Abr 27_09 Estáis ahora así, queriendo tener a Dios en vuestro corazón, pero no le dejáis vivir.

Rosario vespertino.

 

Temas:

  • DejadMe pues, Mis pequeños, que os arranque de las garras de satanás, a donde él ya os tiene y que se siente seguro de teneros.
  • Tenéis Mi Vida en vosotros y ésta tiene que dar mucho fruto y, por eso, os debéis dejar mover por Mí, vuestro Dios.
  • Tendréis tiempos aciagos, tiempos difíciles, viviréis el dolor, pero también viviréis Mi Amor y Mi protección para aquellos que están Conmigo.

 

Mensaje de Dios Padre a J. V.

 

Primer Misterio, Habla Dios Padre
Sobre: DejadMe pues, Mis pequeños, que os arranque de las garras de satanás, a donde él ya os tiene y que se siente seguro de teneros.
(Lenguas…) Sí, pequeños, son tiempos de cambio y en todos sentidos, veréis cómo el hombre va ir cambiando con todas las situaciones en las cuales vosotros actuáis todos los días. Cambiaréis vuestra forma de pensar, vuestra forma de actuar, vuestra forma de ser. No quisisteis cambiar, cuando Yo os lo pedí, con el Amor, ahora cambiaréis con el dolor, pero luego, éste dolor, el cual Yo compartiré con vosotros, os dará nuevamente la paz interior y cambiaréis nuevamente a lo positivo, hacia el amor.

Debéis entender, Mis pequeños, que la humanidad ha ido perdiendo el amor poco a poco. Es un dolor muy grande que tengo en Mi Corazón, porque se os dio el Bien Supremo. La humanidad conoció el Amor Divino y, en lugar de crecer con Él, en lugar de que éste os vivificara, en lugar de que os llevara a una perfección de cuerpo y alma, os dejasteis llevar por los engaños de satanás.

Tuvisteis el Bien Supremo en la Tierra en la Presencia de Mi Hijo y, todo lo que os dejó, era para las generaciones futuras y debisteis de haber crecido a niveles muy altos con todo lo que se os dio, además de que ibais a ser protegidos, guiados y educados a la Luz del Espíritu Santo para que alcanzarais niveles espirituales muy altos. Teníais todo, Mis pequeños, lo despreciasteis, no lo cuidasteis y lo perdisteis.

Satanás os ha ido llevando a la destrucción de todo vuestro ser en cuerpo y alma. Os habéis dejado engañar por él y perdisteis el regalo más precioso que un alma puede tener, que es la Presencia viva de Mi Hijo en vosotros pero, además de tenerlo vivo, debisteis dejarLe actuar y ahí estuvo vuestro error. Ciertamente lo teníais en vuestro interior, reconocíais, quizá, que estaba en vuestro interior, pero lo encarcelasteis, no lo dejasteis trabajar en vosotros, por lo tanto fue un desperdicio, para muchas almas, que Mi Hijo viniera a la Tierra. Ahora estáis padeciendo el que vosotros no le dierais libertad a Mi Hijo en vuestra vida, quisisteis seguir manejando vuestra vida con vuestras capacidades, con vuestro intelecto, con vuestra voluntad y, ved ahora los resultados, no pudisteis, simplemente, porque vosotros no sois sabios, no sois Dios, no sois perfectos.

Yo defiendo lo que es Mío y por eso os defiendo. Os procuro todo lo necesario para que podáis vivir en el Bien, pero si vosotros no dejáis que Yo os proteja y os mueva, de nada sirve, porque Mi Gracia no entra a vosotros si en vuestro libre albedrío no le permitís la entrada.

