Mzo 23_08 La Verdad solamente es una y se encuentra en las Sagradas Escrituras.

Rosario vespertino,

Mensajes de Dios Padre y La Santísima Virgen María a J. V.

Temas:

  • La Verdad solamente es una y se encuentra en las Sagradas Escrituras, id a ellas.
  • La obligación de llevar a los hijos hacia ése conocimiento Divino que se les debe de dar desde pequeñitos.
  • Habrá dificultades, pero los que estáis Conmigo, venceréis. Que no dude vuestro corazón de Mi Misericordia Infinita.
  • Yo os veo a todos vosotros desde el Cielo pero, también vivo con todos vosotros, dentro de vuestro corazón, no estoy alejado del hombre.
  • Yo, el Segador, Soy el que puede claramente ver qué frutos estáis produciendo cada uno de vosotros.
  • Primer Misterio, Habla Dios Padre,
    Sobre: la Verdad solamente es una y se encuentra en las Sagradas Escrituras, id a ellas

    Hijitos Míos, la Verdad solamente viene de Mí, vuestro Dios. La Verdad la tenéis ya entre vosotros, Mi Hijo os la dio, la tenéis en las Sagradas Escrituras, ¿a dónde vais, pues, Mis pequeños, a buscar lo que son supuestas verdades o conocimiento diferente, a lo que Yo, vuestro Dios os he dado? Yo Soy el Dios Verdadero, Yo Soy el Creador de todo cuanto tenéis, visible e invisible, ¿por qué vais a buscar pues, por otros lados esas supuestas verdades, que solamente os van a confundir?

    Tuvisteis a Mi Hijo, Dios Encarnado entre vosotros y aún así dudáis, Mis pequeños. Aún a pesar de los Milagros y prodigios que realizó entre los hombres, os falta Fe para creer que estuvisteis junto a un Dios y lo negáis ¿por qué sois tan testarudos, Mis pequeños?, ¿por qué? La naturaleza del hombre es así, al estar caídos en el pecado, dudáis mucho, el padre de la mentira continuamente os está atacando, pero contáis con Mi Gracia, Mis pequeños, ¿por qué Me abandonáis, por qué no acudís a ella?, Mi Gracia todo lo puede, con Mi Gracia os podéis revestir de tantas Bendiciones, tantas Gracias y dones con que Yo os puedo regalar, ¿por qué dudáis, Mis pequeños, de que Mi Palabra es Verdad absoluta, de que estando Conmigo lo tendréis todo? Preferís ir a buscar falsas ideologías, prácticamente todas, en donde se os engaña por el mismo satanás y muchas veces creéis más a ésas falsas ideologías o supuestas predicciones de adivinos o falsos profetas, que porque son aparatosas, llenas de miedo, que os dejan con temores, creéis más en ello que en todo aquello a donde Yo os llevo con Amor.

    ¿Por qué sois así, Mis pequeños? ¡Incrédulos!, estáis desperdiciando un tiempo precioso, un tiempo Divino cuando os desviáis, ¡Me tenéis a Mí! Si utilizarais ése tiempo para estudiar más las Escrituras, para vivir más en el Amor, por las Verdades que aprenderíais en ellas, aprovecharíais mucho más el tiempo para transmitir a vuestros hermanos y para crecer vosotros mismos, en Gracia, en Amor y en perdón hacia vuestros hermanos.

    ¿Por qué pues, os desviáis si luego estaréis en problemas? Satanás os lleva primeramente por caminos que os llaman la atención, así os va coqueteando, os da cosas atractivas, os promete el conocimiento del futuro y de cosas obscuras, de las que casi nadie o nadie conoce y así, vosotros mismos empezáis, en vuestra confusión, a caer. Os dejáis llevar, simpatizáis con ésas cosas obscuras, con las que os tienta satanás y caéis y a tal grado caéis, que luego se os hace difícil salir de todo ello. Él os envuelve en una trama obscura y mortal, en donde luego vosotros os desesperáis y ya no podéis salir, si no es por Mi ayuda.

    PedidMe Sabiduría, Mis pequeños, para que no os dejéis llevar por todas estas tentaciones que os pone satanás. Os vuelvo a repetir, la Verdad solamente es una y se encuentra en las Sagradas Escrituras, id a ellas, id a tomar de ahí lo bello, que Yo, vuestro Dios, os he dejado y sigue vigente y seguirá vigente por los siglos. Tomad Sabiduría Santa, para que vuestra vida quede normada en la santidad en la que Yo quiero que cada uno de vosotros viváis y transmitáis. Tomad Sabiduría Santa, para que vosotros empecéis a gozar del Reino de los Cielos, que viváis ya aquí en la Tierra, gozando de las bellezas, de las verdades, del Amor que se vive en el Reino de los Cielos.

