Rosario – Mensaje ÚNICO
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Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.
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Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Hijitos Míos, cuando se habla de oración, Mis pequeños, Yo estoy esperando que vosotros lleguéis a Mí, y vosotros, debéis, también, esperar este momento en vuestra vida. En vuestro día, que sea un momento grande, bello, como cuando tenéis una amistad muy grande, muy íntima, muy hermosa, y estáis preparando cada día, a que, en determinada hora, en la que vosotros os ponéis de acuerdo, a que podáis platicar vuestras cosas, vuestros momentos más bellos, así estoy Yo con vosotros, Mis pequeños.
Cuando estuve entre vosotros, mucha gente venía a Mí, platicaba Conmigo, Yo les escuchaba, resolvía sus problemas, a veces, haría un Milagro, a veces, un Consejo, pero siempre, lleno de Amor.
Así debéis vosotros estar esperando ese momento, del coloquio Divino, esperad en vuestro corazón, que Yo os indique cuando podemos, Nosotros estar unidos, en ese momento íntimo, en ese coloquio Divino, en que recibiréis Mis Sabiduría, Mis Consejos, Mi Amor.
Vosotros, necesitáis de Mí, Yo os busco, porque también necesito de vosotros esa familiaridad, ese deseo grande de estar todos reunidos. Yo conozco al hombre, os conozco perfectamente, conozco vuestras necesidades, vuestros gustos, vuestros deseos, pero también, conozco vuestros problemas, conozco todo aquello que os quita la paz interior.
Cuando vosotros entráis en Mí, en ese coloquio Divino podéis hablar Conmigo de todo, Yo os ayudaré, Mis pequeños. Algunos Me pediréis que cubra vuestras necesidades económicas, otros, Me pediréis quizá, que os ayude, en problemas en vuestro trabajo, problemas familiares, problemas personales, que solamente vosotros y Yo, sabreMos.
Vosotros debéis venir a Mí con un corazón abierto, no Me escondáis nada, Mis pequeños, porque conozco perfectamente vuestro corazón, vuestros pensamientos, lo que habéis hecho de bueno, lo que habéis hecho de malo. Venid arrepentidos, cuando hayáis hecho algo malo, y contadMe, con alegría y con amor, lo que habréis hecho de bueno en ese día. Pero quisiera Yo, de todo Corazón, que vosotros vinierais a Mí, todos los días, y quisiera, hasta deciros que fuera todo el día, pero, bueno, escogereMos un momento en donde estareMos unidos, y compartireMos de lo Nuestro, Yo os daré de lo Mío, vosotros Me daréis de lo vuestro y, así, empezará a crecer un amor íntimo muy fuerte, entonces, es cuando os daréis cuenta de lo que es el Cielo en la Tierra. Al platicar Conmigo, vuestro Dios, Yo, os escucharé con todo gusto, con todo Amor, y os daré, también, ayuda a vuestras necesidades.
No necesariamente, que todo de lo que Me contéis sea malo, contadMe también, de vuestros éxitos, de lo que tenéis vosotros por metas en vuestra vida; contadMe también de las problemáticas que tengáis, que Yo os ayudaré a resolverlas, con la mayor Sabiduría y con el mejor amor que podáis dar vosotros a vuestros hermanos.
Os amo, Mis pequeños, por favor, Mis pequeños, no os separéis de Mí, porque Yo no Me separo en ningún momento de vosotros.
Gracias, Mis pequeños.