Dic 17_07 Actuad en el Bien y responded con bien al mal que recibáis.

Rosario Vespertino.

Temas:

  • ¿En qué posición estáis?, ¿creéis ó no creéis?, ¿estáis viviendo de acuerdo a las  Enseñanzas de Mi Hijo?
  • Éso es la humildad, sentirse necesitados de Mí, para que Yo Me pueda derramar fuertemente en vosotros.
  • Actuad en el Bien y responded con bien al mal que recibáis.
  • ¡Cuanto deseo este cambio ya, Mis pequeños!, vosotros lo sabéis, lo intuís, así como se intuía, se sentía Mi Nacimiento, el Nacimiento de Mi Hijo.
  • ¿Pasaréis un tiempo de Navidad solamente para intercambio de regalos ó realmente meditaréis el por qué se está celebrando éste Nacimiento?

Mensajes de Dios Padre a J. V.

Primer Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: ¿En qué posición estáis?, ¿creéis ó no creéis?, ¿estáis viviendo de acuerdo a las Enseñanzas de Mi Hijo?

Hijitos Míos, un Salvador se os había prometido, un Salvador que se iba a dar por todos vosotros os iba a traer la vida que se había perdido, que se había eliminado por causa del Pecado de vuestros Primeros Padres. Un Salvador que venía nuevamente a darles la dignidad de hijos de Dios.

Sí, Mis pequeños, nuevamente ibais a ser Mis hijos, pero en la Gracia, en el Amor, en las Virtudes, en ésa vida Divina que habíais perdido; no lo entendieron así aquellos que estuvieron en Su tiempo.

Mis pequeños, ahora vosotros, en éstos tiempos, después de haber estudiado la historia, vuestra historia, ¿en qué posición estáis?, ¿creéis ó no creéis?, ¿estáis viviendo de acuerdo a las Enseñanzas de Mi Hijo?, ¿creéis realmente que Él vino realmente a salvar vuestras almas?, porque el pueblo antiguo, cuando Él nació, quería que se les salvara solamente del yugo de los romanos, querían ser libres, pero realmente la libertad la iban a obtener en su espiritualidad.

Él vino a daros la libertad con la que Yo os creé, pero satanás os viene a poner el yugo nuevamente. No queréis daros cuenta de esto, Mis pequeños. Ciertamente muchos de vuestros hermanos están viviendo bajo un yugo tremendo, si antes fue el yugo de los romanos que no los dejaba moverse libremente, que tenían que pagar dinero al César para que se mantuvieran libres, en cierta forma, sin tantos problemas, el yugo ahora vosotros, Mis pequeños, que estáis viviendo, es el yugo de satanás. Él os esclaviza peor, él os quita vuestra libertad, creéis tener más libertad, porque el pecado, como se ha diseminado tanto y veis que vuestros hermanos viven normalmente bajo ése pecado y por ser ya muchos, creéis que está bien.

Os he dicho esto varias veces, pero no, Mis pequeños, el pecado siempre será el pecado, el pecado siempre es separación de Mí, vuestro Dios, Me atacáis, Me traicionáis cuando vivís en el pecado. Cuando no estáis haciendo Mi Voluntad, vivís en el pecado.

Os vuelvo a hacer la pregunta, ¿creéis en Mí, Me buscáis, estáis Conmigo?, os pido, Mis pequeños, que retoméis vuestra vida, que retoméis todo lo que Yo os he dado, que meditéis vuestros actos a lo largo de vuestra vida y que, realmente, meditéis si lo que habéis hecho era Mi Voluntad ó vuestra voluntad.

Queréis mucho de Mí, queréis que Yo os consienta, que no os falte nada, pero ¿qué Me dais?. No Me dais amor, no Me dais respeto, no Me buscáis, no queréis vivir en Mi Sabiduría y bajo Mis Preceptos, entonces ¿qué queréis Mis pequeños?. Sois tibios y en las Escrituras os hablo fuertemente sobre los tibios, lo sabéis. El tibio actúa en conveniencia, a veces obrará en el Bien y a veces en el mal, según les convenga, éstas son almas que no Me convienen a Mí para el Reino, son almas que un día pueden estar portándose bien y al otro día Me pueden estar traicionando. Yo no puedo dejar pasar almas tibias al Reino de los Cielos.