    Tenéis todo, Mis pequeños y lo desperdiciáis, preferís lo malo, lo satánico, lo obscuro, a la Luz, a las bellezas, a la Sabiduría, a Mi Poderío Santo, que solamente puede venir de Mí, vuestro Dios.

    Meditad, meditad y pedidMe lo que realmente nazca en vuestro corazón, porque si estáis buscando la Verdad, el único camino seré Yo, vuestro Dios. Gracias, Mis pequeños.


    Segundo Misterio, Habla La Santísima Virgen María,
    Sobre: la obligación de llevar a los hijos hacia ése conocimiento Divino que se les debe de dar desde pequeñitos.

    Hijitos Míos, Soy vuestra Madre, la Siempre Virgen María. Mis pequeños, hace tiempo os dije, a través de Mi hijo Javier, que éste era el tiempo de la mujer. Ciertamente os dije, que por una mujer entró el error al mundo y que por la estirpe de la mujer, tenía que recuperar la Gracia el mundo.

    La estirpe de la mujer, Mis pequeños, sois todos vosotros, hombres y mujeres alrededor del mundo, pero Me refería más a la obligación de la mujer dentro del hogar, la obligación de llevar a los hijos hacia ése conocimiento Divino que se les debe de dar desde pequeñitos. Ese conocimiento de la madre hacia los hijos, tiene que estar apoyado por el ejemplo del padre hacia los demás, tanto dentro del hogar, como hacia sus hermanos.

    Mis pequeños, es importantísimo que entendáis esto, no os podéis dejar llevar más por los engaños de satanás, os ha ido quitando lo más valioso que tenéis, que es la Gracia en vuestra alma, el estado de Gracia con el cual vosotros recibís, constantemente, el conocimiento Divino y las Bendiciones de Nuestro Dios. Cuando vosotros os apartáis de vuestro Dios, ¡se va perdiendo tanto! Cuando vosotras, Mis hijas, os apartáis del hogar y no tomáis la responsabilidad de la enseñanza hacia los hijos, vosotras mismas les estáis quitando ésas armas con las que tendrán que luchar, para toda su vida, contra las fuerzas de satanás. Al no darles las bases y el conocimiento de la vida de Dios, de la oración, del sacrificio, del Alimento Divino, que es la Sagrada Eucaristía, vosotras mismas estáis llevando a vuestros hijos a la batalla, sin ningún tipo de arma y fácilmente satanás destruirá a vuestros hijos y vosotras seréis responsables de lo que a vuestros hijos les pasará a lo largo de su vida, porque no les disteis ése conocimiento de vida. Y vosotros, padres, tampoco les disteis apoyo con vuestro ejemplo y tampoco con vuestras enseñanzas, pero en vivencia, porque así es como aprenden los hijos, por la palabra y con el ejemplo, estáis dejando en bandeja de plata a vuestros hijos en manos de satanás, les estáis entregando su vida para que él las destruya, porque vosotros no les estáis dando defensa contra todo lo malo que les vendrá a lo largo de su vida.

    Quiero que esto lo comprendáis perfectamente, porque mucha destrucción de almas, es causada por esto, porque vosotros, Mis pequeños, mujeres y hombres, os habéis desligado de la responsabilidad de la enseñanza, de la transmisión de vida espiritual, de la vida con la que ellos, por un lado se van a poder defender de los ataques de satanás, pero que también, por otro lado, van a poder dar mucho fruto con sus hermanos, si ellos están llenos de ésta vida. Nadie puede dar de lo que no tiene, si tienen vida en vuestro Dios, darán, si no tienen vida, no la podrán dar.

    Mis pequeños, Yo, como Madre vuestra deseo, y os pido de corazón, que toméis con responsabilidad, porque es responsabilidad ante Nuestro Dios, que toméis con responsabilidad la vida de vuestros hijos, que veáis por su Bien, porque muchos de ellos morirán eternamente por vivir en el pecado, porque no tuvieron defensa contra los ataques de satanás y él los venció fácilmente.

    Retomad el camino, retomad las Enseñanzas que os dio Mi Hijo y vivid, vivid de acuerdo a lo que se os ha dado, porque la vida que vosotros les deis a vuestros hijos, será la vida que darán a los demás. Gracias, Mis pequeños.

    Tercer Misterio, Habla Dios Padre,
    Sobre: habrá dificultades, pero los que estáis Conmigo, venceréis. Que no dude vuestro corazón de Mi Misericordia Infinita.

