Mzo 15_00 Os quiero hacer hincapié sobre el resultado de vuestro mal proceder.

Mensaje.

Mensaje de Dios Padre a J.V.

Hijitos Míos, hoy os quiero hacer hincapié sobre el resultado de vuestro mal proceder, por vuestra falta de oración y por vuestra escasa ó nula espiritualidad. Durante años he hablado y Me he comunicado con vosotros a través de Mi Hija, la Siempre Virgen María, en Sus múltiples apariciones y a través de Mis pequeños hijos escogidos, profetas en su respectivo tiempo, para recordaros el porqué de Mis Leyes y el porqué de la vida en el Amor.

Hermanos vuestros, en las diferentes generaciones humanas, han escuchado Mi Palabra y la han puesto en práctica. Se han arrepentido ó han entendido el deber que tenéis con vuestro Dios, al ser hijos de un Padre que os ama con locura. Otros más han dejado pasar Mis Palabras y no han entendido la insistencia y la necesidad de ponerlas en práctica, por lo que los resultados ahora los estáis viviendo y sintiendo día a día. El mal ha cundido rápidamente porque no ha encontrado obstáculo suficiente para ser detenido. Ese obstáculo debiera ser el amor vivido bajo Mis Leyes y Preceptos. Al mal ahora lo véis que se ha introducido a todos niveles de vuestra sociedad. No hay núcleo social que se haya librado de ser atacado ó corrompido por el mal. Si hubierais atendido a Mis diferentes llamados que os he dado a través de los siglos, ahora estaríais viviendo el Paraíso en la Tierra, pero se os ha vuelto más fácil y cómodo atender al llamamiento del mal y por conveniencia os habéis dejado embaucar por sus falsas y sutiles promesas.

Como os lo había dicho ya, en otro de Mis Mensajes anteriores, ahora el mal camina por vuestras calles, sin que la podáis detener, a causa de que, como la mayoría de los gobiernos se han corrompido, los malos encuentran protección de parte de las mismas “autoridades”. Os he mencionado sobre el poder de la oración, la cual puede y debe acabar con la maldad en el Mundo, pero lo malo es que “tenéis cosas más importantes que hacer” y así, el tiempo que tenéis, el cual Me pertenece, como os he explicado, es desperdiciado en cosas fútiles, en cosas sin importancia, para la salvación ó crecimiento espiritual de las almas. Estáis desperdiciando horas, minutos de vuestra misión sobre la Tierra, en cosas que no ayudan en nada en la salvación de las almas de la Tierra y del Purgatorio. Estáis desperdiciando un tiempo precioso que podría ser aprovechado para la renovación espiritual benéfica de vuestro Mundo y, sobre todo, de vuestra alma. Estáis desperdiciando un tiempo precioso con el cuál podríais estar intercediendo par las almas “prácticamente perdidas”, porque por ellas también Mi Hijo se dio en totalidad y deseó su salvación eterna. Desperdiciáis un tiempo precioso tomando clases de diferente índole, de las cuáles, muchas de ellas lo único que hacen es separaros de una espiritualidad cristiana. Las tomáis para embellecer y conservar vuestro exterior lo más bello posible y os olvidáis de lo valioso que lleváis dentro. Las tomáis de meditación, en escuelas falsas de “espiritualidad” en donde os prometen que podrán encontrarMe más fácilmente, y no tomáis en cuenta que vuestra alma, en muchísimos casos, se encuentra llena de pecados capitales que sólo están produciendo separación Conmigo. ¿Cómo vais a poder encontrarMe con técnicas de meditación si vuestra alma no está limpia, ni produce amor para con los de vuestra familia y para con vuestros hermanos en el Mundo?

