Rosario -_Mensaje ÚNICO
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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.
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Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Hijitos Míos, Mis pequeños, os pido que no regreséis mal por mal. Yo no os enseñé eso, Mis pequeños, a todo ataque que Yo recibía, tanto, en Mi Vida pública, como, durante Mi Pasión, Yo oraba por ellos, por su conversión, por su salvación y nunca deseándoles un mal. Ciertamente no se daban cuenta que estaban atacando a su Dios y como Dios, Yo tenía que poner el Ejemplo de una vida de Amor, de perdón.
Vosotros estáis viviendo un ataque muy fuerte, ahora en estos tiempos de satanás, que como os he dicho, está él ya acabado; ya sabe que ha sido vencido por Mi Amor, pero él quiere llevarse tantas almas como pueda, hacia su muerte eterna.
Mis pequeños, que de vosotros siempre salga amor, que salga perdón, que salga comprensión.
En eso Me quiero enfocar, Mis pequeños; no todos vosotros habéis tenido la misma educación, no todos vosotros habréis tenido la Gracia de tener unos padres que os hayan llevado por el buen camino, y ahí es donde entra la comprensión, Mis pequeños, en que vosotros debéis poneros en su lugar, y debéis orar para que tengan una conversión, la conversión que pueda llevar a vuestros hermanos hacia su salvación eterna.
La conversión puede venir en cualquier etapa de la vida, pero, ciertamente, se necesita del amor de todos vosotros, del amor de hermanos, y ese amor que vosotros pidáis para ellos, llegará tarde o temprano, de eso, no dudéis, Mis pequeños, porque Yo estoy ansioso de salvar a las almas.
Que de vosotros, siempre salgan cosas buenas: pensamientos buenos, deseos buenos, porque de eso seréis vosotros juzgados. Aquellos que, a pesar de vuestra oración, a pesar de lo bueno que vosotros deseéis para su salvación, y no quieran cambiar, serán juzgados por Mí, y no deben ser juzgados por vosotros. Vosotros no sabéis cómo ha vivido esa alma, qué recibió de pequeño, qué maldades ha tenido a lo largo de su existencia, qué falta de amor ha tenido esa persona a la que vosotros le estáis deseando un mal.
Entonces, Mis pequeños, os pido que seáis como Yo Soy: Amor, Amor. Repartid amor por todos lados, especialmente a aquellos que Me están atacando, a aquellos que están tratando de destruir Mi Iglesia, a aquellos que están tratando de destruir los pueblos de la Tierra, a aquellos que están tratando de imponer el mal a todos vosotros. Seguid perdonando y orando por vuestros hermanos, por su conversión, porque, con lo que vosotros hagáis por ellos, recibiréis grandes bendiciones de parte Mía.
Os bendigo, Mis pequeños, y os pido que sigáis engrandeciendo vuestro amor, Mi Amor en vuestro corazón.
Os bendigo, amén.