    Hijitos Míos, cuánto quisiera Yo que vosotros no sufrierais con los momentos de tribulación que estáis ya teniendo alrededor del mundo y que se irán acrecentando en el tiempo breve que os queda. Esto lo voy permitiendo para que vosotros mismos os vayáis dando cuenta de que las Escrituras se van cumpliendo, porque Mi Hijo os dijo que ningún punto ni ninguna coma, quedarían sin ser patentes en la vida del hombre.

    Mis pequeños, habrá dificultades, pero los que estáis Conmigo, venceréis. Que no dude vuestro corazón de Mi Misericordia Infinita, os he dicho que muchos os preocupáis por los alimentos, que mucho os preocupáis por vuestro hogar, que mucho os preocupáis por los niños pequeños, os he dado muchas muestras, Mis pequeños, de cómo Yo cuido a Mis hijos cuando estáis Conmigo. Cuando estáis Conmigo, vosotros os dais en totalidad, estáis dando vuestro cuerpo, vuestra alma, pero lo más importante, estáis dando vuestra voluntad.

    Cuando tomáis ese “fiat”, como el de Mi Hija y Me lo ofrecéis, es cuando Yo Me doy al alma, Me entrego Yo también al alma y la lleno de Bendiciones, de cuidados y, aún, en los momentos difíciles, Yo os proveo de todo, pero sobre todo, con Mi Paz, sí, Mis pequeños, os he dicho que ése es el primer atributo de Mi Presencia en vosotros, la Paz. Si estáis Conmigo, no tendréis tribulación interna, ni con vuestros hermanos, os verán en paz y sabrán por qué estáis en paz. Al ser vosotros mensajeros de Mi Presencia en vuestro interior, es como vosotros mismos estaréis sembrando la paz en estos momentos de tribulación. Os deberán ver siempre vuestros hermanos sumergidos en Mí, vuestro Dios, que Mi Presencia esté siempre con vosotros y así ayudaréis a vuestros hermanos a que no caigan en la desesperación, a que no se vendan al mal, porque ciertamente el mal aprovechará estos momentos. Ya estáis viendo, no solamente tribulación en la falta de alimentos, de hogares, de salud, estáis viendo ya apostasía a vuestro alrededor y así, en otras sectas o en otras ideologías se les ofrece seguridad, seguridad humana, ciertamente, más no la seguridad Divina, que Yo le doy a los que están Conmigo.

    Tened cuidado, Mis pequeños, de no caer en la tentación, que por buscar los bienes del mundo y vuestra seguridad del mundo, podréis también vosotros apostatar a lo que se os ha dado, que Mi Hijo os dio, que Yo os he dado a lo largo de los siglos. Se os había avisado de ésta apostasía y ya se está dando, porque os estáis viendo a vosotros mismos, estáis viéndoos primeramente a vosotros, vuestras necesidades, antes de ver Mis necesidades, que para ello estáis en la Tierra. Ver qué es lo que Yo necesito para vuestros hermanos, en qué Me podéis servir, para servirles a ellos, pero estáis olvidando vuestra misión real, que es la de transmitirMe, transmitir Mi Amor, transmitir Mi paz, transmitir Mis Enseñanzas, ¡pero no!, perdéis el tiempo en buscar cómo os irá mejor en vuestro trabajo, cómo llenaréis mejor vuestros bolsillos, cómo os protegeréis contra las profecías que se vienen y nada más estáis pensando en proveeros de lo material, pero estáis vaciando vuestra alma, no le estáis dando alimento a ella. Tened mucho cuidado, os prevengo, Mis pequeños, tened mucho cuidado, no os vaya a encontrar con las manos vacías, con vuestro corazón vacío en el tiempo en que debáis darMe cuentas de vuestra historia sobre la Tierra. Gracias, Mis pequeños.

    Cuarto Misterio, Habla Dios Padre,
    Sobre: Yo os veo a todos vosotros desde el Cielo pero, también vivo con todos vosotros, dentro de vuestro corazón, no estoy alejado del hombre.

    Hijitos Míos, Yo os veo a todos vosotros desde el Cielo pero, también vivo con todos vosotros dentro de vuestro corazón, no estoy alejado del hombre. Mucho se queja el hombre de que Yo os olvido y no, Mis pequeños, si Yo habito en vuestro corazón, ¿cómo Me puedo olvidar de vosotros?, vosotros, sois los que os olvidáis de Mí y os olvidáis hasta de ésta Verdad, de ésta realidad, en la que Yo estoy habitando dentro de vosotros.

    Mis pequeños, con qué facilidad os desviáis de las cosas buenas y santas, de las enseñanzas que se os han dado, de Mí, de Mi Hijo, de la doctrina que se os da desde pequeñitos, a veces os quedáis simplemente con ésa enseñanza que se os dio de pequeñitos y no digo para vuestra Primera Comunión, sino simples y pequeñitas enseñanzas de niños pequeños.

