Rosario – Mensaje ÚNICO
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Mensaje de La Santísima Virgen María a J. V.
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Habla La Santísima Virgen María.
Hijitos Míos, Soy vuestra Madre, La Siempre Virgen María. Sigo sufriendo, Mis pequeños.
¡Cuánto dolor, cuánto dolor he tenido, sigo teniendo y tendré por tantas almas que siguen haciendo sufrir a Mi Hijo!, y ese sufrimiento Me llega a Mí también, como Madre.
¡Cuánta maldad hay en los corazones de los hombres, que tontamente han seguido a satanás!, cuando, si aceptaran la Vida de Mi Hijo en sus corazones, tendrían una gran felicidad, la gran felicidad de vivir el Cielo en la Tierra.
¡Cuánto dolor sigo viviendo, Mis pequeños!, porque en la misma Iglesia, los que debieran transmitir la Vida de Mi Hijo, lo siguen sacrificando, como aquellos fariseos que Lo llevaron hasta la Cruz, porque no quisieron aceptar al Mesías, al Salvador, y ahora, sabiendo que es el Mesías y Salvador, Le dan la espalda en la misma Iglesia. Las mismas autoridades no aceptan esa Vida, esa Vida de Mi Hijo, esa Vida de Amor entre vosotros.
Reparad, reparad, Mis pequeños, por este dolor que Me causan todos los pecados de la humanidad.
TraedMe, Mis pequeños, el Amor de Mi Hijo en vuestro corazón. Daos cuenta, Mis pequeños, que vosotros necesitáis de la Vida de Mi Hijo en vosotros; no podréis entrar al Reino de los Cielos, si vosotros no lleváis a Mi Hijo en vuestro corazón.
TraedMe, pues, a todos aquellos que Le han dado la espalda, especialmente, los de la Iglesia, que son malos ejemplos para toda la humanidad, porque satanás lo hace adrede, para que se burlen de otras sectas, religiones, de la Verdadera, que dejó Mi Hijo entre vosotros.
Invocad Mi Nombre, Mis pequeños: “María”, la Madre del Redentor, de vuestro Salvador, invocadMe, porque satanás no soporta escuchar Mi Santo Nombre.
InvocadMe, para que interceda por esta humanidad y saque a esta humanidad del error en el que estáis viviendo.
InvocadMe, Mis pequeños, para Yo interceder por vosotros, para que se acorte el tiempo del sufrimiento, del sufrimiento que vosotros mismos os estáis ganando, por haberLe dado la espalda a Mi Hijo, y traicionando Su Santo Nombre y todo lo que hizo por vosotros.
Sigo sufriendo, Mis pequeños, porque también a Mí, Me habéis hecho a un lado, Soy vuestra Madre, y un hijo que ama a su madre, la protege contra todo.
Así pues, Mis pequeños, os insisto, invocad Mi Nombre, reparad por los dolores que Me causáis y Le causáis a Mi Hijo.
Venid, pues, nuevamente, a arrodillaros ante Mi Hijo, para que os perdone, y así repararéis tantos dolores y se acelerará el tiempo en que Mi Hijo tiene que venir triunfante para salvaros, para llevaros nuevamente a la felicidad que Él os trajo, primeramente, con Su llegada aquí a la Tierra.
Esperad, pues el cambio, el cambio que se debe dar, con el cambio verdadero que debéis lograr vosotros en vuestro corazón.
Os amo, Mis pequeños, Soy vuestra Madre. InvocadMe, invocadMe, Mis pequeños.
Gracias, Mis pequeños.