Estáis ahora así, Mis pequeños, queriendo tener a Dios en vuestro corazón, algunos de vosotros, pero no le dejáis vivir. Desperdiciáis la Sabiduría Divina y por actuar en lo humano, caéis, caéis en el engaño de satanás, os ha manipulado nuevamente, como manipuló a vuestros Primeros Padres, Adán y Eva para que cayeran, fueron engañados y vosotros nuevamente habéis sido engañados. Vuestros Primeros Padres perdieron la Gracia, perdieron dones, perdieron Mis regalos, vosotros también habéis perdido la Gracia, os movéis ahora en el mundo, viviendo para el pecado. Estáis viendo aberraciones que no se veían desde Sodoma y Gomorra y las estáis viendo peores. Vuestros pecados se han ido aumentando y, así como un artista trabaja en hacer cosas bellas, vosotros trabajasteis también, pero para hacer cosas malas.

No os volvisteis apóstoles, como debierais haber sido, por vuestro Bautismo. Os volvisteis egoístas, guardasteis, quizá lo Mío, pero como os dije, no lo dejasteis actuar y, si en algún momento dejasteis actuar a Mi Santo Espíritu en vuestra vida, poco tiempo después lo limitabais nuevamente porque caíais en el pecado o en vuestros propios intereses.

¡Cuánto error habéis dejado entrar en vuestra vida!, ¡cuánta maldad se ha producido entre los hombres!, ¡mucho se os avisó de todo esto!, se os regañó tanto y por mucho tiempo, a través de Mis profetas, a lo largo del tiempo, pero no quisisteis entender.

Ahora, con dolor, volveréis hasta ése punto en el cual perdíais lo bueno. Se os dará la oportunidad de probar las mieles de Mi Amor. Os he dicho que conoceréis lo que ahora son secretos para el hombre, conoceréis Mi Verdadero Amor, conoceréis los Cielos Nuevos y las Tierras Nuevas, como las tenían vuestros Primeros Padres. Conoceréis los nuevos dones que se derramarán sobre la humanidad, conoceréis tantas cosas bellas que el pecado coartó.

Lo único que quiero, de vosotros, es vuestra conversión y vuestro amor. Sí, sí, Mis pequeños, vuestro amor que, aunque éste es imperfecto, pequeño, a veces incipiente, y hasta pecador, os necesito, Mis pequeños. Suena inverosímil que todo un Dios poderosísimo, en extremo, como lo Soy Yo, os esté pidiendo, a vosotros, pequeñas creaturitas, que Me sirváis, para que Yo os dé regalos infinitos.

DejadMe pues, Mis pequeños, que Yo sea el que guíe vuestra vida. DejadMe pues, Mis pequeños, que Yo os guíe por caminos seguros para que alcancéis la santidad en vuestra vida. DejadMe pues, Mis pequeños, que os arranque de las garras de satanás, a donde él ya os tiene y que se siente seguro de teneros, porque él os ha engañado en forma tan tremenda que hay muchos de vuestros hermanos, que no se han dado cuenta de ello aún a pesar de que se están viendo ya los acontecimientos de la purificación.

DejadMe pues, levantaros, para que no sufráis, lo que muchos de vuestros hermanos sufrirán y con sufrimientos mayores de los que ni siquiera os imagináis. Sí, tendréis dolor y dolor fuerte, pero os he dicho que mientras más cerca estéis de Mi Corazón, menos dolorosa será vuestra prueba y la de vuestros hermanos.

Manteneos cerca de Mí, de Mi Trinidad Sacrosanta, de Mi Hija, la Siempre Virgen María. Dejaos de sentiros adultos, maduros, que os creéis sin necesidad de instrucción. ¡No!, Mis pequeños, vosotros necesitáis de Mí ahora y Me necesitaréis por siempre. Dejad que Yo mueva todo vuestro ser, pero dejadMe ya.

Yo os Bendigo, Mis pequeños, os llevo en Mi Corazón. Amaos los unos a los otros, os lo pidió Mi Hijo. Bendecid estos momentos en vuestra vida y agradecedMelos, son momentos de Gloria. Os amo, os amo, Mis pequeños, y dejadMe ser vuestro Dios en vuestra vida, en total libertad.
Gracias, Mis pequeños.

