Ago 28_2020 Estando conMigo llegaréis a hacer las mismas cosas que Me visteis hacer y aún mayores, porque estáis conMigo, y a eso estáis llamados, Mis pequeños, a hacer grandes cosas, pero siempre respaldados por la humildad.

Rosario matutino – Mensaje ÚNICO

===============================

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J. V.

===============================

Primer Misterio. Habla Nuestro Señor Jesucristo.

Hijitos Míos, vosotros, para llegar a altos grados de perfección humana, empezando con vuestra escuela, tenéis que ir avanzando desde lo más bajo y de ahí ir subiendo poco a poco, y después de algunos años recibiréis vuestros diplomas, maestrías, doctorados y algo más si queréis, pero para esto tuvieron que pasar varios años para que llegarais a ese alto grado de perfección en vuestros estudios.

En lo espiritual, difícilmente nace un alma con un grado de espiritualidad ya altísimo y que empiece desde muy temprana edad a llevar a cabo lo que se le ha pedido. Ciertamente, sí veréis casos en donde Yo he permitido que niños pequeños den ejemplo de santidad grande, sobre todo para gente que le falta Fe y confianza en Mí, vuestro Dios.

Ciertamente el hombre necesita ir creciendo poco a poco y ello le tiene que costar trabajo, porque si no caería rápidamente en un estado de soberbia alto, y de hecho los hay. Existen hermanos vuestros a los que les di capacidades altas, inteligencia muy desarrollada y pueden llegar a tener altos grados de inteligencia humana y profesional, pero son pocos los que se mantienen en estado de humildad. Generalmente, a los Dones que les he otorgado, ellos tratan de sacarles un provecho económico muy alto, cuando debieran ser servidores y no portarse en esa forma al utilizar los dones gratuitos que se les concedieron para ayudar a vuestros hermanos.

Esa es la finalidad de que Yo suscite almas con capacidades altas de vez en vez, para que ellos os ayuden a todos vosotros y lo que se necesite a vuestro alrededor. Lo he hecho con almas a las que les doy un alto grado de espiritualidad, y ellas os lo comparten al escribir grandes artículos o libros en donde vosotros aprendéis mucho para crecer espiritualmente, pero también algunos de ellos caen en soberbia. Tenéis que entender, Mis pequeños, que cuando tenéis ese tipo de habilidades y de capacidades, no es porque vosotros los hayáis desarrollado así nada más porque sí, sino que se os dieron esas capacidades y también el deseo grande de desarrollarlas, pero para el bien de vuestros hermanos. Esto debéis entenderlo muy bien, Mis pequeños, no os lo doy para vuestro propio beneficio y gusto, y menos con un deseo grande de enriqueceros con algo que recibisteis gratuitamente.

Esto os lo digo en lo humano, pero en lo espiritual tenéis lo mismo y debéis servir a vuestros hermanos con las capacidades que se os han dado. Ciertamente, como son pocas las almas que están habituadas a tenerMe a diario en su corazón, especialmente por la Santa Misa, por la oración, y por estar habituados a vivir conMigo, estas almas adquieren unas capacidades altas, pero vuelve a ser lo mismo, ciertamente están poniendo de su parte, pero por las capacidades que tienen, sobre todo hasta de hacer milagros a través de la oración o de capacidades que les doy para que os ayuden, estas almas, si no se mantienen en humildad, caen muy fácilmente en soberbia y es algo de lo que os debéis cuidar, Mis pequeños.

Cuando estáis cerca de Mí, cuando Me estáis buscando, cuando oráis con el corazón, vais adquiriendo capacidades muy altas que Yo os concedo y que vosotros ni siquiera os dais cuenta de ellas y creéis que vosotros las habéis desarrollado por vuestras capacidades propias, y no es así, Mis pequeños. Aun cuando tengáis capacidades altas y hayáis leído mucho y aprendido mucho, no vais a acelerar vuestras capacidades, vuestro conocimiento o Dones espirituales para servir a vuestros hermanos nada más porque vosotros queréis, todo tiene un tiempo y debéis vosotros aceptar ese tiempo, y así como en lo intelectual vais creciendo poco a poco en vuestras capacidades para desarrollar los dones que se os dieron, también en lo espiritual vais creciendo poco a poco y llegará un momento en que, como dicen las Escrituras, y que os digo Yo, Jesús, estando conMigo llegaréis a hacer las mismas cosas que Me visteis hacer y aún mayores, porque estáis conMigo, y a eso estáis llamados, Mis pequeños, a hacer grandes cosas, pero siempre respaldados por la humildad.

Estáis llamados a ser santos, estáis llamados a ayudar a vuestros hermanos con los dones, capacidades y virtudes del Cielo. Vosotros solamente sois instrumentos, e instrumentos muy especiales, en el sentido de que estáis actuando en una forma tan delicada que podéis caer fácilmente en la soberbia y difícilmente os podéis detener en la humildad, la cual debéis ejercitar para que os muestre constantemente vuestra pequeñez, para que os muestre realmente quiénes sois y para que os deis cuenta que, comparados conMigo, no sois nada. Si vosotros os empezáis a apartar de Mí y creéis que lo que tenéis es vuestro porque hicisteis muchos méritos para conseguirlo, no, Mis pequeños, estáis equivocados, las Gracias, los Dones, las Virtudes, se os conceden gratuitamente y no porque os las hayáis ganado, sino porque Yo, vuestro Dios, os las concedo porque veo en vosotros personas, o sea, almas en las cuales puedo confiar que lo que se os ha dado lo utilizaréis para el bien.

En eso radican, Mis pequeños, los tesoros que se os dan, en que veMos que sois lo suficientemente pequeños, humildes, sencillos y, sobre todo, sabios al reconocer que todo lo que tenéis y todo lo que sois viene de Nosotros y no de vosotros mismos; no es porque estudiasteis o que hicisteis tal o cual ejercicio para lograr lo que tenéis de capacidades, no, Mis pequeños, estas capacidades espirituales y hasta el poder hacer milagros, llegan a hacerlo personas sencillas, sin estudios, y a veces prácticamente sin educación, pero sí, lo hacen porque Me aman, porque son sencillos, pequeñitos y Me aman con todo su corazón.

En resumen, Mis pequeños, estáis llamados a la santidad, como ya se os ha dicho, pero no la alcanzaréis en la soberbia, sino en la sencillez y en la humildad.

Gracias, Mis pequeños.