Rosario matutino – Mensaje ÚNICO
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Mensaje de Dios Padre a J. V.
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Cuarto Misterio. Habla Dios Padre.
Hijitos Míos, debéis aprender a aceptar Mi Voluntad sobre vosotros. Mi Santo Espíritu habita en vosotros y Yo, vuestro Dios, os he dado el don de la vida, todo lo que tenéis viene de Mí: vuestro conocimiento, vuestras aptitudes, vuestros deseos, vuestras acciones, todo viene de Mí.
Vosotros deberéis aprender a aceptar lo que Yo os pida, Mis pequeños. Cuando Yo tomo un alma, ésta debe aprender a vaciarse de sí misma para que Yo la llene de lo que Yo necesito que haga a partir de ese momento.
Ciertamente, vosotros os sentiréis incapaces de hacer lo que Yo os pida, pero os he dicho que debéis dejarMe a Mí, vuestro Dios, actuar en vosotros, que digáis y hagáis lo que sea Mi Voluntad, así como os lo he explicado en las Escrituras, que cuando os presentéis ante los jueces, vosotros no seréis los que hablaréis, será Mi Santo Espíritu el que hable por vosotros, y esto lo debéis considerar también para todos los acontecimientos de vuestra existencia y hacia donde Yo os quiera llevar.
Os vuelvo a repetir: El Conocimiento y la Sabiduría vienen de Mí, vuestro Dios, y Mi Santo Espíritu os lo transmite a cada uno de vosotros, según la misión que Yo os pida que llevéis a cabo en el momento que os tome.
Ciertamente, empezaréis a vivir nuevos tiempos, nuevos momentos; todo irá cambiando hacia un Bien Perfecto, que con vuestras capacidades actuales particulares y con vuestro libre albedrío no podríais vosotros alcanzar a llevar a cabo esa misión, por eso empezaréis a tomar de Mí lo que necesitéis cada uno de vosotros y así se producirá un cambio benéfico para el resto fiel.
La misma Iglesia será purificada y santificada, sus miembros serán lo más cercano a la santidad que Yo busco en ella. Vosotros, los fieles, empezaréis a tener también misiones especiales y un nuevo modo de vida en santidad empezaréis a llevar cada uno de vosotros.
Todo será un bello comienzo para esta nueva generación que vosotros empezaréis, los escogidos por Mí, vuestro Dios. No temáis, no dudéis, simplemente dejaos mover por Mi Santo Espíritu para que Yo, en vuestra total libertad, os mueva a la perfección a la que estáis llamados.
Gracias, Mis pequeños.