May 25_00 He concedido dones a cada uno, junto con Mi Hijo Jesucristo, para redimir al género humano

Mensaje.

Mensaje de Dios Padre a a J.V.

Hijitos Míos, nadie es más, nadie es menos. Yo Soy vuestro Dios y todos vosotros sois Mis hijos.

Yo he concedido dones a cada uno de vosotros con la finalidad de llevar a cabo, junto con Mi Hijo Jesucristo, la Redención del género humano.

Si no seguís lo que Mi Hijo os enseñó, si no os importan Mis Palabras dadas por El y si no os importa servir a vuestros hermanos, vais por el camino seguro para vuestra perdición, pero Yo, como Padre justo y amoroso, debo ayudaros a vuestra salvación. Son los “ricos” en bienes materiales, los que más se desesperan cuando los hago pasar por la “prueba”, al quitarles lo que han administrado mal. Yo les pido a Mis “verdaderos ricos”, los que están Conmigo, los que no han puesto sus intereses en los bienes del mundo, los que confían en Mi Providencia, que ayuden con oración y consejo a vuestros hermanos “ricos” materiales, pero extremadamente pobres espirituales, a que encuentren el camino de la salvación. Tened compasión por ellos, ya que Mi Hijo lo advirtió claramente: “Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, a que un rico se salve”. Quizá hayan gozado más de las cosas del mundo, pero también han perdido más que la mayoría de vosotros, de la Gracia futura.

La Salvación y la Redención fue para todos, ricos y pobres, buenos y malos pecadores y justos y si realmente os sentís Mis hijos, llenos de humildad y caridad, no deberéis hacer excepciones ni diferencias, simplemente reconoced que vuestros hermanos, por su falta de espiritualidad, por su falta de acercamiento a Mí, su Dios, les produjo tal debilidad de alma, que Mi enemigo, el maligno, aprovechó y los envolvió en sus redes, en sus mentiras, para apartarlos de Mí. Entended que si vosotros, los que no habéis caído gravemente en sus garras, que no habéis caído en sus trampas, ha sido por Mis cuidados y por Mi Gracia, porque habéis tratado de permanecer fieles a vuestro Dios.

Os pido que no os fijéis en sus “riquezas” materiales y que ello os lleve a las envidias y al odio contra ellos, ya que caeríais en grave pecado contra la caridad. Por el contrario, sed sabios y entendidos, porque sois pequeños y dad buen ejemplo de ser llamados hijos de Dios al velar por Mis Intereses, que son los de la salvación de TODOS Mis hijos, de todo el género humano.

Os recuerdo que aquéllos que más han recibido, ya sea en dones materiales o en dones espirituales, los han recibido porque he sido gratuitamente generoso con todos ellos y así deberéis ser con vuestros hermanos; siendo otros Cristos deberéis ser generosos con ellos y Yo os prometo que mientras más deis, más recibiréis, siempre y cuando sea el Amor el que os guíe y no el interés de tener más.

Que el Espíritu Santo se derrame en todos los corazones y os dé el discernimiento en el Amor, para que viváis verdaderamente el Cuerpo Místico de Mi Hijo, ayudándoos mutuamente, con un sincero corazón, con un sincero amor, como Mis Verdaderos hijos, hijos de un sólo Dios Verdadero, Yo, vuestro Padre Dios.

Así como los padres, que aman a sus hijos, les quitan aquello con lo que están jugando y les pueda ser dañino, Yo también os he de quitar todo aquello que está velando los ojos de vuestra alma. Lo he de hacer para vuestro bien, para que entendáis que no debéis estar vendidos a las cosas materiales, sino que os deis cuenta de que vuestro ser pertenece a alguien muchísimo más valioso que todas las cosas materiales de vuestro Mundo. Pertenecéis a vuestro Dios y las riquezas de vuestro Dios os pertenecen por completo, pero las habéis despreciado por no tener la suficiente cercanía espiritual con vuestro Dios.

Sí, hijitos Míos, si se os son retiradas las cosas materiales superfluas, será para vuestro bien, para que vuestro ser busque llenarse de vida espiritual, de los valores del Cielo, los cuáles os darán la vida eterna.

No os desesperéis si se os es quitado el lastre de vuestra vida, orad con confianza y agradecimiento por ésta BENDICION que os estoy otorgando, porque os estoy retirando lo que os está haciendo daño, lo que os está apartando de la Vida que sí vale.

Vosotros creéis y así lo pregonáis, que cuando se tiene dinero de sobra y podéis obtener todo lo que el mundo os ofrece, decís: “Esta sí es vida” y así le dais a vuestro cuerpo todo lo que os pide. Yo os digo ahora, todo ése goce sobrado y desmedido, sólo os está llevando a la muerte, a la muerte espiritual, a la muerte eterna. En la gran mayoría de los casos en donde hay exceso de dinero, se le da al cuerpo “alimentos, bebidas y algunas cosas más” que van minando la salud del cuerpo, pero lo más grave es que en la mayoría de Mis hijos a los que les he permitido tener éstas riquezas, las usan para su propio provecho, apartando por completo la posibilidad de la caridad para con los necesitados, llevándolos a la muerte espiritual, desperdiciando por completo de la Gracia que os concedo al compartir de las bienes que no son vuestros. Si existe algo grande y que Yo aprecio infinitamente de Mis creaturas, es la caridad para con los pobres y necesitados. Este acto humano-divino os abre las puertas del Cielo de par en par, cuando es dado de corazón. Mi Hijo continuamente la hacía por toda ciudad ó camino por donde pasaba. Cuando obráis como Mi Hijo os enseñó, os reconozco como verdaderos hijos Míos. La falta de caridad de los más ricos hacia los más pobres, sólo demuestra una negación a vuestro Dios y a Su Amor.