Meditad bien todo esto, Mis pequeños, buscad la perfección, como os dijo Mi Hijo, buscad el ser perfectos, como Yo Soy el Perfecto. Sí, para muchos la perfección se les hará difícil, pero porque estáis pensando en vuestras propias fuerzas, si os acercarais a Mí, obtendríais ésa Fuerza de Mí. Sed pequeñitos, venid humildes, sencillos y pedídMe lo que necesitéis. El niño depende de sus padres, de sus cuidados para crecer sanamente, vosotros tenéis que venir a Mí para que podáis crecer sanamente en lo espiritual, Yo os daré el mejor alimento, nadie os podrá dar el alimento que necesitaréis para crecer en lo espiritual. Confiad en Mí y tomad de Mí, Mis pequeños, lo que necesitéis, pero siempre venid sencillos, puros, alegres de saber que Me encontraréis y que realmente recibiréis lo que necesitaréis para crecer y agradarMe.
Os amo Mis pequeñitos, os amo mucho.

Segundo Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Éso es la humildad, sentirse necesitados de Mí, para que Yo Me pueda derramar fuertemente en vosotros.

Hijitos Míos, Yo, vuestro Dios, Grande, Todopoderoso y Omnipotente, siempre escojo a los pequeñitos para hacer grandes obras. Ved el ejemplo con Mi Hijo, pequeñito, como todo ser viviente, pobre, para que no saliera a la luz Su Divinidad, en un población pequeña de aquellos tiempos. Crece, como cualquier otro niño y su Enseñanza posterior, es simple, sencilla, todo en la pequeñez, en la humildad, en la modestia. El ser humilde es algo grande para Mis Ojos, cuando vosotros os hacéis pequeñitos… (Lenguas…), cuando vosotros Me pedís la humildad, Mis pequeños, Yo realmente estoy con vosotros. Para ser humildes debéis estar sedientos de ello, pero sobre todo, ser concientes de lo que significa la palabra humildad y esa palabra llevarla a lo profundo, en actos, en vida.

Aquellos que Yo he creado y que han vivido en ésa humildad, en vuestro tiempo o de los tiempos antiguos, se reconocen necesitados de Mí, éso es la humildad, sentirse necesitados de Mí, para que Yo Me pueda derramar fuertemente en vosotros. Aquel que es soberbio, no siente ésa necesidad de Mí, no Me invoca, no Me busca, porque su soberbia, su propia presencia, su “yo”, le es suficiente, está lleno de sí y por eso ésas almas fácilmente se estancan, se pierden, no dan nada, porque además de eso se vuelven egoístas, son soberbios y no quieren, según ellos, que alguien crezca a la altura en la que están ellos cuando, realmente, están muy debajo de cualquier otro, porque la soberbia los vuelve ciegos ante la realidad que les rodea.

El humilde siempre se verá necesitado, porque conoce Mi Omnipotencia, conoce Mi Grandeza, quiere llegar a Mí, quiere tenerMe. Aquel que es humilde y empieza a subir, en cada escalón se le van abriendo horizontes nuevos y quiero recalcar esto, horizontes, no solamente un punto al que van a alcanzar en cada escalón, se ven horizontes y al ver ése horizonte, nuevamente entran en humildad, porque sienten que nunca van a lograr alcanzar ése horizonte de capacidades, de dones, de conocimiento, que se les da en cada escalón de crecimiento espiritual. Y así, el que es humilde, siempre se mantendrá humilde, porque sabe que nunca podrá alcanzar, en totalidad, toda ésa grandeza que Yo derramo sobre las almas, pero en ésa humildad van creciendo y se van volviendo más santos, sabios, capaces y siguen siendo humildes porque, aún a pesar de que sus hermanos, que están recibiendo el conocimiento, las bendiciones que Yo derramo en ésas almas, los reconocen como grandes, ellos se saben reconocer humildes, porque están viendo el horizonte que Soy Yo en Mi Omnipotencia.

Manteneos así, Mis pequeños, humildes, sencillos. PedidMe que os lleve a ésa escalera de crecimiento espiritual, pero que la viváis de corazón, que la sintáis de corazón y que la viváis siempre humildes, para que seáis grandes ante Mis Ojos y ante los ojos de vuestros hermanos.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: Actuad en el Bien y responded con bien al mal que recibáis.

Hijitos Míos, muchos de vosotros decís que estáis cansados de la vida, que estáis cansados de tantos problemas, ya no sabéis a dónde ir, qué hacer para resolver todos los problemas que se os vienen, que tenéis, que se os avecinan, que están ya con vosotros. ¿Cuántas veces os he dicho que vosotros os habéis atraído todo éste mal?, el mal no viene de Mí, el mal atrae al mal, vosotros le habéis dado capacidades grandes al mal. Se mueve ahora ya libremente entre vosotros y esto estaba ya anunciado que iba a suceder, porque vosotros mismos, en lugar de poner un hasta aquí al mal, ponerle barreras fuertes para detenerlo, le disteis el paso libre y es ahora el que está haciendo el daño tan grande alrededor del mundo, en lo material y en lo espiritual.

