Abr 28_00 Ahora que ha desaparecido el Amor entre todos vosotros.

Mensaje. (Mientras oraba ante el Santísimo)

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a J.V.

Yo Soy el Pan de Vida, el que a Mí se acerca nunca más tiene hambre.
Nunca antes como ahora Yo, vuestro Dios hecho Hombre, Me he manifestado a vosotros, Mis pequeños. Nunca antes como ahora el género humano ha necesitado a su Dios, a su Padre, a su Hermano, a su Amor, tanto como ahora; ahora que las tinieblas del mal parecen cubrir la Tierra entera, ahora que ha desaparecido el Amor entre todos vosotros, ahora que parece que las fuerzas del mal controlan todo.

Yo, vuestro Dios hecho Hombre, he convivido entre vosotros. Conozco los logros y errores humanos. Conozco, como Dios y como Hombre, la forma de pensar de cada uno de vosotros. Conozco lo convenenciero que sois. Conozco el que no mantenéis vuestra palabra, ni mantenéis vuestras promesas si las cosas se vuelven adversas un poco después. Conozco vuestro pecado de pensamiento y de obra. Os conozco perfectamente hijitos Míos. En ello radica la forma en la que ahora estáis viviendo, no habéis mantenido vuestra promesa hecha a vuestro Padre y vuestro desvío ha sido causado por vuestra conveniencia, tal y como Mi Crucifixión lo fue. La gente de ése tiempo fue instigada por los sumos sacerdotes, pero no fueron lo suficientemente fieles a su palabra ni a sus promesas y, como veletas que cambian de dirección a donde el viento les ordena, ellos olvidaron lo que días antes querían de Mí, hacerMe su Rey.

¡Oh, hijitos Míos, cuánto desprecio encuentro ahora, al igual que en ése tiempo! Soy un Dios que os conviene, cuando de Mi podéis obtener algo y Soy olvidado cuando no necesitáis nada, cuando vuestros “graneros” están llenos.

Mi Presencia cada vez se hace más patente entre vosotros porque, el mal cada vez se hace más descarado, Yo, vuestro Dios y Redentor, conociendo la forma de ser de cada uno de vosotros como hombres, Me hago patente en infinidad de formas para deciros “Aquí estoy, voy con vosotros, comprendo vuestro dolor, lo comparto, lo alivio y os apoyo en vuestra misión terrena”.

Yo estoy REALMENTE presente en la Sagrada Eucaristía, Yo vivo REALMENTE, tanto en el Tabernáculo, como en vuestro corazón, pero si no creéis en Mi Presencia Divina y Real, aún viéndoMe en el Tabernáculo o expuesto en el Santísimo, menos creeréis que vivo realmente en vuestro corazón, donde no Me queréis ver ni sentir.

Hijitos y hermanos Míos. Os estáis perdiendo de una Gracia Divina excelsa, el tenerMe y poderMe tomar en la Sagrada Eucaristía y así poder llevar a vuestro Dios, VIVO Y REAL, dentro de vuestro corazón, a donde quiera que vayáis. Mi Presencia real y verdadera aceptada, no con vuestra mente sino con vuestro corazón, os hará más llevadera y, sobre todo, más agradable vuestra vida, vuestra misión sobre la Tierra.
Yo nunca Me olvido de Mi creatura; nunca Me olvido de vuestra donación hecha a Mi Padre en el Cielo antes de que os constituyerais con un cuerpo para bajar a servirLe. Mi Padre os cuida, Yo os cuido, Mi Santo Espíritu también os cuida, nunca estáis apartados de Nuestro Pensamiento, cosa que sí sucede con vuestra alma cuando ya se encarna.

Mientras vivís en el Cielo, antes de bajar a vuestra misión, antes de ser escogidos por vuestro Dios en vuestra total libertad, sí atendéis constantemente al Pensamiento de Mi Padre, pero tan pronto se os dá la oportunidad de encarnaros, la naturaleza humana ya afectada por el pecado, os impulsa hacia las cosas del mundo, hacia las bajezas del mal. Nosotros, en Nuestra Sabiduría Divina, comprendeMos eso y por ello nunca Nos apartamos del alma que se donó en libertad y en amor a Nosotros, para bajar a servirNos.

He repetido todo esto que ya os había explicado, porque escucho de Mis hijos, de muchos de vosotros, “Dios ya se olvidó de mí, como El está muy lejano, allá en el Cielo, no se acuerda de Sus hijos los hombres”. Os he explicado lo anterior para haceros ver vuestro error.

Desde que tomáis cuerpo humano, Mi Santo Espíritu habla en vosotros, no importa a que raza o grupo humano o religión vayáis a pertenecer, El habita en cada uno de vosotros desde el momento mismo de vuestra concepción y El es el que irá indicando las verdades del Cielo en vuestro corazón durante toda vuestra vida terrena.
La Oración, la cuál existe en TODOS los grupos humanos, es una indicación divina que os da Mi Santo Espíritu, para llevaros a la perfección en el Amor. La finalidad primordial del alma es la de producir AMOR y la finalidad del Amor es la de provocar se viva la vida del Cielo en la Tierra. Esta, al haber sido afectada por el Pecado Original, por el amor que deberéis generar, le devolverá al Mundo entero su calidad Divina. Pero es y será sólo a través del Amor que, libremente y con deseos de agradarNos, lo que podrá lograr ésa restauración de la vida terrena a vida divina. La oración, os lo repito, todos vosotros la podéis y debéis producir, no importa el grupo humano al que pertenezcáis. Os quiero poner un ejemplo sobre la oración: No por el hecho de que no veáis a los microbios a simple vista, podéis decir que no existan. Para comprobar su existencia necesitáis de un instrumento llamado microscopio, como todos sabéis. Ahora, no por el hecho de que no Me veáis o no queráis verMe en el Santísimo y en vuestro corazón, querrá decir que Yo no esté REALMENTE ahí. Para poder comprobar Mi existencia en ambos lugares necesitaréis de un instrumento esencial e importantísimo, la oración. Sin ella no podréis acrecentar la Fe que os he regalado en el Bautismo y sin éstas dos ayudas, Fe y oración, nunca Me encontraréis.