Si no seguís lo que Mi Hijo os enseñó, si no os importan Mis Palabras dadas por El y si no os importa servir a vuestros hermanos, vais por el camino seguro para vuestra perdición, pero Yo, como Padre justo y amoroso, debo ayudaros a vuestra salvación. Son los “ricos” en bienes materiales, los que más se desesperan cuando los hago pasar por la “prueba”, al quitarles lo que han administrado mal. Yo les pido a Mis “verdaderos ricos”, los que están Conmigo, los que no han puesto sus intereses en los bienes del mundo, los que confían en Mi Providencia, que ayuden con oración y consejo a vuestros hermanos “ricos” materiales, pero extremadamente pobres espirituales, a que encuentren el camino de la salvación. Tened compasión por ellos, ya que Mi Hijo lo advirtió claramente: “Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, a que un rico se salve”. Quizá hayan gozado más de las cosas del mundo, pero también han perdido más que la mayoría de vosotros, de la Gracia futura.

La Salvación y la Redención fue para todos, ricos y pobres, buenos y malos pecadores y justos y si realmente os sentís Mis hijos, llenos de humildad y caridad, no deberéis hacer excepciones ni diferencias, simplemente reconoced que vuestros hermanos, por su falta de espiritualidad, por su falta de acercamiento a Mí, su Dios, les produjo tal debilidad de alma, que Mi enemigo, el maligno, aprovechó y los envolvió en sus redes, en sus mentiras, para apartarlos de Mí. Entended que si vosotros, los que no habéis caído gravemente en sus garras, que no habéis caído en sus trampas, ha sido por Mis cuidados y por Mi Gracia, porque habéis tratado de permanecer fieles a vuestro Dios.

Os pido que no os fijéis en sus “riquezas” materiales y que ello os lleve a las envidias y al odio contra ellos, ya que caeríais en grave pecado contra la caridad. Por el contrario, sed sabios y entendidos, porque sois pequeños y dad buen ejemplo de ser llamados hijos de Dios al velar por Mis Intereses, que son los de la salvación de TODOS Mis hijos, de todo el género humano.

Os recuerdo que aquéllos que más han recibido, ya sea en dones materiales o en dones espirituales, los han recibido porque he sido gratuitamente generoso con todos ellos y así deberéis ser con vuestros hermanos; siendo otros Cristos deberéis ser generosos con ellos y Yo os prometo que mientras más deis, más recibiréis, siempre y cuando sea el Amor el que os guíe y no el interés de tener más.

Que el Espíritu Santo se derrame en todos los corazones y os dé el discernimiento en el Amor, para que viváis verdaderamente el Cuerpo Místico de Mi Hijo, ayudándoos mutuamente, con un sincero corazón, con un sincero amor, como Mis Verdaderos hijos, hijos de un sólo Dios Verdadero, Yo, vuestro Padre Dios.

Al materializar vuestra vida sacándole provecho económico a los Dones que habéis recibido, gratuitamente, os lleva a una distracción espiritual, pero si al menos repartierais de ésas ganancias recibidas, gracias a Mis Dones, a los necesitados, vuestro mal proceder no sería tan gravoso.

Ahora la vida del ser humano se rige por el valor de las posesiones materiales y no de las espirituales. Estáis cambiando la primogenitura por un plato de lentejas, esto es, que estáis prefiriendo los raquíticos bienes del mundo, a los inconmensurables bienes del Cielo. Os habéis dejado cegar por lo material porque vuestra vida espiritual se ha deteriorado tanto que sólo os acercáis a Mí a pedir cosas materiales y no bienes espirituales.

Os habéis dejado engañar y el maligno y sus secuaces os han puesto una venda sobre los ojos para qué no podáis distinguir ya más, entre el bien y el mal, entre lo que vale, realmente y entre lo que es lastre para vuestra alma.

Vuestro tiempo desperdiciado y el no procurar hacer crecer en vosotros las virtudes, os está llevando a un camino errado, a la obscuridad de vuestra alma. En estos tiempos la desesperación, entre una gran cantidad de Mis hijos, se está dando. Os desesperáis porque ya vuestro dinero no alcanza para comprar lo necesario. Os desesperáis porque hay muchos problemas sociales y hay mucha inseguridad. Os desesperáis porque los intereses bancarios bajaron. Os desesperáis porque vuestros hijos no os entienden. Os desesperáis porque ya no podréis viajar tanto como antes lo hacíais. Os desesperáis porque ya lo material se os está acabando, os desesperáis por tantísimas cosas, sí, cosas que no dan vida, que sólo os llevan a una vida vacía, sin Dios y sin valores humanos. Vuestra necedad os ha cegado y no véis ahora la realidad.

Así como los padres, que aman a sus hijos, les quitan aquello con lo que están jugando y les pueda ser dañino, Yo también os he de quitar todo aquello que está velando los ojos de vuestra alma. Lo he de hacer para vuestro bien, para que entendáis que no debéis estar vendidos a las cosas materiales, sino que os deis cuenta de que vuestro ser pertenece a alguien muchísimo más valioso que todas las cosas materiales de vuestro Mundo. Pertenecéis a vuestro Dios y las riquezas de vuestro Dios os pertenecen por completo, pero las habéis despreciado por no tener la suficiente cercanía espiritual con vuestro Dios.

