Jun 27_00 La Necesidad del Alimento Espiritual.

Mensaje.

 

Mensaje de Dios Padre a J.V.

 

Habla Dios Padre,
Pequeños Míos, hoy os quiero dar material para que reflexionéis, os quiero hablar sobre la necesidad del alimento espiritual.

Todos vosotros sabéis y debéis estar concientes del valor tan grande que tiene la familia; el crecimiento físico y espiritual dependen de sus padres.

No hay ser humano, ni animalito en la Naturaleza en donde el recién nacido se pueda valer totalmente por sí mismo. Algunos animalitos nacen alimentándose por sí mismos, como los pollitos y patitos, pero, sin el calor y la protección materna contra sus depredadores, pronto morirían.

El ser humano, se podría decir, que es uno de los más necesitados seres de la Naturaleza al nacer, necesita de todo y es ahí en donde sus padres tienen que proveer en lo físico y en lo espiritual.

Se dice que nadie puede dar lo que no tiene y así tendremos bebés que han sido mal alimentados en lo físico y en lo espiritual, simplemente porque a sus padres no les interesó aplicarse en el conocimiento para alimentarlos correctamente en éstas dos formas. Hay otros padres que sólo se han aplicado en conocer y en buscar la ayuda profesional para aprender a alimentar a sus bebés correctamente, pero sólo para su desarrollo físico, pero como ellos carecen de la vida espiritual, ni la transmiten, ni buscan ayuda “profesional” en Mis Palabras y en la Vida Ejemplar dada por Mi Hijo Jesucristo, como para que puedan alimentar a su bebé con el mejor alimento que existe.

El alimento espiritual da más fuerza al ser humano que el alimento del cuerpo, pera ha sido poco entendido por la gran mayoría de Mis hijos desde que Mi Hijo instituyó la Sagrada Eucaristía.

¿Cómo podréis sobrevivir toda una vida caminando sin rumbo fijo en lo espiritual, si no habéis obtenido las bases ni os ha interesado buscar la forma de alimentaros debidamente?

No es posible decir, yo ya sé lo suficiente como para ya no necesitar seguir buscando. Esto lo llegan a decir muchos de Mis hijos a los que se les dio instrucción religiosa en su niñez, pero luego ya no se siguieron alimentando, o, ¿qué acaso, si ya comisteis bien un día, ya no necesitaréis alimento para el resto de vuestra existencia? ¡Moriríais en pocos días! Así le pasa a vuestra alma, tomasteis alimento espiritual para vuestra Primera Comunión y luego abandonasteis por completo ó casi por completo el seguir alimentándoos de Mi Palabra y de Mi Alimento Eucarístico, ¿cómo vais a poder sobrevivir en los tiempos difíciles cuando todo se vuelva obscuridad espiritual?

De hecho, en éste vuestro tiempo, la obscuridad espiritual está llegando a su máximo y la gran mayoría de vosotros no os dais cuenta de ello, puesto que, como no estáis Conmigo, lo mismo os dá e! vivir en la mugre espiritual, en la que ahora vivís, ó el vivir en la santidad. Os habéis debilitado espiritualmente a tal grado, que ya no podéis ni mover vuestra cara de un lado a otro como el moribundo, que por estar tan débil, le pasa. Estáis agonizando espiritualmente y si no le dais a vuestra alma, a la mayor brevedad, un buen alimento, con vuestra conversión, moriréis aún en vida física.

Humanamente hablando, se os pide ayuda económica ó en víveres para llevarle a los pueblos, con casi nulos recursos, para su sustento diario y se juntan algunos pueblos y personas caritativas para ayudarles a que puedan sobrevivir corporalmente. ¿Por qué no se juntan para llevar alimento espiritual a todos aquellos que no lo tienen, que no lo han tenido y que no lo pueden transmitir por carecer de él? Eso es la verdadera hermandad, no sólo dar el alimento al cuerpo, que en sí es bueno, por ser un acto de caridad, sino el dar alimento al alma, el cuál es mucho mejor ya que, tanto la persona que recibe como la que predica, reciben grandes bendiciones de Mi parte. De ésta forma Me dejáis seguir viviendo a través vuestro, cuando lleváis Mi Vida a vuestros hermanos y Me permitís vivir en la persona ayudada a la que habéis alimentado y a la cuál Yo le podré dar Mi Vida Eterna.

El Alimento Espiritual es más necesario para el ser, que la misma vida del cuerpo. Si vosotros vierais que vuestro bebé recién nacido no quisiera tomar de la leche materna que le ofrece su madre, os afligiríais mucho, porque sabéis que no podría sobrevivir por mucho tiempo y de una u otra forma obligaríais a vuestro bebé a alimentarse para ayudarle a sobrevivir.

