometió una paga fija, pero, los que trabajaron más, creyeron que se les iba a pagar más que a los otros y no fue así, se les pagó lo mismo, tacharon de injusto al hacendado, cuando, realmente actuó con verdadero amor y justicia. ¿Cuál es la paga que Yo os he prometido por regresar a Mí y por hacer bien vuestro trabajo aquí en la Tierra? Mi Reino, el Cielo, la Vida Eterna.

Yo espero que el pecador se arrepienta, aún en el último segundo de su vida y se le premiará con la entrada a Mi Reino, igual que al justo y si alguien se considera justo en la Tierra, nunca va a poder competir con Mi Justicia Divina. Cuando se vive y se actúa en el Amor, nada puede ser injusto.

Yo leo los corazones, cosa que nadie sobre la Tierra lo puede hacer. Yo os conozco desde antes de nacer y nadie sabe de cada alma lo que Yo sé. Yo conozco la historia personal de cada uno de vosotros y vuestros más ocultos pensamientos, por eso, muchos que se consideran “justos”, serán sobrepasados en bendiciones en Mi Reino, por algunos que, a ojos humanos, fueron “grandes pecadores”.

Mi Reino es para todos vosotros, Mis pequeños, Yo no excluyo a nadie, lo malo en vosotros es que no lo buscáis como debierais, ya que no habéis aprendido a valorar lo que son Mis Regalos. Vuestra Fe no ha crecido, vuestro amor por Mí no ha fructificado. Por eso no sabéis valorar lo que Yo os he dicho con Palabras y que vuestra Fé debiera concientizaros en ellas.

Sí, Mi Reino es para todos y si aún en el último momento os arrepintierais os salvaríais, así es Mi Misericordia. Pero, ¿por qué esperar hasta el último momento para arrepentiros? No queráis sentiros “muy listos”, aprovechándoos de los bienes y placeres de la Tierra y luego queriendo, también ganar los del Cielo. Si no se vive en Dios no se puede morir en Dios.

No se puede servir a dos amos y el momento de vuestra muerte llega cuando menos os la esperáis. Yo Soy un Dios justo y Me queréis ver como a un tonto, queriéndoos aprovechar de Mi Misericordia.

Mi Misericordia es grande, pero Mi Amor por vosotros es inmenso y éste es el que os busca continuamente para que alcancéis vuestra salvación.

Yo os pido a todos vosotros, Mis pequeños, que no os apartéis de la oración, de la vida de piedad y del estado de Gracia de vuestra alma, esto os va a asegurar la entrada a Mi reino y les vais a ayudar a muchos de vuestros hermanos a arrepentirse, aunque sea en los últimos momentos de su vida.

A vosotros, los que estáis más cerca de Mí os sentís Míos, se os ha pedido más, porque se os ha dado más, pero el regalo también será mayor.

A vosotros, Mis pequeños “grandes pecadores”, sabed que Yo acojo en Mis brazos y llevo directo a Mi Corazón, a las almas pecadoras que honestamente se arrepienten y que lloran su pecado. NO HAY PECADO QUE MI AMOR Y MI SANGRE NO PUEDAN PURIFICAR, NO LO HAY. Así que, confiados en Mi Misericordia, venid a Mí, a vuestro Jesús, Yo, que Soy manso y humilde de corazón, tomaré vuestras lágrimas de arrepentimiento y vuestros deseos de un cambio real y Yo haré de vosotros almas resplandecientes, almas nuevas, almas santas, os harán dignos de entrar en el reino de los Cielos.

Yo os bendigo en Nombre de Mi Padre, en Mi Santo Nombre y en el del Amor de Mi Santo Espíritu.