Sí, hijitos Míos, si se os son retiradas las cosas materiales superfluas, será para vuestro bien, para que vuestro ser busque llenarse de vida espiritual, de los valores del Cielo, los cuáles os darán la vida eterna.

No os desesperéis si se os es quitado el lastre de vuestra vida, orad con confianza y agradecimiento por ésta BENDICION que os estoy otorgando, porque os estoy retirando lo que os está haciendo daño, lo que os está apartando de la Vida que sí vale.

Vosotros creéis y así lo pregonáis, que cuando se tiene dinero de sobra y podéis obtener todo lo que el mundo os ofrece, decís: “Esta sí es vida” y así le dais a vuestro cuerpo todo lo que os pide. Yo os digo ahora, todo ése goce sobrado y desmedido, sólo os está llevando a la muerte, a la muerte espiritual, a la muerte eterna. En la gran mayoría de los casos en donde hay exceso de dinero, se le da al cuerpo “alimentos, bebidas y algunas cosas más” que van minando la salud del cuerpo, pero lo más grave es que en la mayoría de Mis hijos a los que les he permitido tener éstas riquezas, las usan para su propio provecho, apartando por completo la posibilidad de la caridad para con los necesitados, llevándolos a la muerte espiritual, desperdiciando por completo de la Gracia que os concedo al compartir de las bienes que no son vuestros. Si existe algo grande y que Yo aprecio infinitamente de Mis creaturas, es la caridad para con los pobres y necesitados. Este acto humano-divino os abre las puertas del Cielo de par en par, cuando es dado de corazón. Mi Hijo continuamente la hacía por toda ciudad ó camino por donde pasaba. Cuando obráis como Mi Hijo os enseñó, os reconozco como verdaderos hijos Míos. La falta de caridad de los más ricos hacia los más pobres, sólo demuestra una negación a vuestro Dios y a Su Amor.

Si no seguís lo que Mi Hijo os enseñó, si no os importan Mis Palabras dadas por El y si no os importa servir a vuestros hermanos, vais por el camino seguro para vuestra perdición, pero Yo, como Padre justo y amoroso, debo ayudaros a vuestra salvación. Son los “ricos” en bienes materiales, los que más se desesperan cuando los hago pasar por la “prueba”, al quitarles lo que han administrado mal. Yo les pido a Mis “verdaderos ricos”, los que están Conmigo, los que no han puesto sus intereses en los bienes del mundo, los que confían en Mi Providencia, que ayuden con oración y consejo a vuestros hermanos “ricos” materiales, pero extremadamente pobres espirituales, a que encuentren el camino de la salvación. Tened compasión por ellos, ya que Mi Hijo lo advirtió claramente: “Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, a que un rico se salve”. Quizá hayan gozado más de las cosas del mundo, pero también han perdido más que la mayoría de vosotros, de la Gracia futura.

La Salvación y la Redención fue para todos, ricos y pobres, buenos y malos pecadores y justos y si realmente os sentís Mis hijos, llenos de humildad y caridad, no deberéis hacer excepciones ni diferencias, simplemente reconoced que vuestros hermanos, por su falta de espiritualidad, por su falta de acercamiento a Mí, su Dios, les produjo tal debilidad de alma, que Mi enemigo, el maligno, aprovechó y los envolvió en sus redes, en sus mentiras, para apartarlos de Mí. Entended que si vosotros, los que no habéis caído gravemente en sus garras, que no habéis caído en sus trampas, ha sido por Mis cuidados y por Mi Gracia, porque habéis tratado de permanecer fieles a vuestro Dios.

Os pido que no os fijéis en sus “riquezas” materiales y que ello os lleve a las envidias y al odio contra ellos, ya que caeríais en grave pecado contra la caridad. Por el contrario, sed sabios y entendidos, porque sois pequeños y dad buen ejemplo de ser llamados hijos de Dios al velar por Mis Intereses, que son los de la salvación de TODOS Mis hijos, de todo el género humano.

Os recuerdo que aquéllos que más han recibido, ya sea en dones materiales o en dones espirituales, los han recibido porque he sido gratuitamente generoso con todos ellos y así deberéis ser con vuestros hermanos; siendo otros Cristos deberéis ser generosos con ellos y Yo os prometo que mientras más deis, más recibiréis, siempre y cuando sea el Amor el que os guíe y no el interés de tener más.

Que el Espíritu Santo se derrame en todos los corazones y os dé el discernimiento en el Amor, para que viváis verdaderamente el Cuerpo Místico de Mi Hijo, ayudándoos mutuamente, con un sincero corazón, con un sincero amor, como Mis Verdaderos hijos, hijos de un sólo Dios Verdadero, Yo, vuestro Padre Dios.

Muchos en la antigüedad y otros en la actualidad, que pertenecen a otras religiones, que no saben el por qué de su vida sobre la Tierra, querrían conocer ésta realidad y poder servirMe al 100%. Vosotros Me tenéis y no apreciáis éste regalo de vuestro Dios, el Don de la vida y el Don del servicio a vuestro Dios en vuestros hermanos.