Os llenáis de soberbia porque adquirís, con algunos de esos métodos, un pequeño poder mental; poder respaldado y apoyado en las fuerzas del mal, poder limitado por vuestra pobre humanidad. El poder que debéis buscar es el poder del amor que brote de un alma pura y amorosa, movida por Mi Santo Espíritu, con lo cuál obtenéis un poder muchísimo mayor que el de las fuerzas “mentales y humanas”, ya que se une a Mi Poder Omnipotente e Infinito. Nuevamente vuestra ceguera y vuestro deseo de “ser como dioses”, os vence. ¿Ahora as dais cuenta, hijitos Míos, cómo el mal os va separando de Mí? Nuevamente os lo repito, vuestra falta en la oración, vuestra falta en el deseo de buscar lo que a Mi Me interesa, hace que os enfrasquéis en lo que a vosotros os interesa solamente. Tened en cuenta de que sois pequeños y no conocéis lo que se ha venido desarrollando, a nivel espiritual, desde antes del Tiempo de la Creación. Estáis bajo el influjo de dos fuerzas, las del bien y las del mal, existentes desde antes de la Creación del hombre. Sin que os deis plena cuenta, ellas os afectan. Afectan al desenvolvimiento de vuestra vida material y espiritual durante el transcurso de vuestra misión terrestre.

Los que se han acercado a Mí, desde temprana edad, llegan pronto a comprender ésta lucha y de ahí, por su humildad, se dejan llevar por Mi Voluntad para la salvación de todas las almas y para la destrucción de las fuerzas del mal. Daos cuenta de que habéis venido como almas de lucha, almas al servicio de vuestro Dios, almas llenas de Amor, para vencer a los poderes infernales. Tenéis un cuerpo, sí, pero sirve para poder moveros en éste mundo material y para que lo utilicéis cómo ofrecimiento en sacrificio y que junto con el amor que debéis producir, por llevar Mi Guía en vuestro corazón, podáis modificar lo creado, ya afectado por el mal.

Yo, como Espíritu Puro, creé la materia, lo que ahora vivís, cosas palpables, visibles, materiales. Yo creé todo de la nada, de lo que no podéis ver, ni sentir y todo fue creado perfecto. El maligno produjo la imperfección, por preferirse a sí mismo y no preferir a su Creador y ésta imperfección le llevó a tentar a vuestros Primeros Padres, quienes al ceder a la tentación, permitieron que se afectara TODA la Creación, en lo visible ó material y en lo invisible, en vuestra alma. Pero lo primero afectado en ellos fue el alma, porque es la que decide, luego el alma mueve al cuerpo a realizar la acción, por ello vuestras dos esencias se afectaron y a las dos hay que reparar. Yo envié a Mi Único Hijo, Jesucristo, a enseñaros a reparar vuestras dos esencias y para ello os mostró el valor del sacrificio, reparando así lo material y os mostró la donación total de Su Voluntad, unida perfectamente a la Mía, para reparar la de vuestra alma. Así, cuando unís perfectamente vuestra voluntad a Su Voluntad, El Me la presenta, Me la ofrece, como propia y por consecuencia, ayudáis a reparar todo lo afectado por el Pecado de Origen y su secuela.

Mi Hijo Jesucristo os dio la muestra de cómo lo material puede ser, favorablemente, afectado, cuando se lleva una vida espiritual en total concordancia con Mi Voluntad. El alivió a los enfermos, en cuerpo y alma. Resucitó a los muertos; alterando las Leyes Naturales, gracias a Mi Poder. Hizo infinidad de milagros, para mostraros que Mi Poder es muchísimo más grande que el poder del mal, al reparar lo que él había causado en las almas y en Mi Creación. Ahora, Mi Hijo os permitió ser copartícipes de Mi Poder cuando os dijo: “El que Me siga podrá hacer las Obras que Me visteis hacer y hasta más grandes”. Pero la frase: “el que Me siga”, presupone una total donación a Mi Voluntad para que Yo, vuestro Dios, pueda actuar á través vuestro, cómo lo hice con Mi Hijo Jesucristo. Con esto que os he explicado, os podréis dar cuenta de cómo los “ejercicios” que hacéis, algunos de vosotros, para obtener “poderes mentales”, no pueden compararse, en lo absoluto, con Mis Poderes, ya que para lograr obtener Mis Poderes, se necesita una total donación a Mi Voluntad, con la ayuda de una profunda y sincera HUMILDAD, la cuál no poseéis cuando queréis volveros “como dioses”, al profundizar en culturas y ejercicios fuera de las Enseñanzas que Mi Hijo os dejó personalmente.