El alimento espiritual, Mi Vida Espiritual, se les debe dar desde bebés.
Este se deberá dar, principalmente, a través del ejemplo de vida y así vuestros bebés crecerán en forma “normal” porque habréis enseñado a Mis pequeños a, no sólo alimentarse del alimento del cuerpo, sino más importante, a alimentarse de Mi Alimento y así ellos mismos posteriormente buscarán ambos alimentos en forma natural, porque les enseñasteis a necesitarlos para su buen desarrollo físico y espiritual.

Pero, ¿qué pasaría si conocierais a algún adulto al que no se le dio de Mi Alimento, ni sabe cómo buscarlo ni como apreciarlo?

Vosotros, como “padres espirituales” de esa alma desnutrida, la debéis alimentar. Si esa alma reniega del Alimento Precioso, no lo podéis “obligar” directamente, pero sí podéis obligar Mi Gracia a tocarlo pidiendo con mucho amor e insistencia para que su alma sea alimentada por Mí, Su Padre y así, tarde ó temprano Yo la haré regresar al buen camino, después de haber fortalecido su alma con el alimento con el que la nutristeis indirectamente con vuestra oración de amor hacia él.


Hay otra clase de almas que nunca han tenido de Mi Alimento, pero han vivido la bondad en su familia, porque han tenido y han vivido los buenos sentimientos hacia los demás, aunque sus padres no hayan sido buenos ejemplos de vida al no asistir asiduamente a alimentarse de Mi Palabra y de Mi Eucaristía en la Santa Misa ni con lecturas apropiadas. Yo, en ésas almas, puedo actuar más fácilmente a través de vuestra ayuda al llevarles Mi predicación, ya que hay buena tierra, tierra fértil, en donde puedo dejar Mi semilla de Amor.

Ahora ya os podéis dar perfecta cuenta y podéis ver la necesidad que Yo tengo de cada uno de vosotros, Mis hijos crecidos en Mi Palabra y en Mi Amor, para que veléis por los “desnutridos”. Orad, predicad de palabra, pero sobretodo, con el ejemplo, para que Mi Vida se pueda desarrollar perfectamente entre todos vosotros.
  
En estos tiempos, la gran mayoría de los gobiernos de la Tierra, se revuelcan en el fango, porque han preferido las riquezas y las cosas del mundo y no han puesto su corazón junto al Mío. El mundo no os puede dar lo que Mi Corazón sí puede.

Vuelvo a repetiros: “Nadie puede dar lo que no tiene”. Si vuestros jefes y gobernantes no están basados firmemente en Mis Leyes y Decretos de Amor, no podréis obtener paz, amor, honestidad, vida, igualdad, respeto, entre vosotros, los ciudadanos. El mal y los que están basados en el mal sólo os pueden dar obscuridad, mentira, muerte, persecución, destrucción moral y espiritual, inseguridad y si sois honestos, eso lo veis ahora en todos los reinos de la Tierra. Esto ha sucedido porque le habéis dado poder a Mi enemigo por no querer contrarrestar su poder con Mi Poder, que es obtenido a través del Poder de la Oración, con la vida en los Sacramentos y con la producción de más vida espiritual en los vuestros a través del ejemplo y de la intercesión, como “padres espirituales” hacia todos aquellos que se encuentran en gran necesidad espiritual.

El Mundo ahora está así porque es un reflejo exacto de cómo vuestra alma se encuentra. El hijo puede ser reconocido por los demás, porque suele comportarse como sus padres.

Recapacitad, hijitos Míos, si no os alimentáis adecuadamente vosotros mismos, no podréis ayudar a vuestros bebés a crecer saludablemente, en ambos sentidos, en su cuerpo y en su espíritu. Y si vuestra caridad para con los “mal alimentados” no existe, tampoco podréis progresar como humanidad.

Sois una familia, sois parte de Mi Familia Universal y si no os comportáis como tales, pronto  pereceréis como el bebé que no es alimentado lo suficientemente bien.

Velad los unos por los otros, en lo material y en lo espiritual y empezad a aprender a vivir como en una verdadera familia, apoyándoos unos a otros y buscando la mejora total de vuestro Mundo.

Yo Soy el Alimento de Vida por excelencia. Si realmente Me amáis y amáis a los vuestros, tomadMe y dádMe a los demás.

Yo os bendigo, como Padre vuestro que Soy, en el Nombre de Mi Hijo, engendrado por Mí, con todo Mí Amor y en Nombre de Mi Santo Espíritu, que es la Vida que se produce por el Amor inmenso entre Mí y Mi Hijo.