Mi vida pide ése cambio radical a vuestra vida. Vosotros debéis ser prolongación de Mi Gracia y de la Vida de Mi Hijo y debéis dar ejemplo de ello. Pero ahora, por el contrario, os decís hijos Míos, bautizados y guiados bajo Mis Leyes y Preceptos y lo que menos hacéis es el de dar buen ejemplo y el de sentiros agradecidos por los dones que os he otorgado.

Al materializar vuestra vida sacándole provecho económico a los Dones que habéis recibido, gratuitamente, os lleva a una distracción espiritual, pero si al menos repartierais de ésas ganancias recibidas, gracias a Mis Dones, a los necesitados, vuestro mal proceder no sería tan gravoso.

Ahora la vida del ser humano se rige por el valor de las posesiones materiales y no de las espirituales. Estáis cambiando la primogenitura por un plato de lentejas, esto es, que estáis prefiriendo los raquíticos bienes del mundo, a los inconmensurables bienes del Cielo. Os habéis dejado cegar por lo material porque vuestra vida espiritual se ha deteriorado tanto que sólo os acercáis a Mí a pedir cosas materiales y no bienes espirituales.

Os habéis dejado engañar y el maligno y sus secuaces os han puesto una venda sobre los ojos para qué no podáis distinguir ya más, entre el bien y el mal, entre lo que vale, realmente y entre lo que es lastre para vuestra alma.

Vuestro tiempo desperdiciado y el no procurar hacer crecer en vosotros las virtudes, os está llevando a un camino errado, a la obscuridad de vuestra alma. En estos tiempos la desesperación, entre una gran cantidad de Mis hijos, se está dando. Os desesperáis porque ya vuestro dinero no alcanza para comprar lo necesario. Os desesperáis porque hay muchos problemas sociales y hay mucha inseguridad. Os desesperáis porque los intereses bancarios bajaron. Os desesperáis porque vuestros hijos no os entienden. Os desesperáis porque ya no podréis viajar tanto como antes lo hacíais. Os desesperáis porque ya lo material se os está acabando, os desesperáis por tantísimas cosas, sí, cosas que no dan vida, que sólo os llevan a una vida vacía, sin Dios y sin valores humanos. Vuestra necedad os ha cegado y no véis ahora la realidad.

Así como los padres, que aman a sus hijos, les quitan aquello con lo que están jugando y les pueda ser dañino, Yo también os he de quitar todo aquello que está velando los ojos de vuestra alma. Lo he de hacer para vuestro bien, para que entendáis que no debéis estar vendidos a las cosas materiales, sino que os deis cuenta de que vuestro ser pertenece a alguien muchísimo más valioso que todas las cosas materiales de vuestro Mundo. Pertenecéis a vuestro Dios y las riquezas de vuestro Dios os pertenecen por completo, pero las habéis despreciado por no tener la suficiente cercanía espiritual con vuestro Dios.

Sí, hijitos Míos, si se os son retiradas las cosas materiales superfluas, será para vuestro bien, para que vuestro ser busque llenarse de vida espiritual, de los valores del Cielo, los cuáles os darán la vida eterna.

No os desesperéis si se os es quitado el lastre de vuestra vida, orad con confianza y agradecimiento por ésta BENDICION que os estoy otorgando, porque os estoy retirando lo que os está haciendo daño, lo que os está apartando de la Vida que sí vale.

Vosotros creéis y así lo pregonáis, que cuando se tiene dinero de sobra y podéis obtener todo lo que el mundo os ofrece, decís: “Esta sí es vida” y así le dais a vuestro cuerpo todo lo que os pide. Yo os digo ahora, todo ése goce sobrado y desmedido, sólo os está llevando a la muerte, a la muerte espiritual, a la muerte eterna. En la gran mayoría de los casos en donde hay exceso de dinero, se le da al cuerpo “alimentos, bebidas y algunas cosas más” que van minando la salud del cuerpo, pero lo más grave es que en la mayoría de Mis hijos a los que les he permitido tener éstas riquezas, las usan para su propio provecho, apartando por completo la posibilidad de la caridad para con los necesitados, llevándolos a la muerte espiritual, desperdiciando por completo de la Gracia que os concedo al compartir de las bienes que no son vuestros. Si existe algo grande y que Yo aprecio infinitamente de Mis creaturas, es la caridad para con los pobres y necesitados. Este acto humano-divino os abre las puertas del Cielo de par en par, cuando es dado de corazón. Mi Hijo continuamente la hacía por toda ciudad ó camino por donde pasaba. Cuando obráis como Mi Hijo os enseñó, os reconozco como verdaderos hijos Míos. La falta de caridad de los más ricos hacia los más pobres, sólo demuestra una negación a vuestro Dios y a Su Amor.

Si no seguís lo que Mi Hijo os enseñó, si no os importan Mis Palabras dadas por El y si no os importa servir a vuestros hermanos, vais por el camino seguro para vuestra perdición, pero Yo, como Padre justo y amoroso, debo ayudaros a vuestra salvación. Son los “ricos” en bienes materiales, los que más se desesperan cuando los hago pasar por la “prueba”, al quitarles lo que han administrado mal. Yo les pido a Mis “verdaderos ricos”, los que están Conmigo, los que no han puesto sus intereses en los bienes del mundo, los que confían en Mi Providencia, que ayuden con oración y consejo a vuestros hermanos “ricos” materiales, pero extremadamente pobres espirituales, a que encuentren el camino de la salvación. Tened compasión por ellos, ya que Mi Hijo lo advirtió claramente: “Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, a que un rico se salve”. Quizá hayan gozado más de las cosas del mundo, pero también han perdido más que la mayoría de vosotros, de la Gracia futura.