Segundo Misterio, Habla Dios Padre
Sobre: Tenéis Mi Vida en vosotros y ésta tiene que dar mucho fruto y, por eso, os debéis dejar mover por Mí, vuestro Dios.
Me preguntáis, Mis pequeños, que qué deseo para éstos tiempos, Amor. Conoceréis el dolor de la Pasión y del Calvario. Conoceréis en vosotros mismos y entre vosotros mismos a los que aman y a los que traicionan al Amor. Conoceréis como a aquellos que, mientras unos blasfemaban, otros derramaban lágrimas de amor al ver al Justo que moría, que era golpeado peor que animal. Padeceréis, junto Conmigo, los dolores de la Redención y Yo tomaré vuestro dolor para unirlo al Mío, por la conversión y salvación de muchísimos de vuestros hermanos.

Ciertamente, otros serán fariseos de estos tiempos, que se mantendrán inconmovibles ante vuestro dolor y ante vuestros padecimientos, porque a éstos les ha interesado más el vivir en el mundo y para el mundo, tener los bienes del mundo quitándoselos a sus mismos hermanos.

Sí, Mis pequeños, padeceréis éstos dolores que Yo padecí, pero no de la misma intensidad, porque no lo soportaríais.

Como os dije, todo esto os llevará a una transformación, primeramente espiritual, para que podáis comprender todo lo que os vino a regalar todo un Dios que convivió entre los hombres y que no fue apreciado por los hombres de ése tiempo. Muy pocas almas y almas escogidas fueron las que gozaron la Presencia de Mi Hijo en la Tierra y que de Él se alimentaron para dar fruto grande y tremendo para el Bien de la humanidad y aún de los Cielos.

Os dije que estos tiempos serán para que el hombre ame como Mi Hijo os amó primero. Veréis el Bien y el mal y los reconoceréis perfectamente, pero el Amor os lleva a estar junto a la Cruz y ahí, junto a Mi Cruz, sabréis quiénes son los que están en el error, en el pecado, en la maldad y vosotros os daréis en sacrificio, en donación, en Bien por vuestros hermanos. Almas buenas dándose y dando su vida por almas malas. Mi Hijo os enseñó esto y vosotros lo debéis continuar.

Gozaréis regalos grandes por vuestra donación y por trabajar por Mí en la difusión de Mi Vida a todos vuestros hermanos. Tenéis Mi Vida en vosotros y ésta tiene que dar mucho fruto y, por eso, os debéis dejar mover por Mí, vuestro Dios, para que, primeramente, vosotros entendáis lo que es Mi Vida, para que luego la podáis dar a vuestros hermanos.

Por eso os digo que son momentos de Amor, porque veréis al hermano necesitado, ya sea en lo físico ó en lo espiritual y, si realmente estáis Conmigo, daréis y os daréis por vuestros hermanos, aún a pesar de la maldad que os rodeé. Solamente deberéis ver Mi Amor y el Amor que os dejó Mi Hijo y, aún a pesar de la maldad que le rodeaba, que le seguía atacando hasta el final, de Él solamente salía Amor, Amor y más Amor.

Tened esto perfectamente presente en vuestra vida y en vuestra forma de ser, para que no os confundáis.

Vuestra posición ahora es ser el Cristo que fue crucificado, pero ser el Cristo también de antes de la Crucifixión, el Cristo amoroso, el Cristo intercesor, el Cristo Salvador, el Cristo Vida, el Cristo que solamente desea vuestro Bien.

Os amo, Mis pequeños y os bendigo en Mi Santísima Trinidad.
Gracias, Mis pequeños.

Tercer Misterio, Habla Dios Padre
Sobre: Tendréis tiempos aciagos, tiempos difíciles, viviréis el dolor, pero también viviréis Mi Amor y Mi protección para aquellos que están Conmigo.
Hijitos Míos, tendréis tiempos aciagos, tiempos difíciles, viviréis el dolor, pero también viviréis Mi Amor y Mi protección para aquellos que están Conmigo. Os lo he venido diciendo, Mis pequeños, pero veo que Mis Palabras no hacen mucha mella en vuestro corazón, ni tenéis la suficiente confianza en lo que Yo os digo.

