Jul 27_2023 Luchad, pues, Mis pequeños, contra los ataques de satanás, que cada vez van a ser peores, si no os protegéis, ya, toda esa maldad, os vencerá.

Rosario – Mensaje ÚNICO

.

================================

Mensaje de La Santísima Virgen María a J. V.

================================

.

Habla La Santísima Virgen María

(Lenguas…) Hijitos Míos, Mis pequeños, Mis corderitos. ¡Oh!, Mis pequeños, cuánto os amo, os veo sufrir tanto, porque no habéis seguido las Palabras de Mi Hijo, porque no habéis seguido Su Ejemplo y no os habéis llenado de Sus Enseñanzas, de Su Sabiduría y de Su Amor.

Estáis sufriendo y si no os acercáis a Mi Hijo, a través Mío, sufriréis todavía más. Estáis viendo todo lo que está sucediendo a vuestro alrededor: en la Iglesia, en el Mundo, en la sociedad, en los poderes de la Tierra. Todo se ha vuelto un caos, todo caerá, porque habéis entronizado al mal y lo que el mal os ha dado. Para vosotros, vuestro rey, vuestro dios, es el dinero, si no lo tenéis, sufrís y os suicidáis muchos de vosotros. Porque no tenéis un soporte espiritual, y viendo a donde os ha llevado satanás, no podéis decir que tenéis un soporte seguro con él, porque él siempre os va a traicionar. Ciertamente, si hacéis pacto con él, os dará lo que le pedís, pero luego, os lo quitará. Con él no podéis hacer pactos, porque siempre os va a traicionar, él lo que quiere es vuestra alma, quiere vuestra vida, quiere que le deis la espalda a Mi Hijo, y a Mí, vuestra Madre. Él os quiere quitar todo aquello que os asegura la Paz de vuestra alma, la Paz de vuestro corazón, y vosotros, no os queréis dar cuenta de ello. ¿Acaso, con lo que tenéis, estáis seguros? Lo que ahora tenéis, de lo material, al siguiente día se os avisa que se ha perdido todo en los bancos u os lo han robado de vuestros hogares, y ¿qué hacéis?, ¿os preocupáis, os doléis y morís por ello?

En cambio, con Mi Hijo, que hasta murió por vosotros, en Él debéis poner toda vuestra Esperanza, porque, con Él, podéis tener Vida Eterna, es vuestro Dios. Él se vino a dar por vosotros, sufrió por vosotros, lo que tenéis es por la Divina Providencia de vuestro Dios, satanás no os da lo que tenéis, pero, si os lo dio, será por un tiempo corto y os hará sufrir por ello y quizá, eternamente, por los tratos que hacéis con él.

No os queréis dar cuenta, Mis pequeños, que estando con satanás, sufriréis, desde aquí en la Tierra y eternamente. No os habéis dado cuenta del Tesoro tan grande que es estar con vuestro Dios.

Por otro lado, Mis pequeños, también estáis viendo la destrucción de la Iglesia. En Mi Advocación de La Salette, en parte del Mensaje que os di, llegaría el momento en que veríais en el mismo Vaticano, la lucha entre sacerdotes contra sacerdotes, cardenales contra cardenales, algunos de ellos, obviamente, defendiendo la Fe a costa de su vida, y lo estáis viendo, cómo van asesinando a hijos Míos, Mis sacerdotes, y se va quedando el mismo Vaticano con gente mala, gente que, el mismo satanás ha introducido, para ir destruyendo vuestra Fe y tratando de destruir los cimientos de la Iglesia, y no podrá, definitivamente, por la Promesa que os dio Mi Hijo, que no acabaría satanás con la Iglesia y que ésta, perduraría hasta el fin del Mundo.

Pero vosotros no os dais cuenta de lo más profundo del problema. Un sacerdote, como se os ha dicho antes, es más valioso que cualquier tesoro en la Tierra. Él es el único que os puede perdonar vuestros pecados, que os puede administrar los Sacramentos, el es único que os puede quitar esa carga fatal, y lo digo así, carga fatal cuando tenéis pecados graves, que si morís con ellos, moriréis eternamente e iréis al lugar del castigo. Vendrán grandes revoluciones, problemas, y ¿dónde estarán los sacerdotes buenos? ¿Podréis, acaso, encontrarlos, para que os confiesen, os den la bendición y el perdón de vuestros pecados? Si vosotros mismos no estáis buscando tener una vida Sacramental, una vida limpia, pura, Santa, con la cual estaréis asegurando vuestra entrada al Reino de los Cielos, si no estáis en esa situación, en la cual podréis encontraros ante Mi Hijo, al final de vuestra existencia, y que Él os pueda alegrar dándoos el regalo eterno, en el Reino de los Cielos, ¿quién más podrá ayudaros, para llegar ante Mi Hijo, limpios de corazón? No tenéis a nadie más, Mis pequeños, no tenéis a nadie más.