Satanás fue un Arcángel muy bello, el preferido, lo amo, lo amo a pesar de que ahora es un demonio, porque Yo lo creé y recuerdo ése momento cuando Yo lo creé, gocé en darle a un ser angelical las potencias con que lo doté. Y así hice cada Arcángel, cada ángel y según de acuerdo a la misión que iba a tener cada uno de ellos Yo iba gozando la creación de todos los Ángeles.

¡OH!, Mis pequeños, todo lo que Yo hago, lo hago con un Amor Infinito y siempre buscando la perfección. ¿Por qué Me traicionáis a Mí?, que Yo siempre he visto por vuestro bien, por vuestro máximo bien. Creé al hombre como lo más perfecto de la Creación y también Me traicionó. ¿Por qué Me hacéis esto a Mí, Mis pequeños, si os amo tanto?, ¿por qué buscáis el mal, cuando podríais vivir en el Bien?, fuisteis creados para vivir en el Bien ¿y buscáis el mal?. Si os pusierais a reflexionar, Mis pequeños, veríais que esto es ilógico, sí, ilógico, ciertamente, porque en el mal sufrís, en el mal perdéis, en el mal tenéis daños, daños de diferente índole y a veces irreparables y aún así, lo seguís alimentando, seguís queriendo vivir en el mal, en la corrupción y en todo aquello que atrae al mal.

Si fuerais más santos, si vivierais realmente en Sabiduría Divina, inmediatamente erradicaríais el mal, tanto en vuestra persona, como en la de los vuestros. Les ayudaríais, a través de vuestro ejemplo, a ir erradicando el mal. Debéis luchar, Mis pequeños, para ir sacando todo ése mal en vuestra vida, todo ese mal que os va llevando a un mal mayor y peor cada vez, que os está destruyendo, que os va quitando todo lo bueno que Yo os he dado.

Actuad en el Bien y responded con bien al mal que recibáis, eso es lo que os vino a enseñar Mi Hijo y eso es lo que debéis hacer para ir eliminando el mal en el mundo. Cuando se os haga un mal, responded en amor y en virtud y así, el que hizo el mal, recibirá un bien y ése bien es el que lo irá a él cambiando, para que todo vaya cambiando a vuestro alrededor y así, el mismo mal, al ver que ya no tiene quien lo apoye, se irá eliminando, pero gracias a que vosotros, ya dándoos cuenta de esto, hagáis ya un cambio en vuestra vida, actuéis como verdaderos hijos Míos, como hermanos de Cristo Jesús, actuando, viviendo, pensando, simplemente en hacer el bien, en ser perfectos, como Yo, vuestro Padre, Soy Perfecto.
Gracias, Mis pequeños.

Cuarto Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: ¡Cuanto deseo este cambio ya, Mis pequeños!, vosotros lo sabéis, lo intuís, así como se intuía, se sentía Mi Nacimiento, el Nacimiento de Mi Hijo.

Hijitos Míos, hay tantas y tantas almas que no se dan cuenta de lo que está sucediendo a su alrededor. Os he dicho que hablan de ciclos, de eras y de tantas cosas en las que satanás ha hecho que la mente humana se obscurezca, que pierda la realidad de todo lo que está sucediendo a vuestro alrededor. ¿Qué mejor hacer creer al ser humano, que no está pasando nada, que todo lo que sucede alrededor pasará y todo seguirá igual? Y así os va engañando satanás, para que no le deis importancia a los tiempos que estáis viviendo, ya profetizados, en donde él perderá su fuerza, gracias a la oración del hombre, gracias a Mi intervención por vuestra petición y por vuestro cambio, gracias a Mi Hija, la Siempre Virgen María, que está luchando contra las fuerzas de satanás, gracias a la donación de Mi Hijo, que se dio por todos vosotros, que Su Sangre Preciosa corre todavía, corre viva alrededor del mundo, dándole vida a tantas almas que están muertas a la Gracia. El Cielo está con vosotros, la Gran lucha la estáis viviendo ya, los ejércitos angelicales están ya luchando contra satanás. La lucha en la Tierra se está dando con almas como vosotros, que a través de la oración, de la donación, de la búsqueda de la Palabra, por el cambio de vida, estáis cambiando ya todo el daño que ha producido satanás por siglos.

