Jun 03_99 Quiero instruir a Mis hijos: los Jóvenes.

Mensaje de Dios Padre a J.V. (Corpus Christi)

Habla Dios Padre,
Sobre: Quiero instruir a Mis hijos: los Jóvenes.

Hijitos Míos de Mi Corazón, Hoy os quiero instruir a vosotros Mis pequeños, los jóvenes.

Es Mi Corazón el que siempre os está llamando, es Mi Corazón el que quiere, en todo momento, habitar en el vuestro. La juventud es una etapa de asentamiento, de asimilación y de confirmación a las enseñanzas dadas por vuestros padres. Es cuando, las enseñanzas que recibisteis, deben ser hechas vida, porque es en ésta etapa cuando se marcará vuestro futuro. Hasta ahora habéis visto vuestra vida, básicamente, a nivel humano, ahora lo deberéis ver a nivel divino. Las enseñanzas que os dan vuestros padres sobre Mis Preceptos y Leyes, sobre el amor, que ellos mismos darán y vivirán, el respeto y devoción a Mi Santísimo Nombre, deberán ser ahora, en ésta etapa de vuestra vida, recapacitados, estudiados, reflexionados y será vuestro libre albedrío el que os hará decidir si estáis Conmigo ó estáis contra Mí.

Al ser ésta etapa de vuestra vida una etapa de transición y básica para vuestro futuro, al saberlo también el maligno, os ataca más fuertemente. Os pone infinidad de desviaciones en vuestro camino, para que no os concentréis en la responsabilidad tan grande que tenéis.

Es en ésta etapa y a veces en algunos más pequeños, cuando Mis Leyes, Mi Vida, se implanta en vuestros corazones y, al enraizar, gracias a vuestro libre albedrío y principalmente por amor y agradecimiento a vuestro Dios, darán el fruto que Yo necesito para que Mi vida se mantenga entre vosotros.

En ésta edad en la que más errores se cometen, si sois mal guiados, pero es también cuando se fijan los grandes ideales en vuestro corazón, los cuáles darán grandes frutos por el resto de vuestra vida.

Es el demonio el que se aprovecha de vuestra indecisión y que con la ayuda de sus secuaces, os desvían hacia caminos de perdición, los cuáles dejarán grandes o pequeñas heridas que modificarán en mucho o en poco vuestro futuro.

Es en ésta etapa en la que vuestro cuerpo comienza los maravillosos cambios que os prepararán a la procreación de más pequeñitos Míos. Por ello, vuestra entrega a Mí, debe ser mayor, porque los cambios que experimentáis son para la obra santa de la procreación, la cuál da por resultado la continuación de la Redención por los hijos que tendréis.

La procreación es santa, por los frutos que se deben derivar de ella, como son: la creación de más pequeñines, que serán educados en Mi Amor, que serán educados en la gratitud a su Dios, que serán educados para amar a su prójimo, que serán educados para servir al necesitado, tanto en lo espiritual, principalmente y luego en lo material.

Por eso, en ésta etapa, el demonio trata de desvirtuar la santidad del acto de procreación Vio muestra como una diversión y goce superfluo, sin responsabilidades inmediatas ni futuras. El sólo desea que se afecten Mis Leyes y Preceptos, que no haya continuidad en Mi Obra de Redención del género humano, que vosotros no gocéis lo que a él se le quitó por su pecado, el Reino que os tengo prometido.

Es a través de sus secuaces que os engaña para desviaros, produciendo la destrucción, tanto de vuestro cuerpo, de vuestra mente y de vuestro corazón. Al desviaros vosotros no tendréis la Vida que Yo tanto anhelo que tengáis en vuestro corazón. Esta etapa de vuestra vida, como os dije anteriormente, marcará definitivamente vuestro futuro. Es una etapa fuerte de prueba, de freno a vuestra carnalidad y de confirmación en la Fé y servicio a vuestro Dios.

Esta etapa marcará el respeto a vuestros semejantes, a la vida espiritual de los que están con vosotros y con los que os relacionáis. Los errores ó los logros que tengáis en ésta etapa de prueba, os acompañarán, no sólo el resto de vuestra existencia, sino por toda la eternidad.

La pureza y la castidad en ésta etapa, os darán una luz muy grande ante Mis Ojos y ante los ojos de Mis Ángeles y Santos. Lo que oigáis, lo que habléis, lo que hagáis, lo que aprendáis, lo que penséis, lo que leáis, todo, todo, modificará, para bien ó para mal vuestro futuro.

