Ene 18_08 Buscad ésa soledad para que platiquéis Conmigo.

Rosario.

Mensajes de Dios Padre y la Santísima Virgen María a J.V.

Temas:

  • Buscad siempre el momento de estar Conmigo, de buscar ésa soledad para que platiquéis Conmigo, con vuestro Dios
  • Os he dicho que hay tiempo, pero es corto, dejaos ya mover por el Santo Espíritu de Amor y dejad que la vida del Cielo se dé ya sobre la Tierra
Primer Misterio,
Habla Dios Padre,
Sobre: Buscad siempre el momento de estar Conmigo, de buscar ésa soledad para que platiquéis Conmigo, con vuestro Dios.

Hijitos Míos, el estado de Gracia es el estado por excelencia del alma, pero éste estado de Gracia, no solamente va a afectar al alma, elevándola hacia Mí sino, por consecuencia, afecta al cuerpo, estabiliza sus acciones y vive también el cuerpo en el estado por excelencia, la paz, la paz interior que le da el alma, porque está Conmigo, porque Me vive, porque Me transmite.

Mis pequeños, esa paz que se recibe en el estado de Gracia del alma, va afectando también a todos aquellos hermanos vuestros que os rodean. El estado de Gracia os pone en comunicación directa y continua Conmigo, con vuestro Dios, recibís de Mí grandes Bendiciones, Sabiduría, Vida, Vida espiritual, que ésa os va alimentando y ésa alimentará a vuestros hermanos.

¡Cuántos de vuestros hermanos necesitan alimento de vida, Mis pequeños!, ¡cuántos de vuestros hermanos prefieren buscar ése alimento por otros lados!, satanás os engaña continuamente, os hace creer que encontraréis la Sabiduría en otros lados, por otros caminos, os engaña y os lleva al caos espiritual, os quita la paz y os quita realmente ésa continua comunicación Conmigo, con vuestro Dios.

Por eso es tan importante, Mis pequeños, que estéis Conmigo, que viváis en estado de Gracia y no solamente para que vosotros Me tengáis, sino para que vosotros ayudéis a vuestros hermanos a que Me tengan y esto será primeramente gracias vuestro ejemplo. Ejemplo de vida, ejemplo de amor, ejemplo de virtud, siempre luchando contra vuestros males y vuestros vicios, contra la maldad interna que vosotros tenéis y la maldad externa que os ataca continuamente. Vosotros contaréis con Mi Fuerza, con Mi Poder Divino para vencer tanto vuestro interior pecaminoso, la concupiscencia humana, como para vencer el mal que os ataca continuamente y que satanás logra en muchas almas y las destruye.

Vosotros, Mis pequeños, orad, orad continuamente y esto es, la comunicación continua Conmigo, en el estado de Gracia. Ciertamente en algún momento caeréis en graves faltas ó en faltas leves y no por ello Yo Me voy a apartar de vuestro corazón, esperaré el momento del arrepentimiento para estar ahí y perdonar vuestros pecados.

Mis pequeños, buscad siempre el momento de estar Conmigo, de buscar ésa soledad para que platiquéis Conmigo, con vuestro Dios, libres de los ruidos del mundo, apartados del mundo y dándoMe solamente el tiempo a Mí, vuestro Dios. Es un tiempo Divino, un tiempo del Padre con el hijo, un tiempo, no solamente de reconciliación, sino de intercambio de ideas. Sí, Yo estoy con vosotros, Yo os escucho continuamente, porque Vivo dentro de vosotros, pero vosotros sois los que no tenéis el tiempo para estar Conmigo ni confiáis en que Yo os pueda hablar a vuestro corazón, que os instruya y que os regale con Palabras Divinas para que podáis crecer, para que podáis amar, para que podáis vivir como se vive en el Cielo y viváis así en la Tierra.

DadMe tiempo, Mis pequeños, para esa comunicación Divina, comunicación de familia, comunicación del alma, que realmente debe necesitar al Padre, la Guía Sabia y amorosa que Soy Yo y que Soy el Único que os la puede dar.

Venid pues, Mis pequeños, confiados a Mí, vuestro Dios, para que Yo os guíe, os lleve hacia la perfección y gocéis plenamente de Mis regalos amorosos.

¡OH!, Mis pequeños, ¡cómo os quiero consentir!, ¡cómo quiero que gocéis ya de Mis bienes y de Mis regalos, pero vosotros os escabullís y preferís al mundo, preferís cosas muy diferentes a lo que es vuestro, sí, porque lo Mío es vuestro.

Os vuelvo a repetir, caéis muy fácilmente en los engaños de satanás y os dejáis llevar por él y tarde, a veces muy tarde, recapacitaréis en el error en el que caísteis, pero desgraciadamente, el daño ya está hecho.

Venid pues a Mí, para que Yo os dé Mi Vida, restaure todo lo afectado por satanás y os eleve a la dignidad a la que fuisteis creados, ser hijos Míos, hijos del Dios Verdadero, hijos del Creador del Universo, ésa es vuestra dignidad.