Sí, Mis pequeños, estáis pecando contra vuestro Creador, porque no estáis viviendo en la Fe, ni en la Esperanza ni en un verdadero Amor, que ahora estoy pidiendo a los que son Míos.

Ciertamente reconozco que vuestra pequeñez infantil os hace caer en esto. Sí, no habéis crecido mucho espiritualmente, porque no os soltáis como niños que, aún a pesar de que queréis vivir sueltos a Mi Voluntad, al momento de la prueba, dudáis y corréis, cuando os he dicho tantas veces que confiéis en Mí, vuestro Dios. Podéis observar al niño cómo, cuando se le pide algo y aunque sea difícil, no lo piensa, simplemente trata de hacerlo se deja llevar por la Fe, por la confianza que ellos tienen en sus padres y a eso es a lo que no habéis llegado, Mis pequeños, porque todavía dudáis de Mí y de Mis Palabras.

Decís haber crecido en Fe, pero vuestra Fe ha sido desviada, es una Fe raquítica, una Fe dudosa y vuestra Esperanza también duda mucho, porque le ponéis vuestra experiencia de vida, de vida humana, nada sobrenatural y así es como no crecéis, pues, en Mis Verdades, en Mis Deseos, en Mis Promesas, en Mi Amor.

Ser como niños es vivir un abandono total a lo que se os pide, porque lo que se os pide y viene de Mí, no os hará ningún daño. Por eso el niño confía en sus padres porque, en la gran mayoría de las familias, los hijos no reciben daño, sino amor y el amor siempre os va a llevar a la confianza y confianza total de aquél que os está cuidando.

Yo os he venido cuidando a todo lo largo de vuestra vida, pero aún veo que en vosotros no hay esa confianza plena ¿Qué pasa pues, con vosotros, Mis pequeños?, ¿de qué os ha servido tanto derrame de Bendiciones de Mi parte hacia vosotros, puesto que todavía dudáis de Mí, vuestro Dios?

Satanás se da cuenta de todo esto y por eso os ataca y cada vez más fuerte, para que, en lugar de pedir Mi ayuda, a Mí, vuestro Dios, le vayáis a pedir ayuda a magos ó hechiceros, a aquellos que trabajan con poderes satánicos, en lugar de venir a Mí, que os llevaré hacia la Verdad y no al error en el que estáis y en el cual os hundís cada vez más.

¿Por qué hacéis esto, Mis pequeños?, ¿qué no os he dado las suficientes muestras de Amor como para que no os separéis de Mí? Tenéis tanta literatura santa, de la cual os podéis valer, para crecer con la experiencia de vuestros hermanos y no le hacéis caso. Tenéis todo, pero no os gusta buscar, investigar, para asegurar vuestra Fe, vuestra Esperanza y vuestro amor en Mí, vuestro Dios. Por eso padecéis, Mis pequeños, por eso padecéis tanto, por vuestra negligencia y por vuestra falta de Fe y de amor hacia Mí.

Os doy tanto, os busco tanto, pero vosotros no queréis entender, hasta que suceden cosas graves en vuestra vida y, de repente, os acordáis de Mí y, ciertamente, que Yo permito esto y en ése momento acudo al ver ésa chispa de Fe que ha brotado de vuestro interior, Me manifiesto bendiciéndoos y esperando que ésa chispa se vuelva un fuego de Fe, de Esperanza y  Amor hacia Mí y, así, el alma ya se acerca plenamente a Mí y muchos ya no Me dejan, pero esto, muchas veces le cuesta tanto al alma.

Vuestro aprendizaje sería sencillo sin dolor, si os dierais como niños, pero la soberbia humana no os deja crecer y confiar en Mí, vuestro Dios.

De cualquier manera, Mis pequeños, os sigo esperando, estoy con vosotros, os sigo llamando y Soy paciente para vuestra respuesta. Siempre estaré esperando por vuestro regreso, Soy vuestro Padre y vuestro Dios y siempre espero al hijo pródigo.
Gracias, Mis pequeños.