Os había dicho que Yo voy de lo pequeño a lo grande, que busco pequeñas almas humildes, pequeños grupos, pequeñas reuniones familiares, todo lo hago en lo pequeño y de ahí surge lo grande y maravilloso, lo milagroso que está sucediendo a vuestro alrededor y que pronto se tiene que dar ya a nivel universal. Un cambio total para que gocéis de Mis Bendiciones, de Mi Vida y de todo lo prometido.
¡Cuanto deseo este cambio ya, Mis pequeños!, vosotros lo sabéis, lo intuís, así como se intuía, se sentía Mi Nacimiento, el Nacimiento de Mi Hijo, la vida nueva que se iba a dar en aquél tiempo, ahora estáis sintiendo, estáis intuyendo ya el cambio a todos niveles, en diferentes formas de pensar, en diferentes filosofías alrededor del Mundo. Todos coinciden en que éste es el momento del cambio, Yo lo voy suscitando a través de Mi Santo Espíritu, preparaos pues, Mis pequeños, para éste gran cambio y os pido nuevamente que os mantengáis pequeñitos, sencillos, humildes, para que Yo pueda hacer a través de vosotros grandes cosas.
Recibid Mis Bendiciones, pero sobre todo, recibid Mi Corazón, Mis pequeños.
Gracias.

Quinto Misterio, Habla Dios Padre,
Sobre: ¿Pasaréis un tiempo de Navidad solamente para intercambio de regalos ó realmente meditaréis el por qué se está celebrando éste Nacimiento?

Hijitos Míos, os estáis preparando nuevamente para celebrar la venida de Mi Hijo a la Tierra. Meditad esto que os diré: fue tan grande el Advenimiento, fue tan grande la Presencia de Mi Hijo en la Tierra, que marcó la historia, tanto que se dice “antes de Cristo” y “después de Cristo”.

Él vino a salvar a la humanidad, Él vino a dar el conocimiento, la Vida, Mi Amor, de todo aquello que había escuchado de Mí y Vivía de Mí.

Mis pequeños, estáis por celebrar nuevamente ésa venida de Mi Hijo que os vino a traer los regalos del Cielo, que os vino a traer la Salvación, que os vino a enseñar, con Su Presencia Divina, lo que debíais seguir. Aquellos que creyeran en Él se salvarían, aquellos que lo negaran, se condenarían.

La Luz se dio cuando fue Su Nacimiento y de ésta forma podíais ya escoger entre la Luz y las tinieblas, cuando antiguamente, antes de Su llegada, ciertamente todo era tiniebla, porque estaban en manos de satanás. Pero al llegar Mi Hijo a la Tierra, os trajo la Luz, os trajo la guía, os dio tanto, Mis pequeños, para que fuerais santos, hijos dignos Míos, vuestro Dios y Señor.

Os pregunto, ¿estáis en el Antiguo Testamento todavía, antes de la Venida de Mi Hijo?, ¿vivís vosotros en la obscuridad?, ¿no habéis querido preparar vuestro corazón a Su Nacimiento?, ¿no habéis aceptado lo que os vino a dar, que Yo le pedí? Muchos de vosotros os mantenéis así, en la obscuridad. No queréis tomar realmente Su Venida a la Tierra, os queréis mantener en el pecado, queréis seguir bajo el yugo de satanás. Mi Hijo hacía muchos Milagros, pero la finalidad de los Milagros era que se diera cuenta la humanidad de que ya había Luz entre vosotros, que Mi Reino ya estaba entre vosotros, que ya podíais nuevamente alcanzar los regalos preciosos a los que estáis destinados todos vosotros.

Simplemente dejáis las Navidades para un intercambio de regalos, para quedar bien con el hermano al que le debéis favores, pero realmente, ¿dónde está el cambio interior?, ¿dónde está la aceptación de todo lo que os vino a dar Mi Hijo?, ¿dónde está la vida en virtud y en amor que todos debierais tener?, ¿dónde, dónde, dónde?, pregunto nuevamente, muy pocos quieren cambiar, muy pocos quieren volver a nacer, muy pocos son los que quieren dejar su vida de pecado y tomar una vida de virtud y de ejemplo.

¿Qué más queréis, Mis pequeños?, se os ha dado todo, se os ha dado un Dios entre vosotros y se le asesinó por envidia, por maldad, ¿en qué posición estáis vosotros?. Os pido meditéis todo esto, Mis pequeños, ¿pasaréis un tiempo de Navidad solamente para intercambio de regalos ó realmente meditaréis el por qué se está celebrando éste Nacimiento?. Un Nacimiento que se tiene que dar en el corazón de cada uno de vosotros.
Gracias, Mis pequeños.