Mis pequeños, ¡os amo tanto!, ¡os amo tanto!, Mis pequeños, venid a Mí, os bendigo, Mis pequeños, os bendigo con todo Mi Amor.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio,
Habla La Santísima Virgen María
Sobre: Os he dicho que hay tiempo, pero es corto, dejaos ya mover por el Santo Espíritu de Amor y dejad que la vida del Cielo se dé ya sobre la Tierra.

(Lenguas…) Hijitos Míos, Soy vuestra Madre, la Siempre Virgen María. La Luz llegó al mundo a través Mío, porque Me doné a Nuestro Dios, al Creador del Universo, a Mi Señor. Fui impregnada de ésa Luz Divina, ésa Luz Divina se desarrolló en Mi Vientre Virginal y Yo, Su Madre, gozando de ésa Luz interior, Me di al mundo. Parto Divino, parto para la Tierra entera, la Tierra entera recibió el regalo Divino de Nuestro Dios y Creador, el mundo entero recibía la Luz del Cielo aquí en la Tierra, por fin las tinieblas se disipaban de la mente y del corazón del hombre con la venida de Mi Hijo, la Luz del Mundo.

Mi Hijo, siendo ésta Luz, vino a traer las Enseñanzas Divinas, las Enseñanzas Santas, las Enseñanzas Sabias de todo un Dios y se revelaba a los hombres.

El mundo entero vivía en tinieblas, el mundo entero se dio cuenta de la Luz que llegaba, pero satanás atacó y atacó fuertemente el corazón del hombre, para que no pudieran ver la Luz que estaba ya ante los hombres, cegó sus ojos, cegó su mente y cegó su corazón, pero otros, los verdaderos hijos de Dios, se dieron cuenta de ésa Luz, de esa Luz Divina que caminaba ya entre ellos, que hablaba, pero con Palabras Sabias, no con palabras humanas, que se movía entre ellos, con una Vida Divina, curando y no solamente el cuerpo, sino lo más importante que tenéis vosotros, Mis pequeños, el alma. Esta Luz que Mi Padre y Mi Dios permitió que Yo trajera a vosotros, que por Mi conducto viniera a la Tierra, fue traicionada por algunos y aceptada por otros.

Los verdaderos hijos de Dios, han mantenido esa Luz en su interior (Lenguas…), esa Luz Divina llegó para dividir la Luz de las tinieblas para servir entre los hombres y los hombres que la han aceptado, la han vivido, la transmiten, saben, saben del tesoro precioso que es la Luz Divina.

Mis pequeños, estáis viviendo nuevamente en la obscuridad, porque el hombre cerró su corazón a la Luz Divina. Ciertamente hay traición en el corazón del hombre, como en aquél tiempo en que Mi Hijo vivió entre los hombres. Se ha traicionado al Amor, no habéis querido vivir la Vida Divina, la vida en la Gracia, la comunicación continua con vuestro Dios.

Mis pequeños, Nuestro Dios no es un Dios de venganza, no es un Dios de odios ni de maldad, porque no sería entonces el Dios del Amor, del Perdón, de la Misericordia Infinita.
El tiempo está sobre vosotros, pero aún hay tiempo para el perdón y la reconciliación con vuestro Dios y Mi Dios. Así como os traje la Luz en Mi Vientre Virginal, ahora Mi Corazón os trae a Mi Esposo, El Santo Espíritu de Amor, está entre vosotros, abrid ya vuestro corazón, abrid vuestra mente, dad cabida en vuestro ser a que Mi Esposo viva plenamente en vosotros, viva en vosotros, pero dadle el permiso para que trabaje realmente en vosotros, para que os transforme, para que os haga vivir la vida que os trajo Mi Hijo, que os enseñó Mi Hijo, dejad que Mi Esposo os transforme, os haga ver la realidad de vuestra vida, no la vida que estáis llevando sobre la Tierra, sino la vida que está en vuestro corazón y que debe trasmutarse, que debe de darse, que debe salir de vosotros.

Sí, tiene que haber un cambio, Mis pequeños, vuestra alma transformada tiene que salir y mostrarse ante los hombres, el Amor está en vuestro interior, porque el Amor habita en él, tiene que mostrarse ya ante los hombres, ésa es la transmutación que debe de haber en el hombre ya, vida, la Vida Divina que habita en vosotros se debe dar ya entre los hombres.

Dejad pues, que Mi Esposo, el Santo Espíritu de Amor trabaje plenamente en vosotros y así gozaréis de los regalos y de los tesoros del Cielo.

Mis pequeños, os he dicho que hay tiempo, pero es corto, dejaos ya mover por el Santo Espíritu de Amor y dejad que la vida del Cielo se dé ya sobre la Tierra, que el Reino de Dios se implante en la Tierra y que todos los hombres gocen ya de la Vida de Nuestro Creador y Dios, de Nuestro Padre, de quien es la Vida Verdadera.
Gracias, Mis pequeños.