La Vida de Mi Hijo se desenvolvió dentro de una profunda seriedad en Su Misión y los prodigios que realizaba llevaban un plan preciso, que era para producir crecimiento espiritual y salvación de almas. Lo que vosotros buscáis con el ejercicio de las capacidades mentales, es el jugar con ésos “poderes” adquiridos y, que al llenaros de soberbia por ellos, presumir ante los demás lo que ellos no han podido lograr y que os tengan como seres superiores, palabras que os encanta escuchar a vuestros oídos. Los Míos, los que Me pertenecen, son almas sencillas, humildes, escondidas al mundo y totalmente dispuestas para su Dios. Son almas que poseen Mis Poderes en lo oculto, para ayudar al crecimiento espiritual de sus hermanos buscando su salvación eterna. Son almas de servicio, que ven primero por Mis Intereses, antes que a los suyos. Son almas de total donación, para que Me ayuden a hacer de vuestro mundo, un Mundo en donde Yo pueda habitar en la perfección de Mi Amor.
    
Hijitos Míos, os vuelvo a recalcar el hecho de que el tiempo es corto y que los acontecimientos de la Purificación ya han comenzado, los cuales en poco tiempo se han de recrudecer. Los que estéis Conmigo los padeceréis también, pero Mi Poder os protegerá y vuestra confianza en Mí, os dará la fortaleza de aceptar Mi Voluntad. Los que no estéis plenamente Conmigo os afectarán gravemente éstos acontecimientos, porque os podréis desesperar, desconfiar y podréis cometer actos adversos a vuestra salvación eterna. Por otro lado, si entendierais Mi Plan Salvífico y lo apoyarais, por medio de la oración, todo se podría resolver en mejor forma, por ello os doy éstas palabras de Vida, para que podáis entender que Soy un Dios de Amor, un Dios de Vida, un Dios que Ama a todas sus creaturas, aún a aquellas que se han volcado hacia las fuerzas del mal. El hecho de que tengáis el libre albedrío que os di, además de que os da la posibilidad de escoger entre seguirMe ó no, el de traicionarMe ó el de respaldarMe, no os quita la posibilidad de que, aunque estéis en un abismo de pecado, no podáis pedir perdón por vuestras faltas, por más graves que se os hagan y que, al hacerlo, Yo vuestro Dios Amor, os pueda levantar a una nueva vida de Gracia y de Salvación.

Todos vosotros, por vuestra pequeñez, Me habéis faltado una a varias veces, pero Mi Gracia siempre os busca para ganar nuevamente al alma perdida. Confiad en Mí, vuestro Dios, en que nunca os voy a abandonar, por más malos y perversos que os sintáis; solo arrepentíos de corazón y con sincero dolor de haberMe ofendido, regresad a Mí con un firme deseo de no volver a vuestra vida de pecado. Yo tengo el Poder Supremo de reparar toda una vida pasada de pecado, de cualquier persona arrepentida y volverla santa si así lo deseo y si sus futuros actos la llevan a lograrlo. Lo he hecho durante siglos y lo puedo hacer cuando Yo quiera, si el alma pecadora Me lo permite.

¡Arrepentíos y volved a Mi, hijitos Míos! Regalos inmensos tengo para las almas que Me pertenecen. Vivid según Mi Voluntad y empezaréis a vivir nuestro Cielo en la Tierra.

Recibid y llevad Mi Bendición Paternal a los vuestros y a todo el Mundo. Yo os bendigo en Mi Santo Nombre, en el de Mi Hijo y en el del Amor Divino de Mi Santo Espíritu.