Estáis viendo cómo a los buenos sacerdotes los hacen a un lado. Aquél que se ha sentado en la Silla de Pedro, que es instrumento de satanás, está eliminando a los buenos sacerdotes, y no os queréis dar cuenta de ello, no queréis orar para defenderlos, no queréis daros como ellos se dan por vosotros.

Para cualquier lado que volteéis, Mis pequeños, hay tribulación, y vosotros ¿qué hacéis para disminuir toda esa problemática que estáis viviendo, y que es real? Se os ha dicho que la oración es poderosísima y que podéis hacer grandes, grandes cambios cuando os unís en grupos a rezar, principalmente, el Santo Rosario, que es el arma más poderosa para este tiempo, como se os ha dicho tantas veces, pero no lo hacéis.

Creéis que todo es mágico, que todo se puede acabar y cambiar en cualquier momento, no, Mis pequeños, tenéis que dar de vuestra parte, tenéis que ofreceros, sacrificaros, como lo ha hecho Mi Hijo por vosotros para salvaros, ¿y qué hacéis vosotros, Mis pequeños, por vuestros hermanos, para llevarles el bien, como vuestro Hermano, Mi Hijo Jesucristo, lo hizo por vosotros?

No hacéis grandes cosas, Mis pequeños, por resolver vuestra problemática real, que os está destruyendo, en lo material, en lo físico, en lo espiritual. La Iglesia se derrumba, ¿qué estáis haciendo para protegerla de las garras del mal? 

Tenéis tantos hermanos vuestros, alrededor del mundo, que no tienen soporte espiritual, que han sido engañados desde pequeños, para que no sigan los Pasos de Mi Hijo. Sed, vosotros, sus padres espirituales. Orad por aquellos hermanos vuestros que no tienen protección espiritual, podéis hacer grandes cosas por tantas almas que necesitan de la Gracia Divina para salvarse. Se os repite y se os repite tantas veces, Mis pequeños, y vosotros ¿qué hacéis para ello?

¿Dónde estaríais ahora, si Mi Hijo no hubiera bajado a la Tierra y se hubiera dado por vosotros? Estaríais viviendo todavía en las cavernas, matándoos los unos a los otros, viviendo de una manera cruel y desgraciada. Pero vino a levantaros, se compadeció vuestro Dios por todos vosotros. Mandó a Su Hijo Jesucristo, Mi Hijo, para levantaros, para traeros el Cielo a la Tierra, y vosotros, ¿cómo agradecéis todo eso? Preferís los pecados de satanás, sus maldades, sus engaños, preferís el mundo de fantasía que él os ofrece, preferís los bienes materiales, el dinero, los placeres, y no buscáis el Reino de los Cielos. ¿Veis cuánta falsedad hay a vuestro alrededor? ¿Y, qué hacéis vosotros para contrarrestar todo eso? Simplemente, os dejáis llevar por todo lo que sucede a vuestro alrededor y no ponéis un alto a vuestra vida y a la de los demás.

Ciertamente, no estoy pidiendo que os enfrentéis a ellos físicamente, porque os dañarán gravemente, pero sí os pido que los enfrentéis a través de la oración, porque tenéis de vuestra parte a todo el Cielo, las oraciones de las ánimas del Purgatorio, las oraciones de las almas del Universo entero, contáis con mucha protección, pero no queréis dar de vuestra parte, sois muy comodinos; todavía, niños chiquitos, bebés que no quieren tener ninguna responsabilidad.

Es el momento en que ya toméis la responsabilidad, Mis pequeños, primeramente, la responsabilidad de vuestra propia alma, la responsabilidad de salvar a vuestros hermanos, primero, vuestros hermanos carnales, y después, a todos vuestros hermanos, conocidos y no conocidos porque sois una familia en Dios.

Luchad, pues, Mis pequeños, contra los ataques de satanás, que cada vez van a ser peores, si no os protegéis, ya, toda esa maldad, os vencerá.

EstareMos protegiéndoos desde el Cielo. Yo, vuestra Madre, estaré con vosotros, Mi Hijo os estará dando Su Apoyo, también, a través de los buenos sacerdotes, dándoos Su Alimento Divino, perdonando vuestros pecados, agradeciéndoos lo que hacéis por aquellos que necesitan de vuestra intercesión para salvarse, el Cielo os apoya.

¿A quién pertenecéis vosotros, al Cielo o al Mundo?

Gracias, Mis pequeños.