La Salvación y la Redención fue para todos, ricos y pobres, buenos y malos pecadores y justos y si realmente os sentís Mis hijos, llenos de humildad y caridad, no deberéis hacer excepciones ni diferencias, simplemente reconoced que vuestros hermanos, por su falta de espiritualidad, por su falta de acercamiento a Mí, su Dios, les produjo tal debilidad de alma, que Mi enemigo, el maligno, aprovechó y los envolvió en sus redes, en sus mentiras, para apartarlos de Mí. Entended que si vosotros, los que no habéis caído gravemente en sus garras, que no habéis caído en sus trampas, ha sido por Mis cuidados y por Mi Gracia, porque habéis tratado de permanecer fieles a vuestro Dios.

Os pido que no os fijéis en sus “riquezas” materiales y que ello os lleve a las envidias y al odio contra ellos, ya que caeríais en grave pecado contra la caridad. Por el contrario, sed sabios y entendidos, porque sois pequeños y dad buen ejemplo de ser llamados hijos de Dios al velar por Mis Intereses, que son los de la salvación de TODOS Mis hijos, de todo el género humano.

Os recuerdo que aquéllos que más han recibido, ya sea en dones materiales o en dones espirituales, los han recibido porque he sido gratuitamente generoso con todos ellos y así deberéis ser con vuestros hermanos; siendo otros Cristos deberéis ser generosos con ellos y Yo os prometo que mientras más deis, más recibiréis, siempre y cuando sea el Amor el que os guíe y no el interés de tener más.

Que el Espíritu Santo se derrame en todos los corazones y os dé el discernimiento en el Amor, para que viváis verdaderamente el Cuerpo Místico de Mi Hijo, ayudándoos mutuamente, con un sincero corazón, con un sincero amor, como Mis Verdaderos hijos, hijos de un sólo Dios Verdadero, Yo, vuestro Padre Dios.

Así Yo tengo Mis “células” entre vosotros. Algunos de vosotros habéis recibido dones especiales para poder ayudarMe más que otros en la salvación de vuestros hermanos y lejos de sentiros “especiales”, la humildad os debe hacer entender que sois vitales para servirMe más y en esto debierais poner toda vuestra atención. No deberéis sacarle provecho propio al Don recibido, sino por el contrario, sabiendo que sois pocos con esos dones especiales, deberéis trabajar y servir más a vuestros hermanos y todo con mayor ahínco.

Las otras “celulitas” deberán apoyaros con la oración y con todo lo que necesitéis, ya que deberéis entender que el trabajo de las primeras es de vital importancia y de más compromiso, tanto Conmigo como para con el resto de la humanidad, ya que ellas son las únicas que podrán hacer dicho trabajo.

Toda la vida humana debería estar dirigida al servicio en el amor, en el crecimiento en la Fe y en las virtudes. Nadie debe, por el contrario, ponerse a atacar y a criticar a sus hermanos, ya que esto sólo produce separación y resquebrajamiento de MI OBRA. Sabed, hijitos Míos, que vuestra misión sobre la Tierra es muy loable, ya que estáis al servicio de vuestro Dios.

Muchos en la antigüedad y otros en la actualidad, que pertenecen a otras religiones, que no saben el por qué de su vida sobre la Tierra, querrían conocer ésta realidad y poder servirMe al 100%. Vosotros Me tenéis y no apreciáis éste regalo de vuestro Dios, el Don de la vida y el Don del servicio a vuestro Dios en vuestros hermanos.

Mi vida pide ése cambio radical a vuestra vida. Vosotros debéis ser prolongación de Mi Gracia y de la Vida de Mi Hijo y debéis dar ejemplo de ello. Pero ahora, por el contrario, os decís hijos Míos, bautizados y guiados bajo Mis Leyes y Preceptos y lo que menos hacéis es el de dar buen ejemplo y el de sentiros agradecidos por los dones que os he otorgado.

Al materializar vuestra vida sacándole provecho económico a los Dones que habéis recibido, gratuitamente, os lleva a una distracción espiritual, pero si al menos repartierais de ésas ganancias recibidas, gracias a Mis Dones, a los necesitados, vuestro mal proceder no sería tan gravoso.

Ahora la vida del ser humano se rige por el valor de las posesiones materiales y no de las espirituales. Estáis cambiando la primogenitura por un plato de lentejas, esto es, que estáis prefiriendo los raquíticos bienes del mundo, a los inconmensurables bienes del Cielo. Os habéis dejado cegar por lo material porque vuestra vida espiritual se ha deteriorado tanto que sólo os acercáis a Mí a pedir cosas materiales y no bienes espirituales.

Os habéis dejado engañar y el maligno y sus secuaces os han puesto una venda sobre los ojos para qué no podáis distinguir ya más, entre el bien y el mal, entre lo que vale, realmente y entre lo que es lastre para vuestra alma.

Vuestro tiempo desperdiciado y el no procurar hacer crecer en vosotros las virtudes, os está llevando a un camino errado, a la obscuridad de vuestra alma. En estos tiempos la desesperación, entre una gran cantidad de Mis hijos, se está dando. Os desesperáis porque ya vuestro dinero no alcanza para comprar lo necesario. Os desesperáis porque hay muchos problemas sociales y hay mucha inseguridad. Os desesperáis porque los intereses bancarios bajaron. Os desesperáis porque vuestros hijos no os entienden. Os desesperáis porque ya no podréis viajar tanto como antes lo hacíais. Os desesperáis porque ya lo material se os está acabando, os desesperáis por tantísimas cosas, sí, cosas que no dan vida, que sólo os llevan a una vida vacía, sin Dios y sin valores humanos. Vuestra necedad os ha cegado y no véis ahora la realidad.