    Muchos de vosotros ya no Me buscáis más, os quedáis con lo mínimo. Es como si encontrara, un minero, el principio de una veta de oro, grandísima, él mismo sabe que va a ser algo maravilloso e invierte todo lo que tiene para tratar de sacar todo ése oro que está ahí escondido, pero muchos de vosotros, veis el principio de la veta y ya no queréis seguir buscando.

    Ese es Mi Reino, cuando vuestros padres os dan las primeras enseñanzas, os están ayudando a encontrar ése filón de oro, la veta es grandísima, es Mi Reino, tendréis el regalo por la eternidad, pero vosotros mismos, en vuestra indolencia, en vuestra negligencia, ya no queréis seguir luchando por alcanzar más de lo que Yo os puedo dar, os quedáis así, sin nada, pobres. Ni agradecéis las primeras enseñanzas y además, Me atacáis, blasfemáis Mi Nombre y todavía Me decís que os olvido, cuando vosotros mismos no estáis trabajando por encontrarMe, como el minero flojo, que teniendo la veta ahí, grandísima, no quiere luchar, no quiere trabajar para no cansarse, a pesar de tener toda esa belleza frente a él. Así sois vosotros. Yo Soy más que ésa mina de oro, Yo tengo más que ésas riquezas y ¡os puedo dar tanto!, pero no queréis trabajar por obtenerMe, por tenerMe a Mí, vuestro Dios en vuestra vida.

    Así que, Mis pequeños, es vuestra flojera, os vuelvo a repetir, vuestra indolencia, la que hace que no Me tengáis, Yo no Me he olvidado, os sigo ofreciendo Mi Reino, os sigo ofreciendo las riquezas. Trabajad pues, para obtenerlas, poned de vuestra parte, no seáis flojos. Aquél que trabaja obtiene, aquél que suda, ganará, pero si vosotros no queréis mover ni un solo dedo, no os quejéis pues, de lo que tendréis en lo futuro. Gracias, Mis pequeños.

    Quinto Misterio, Habla Dios Padre,
    Sobre: Yo, el Segador, Soy el que puede claramente ver qué frutos estáis produciendo cada uno de vosotros.

    Hijitos Míos, en las Escrituras se os dice que, el que viene de Mí, por sus frutos los conoceréis, también aquel que viene del mal, también por sus frutos le conoceréis. Éste es el tiempo de la siega, éste es tiempo de la división, de lo bueno y de lo malo, ¿de qué lado estaréis, Mis pequeños?, habréis reflexionado ya de vuestra vida, ¿qué habéis hecho?, ¿qué estáis haciendo?, ¿qué haréis?, Yo, el Segador, Soy el que puede claramente ver qué frutos estáis produciendo cada uno de vosotros, ¿realmente estáis dando frutos de vida?, ¿realmente os habéis dejado regar por agua buena, agua saludable, que está dando frutos jugosos, frutos buenos para vuestros hermanos?, ¿sois realmente ejemplo de Mi Presencia en vosotros?, os digo esto tantas veces, Mis pequeños, para que reflexionéis continuamente, porque al hombre se le olvida, sois niños distraídos que no estáis atentos a la lección que se os pide dar. Y así, como el maestro, al ver al alumno que no está aprendiendo bien la lección, la repite y la repite, hasta que la entiende bien y la aprende perfectamente.

    Mis pequeños, estáis aquí en el mundo para ser otros Cristos, os lo he dicho muchas veces, pero todos los días caéis en el error. La lección que se os ha enseñando, que Mi Hijo os la vino a dar, es una lección que tenéis que repasar todos los días, por eso os repito tanto esto, Mis pequeños, y os la repito para que aquellos de vosotros que ya aprendisteis la lección, os sentiréis agradecidos de la enseñanza y Me daréis las gracias, pero los que no, os servirá de recordatorio, para que empecéis nuevamente a hacer lo que debéis hacer por Mí, vuestro Dios, en vuestros hermanos.

    La lección es de todos los días, el aprendizaje es de todos los días, no podéis dejar a un lado lo que debéis hacer, porque luego lo olvidáis u os entra la flojera y ya no lo queréis hacer después. Os vuelvo a repetir, sois niños pequeños que necesitáis de que la lección se os repita continuamente. Poned de vuestra parte, Mis pequeños, hay mucho, mucho que debéis aprender y mucho más lo que debéis dar. Aplicaos pues, a lo que se os ha enseñado, que después vendrá el regalo, el triunfo eterno, pero este dependerá de lo que vosotros mismos hayáis dado con la lección aprendida. Gracias, Mis pequeños.