El maligno os pone pruebas y será vuestro libre albedrío el que responderá, para bien ó para mal, a la prueba. Ello dependerá en mucho, de la educación recibida en el seno de la familia en la cuál se hayan vivido Mi Amor, Mis Enseñanzas y Mis Leyes ó en las que no se hayan vivido ni respetado las mismas.

Así como se afecta la obra santa de la Procreación por los desvíos que os pone el maligno, también os afecta en vuestro ser, tanto en lo moral y espiritual, como en lo físico. De aquí que os engaña con el goce superfluo y destructivo de las drogas, del alcohol y de las falsas lecturas que os llevarán hacia sus caminos de perdición.

Como sabéis, las drogas os dejarán secuelas físicas y espirituales. Os encadenan y en lugar de buscarMe para devolveros la Vida, buscáis afanosa y enfermiza mente la ó las drogas que ahora sentís que necesitáis para poder tener “vida”. Me anuláis a Mí, Me cambiáis por las drogas y los vicios, hacéis vida en otro “dios”, que ni os dá vida ni os dá amor. Vuestra destrucción es paulatina, la cuál goza el maligno y se mofa de vosotros ante Mí, por la degradación que está logrando en vuestras almas. Os encadenáis a vuestra propia destrucción.

No así aquellos, que tomando de corazón Mis Enseñanzas que os dio Mi Hijo Jesucristo y pidiendo humildemente ayuda a Mi Hija, la Siempre Virgen María ó a Su esposo San José ó la intercesión de algún ángel o santo del Cielo, superarán la prueba y las insidias del demonio. La vida de éstos Mis hijos, se vuelve vida de paz, vida bendecida en todos sus actos, porque, así como ellos Me han escogido para ser el Centro de su existencia, así, también Yo los tomo para ser Mis hijos consentidos a los que llevo muy dentro de Mi Corazón y en los que pongo toda Mi confianza, ya que ellos Me han demostrado que en la etapa de prueba se mantuvieron en el buen camino, el camino de Amor.

Hijitos Míos, el mal actualmente se lleva a muchos de Mis hijos en ésta etapa de la vida, en la juventud. Tenéis que daros cuenta de la responsabilidad tan grande que tenéis y habéis hecho con vuestro Dios. Bajasteis con libre voluntad para servirMe y en vez de ello, atacáis Mi Obra y Me traicionáis.

Daos cuenta de que Yo estoy guiando vuestro camino. Os pongo luces para que no os perdáis. Creéis y os hace creer nuestro enemigo, que si no “aprovecháis” ésta etapa para darle vuelo a vuestra carnalidad y a vuestros deseos desenfrenados, no vais a vivir plenamente. La plenitud nunca os la va a poder dar el mundo, puesto que él y sus obras son infinitamente limitadas, la PLENITUD sólo la puedo dar Yo, vuestro Dios y Señor, que Soy el Omnipotente. La infidelidad que Me causéis os puede dar un remordimiento eterno.

No es etapa de goce desenfrenado, como os lo quiere hacer ver el maligno, es etapa de bases puras en el amor que os darán la corona eterna. Muchos de Mis hijitos sucumben en ésta etapa, por no acercarse a Mi, Yo que todo lo puedo, Yo que todo lo perdono, Yo que todo lo reparo. El maligno os aparta de Mi Camino y os hace sentiros basura, os hace sentiros con una carga tan pesada de maldad que os hace creer que Yo no os puedo perdonar tal cantidad de pecados, logrando que no os acerquéis a Mí. Yo comprendo vuestra debilidad. Yo comprendo vuestro pecado, Yo comprendo vuestra frialdad, Yo comprendo vuestra traición. Yo comprendo esto y más y os alivio de TODOS vuestros pesares y pecados, siempre y cuando comprendáis Mi Infinita Bondad, que comprendáis”,que necesito un arrepentimiento sincero de vuestro corazón y también necesito que comprendáis que debéis darle la espalda definitivamente a aquél y a aquellos que os han llevado a vuestra destrucción espiritual y física. Yo todo lo puedo reparar en el Amor y en la Confianza a vuestro Dios.

Recordad que para que haya continuidad de Mi Vida sobre la Tierra, dependo de vosotros, para que Me forméis a otros pequeñitos con responsabilidad y con Amor y así YO pueda seguir bendiciéndoos a vosotros y a vuestras familias, ahora y por toda la Eternidad.

Mi Nombre es Santo y éste deberá darse a conocer por siempre.

Hijitos Míos, jóvenes del Mundo, reciban Mis Bendiciones, reciban Mi Amor Paternal, reciban Mi Santo Espíritu y llenen vuestro Mundo de Mi Vida y de Mi Amor a través de la procreación responsable y así vuestra recompensa será muy grande en el Reino de los cielos.