Rosario matutino – Mensajes.
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Mensaje de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo a J. V.
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Primer Misterio. Habla Dios Padre.
Sobre: Yo Soy vuestro Dios y conozco el pasado, el presente y el futuro de vuestra existencia. Yo os he dado el Don de la vida, os he pedido bajar a la Tierra a servirMe y os lo recalco: ¡A servirMe!
(Lenguas…) Hijitos Míos, cuando aprendáis a aceptar Mi Voluntad en todas las ocasiones de vuestra existencia, es cuando empezaréis a conocerMe mejor, Mis pequeños, y esto os lo digo porque vosotros estáis acostumbrados a hacer vuestra voluntad y no Me pedís a Mí que os ayude a pedirMe lo que debe de ser lo correcto en vuestras peticiones.
Yo Soy vuestro Dios y conozco el pasado, el presente y el futuro de vuestra existencia. Yo os he dado el Don de la vida, os he pedido bajar a la Tierra a servirMe y os lo recalco: ¡A servirMe! No vinisteis como reyes y potentados para que se os rinda pleitesía, Mis pequeños, vosotros sois siervos, Yo Soy vuestro Dios y conozco, como os dije, lo que es vuestra existencia y lo que será de ella.
Os he dado la Gracia del Don de la vida para servirMe, para daros regalos inmensos y para compartiros Mis Regalos Divinos, Celestiales. Tomo vuestra nada, tomo vuestra pequeñez y la hago grande cuando os doy el Don de la vida y os doy la oportunidad de servirMe. Cuando vosotros realmente aceptáis Mi Voluntad en vuestra vida de hacer lo que Yo os pido, seguir Mis Designios Divinos, es cuando empezáis a ser grandes. Si vosotros hacéis vuestra voluntad, no pasáis de ser nada porque estáis actuando a nivel humano todo el tiempo y vuestras capacidades humanas nunca van a ser más grandes que el mover Divino que se pueda dar en vosotros, si aceptáis Mi Voluntad.
A eso os quiero llevar, Mis pequeños, a sobresalir de entre todos vuestros hermanos. Los que realmente queréis servirMe y hacer Mi Voluntad, porque cuando vosotros aprendéis a hacer Mi Voluntad entonces es cuando os empezáis a santificar, porque saldrán de vosotros capacidades, actos, palabras, pensamientos, más allá de lo que el ser humano pueda dar, empezáis a dar lo que es el Pensar Divino, lo que es el Quehacer Divino y, de esta forma, empezáis a sobresalir de entre vuestros hermanos.
No con esto os estoy queriendo decir que actuéis en soberbia, porque eso no está en el Quehacer Divino, está en el quehacer humano; el humano tiende a la soberbia, la Divinidad tiende a la Humildad. Cuando vosotros aprendéis a voltear hacia Mí cuando os pido algo y que, con humildad, Me preguntáis: “¿Qué puedo hacer por Ti, mi Señor?”, en ese momento ya no estáis actuando a nivel humano, ya estáis actuando a nivel Divino y es cuando empezáis a conocerMe, porque Yo quiero lo mejor para vosotros.
No quiero que actuéis como el ser humano actúa, que en su gran mayoría está dirigido por el ego, por la maldad de satanás, por la soberbia misma del hombre que quiere sobresalir, pero sobresalir en su maldad, en sus vicios, en sus errores. Cuando un alma sobresale por sobre los demás, es porque son las Virtudes las que la hacen sobresalir, ya no es el ser humano actuando para sí mismo, ya es el ser humano actuando y sirviéndoMe a Mí, vuestro Dios. ¿Cómo Yo Me puedo detener en Bendiciones ante un alma que quiere servirMe con todo el corazón?
Yo Me derramo en Bendiciones sobre aquellas almas que están profundamente unidas a Mí, vuestro Dios, porque ya no se están viendo a sí mismas, están viéndoMe a Mí, están atentas en todo momento a lo que Yo, vuestro Dios, deseo de vosotros; están viendo Mis necesidades, están buscando Mi Bienestar, Mi Alegría, Mi Amor. Eso es el ser siervo, el siervo pleno al que Yo amo y ese siervo se vuelve Mi hijo porque actúa como Mi Hijo Jesucristo, en obediencia total, en amor total, en un deseo total de que se haga Mi Voluntad en vosotros.