Ahora, los que habéis nacido y crecido en el grupo humano que aceptó Mis Leyes y Decretos, los habéis llevado a cabo con amor y respeto, los practicáis en el amor y con libre voluntad, tenéis la Gracia Divina de tomar Mi Cuerpo Divino en la Sagrada Eucaristía. Para TODOS los hombres fue la Salvación y la Redención y para todos dejé Mi Herencia, Mi Cuerpo y Sangre Divinos, pero no todos los hombres lo han aceptado y solo vosotros, Mis hijos amados, tenéis y aceptáis el Misterio de la Transubstanciación del pan y del vino que Me ofrecen Mis sacerdotes en la Sagrada Liturgia de la Santa Misa.

Todos aquellos, Mis pequeños, que habéis acogido ésta verdad ahora podéis tenerMe, además de en la oración, en Mi Real Presencia en el Pan y en el Vino consagrados. No todos los grupos humanos pueden gozar de éste regalo infinito de Nuestro Amor y el Alimento que os doy, es Alimento Celestial el cuál podéis tomar estando aún estando ahora en la Tierra y que seguiréis tomando cuando regreséis a vuestra Casa Eterna, aquí en Mi Cielo.

Si el alma crece con la práctica de la oración, con la recepción de Mi Cuerpo Divino, vuestra alma alcanza niveles espirituales inconmensurables ya que os estáis alimentando de la Sustancia Real y Divina ¡ de vuestro Dios ¡.

No os imagináis ahora lo que esto significa, pero podréis tener una ligera idearon éste ejemplo: Si a un bebé se le alimentara sólo de dulces, galletitas, cosas sabrosas a su paladar pero sin valor nutricional, ¿qué le pasaría a su organismo, en  comparación al de un bebé que hubiera sido alimentado primero con leche materna, luego con una dieta bien balanceada con proteínas, carbohidratos y grasas de buena calidad? La diferencia sería enorme, y ya todos vosotros habéis visto alguna vez niños raquíticos a los que la falta de una buena alimentación no sólo les ha afectado a nivel físico, sino también a nivel mental. El niño bien alimentado tiene un desarrollo mental normal o arriba de lo normal y ése niño luego dará buen fruto, porque sus capacidades no se han visto disminuidas o deterioradas por una mala alimentación.

Aquellas almas que no acuden a la oración asidua ni al alimento de Mi Pan de Vida, no podrán dar fruto, porque su alma estará raquítica no habrá crecido, estará débil. Pero así coma tenéis libertad, en lo humano, de alimentaros de una galletita ó de comida que no os dé una buena alimentación, también os hemos dado ésa libertad de tomar o no Mi Cuerpo Divino en la Sagrada Eucaristía; luego veréis el resultado de haberos alimentado bien o no, al haber despreciado Mi Pan de Vida o haberlo aprovechado.

A todos se os ha dado esa oportunidad. A todos se os dio Mi Herencia de Vida, tanto de Mi Palabra, como de Mi Ejemplo, como de Mi Cuerpo en la Sagrada Eucaristía, pero vuestra libertad, vuestro libre albedrío, el amor a vuestro Dios es lo que hará la diferencia en el crecimiento de un alma a otra y de la obtención, en grado y en calidad, de vuestro Premio Eterno.

Hijitos Míos, que vuestra oración asidua os lleve al convencimiento de Mis Palabras y ellas os lleven a crecer en la perfección del Amor, al aprovechar el Alimento por excelencia para vuestra alma, Mi Pan de vida, el Pan del Cielo, dejado para todos vosotros por Mi Santo Sacrificio de Amor, y así, al tenerMe perfectamente en la Sagrada Eucaristía, lo tenéis todo, porque Nos tenéis en Nuestra Santísima Trinidad y, al tenerNos plenamente, no necesitáis NADA más. Si realmente valorarais Nuestra Presencia en vosotros, no buscaríais nada más y Nosotros nos encargaríamos de que lo demás, lo mundano, os llegara por añadidura, como os lo hemos prometido. Por ello os pido y aconsejo; no desperdiciéis vuestro tiempo ni os alimentéis de alimento mundano que os dejará débiles, raquíticos y sin dar fruto espiritual, el cuál no os servirá para vuestra vida eterna. Tomad primero de Mi Cuerpo y él os dará verdadera Vida y vuestro fruto será abundante, aquí en la Tierra y acá en el Cielo.

Que la Santísima Trinidad, que os habita, dé los frutos terrenos a través de vuestra donación a Nuestra Voluntad, para bien de vuestro Dios y de vuestros hermanos.

Yo os bendigo en el Nombre de Mi Padre y de vuestro Padre, en Mi Nombre y en el del Santo Espíritu de Amor, quién os guía a la perfección en el Amor.