Así como los padres, que aman a sus hijos, les quitan aquello con lo que están jugando y les pueda ser dañino, Yo también os he de quitar todo aquello que está velando los ojos de vuestra alma. Lo he de hacer para vuestro bien, para que entendáis que no debéis estar vendidos a las cosas materiales, sino que os deis cuenta de que vuestro ser pertenece a alguien muchísimo más valioso que todas las cosas materiales de vuestro Mundo. Pertenecéis a vuestro Dios y las riquezas de vuestro Dios os pertenecen por completo, pero las habéis despreciado por no tener la suficiente cercanía espiritual con vuestro Dios.

Sí, hijitos Míos, si se os son retiradas las cosas materiales superfluas, será para vuestro bien, para que vuestro ser busque llenarse de vida espiritual, de los valores del Cielo, los cuáles os darán la vida eterna.

No os desesperéis si se os es quitado el lastre de vuestra vida, orad con confianza y agradecimiento por ésta BENDICION que os estoy otorgando, porque os estoy retirando lo que os está haciendo daño, lo que os está apartando de la Vida que sí vale.

Vosotros creéis y así lo pregonáis, que cuando se tiene dinero de sobra y podéis obtener todo lo que el mundo os ofrece, decís: “Esta sí es vida” y así le dais a vuestro cuerpo todo lo que os pide. Yo os digo ahora, todo ése goce sobrado y desmedido, sólo os está llevando a la muerte, a la muerte espiritual, a la muerte eterna. En la gran mayoría de los casos en donde hay exceso de dinero, se le da al cuerpo “alimentos, bebidas y algunas cosas más” que van minando la salud del cuerpo, pero lo más grave es que en la mayoría de Mis hijos a los que les he permitido tener éstas riquezas, las usan para su propio provecho, apartando por completo la posibilidad de la caridad para con los necesitados, llevándolos a la muerte espiritual, desperdiciando por completo de la Gracia que os concedo al compartir de las bienes que no son vuestros. Si existe algo grande y que Yo aprecio infinitamente de Mis creaturas, es la caridad para con los pobres y necesitados. Este acto humano-divino os abre las puertas del Cielo de par en par, cuando es dado de corazón. Mi Hijo continuamente la hacía por toda ciudad ó camino por donde pasaba. Cuando obráis como Mi Hijo os enseñó, os reconozco como verdaderos hijos Míos. La falta de caridad de los más ricos hacia los más pobres, sólo demuestra una negación a vuestro Dios y a Su Amor.

Si no seguís lo que Mi Hijo os enseñó, si no os importan Mis Palabras dadas por El y si no os importa servir a vuestros hermanos, vais por el camino seguro para vuestra perdición, pero Yo, como Padre justo y amoroso, debo ayudaros a vuestra salvación. Son los “ricos” en bienes materiales, los que más se desesperan cuando los hago pasar por la “prueba”, al quitarles lo que han administrado mal. Yo les pido a Mis “verdaderos ricos”, los que están Conmigo, los que no han puesto sus intereses en los bienes del mundo, los que confían en Mi Providencia, que ayuden con oración y consejo a vuestros hermanos “ricos” materiales, pero extremadamente pobres espirituales, a que encuentren el camino de la salvación. Tened compasión por ellos, ya que Mi Hijo lo advirtió claramente: “Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, a que un rico se salve”. Quizá hayan gozado más de las cosas del mundo, pero también han perdido más que la mayoría de vosotros, de la Gracia futura.

La Salvación y la Redención fue para todos, ricos y pobres, buenos y malos pecadores y justos y si realmente os sentís Mis hijos, llenos de humildad y caridad, no deberéis hacer excepciones ni diferencias, simplemente reconoced que vuestros hermanos, por su falta de espiritualidad, por su falta de acercamiento a Mí, su Dios, les produjo tal debilidad de alma, que Mi enemigo, el maligno, aprovechó y los envolvió en sus redes, en sus mentiras, para apartarlos de Mí. Entended que si vosotros, los que no habéis caído gravemente en sus garras, que no habéis caído en sus trampas, ha sido por Mis cuidados y por Mi Gracia, porque habéis tratado de permanecer fieles a vuestro Dios.

Os pido que no os fijéis en sus “riquezas” materiales y que ello os lleve a las envidias y al odio contra ellos, ya que caeríais en grave pecado contra la caridad. Por el contrario, sed sabios y entendidos, porque sois pequeños y dad buen ejemplo de ser llamados hijos de Dios al velar por Mis Intereses, que son los de la salvación de TODOS Mis hijos, de todo el género humano.

Os recuerdo que aquéllos que más han recibido, ya sea en dones materiales o en dones espirituales, los han recibido porque he sido gratuitamente generoso con todos ellos y así deberéis ser con vuestros hermanos; siendo otros Cristos deberéis ser generosos con ellos y Yo os prometo que mientras más deis, más recibiréis, siempre y cuando sea el Amor el que os guíe y no el interés de tener más.