Deseo, Mis pequeños, que meditéis todo esto que os pido para que seáis esos siervos fieles, esas creaturitas a las que les he dado el Don de la vida para servirMe y para que, al olvidarse de sí mismas y dejarMe a Mí actuar en ellas, pueda llevarlas Yo a la santidad plena a la que quiero llevar a todas las almas creadas.
Esa es vuestra misión, Mis pequeños, vivir para Mí como Yo vivo para vosotros.
Gracias, Mis pequeños.
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Al finalizar el Rosario. Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Sobre: Seguid vosotros haciendo lo que debéis hacer, lo que habéis venido haciendo para que Mi Corazón esté en el vuestro, para que Mi Amor fluya fácilmente en vosotros y vosotros lo deis a vuestros hermanos.
(Lenguas…) Toda esta luz que estás viendo, que Me precede, que precede a Mi Llegada, irá disipando toda oscuridad, toda maldad en los corazones; quedarán solamente los de corazón limpio, quedarán aquellos en los cuales Mi Amor haya purificado todo su ser.
Estos rayos también, que Me preceden, os darán una paz inmensa, una alegría desbordante. Una nueva vida empezaréis a sentir que fluye hacia vosotros, vuestros pensamientos serán diferentes, vuestros deseos igual. Seréis nuevas creaturas en este mundo que purificado también será.
Me acerco ya a vosotros, Mis pequeños. Como veis, todo está en un descontrol, ya todo se ha salido de lo normal. Satanás está tratando de destruir lo que pueda, pero Yo iré preservando a las almas que han de mantenerse y vivir en estos nuevos tiempos que se acercan. No os dejéis amedrentar por lo que haga satanás en contra vuestra, estáis protegidos por Mi Gracia y por Mi Amor, y Mi Luz está en vosotros, y él no soporta Mi Luz.
Seguid vosotros haciendo lo que debéis hacer, lo que habéis venido haciendo para que Mi Corazón esté en el vuestro, para que Mi Amor fluya fácilmente en vosotros y vosotros lo deis a vuestros hermanos.
Un Nuevo Amanecer se acerca, bellezas inimaginables se os regalarán a vosotros, los escogidos por Nuestra Santísima Trinidad. La maldad irá perdiendo peso, fuerza, tamaño. Mi Gracia, que entrará en vosotros, y la oración que saldrá de vosotros, irán exterminando ese mal que os ha aquejado por tanto tiempo.
Esperad, Mis pequeños, con ansia este Nuevo Mundo que se os acerca y que viviréis con todas las Potencias de Mi Amor. Vengo ya pronto, Mis pequeños, Me ves pequeñito pero estás viendo cómo Me acerco a vosotros.
A pesar de que todo a vuestro alrededor cause temor y desgracias, Mi Paz en vosotros nunca se apartará, esa será la señal de que ya estoy en vosotros, de que habéis sido marcados por Mi Amor. Mi Paz, Mi Amor, estarán en todo tiempo con vosotros, y la Sabiduría, que os dé Mi Santo Espíritu, os indicará qué hacer en todo momento, por eso os quiero pequeñitos, sencillos, aceptando en todo momento Mi Voluntad en vuestra vida, porque eso os asegurará que vosotros os mantengáis en paz en estos momentos de tribulación universal.
Os amo tanto, Mis pequeños, ¡os amo tanto! Son estos momentos en que se cumple la Parábola del Trigo y la Cizaña. Habéis crecido juntos, la cizaña creció junto con el trigo porque no fueron arrancados en un principio los males del mundo, porque habría almas buenas que podrían haberse ido con la cizaña. En este momento todo ha crecido y apartaré ya fácilmente el trigo bueno de la cizaña mala. Conozco a Mis elegidos y conozco a la cizaña.
¡Venid, benditos de Mi Padre!, sois el trigo bueno que será sembrado en esta nueva generación para empezar una generación de amor, de verdad, de pureza y de santidad. Esperad, pues, con ansia y pedidMe, Mis pequeños, que siga bajando ya y que Mi Luz siga disipando las tinieblas.
Os amo, Mis pequeños, y os bendigo en el Nombre de Mi Padre, en Mi Nombre y en el de Mi Santo Espíritu.
Gracias, gracias, Mis pequeños.