Mayo 11_01 Yo, vuestra Madre, os cuido, protejo y guío.

Mensaje.

 

Mensaje de La Santísima Virgen María a J.V.

 

Habla la Santísima Virgen María,
Hijitos Míos, Yo vuestra Madre Santísima, Madre de todo el género humano, os cuido, os protejo, os guío. Mi Dios y Señor Me ha permitido éste tiempo para ayudarLe en la salvación de todos vosotros. ¡Qué mejor que una madre para ver por los hijos!

Una madre vela constantemente por el bienestar de los hijos. Una madre nunca va a poder olvidar al hijo de sus entrañas, aunque en algún momento cometa el error de despreciarlo o hasta separarlo de Sí. Una madre, al haber llevado en su vientre a ése nuevo ser, va a crear lazos invisibles que durarán por siempre.

Yo, vuestra Madre santísima, adquirí ésos lazos invisibles, espirituales, que Me ligan íntimamente con cada uno de vosotros, en el Gólgota, cuando Mi Hijo Me dejó en herencia a toda la humanidad.

Sabéis que los tiempos actuales son difíciles. Muchos de vosotros os habéis apartado del redil y también véis como la Fé se derrumba en muchos corazones. Las Iglesias cada vez se quedan más vacías. Mis hijos poco van a recibir a Mi Hijo en la Eucaristía y muchos de los que lo reciben se acercan en pecado mortal, debido a que os falta educación religiosa y no siguen los preceptos dados por Mi Iglesia para recibirla, sino siguen sólo gustos personales: “hoy la quiero recibir, porque siento bonito”.

La maldad va creciendo y ya no se le puede contener. La moralidad en la juventud deja mucho que desear. La vida espiritual cada vez es más escasa y por ello el demonio adquiere mucha fuerza, la cuál ya no podéis contener, porque ya no os unís con Fé y con Amor para obtener las Gracias y Bendiciones que Mi Hijo os puede dar por medio de Mi Intercesión de Madre.

Vuestro Mundo va en declive moral y espiritual. Las leyes de la Naturaleza se han alterado porque el maligno las está manipulando en vuestra contra, porque le habéis dado libertad de actuación al no impedírselo por medio de vuestra oración. Las familias cada vez se vuelven más hostiles entre sus miembros. Se busca sólo lo material y máxime si hay herencia de por medio, se vuelven fieras rabiosas con tal de quedarse con los bienes del difunto ser.

Ya no se respeta el don de la vida en ninguna forma, ni en lo humano ni en lo espiritual. La Iglesia está siendo ultrajada por miembros adversos a ella y desde su interior se están traicionando las Enseñanzas de Mi Hijo.

Ya no se vive vida de amor entre vosotros, el demonio ha desatado su furia transmitiendo el error y con ello habéis perdido la confianza entre unos y otros. ¡Os comportáis como extraños!

Yo, como Madre, velo porque se haga en la Tierra lo que Mi hijo os enseñó y porque se que ése Bien que recibisteis es el que os va a ayudar a regresar al Hogar Divino.
 
Una madre siempre vela por los hijos y trata de corregirlos de sus errores. Sí, Mis pequeños, veo mucho error en vuestros corazones, error que ya no queréis confesar ni apartaros de él. El error en el que vivís, si no lucháis por apartarlo de vuestro corazón, como veneno os llevará a la muerte.

Yo os vengo a recordar lo que Mi Hijo os enseñó y os vengo a prevenir de los males que se pueden venir a toda la Tierra si persistís en vuestro error. Mi deber de Madre es el de abrir vuestro corazón y el de llevaros a vivir en el Corazón de Mi Hijo, Fuente de toda Verdad, Sabiduría y Amor, solos no podréis hacerlo ya que el camino se os ha vuelto obscuro y zigzagueante.

Vais solos y caéis, os levantáis y os volvéis a golpear. Ya no alcanzáis a ver los obstáculos del camino que os pone el maligno, porque queréis pasar por éste Mundo a solas, sin ayuda Nuestra. Si no confiáis en Nosotros, vuestras caídas serán fuertes y dolorosas. Aquél que toma Mi Mano no encuentra gran dificultad para hallar el Camino de regreso a vuestro Hogar Eterno.

Yo Soy la Madre de la Compasión y del Perdón, de la Misericordia y de la Paz, venid Conmigo a saborear del alimento de Vida y de la Paz Eterna.

Yo Soy la Madre del Buen Pastor y os puedo dirigir a los pastizales en donde Mi Hijo habita. Yo voy ayudando a Mi Hijo a juntar el rebaño y a conducirlo a lugares seguros en donde el mal no los toque. Yo Soy la Madre del Amor y de él mismo estoy llena.

Yo quiero la salvación de todos vosotros y como Madre valiente os defenderé de la bestia que os quiere arrancar de Mi regazo. Confiad en Mí Mis pequeños y venid a Mi Corazón de Madre. Yo os ayudaré en vuestra salvación eterna.

Yo os bendigo en Nombre de Nuestro Padre, en el de Mi Hijo y en el    del Amor de Mi Santo Esposo, el Espíritu Santo.