Que el Espíritu Santo se derrame en todos los corazones y os dé el discernimiento en el Amor, para que viváis verdaderamente el Cuerpo Místico de Mi Hijo, ayudándoos mutuamente, con un sincero corazón, con un sincero amor, como Mis Verdaderos hijos, hijos de un sólo Dios Verdadero, Yo, vuestro Padre Dios.

Mi Hijo os enseñó que, aún siendo Él vuestro Dios, no llegó con soberbia a ser servido, sino por el contrario, se anonadó desde que comenzó Su Vida sobre la Tierra. Se mostró pequeño y pobre, El, que junto Conmigo y el Espíritu Santo, somos El Omnipotente y el Dueño de todo cuanto existe. El quiso daros éste ejemplo de humildad y servicio para que vosotros mismos lo siguierais.

Algunos de vosotros poseéis dones más excelsos, tanto intelectuales o espirituales, pero así come gratis se os dieron, vuestro servicio deberá ser de la misma forma como los recibisteis.

Vuestra misión sobre la Tierra, es espiritual, pero vosotros al daros cuenta de los dones recibidos, inmediatamente los traducís en beneficio monetario.

¡No, hijitos Míos! Vuestra misión es equiparable, como os he dicho, a la forma en como vuestro cuerpo trabaja. Hay células que pertenecen a los  órganos vitales muy importantes y al llevar ésa función tan importante para todo el organismo, su trabajo la obliga a darse mucho más que otro tipo de células. Así tendremos, por ejemplo, las células del corazón. Estas nunca paran de trabajar y la vida de todo el organismo depende su trabajo, en cambio las células de los músculos de brazos y piernas, ellas trabajan sólo cuando el individuo está en movimiento y no durante el reposo. O hay otro tipo de células que trabajan duro a momentos y pueden casi dejar de trabajar en los momentos de descanso del individuo.

Así Yo tengo Mis “células” entre vosotros. Algunos de vosotros habéis recibido dones especiales para poder ayudarMe más que otros en la salvación de vuestros hermanos y lejos de sentiros “especiales”, la humildad os debe hacer entender que sois vitales para servirMe más y en esto debierais poner toda vuestra atención. No deberéis sacarle provecho propio al Don recibido, sino por el contrario, sabiendo que sois pocos con esos dones especiales, deberéis trabajar y servir más a vuestros hermanos y todo con mayor ahínco.

Las otras “celulitas” deberán apoyaros con la oración y con todo lo que necesitéis, ya que deberéis entender que el trabajo de las primeras es de vital importancia y de más compromiso, tanto Conmigo como para con el resto de la humanidad, ya que ellas son las únicas que podrán hacer dicho trabajo.

Toda la vida humana debería estar dirigida al servicio en el amor, en el crecimiento en la Fe y en las virtudes. Nadie debe, por el contrario, ponerse a atacar y a criticar a sus hermanos, ya que esto sólo produce separación y resquebrajamiento de MI OBRA. Sabed, hijitos Míos, que vuestra misión sobre la Tierra es muy loable, ya que estáis al servicio de vuestro Dios.

Muchos en la antigüedad y otros en la actualidad, que pertenecen a otras religiones, que no saben el por qué de su vida sobre la Tierra, querrían conocer ésta realidad y poder servirMe al 100%. Vosotros Me tenéis y no apreciáis éste regalo de vuestro Dios, el Don de la vida y el Don del servicio a vuestro Dios en vuestros hermanos.

Mi vida pide ése cambio radical a vuestra vida. Vosotros debéis ser prolongación de Mi Gracia y de la Vida de Mi Hijo y debéis dar ejemplo de ello. Pero ahora, por el contrario, os decís hijos Míos, bautizados y guiados bajo Mis Leyes y Preceptos y lo que menos hacéis es el de dar buen ejemplo y el de sentiros agradecidos por los dones que os he otorgado.

Al materializar vuestra vida sacándole provecho económico a los Dones que habéis recibido, gratuitamente, os lleva a una distracción espiritual, pero si al menos repartierais de ésas ganancias recibidas, gracias a Mis Dones, a los necesitados, vuestro mal proceder no sería tan gravoso.

Ahora la vida del ser humano se rige por el valor de las posesiones materiales y no de las espirituales. Estáis cambiando la primogenitura por un plato de lentejas, esto es, que estáis prefiriendo los raquíticos bienes del mundo, a los inconmensurables bienes del Cielo. Os habéis dejado cegar por lo material porque vuestra vida espiritual se ha deteriorado tanto que sólo os acercáis a Mí a pedir cosas materiales y no bienes espirituales.

Os habéis dejado engañar y el maligno y sus secuaces os han puesto una venda sobre los ojos para qué no podáis distinguir ya más, entre el bien y el mal, entre lo que vale, realmente y entre lo que es lastre para vuestra alma.

Vuestro tiempo desperdiciado y el no procurar hacer crecer en vosotros las virtudes, os está llevando a un camino errado, a la obscuridad de vuestra alma. En estos tiempos la desesperación, entre una gran cantidad de Mis hijos, se está dando. Os desesperáis porque ya vuestro dinero no alcanza para comprar lo necesario. Os desesperáis porque hay muchos problemas sociales y hay mucha inseguridad. Os desesperáis porque los intereses bancarios bajaron. Os desesperáis porque vuestros hijos no os entienden. Os desesperáis porque ya no podréis viajar tanto como antes lo hacíais. Os desesperáis porque ya lo material se os está acabando, os desesperáis por tantísimas cosas, sí, cosas que no dan vida, que sólo os llevan a una vida vacía, sin Dios y sin valores humanos. Vuestra necedad os ha cegado y no véis ahora la realidad.

