Dic 17_04 Coloquio entre Dios Padre y Dios Hijo en el Huerto de los Olivos.

Rosario.

 

Mensaje de Dios Padre y Nuestro Señor Jesucristo, a J.V.

 

 
 (Durante el ofrecimiento del Primer Misterio Doloroso, “La Oración en el Huerto de los Olivos”)Lenguas…
– “Padre, si es posible aparta de Mí éste Cáliz, quita de Mi éste dolor Padre; cuánta infidelidad del hombre, cuánto dolor te causa el hombre. Padre he convivido entre ellos, he levantado almas, he salvado a tantos de las garras de satanás y ni aún así comprenden Padre.

Pueblo de cerviz dura, Pueblo de corazón de piedra. Padre, que no se haga Mi Voluntad, sino la Tuya. Aquí Estoy, Padre, para que se haga en Mí, lo que Tú quieras, TómaMe por ellos, recházaMe por ellos, toma Mi Sacrificio por Ellos. Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen, déjaMe Padre, todavía darles Vida, todavía estoy aquí sirviéndoTe en éste Mundo; el error del Mundo se ha implantado en sus corazones. Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida. Padre, permite que abran sus corazones, que vean Tu Obra en Mí. Padre, permiteMe llevarlos a Ti, Te ofrezco todo Mi Ser, Sangre, Mi Amor”.

-“Hijo, mucho has hecho por los hombres y los hombres han despreciado Mi Bendición. Hijo, acepto Tus actos, acepto Tu Vida, acepto Tu Sangre, acepto Tu Sacrificio, acepto Tu Amor por    ellos. Date Todo por ellos, Mi Pequeño, Eres el Salvador. Te he dado la Fuerza, Te he dado Mi Amor, tienes Mi Sabiduría, vienes a restaurar el Reino. Estoy Contigo, Mi Pequeño, el Cielo entero está Contigo. Muere para dar Vida, Ofrece Tu Sacrificio, a Mi, Tu Padre, para darles Vida a Mis hijos. Estoy Contigo Mi Hijo, sigue adelante, falta poco ¡TE AMO, TE AMO! recibo Tu Sacrificio porque los Amo, gracias, Hijo Mío, gracias por aceptar Mi Voluntad”

-“Padre, gracias, perdónalos, perdónalos, aunque Mi Sacrificio sea inútil para muchos, aquí Estoy para hacer tu Voluntad, Haz de Mi lo que Tu quieras”.

Habla Nuestro Señor Jesucristo.
Hijitos Míos, siempre, siempre durante toda la historia de la humanidad Mi contacto con los hombres ha sido para traer Vida, para traerles Luz en su camino, para traer Amor entre ustedes.

Mis pequeños, Mi Nacimiento trajo Vida y era una Vida real, ya no era la Voz de Nuestro Dios, de Nuestro Padre, a través de los Profetas, ya era Mi Voz como Hombre, entre los hombres.

Traje Vida a aquellos que quisieron escuchar, conviví entre los hombres para mostrar el camino de la Santidad, de la Perfección, de la Salvación.

Mi Vida aquí en la tierra fue para haceros crecer, para enseñaros las bellezas del Cielo, para enseñaros sobre los misterios que se habían profetizado desde antiguo, para  aclarar vuestra mente y vuestro corazón.

Mi Predicación fue Vida, fue Luz, fue crecimiento. Era ésta Mi predicación, era para todas las generaciones posteriores.

Mi muerte os trajo Vida. Mi sacrificio, como Cordero Divino, os trajo Vida.

Siempre, siempre, Mi Presencia, a través de los Sacramentos que os dejé, dan Vida. Que esta lección Mis pequeños, la toméis para vosotros, al dejarMe actuar en vosotros ya que estaréis viviendo como Yo viví, para Mi Padre.

Que traigáis vida también para vuestros hermanos. Vuestra vida debe dar vida, que en ningún momento dejéis muerte en los corazones.

Que no le quitéis la paz a vuestros hermanos, que les deis esperanza para seguir caminando y trabajando para su Dios

DejadMe actuar en vosotros para dar Vida. Vuestra humanidad a veces cae y podéis cometer errores que causan muerte espiritual en vuestros hermanos, por eso, si me dejáis vivir a Mí, vuestro Dios, vuestro Redentor, mas difícilmente será que caigáis, que caigáis en el pecado, en la distracción, en el error.

Yo os levantaré y os guiaré; seréis Mis instrumentos fieles, pero dejadMe actuar. Dadle ese regalo a vuestros hermanos, a la humanidad entera, como Yo Mismo Me di como Regalo a todos vosotros.

Ciertamente, sois pequeñitos, insignificantes al mundo, pero así os necesito, pequeñitos, insignificantes, en los cuales Mi poder y Mi Amor pueden actuar en su Omnipotencia Infinita. 

Os he dicho que solamente así a través de los pequeños, insignificantes, puedo trabajar, puedo mostrar Mi Poder Divino. Dadle ese regalo a la humanidad, que, recordando Mi Nacimiento, se produzca vuestro nacimiento, el Nacimiento en el cual Yo Naceré en vosotros para vuestros hermanos.

Así voy pidiendo alrededor del mundo almas que quieran nacer en Mi, almas que Me acepten, almas en las cuales Yo pueda trabajar nuevamente y mostrarle al mundo que su Dios todavía Vive, que su Dios los Ama, que su Dios los perdona, que su Dios los quiere de regreso en la Casa Paterna.

DejadMe vivir. DejadMe nacer. DejadMe dar Gloria a Nuestro Padre Dios a través de vosotros.

Sed pequeños, como Yo Me hice Pequeño para salvaros.