Así como los padres, que aman a sus hijos, les quitan aquello con lo que están jugando y les pueda ser dañino, Yo también os he de quitar todo aquello que está velando los ojos de vuestra alma. Lo he de hacer para vuestro bien, para que entendáis que no debéis estar vendidos a las cosas materiales, sino que os deis cuenta de que vuestro ser pertenece a alguien muchísimo más valioso que todas las cosas materiales de vuestro Mundo. Pertenecéis a vuestro Dios y las riquezas de vuestro Dios os pertenecen por completo, pero las habéis despreciado por no tener la suficiente cercanía espiritual con vuestro Dios.

Sí, hijitos Míos, si se os son retiradas las cosas materiales superfluas, será para vuestro bien, para que vuestro ser busque llenarse de vida espiritual, de los valores del Cielo, los cuáles os darán la vida eterna.

No os desesperéis si se os es quitado el lastre de vuestra vida, orad con confianza y agradecimiento por ésta BENDICION que os estoy otorgando, porque os estoy retirando lo que os está haciendo daño, lo que os está apartando de la Vida que sí vale.

Vosotros creéis y así lo pregonáis, que cuando se tiene dinero de sobra y podéis obtener todo lo que el mundo os ofrece, decís: “Esta sí es vida” y así le dais a vuestro cuerpo todo lo que os pide. Yo os digo ahora, todo ése goce sobrado y desmedido, sólo os está llevando a la muerte, a la muerte espiritual, a la muerte eterna. En la gran mayoría de los casos en donde hay exceso de dinero, se le da al cuerpo “alimentos, bebidas y algunas cosas más” que van minando la salud del cuerpo, pero lo más grave es que en la mayoría de Mis hijos a los que les he permitido tener éstas riquezas, las usan para su propio provecho, apartando por completo la posibilidad de la caridad para con los necesitados, llevándolos a la muerte espiritual, desperdiciando por completo de la Gracia que os concedo al compartir de las bienes que no son vuestros. Si existe algo grande y que Yo aprecio infinitamente de Mis creaturas, es la caridad para con los pobres y necesitados. Este acto humano-divino os abre las puertas del Cielo de par en par, cuando es dado de corazón. Mi Hijo continuamente la hacía por toda ciudad ó camino por donde pasaba. Cuando obráis como Mi Hijo os enseñó, os reconozco como verdaderos hijos Míos. La falta de caridad de los más ricos hacia los más pobres, sólo demuestra una negación a vuestro Dios y a Su Amor.

Si no seguís lo que Mi Hijo os enseñó, si no os importan Mis Palabras dadas por El y si no os importa servir a vuestros hermanos, vais por el camino seguro para vuestra perdición, pero Yo, como Padre justo y amoroso, debo ayudaros a vuestra salvación. Son los “ricos” en bienes materiales, los que más se desesperan cuando los hago pasar por la “prueba”, al quitarles lo que han administrado mal. Yo les pido a Mis “verdaderos ricos”, los que están Conmigo, los que no han puesto sus intereses en los bienes del mundo, los que confían en Mi Providencia, que ayuden con oración y consejo a vuestros hermanos “ricos” materiales, pero extremadamente pobres espirituales, a que encuentren el camino de la salvación. Tened compasión por ellos, ya que Mi Hijo lo advirtió claramente: “Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, a que un rico se salve”. Quizá hayan gozado más de las cosas del mundo, pero también han perdido más que la mayoría de vosotros, de la Gracia futura.

La Salvación y la Redención fue para todos, ricos y pobres, buenos y malos pecadores y justos y si realmente os sentís Mis hijos, llenos de humildad y caridad, no deberéis hacer excepciones ni diferencias, simplemente reconoced que vuestros hermanos, por su falta de espiritualidad, por su falta de acercamiento a Mí, su Dios, les produjo tal debilidad de alma, que Mi enemigo, el maligno, aprovechó y los envolvió en sus redes, en sus mentiras, para apartarlos de Mí. Entended que si vosotros, los que no habéis caído gravemente en sus garras, que no habéis caído en sus trampas, ha sido por Mis cuidados y por Mi Gracia, porque habéis tratado de permanecer fieles a vuestro Dios.

Os pido que no os fijéis en sus “riquezas” materiales y que ello os lleve a las envidias y al odio contra ellos, ya que caeríais en grave pecado contra la caridad. Por el contrario, sed sabios y entendidos, porque sois pequeños y dad buen ejemplo de ser llamados hijos de Dios al velar por Mis Intereses, que son los de la salvación de TODOS Mis hijos, de todo el género humano.

Os recuerdo que aquéllos que más han recibido, ya sea en dones materiales o en dones espirituales, los han recibido porque he sido gratuitamente generoso con todos ellos y así deberéis ser con vuestros hermanos; siendo otros Cristos deberéis ser generosos con ellos y Yo os prometo que mientras más deis, más recibiréis, siempre y cuando sea el Amor el que os guíe y no el interés de tener más.

Que el Espíritu Santo se derrame en todos los corazones y os dé el discernimiento en el Amor, para que viváis verdaderamente el Cuerpo Místico de Mi Hijo, ayudándoos mutuamente, con un sincero corazón, con un sincero amor, como Mis Verdaderos hijos, hijos de un sólo Dios Verdadero, Yo, vuestro Padre Dios.